Cuaresma 2006

Retiro Cuaresma 2006

Retiro Cuaresma 2006 - Retiro Cuaresma 2006

TEMARIO

  1. 8:00 a.m. Oración
  2. 8:30 a.m. Introducción. La Semana Santa Hoy
  3. Cuento
  4. Canto
  5. Desarrollo

9.30 a .m. Reflexión particular. Texto bíblico. Juan 17,1-21
10:00 a.m. II parte. Viviendo la Semana Santa.

•  Cuento

•  Canto

•  Desarrollo

12:30 p.m. Acto penitencial

•  Cuento

•  Canto

•  Desarrollo. Falso ego

Confesarse un refuerzo en el camino.

El pecado me arruina y arruina a la comunidad

Lectura bíblica

Silencio. Escribir, memorizar los pecados.

Canto.

Bendición.

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La oración: Canto:

1.1. Texto Bíblico Juan 17,1 Así habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar. Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado. Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Palabra de Dios.

 

Oración de silencio: es tomar conciencia de que Dios está vivo, cerrando los ojos para dejar que Dios nos llene con su amor. Si nos distraemos repetimos una palabra (Jesús, Cristo, María) o una frase (Señor estás aquí. Señor no me dejes…) Se comienza con el canto. Dios está aquí… De inmediato se hace silencio y comienza la experiencia.

 

Silencio: para volver a leer y meditar.

Compartir: que nos dice la palabra.

Oración: con una frase de lo leído

 

  1.2. Laúdes.


Sacerdote: Señor abre mis labios

Todos: y mi boca proclamará tu alabanza. Himno (lo hacemos todos, línea por línea)

 

Delante de la cruz los ojos míos

Quédense, Señor, mirando

Y sin ellos quererlo estén llorando

Porque pecaron mucho y están fríos.

 

Y estos labios que dicen mis desvíos, Quédense, Señor, así cantando

 

Y así con la mirada en ti prendida,

Y así con la palabra prisionera

Como la carne a tu cruz pegada.

 

Quédense, Señor, el alma entera

Y así clavada en tu cruz mi vida,

Señor, así, cuando quieras me muera.

Amén


Y sin ellos quererlo estén rezando

Porque pecaron mucho y son impíos.

1.3. Canto.

Perdona a tu pueblo Señor.
Perdona a tu pueblo,
Perdónale, Señor.

No estés eternamente enojado.
No estés eternamente enojado
Perdónales, Señor

Por la abertura de tu costado
No estés eternamente enojado
Por las heridas de tus manos.
Por los azotes tan inhumanos
Perdónales, Señor.

Por las tres horas de tu agonía.
En que por madre diste a María.
Perdónale, Señor.

Perdónale, Señor.

Sacerdote: El ángel Señor anunció a María

Todos: y ella concibió por el Espíritu Santo

Sacerdote: Dios te salve María…

Todos Santa María…

Sacerdote: He aquí la esclava del Señor

Todos: Hágase en mí según tu palabra

Sacerdote: Dios te salve María…

Todos Santa María…

Sacerdote: Y el Verbo se hizo carne

Todos: Y habitó entre nosotros

Sacerdote: Dios te salve María…

Todos Santa María…

Oración: Derrama tu gracia, Señor, sobre nuestras almas para que viendo conocido por la voz del ángel el misterio de la encarnación, lleguemos por su pasión y cruz a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

El alma de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descanse en paz. Amén.

San José. Ruega por nosotros.

2. La Semana Santa hoy.

Todas las semanas son santas, Dios nunca nos ha abandonado, siempre ha estado y estará en medio de nosotros. Y mientras esté en la Hostia Consagrada ese amor vivirá por siempre.

Ella es un tiempo de 8 días en un recorrido histórico – real para contemplar los misterios de la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Hasta hoy tenemos:

  • Actos que se repiten.
  • Pasos de tristeza y simples recuerdos.
  • Asistencia cada vez en menor grado.
  • Aquí, en oriente, por la situación geográfica de costa es impedimento y explicación a nuestro conformismo,
  • Para el sacerdote y los grupos una semana de trabajo, de gasto y pérdida de la paciencia.

2.1. Cuento. Anécdota . Pedir a Dios. Semana Santa2 PowerPoint presentación.

Pedir a Dios : Le pedí a Dios me quitara el dolor y me dijo que no. No me corresponde a mi quitártelo, sino a ti renunciar a él.

Le pedí a Dios que mi hijo, deficiente físico, fuese perfecto. Dios me dijo que no. Su espíritu es perfecto y su cuerpo es apenas provisorio.

