El Papa Juan Pablo II dedicó su reflexión en el rezo
del Regina Coeli a recordar el papel de la Virgen María en la
vida de los creyentes y señaló que, como Madre de todos,
permite redescubrir la fraternidad entre los seres humanos.
En el día en que muchos países del mundo celebran el Día
de la Madre, el Papa recordó que “en la cruz, Jesús
quiso ofrecer, de manera fácilmente accesible a todos, la espiritual
maternidad de María, entregándole al discípulo
predilecto como hijo”
“Desde entonces, generaciones y generaciones de creyentes, la
invocan y recurren a ella con amor y esperanza”, señaló.
El Papa explicó que “la Virgen expresa su maternidad en
su singular proximidad al ser humano y a todas sus vicisitudes”
Según el Pontífice, si los seres humanos advirtieran este
don extraordinario, “se sentirían mucho más fácilmente
hermanos, renunciando al odio y a la violencia para abrir el corazón
al perdón de las ofensas recibidas y al respeto sin reservas
de la dignidad de toda persona”
Además, pidió que “la Madre de Jesús proteja
y apoye a todas las mamás del mundo” y recordó que
“durante el mes de mayo, el pueblo de Dios siente la necesidad
de intensificar su propia devoción a María, cuya presencia
maternal es apoyo para los cristianos y para todo el mundo”
El Pontífice recordó que el próximo 13 de mayo
se celebra la fiesta de la Virgen de Fátima y pidió que
la fecha sea un “llamado a la conversión”.