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Proyecto de Pastoral Arquidiocesana

Fotos
1. Proyecto de Pastoral Arquidiócesana (Folleto)
2. material para programar
3. Para programar

4. Idea fuerte:

Lo que se intenta es despertar el Proyecto de Pastoral Diocesano.
Buscamos encontrarnos con:

Los Secretariados
Grupos de apostolado/ Laicos comprometidos

Sacerdotes

Para que entienden la necesidad de caminar juntos y hacer una programación en la pastoral de conjunto.
A corto plazo (cada tres meses)
Que todos sepamos desde donde hasta cuando.

Para ello:

Reuniones fijas (los martes 8:00 a. m.)
Ir invitando a la programación.
Utilizar las cartas para informar y redescubrir la figura del Proyecto como camino.

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Algunas ideas para la espiritualidad de comunión

 

  1. Todo gran movimiento es producto del entusiasmo. Se expresa como energía , impulso, fe viva. Es una fuerza que arrastra y eleva a lo más alto, a lo que tiene valor. Es un poder que empuja a ir más allá de nosotros mismos.

Necesitamos un nuevo entusiasmo para renovar nuestra vida comunitaria. Un entusiasmo que no sea efímera fantasía, sino pasión por plasmar vitalmente las más radicales exigencias evangélicas en el proyecto de Animación pastoral.

Sólo quien vive entusiasmado es capaz de vencer la duda, el miedo, la incertidumbre; supera la monotonía.

Es verdad que uno no se entusiasma por decreto ni por obligación. El entusiasmo del que hablamos aquí es fruto, por un lado, de esa especial presencia del Espíritu que nos hace sintonizar y vivir los valores esenciales de nuestra vida de bautizados.

El Espíritu crea comunión y concede inventiva, creatividad y audacia para el cumplimiento de la misión en los distintos contextos culturales y sociales. Quien vive según el Espíritu sólo busca el Reino de Dios en el que no caben afanes de protagonismo, narcisismo y voluntarismo.

 

  1. Compartir los bienes espirituales y materiales. Las primeras comunidades lo tenían todo en común. Necesitamos tener una solidaridad para con nosotros y para con los demás. Es una exigencia práctica de la comunión . La solidaridad es una instancia de crecimiento en la libertad. Por otro lado, interpela, inquieta y estimula a no quedarse en la mediocridad o el aburguesamiento. Por ello debemos planificar una actividad anual de solidaridad para animarla, llevarla y consolidarla.
  2. Entre nosotros comprensión y compasión. Es la sabiduría que procede de la experiencia del Espíritu Santo que hace amigos de Dios y profetas. La comprensión sapiencial brota de la luz otorgada a quien participa y contempla el misterio, el plan de salvación. De manera muy especial brota de la celebración de la eucaristía que nos hermana y nos abraza en un Dios que nos salva.
  3. Una clara invitación a producir proyectos parroquiales. Las parroquias no pueden ser lugares aislados o terrenos de esfuerzos en soledad y tristezas al ser removidos. Deben ser los lugares donde se actualice Cristo Jesús todos los días. Desde allí se ejecuta la efervescencia de la Iglesia local. No pueden haber párrocos renuentes, desplomados, tibios, indiferentes, ciegos al camino que está recorriendo la diócesis.
  4. Un lema para cada año. Tenemos que asumir en una frase la partida y la llegada como Iglesia. Por ejemplo si en la catequesis la frase fuera. “Hacia los más lejanos…” Todos los esfuerzos. Todas las actividades se enfilarían hacia la llamada y abrazo con los que muy poco participan en nuestras actividades. Recordemos que la comunión articula y dinamiza toda la vida comunitaria y potencia la misión.
  5. La comunión fraterna es don y es tarea. Hay que aprovechar todo los momentos para celebrar (cumpleaños, fiestas patronales…) Que haya un verdadero compartir y no un simple estar. Pues hay muchas acciones de mero cumplimiento donde se cumple y se miente. Sin olvidar que en la parroquia, la zona, la diócesis son los lugares donde vive la comunidad presbiteral todas sus relaciones.