Le pedí a Dios que me diera paciencia. Dios me dijo que no. La paciencia deriva de las tribulaciones, y no es dada, sino conquistada.

Le pedí a Dios que me diera felicidad. Dios me dijo que no. Yo te doy bendiciones. La felicidad depende de ti.

Le pedí a Dios que me protegiera del dolor. Dios me dijo que no. El sufrimiento te separa del mundo y te trae mas cerca de mi.

Le pedí a Dios que hiciera crecer mi espíritu. Dios me dijo que no. Tienes que crecer solo, mas yo te podare para que des fruto.

Le pedí a Dios todas las cosas para poder disfrutar de la vida. Dios me dijo que no. Yo te doy vida para que puedas disfrutar de todas las cosas.

Le pedí a Dios que me ayudara a AMAR a otros, tanto como El me ama. Dios me dijo

"Ah, finalmente comprendiste la idea

Ama a tu prójimo como a ti mismo"

2.2. Canto:

No podemos caminar
Con hambre bajo el sol;
Danos siempre el mismo pan
Tu cuerpo y sangre Señor

Comamos todos de este pan,
El pan de la unidad.
En un cuerpo nos unió el Señor
Por medio del amor.

Señor, yo tengo sed de ti.
Sediento estoy de Dios;
Pero pronto llegaré a ver
El rostro del Señor

Por el desierto el pueblo va
Cantando su dolor;
En la noche brillará su luz
Nos guía la verdad

 

2.3. Desarrollo: frente al drama anterior, recurrimos a Dios y le empezamos a pedir. Que la semana santa sea más cristiana y menos mundana. Pero el Señor nos dice: vívela y sigue adelante. Tu testimonio vale más que cualquier cosa. Las palabras mueven pero los ejemplos arrastran.

Además, le decimos al sacerdote, al responsable del sector o del grupo que no podemos y de inmediato nos sale la letra: nos hace falta comer a Dios para tener la fortaleza, es la sed propia del cristiano que sin Dios nada, con Dios todo. Si nos guía la verdad de Dios todo brillará.

Llegó al pueblo un productor de televisión para firmar la pasión de Cristo y empezó a buscar el elenco. Tenía que buscar a uno que hiciera de Jesucristo, pero tenía que ocultarle todo el sufrimiento que iba a padecer. Entonces empezó a decir: el que haga de Cristo será importante, saldrá en las primeras planas de cada cámara y su rostro viajara por todo orbe y de inmediato se apuntaron. Se seleccionó el mejor y empezó la grabación. Cuando el personaje de Cristo marchaba todo golpeado, sangrante y herido. Le dijo al productor. Pero Usted no me dijo que me iba a suceder todo esto. El productor le respondió. Si te lo hubiese dicho no habrías aceptado.

3. 10.00 a .m. II parte. Viviendo la Semana Santa

•  Cuento: Oración semana santa 3. PowerPoint

RESPUESTA DE JESUS CUANDO  ORAMOS EL PADRE NUESTRO

Hijo mío que estás en la Tierra,  preocupado, confundido, desorientado, solitario, triste,  angustiado... Yo conozco perfectamente tu nombre, y lo pronuncio bendiciéndote  porque te amo.

No. No estás solo  porque yo habito en ti; juntos construiremos este Reino, del cual serás mi  heredero. Deseo que siempre hagas mi  voluntad, porque mi voluntad es que seas feliz.

Debes saber que cuentas siempre  conmigo porque nunca te abandonaré y que tendrás el pan para hoy. No te  preocupes. Sólo te ruego que siempre lo compartas con tu  prójimo... con tus hermanos. Debes saber que siempre perdono  todas tus ofensas, antes, inclusive, de que las cometas, aún sabiendo que  las harás, por eso te ruego que hagas lo mismo con los que te ofenden. Deseo que nunca caigas en  tentación, por eso sujétate bien fuerte de mi mano y siempre confía en mí y yo te  liberaré del mal.

Recuerda y nunca te olvides que TE AMO desde el inicio de tus días, y te
amaré hasta el fin de los  mismos...

YO TE AMARÉ SIEMPRE PORQUE  SOY TU PADRE! Que Mi bendición quede  contigo y que mi eterno Amor y Paz te cubran siempre porque en el mundo no podrás  obtenerlas como Yo las doy porque...

YO SOY EL AMOR Y LA PAZ!

Por favor, debes siempre recordar, que en esa cruz, no está Dios, está en ti y en mí, porque a parte de morir por los pecados, vive ahora en nuestras vidas.         

GRACIAS TU PADRE

•  Canto: Caminaré en presencia del Señor.


Amo al Señor porque escucha mi voz suplicante.

Porque inclina mí oído hacia mí

El día que le invoco.

 

Me envolvían redes de muerte,

caí en tristeza y angustia

Invoqué el nombre del Señor

Señor salva mi vida.


El Señor es benigno y justo

Nuestro Dios es compasivo.

El Señor guarda a los sencillos

Estando yo sin fuerzas me salvó

•  Desarrollo. La Semana Santa debía ser…

  • Días de reflexión presidida de una Cuaresma seria, orante y vivencial en la comunidad (No se reduce a sacrificios, ayunos, oraciones largotas y vía crucis kilométricos…)
  • Lugar o espacio para el encuentro con Dios
    1. Domingo de Ramos: Dios quiere entrar en nuestro corazón (abandonen ese corazón de piedra y tengan un corazón misericordioso) Quiere ser palmera que lucha contra las fuerzas del viento fuerte y huracanado (diablo, tentaciones, seducciones de esta tierra, caprichos…) a parte del sol, mal carácter, envidias, lluvia, desolación, pereza…
    2. Nazareno. Una experiencia de un dolor medicinal. Que el miércoles santo se a ese hablar con Dios no para que nos quite la cruz, sino para que nos de espalda para cargarla o, por lo menos, para saber llevarla. Porque ni siquiera es para llevarla porque cualquiera la lleva y mucho más pesada que la nuestra. Es hablar con Dios para entender el dolor y arrastrarlo como sufrimiento que maldice, culpa, degrada y degenera en un vacío lamento que se queda en una profunda baja de autoestima.
    3. Tiempo para renovar la amistad con Dios. El jueves santo expresa el amor de quien es de verdad amigo. Darla vida por el otro. Y antes de hacerlo sirve sin ver cara o títulos. El lavatorio de los pies es la postura del humilde que se alegra porque alguien le visita y como no tiene otra cosa que ofrecerle le lava sus pies. Es el día del Memorial, más que simple recuerdo, es vivir la Institución de la Eucaristía como el mayor regalo. Eucaristía es vivir en una nueva comunión que se realiza en nosotros mismos, en la comunidad y con Dios. Va más allá de un monumento sacado de una botella para lucirse. Es el momento de evaluar mi acción como catequista y de pensar ciertamente en los niños que se han preparado. Es mirar si mi sector, grupo vive la realidad Eucarística como señal de buen cristiano. Si queremos un parroquia, una comunidad fuerte será delante del Santísimo sacramento del altar. Porque en ella está la fuente y cumbre de todo lo que hacemos. No la merecemos pero la necesitamos.

 

 

    1. Una muerte en el amor. El viernes santo se contempla y digo se contempla porque muchos no entendemos esa ceremonia y además, no nos gusta hablar de muerte, pues nos recuerda la propia y tenemos remordimiento ante la muerte del familiar o del amigo. Aquí encontramos a Jesús, nuestro Señor realmente muerto. La historia nos dice que a eso de las 3 de la tarde un infarto fulminante acabó con la vida de Jesús. No es un repetir de lo mismo para que en forma masoquista suframos. Tampoco se venera una simple cruz.

Lo que tiene a Cristo Crucificado

      • No son los clavos son las calumnias.
      • No son las espinas son las indiferencias.
      • No son los azotes son las ausencias frente al compromiso.
      • No fue Pilatos, ni el Sanedrín somos nosotros que nos lavamos las manos delante de una comunidad que vive en la muerte de la droga, el alcohol, el enfrentamiento…
      • No fue la cruz es mi crítica destructiva y dañina.
      • No fue la cruz Señor es mi silencio cómplice.
      • No fue la cruz es mi pecado que no quiero abandonar.

No fue la cruz la que mató a Cristo es nuestro conformismo al colocar pañitos de agua tibia o a seguir con la vieja norma de un anticuado grupo que tiene miedo a renovarse.

 

 

Es…

Ver a un Dios que nos salva. Pues al morir nos quita, extirpa el pecado. Tener la fuerza de la pacificación como Pedro, que se hace persona nueva porque reconoce, llora y se arrepiente.

Dejar en la cruz no un beso mentiroso, sino dejar allí lo que no está matando. Los pecados que no son otra cosa que rabias, orgullos, vanidades…

    1. En busca de la luz. La primera comunidad, con María a la cabeza, sintió el golpe tremendo de la crucifixión. Eso les produjo temor y vacilación. Hoy la Iglesia, como somos todos, la representa en el silencio del viernes por la noche y del sábado en el día. Llegados a la noche de la espera silenciosa se disipan las tinieblas con el encendido del Cirio Pascual , expresión de Cristo que se acerca para iluminar. No es otra vela más del desfile de devociones. Es Cristo que se suelta de la muerte y empieza a ser la única luz capaz de alumbrar los caminos más oscuros. Luz que ilumina, da gracia y bendice.

•  El sábado que repara la vida desanimada por la oscura traición.

•  El sábado que ilumina la lámpara herida por la soledad de la enfermedad y la pobreza.

•  El sábado que refuerza la vela débil y casi apagada por los soplos constantes del bostezo y la pereza.

•  El sábado que anima al velón viejo de media luz para renovarlo.

 

    1. Cristo ha resucitado. Verdaderamente ha resucitado. Hemos llegado al llegadero. La cruz desparece y nos conduce a una vida nueva  

Para ello…

•  Nacer de nuevo para adorar a Dios en Espíritu y Vida.

•  Encender una luz de esperanza para no maldecir la oscuridad.

•  Dejarse penetrar por la alegría de un Dios que muriendo nos da mayor vida.

•  Empezar a vivir con la grandeza de un amor que no le teme a la muerte.

•  Expresar con la vida, no con los dientes, una alegría que debe tener todo cristiano.

En aquella plaza roja de Moscú, la mañana de domingo de Pascua, se había reunido mucha gente. Gente que no podía manifestar su fe ya que el régimen comunista lo impedía y lo castigaba. De pronto, con mucha suavidad en forma de susurro se dejó escuchar “Cristo ha resucita” al rato otra vez, Cristo ha resucitado. Hasta que otra voz con mayor temblor respondía: Verdaderamente ha resucitado. Y luego otra y otras más. Hasta que esto se convirtió en un grito muy sonoro para que aquellos comunistas guardaran silencio ante inmenso ruido que no podían callar.

•  12:00 m. Acto penitencial.

•  Cuento: El sacerdote que trabaja en una parroquia rural se levantó a la seis de la mañana y marchó a celebrar la santa misa en la comunidad más apartada. Tres horas de camino. Después del duro camino llegó y sorprendido encontró la capilla, apunto de caer, completamente cerrada y nadie para la celebración. El sacerdote comenzó a renegar y decirle a Dios el por qué permitía esto. Acaso, si esfuerzo no era bien visto por Dios. Estando en esa pelea con Dios y consigo mismo. Del monte salió un viejo, con la cabeza gacha y disculpándose con el Padre le dijo: padrecito, disculpe a la gente por su ausencia. Pero perdone, yo he pedido a Dios que me diera la gracia de no permitir mi muerte sin recibir el sacramento de la confesión. El sacerdote a regañadientes le confesó. Y al preguntarle desde cuando no confesaba el viejo le respondió desde hace veinte años. El sacerdote calló de rodillas y con lágrimas en los ojos le dijo a Dios. Perdón Señor por mis tontas quejas, pero esa caminata valió la pena para traer la salvación a este arrepentido anciano. Y abrazando al anciano repetía: m{as vale un pecador arrepentido que mil que no necesitan de conversión

•  Canto: Pequé, pequé Dios mío…

Pequé, pequé, Dios mío.

Piedad, Señor, piedad

Si grandes son mis culpas, mayor es tu bondad.

 

Por tu preciosa sangre. Piedad, Señor, piedad.

Por tu larga agonía…

Por tu costado abierto…

Por tu madre afligida…

•  Desarrollo. Falso ego. Siempre pensamos que él otro es el culpable y que es él quien debe pedir perdón o simplemente lo metemos en el refrigerador. Ignorar mi rabia es hacerla crecer. Necesitamos quitarnos lo que no deja al Espíritu crecer. Y así pasa con mis deberes, con mis responsabilidades, con el amor, con el trabajo y las labores en la casa y todo lo que implica sacudir lo que el maligno quiere.

•  Confesarse un refuerzo en el camino. Si la madre Teresa de Calcuta y Juan Pablo II se confesaban semanalmente no era porque eran pecadores o porque fanatizaron la confesión, sino porque habían comprendido que este sacramento daba vitalidad.

Confesarse es…

•  Reconocer sus propias debilidades.

•  Creer en el sacramento de la reconciliación

•  Saber que Dios está en el sacerdocio perdonando.

•  Necesitar del perdón para perdonar.

Eclesiástico 4,25-26 A la verdad no contradigas, mas ruborízate de no estar educado. No te avergüences de confesar tus pecados, no te opongas a la corriente del río.

•  El pecado me arruina y arruina a la comunidad

Lectura bíblica

Juan 8,24 Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados.

 

1Corintios 15,5-57 ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. Pero ¡gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo!

Lucas 5,30-32 Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores? Les respondió Jesús: No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores.

 

•  Silencio. Escribir, memorizar los pecados.

•  Bendición.

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