4.
Navidad,
fiesta de la Sorpresa
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Hay
un bello villancico belga en el que se narra la historia del pastor "sorprendido".
Los pastores se acercan a la gruta de Belén llevando sus dones:
su manteca, su miel, sus ovejas... Sólo hay uno que se acerca con
las manos vacías y abiertas. El villancico le pregunta "¿Cómo
vienes sin nada a adorar al Niño?" Y el pastor le responde:
"Yo sólo le traigo mi sorpresa".Navidad es la fiesta
de la sorpresa. Veinte siglos de tradición cristiana no pueden
impedir que surja hoy en los creyentes la admiración y la sorpresa
ante lo que celebramos en estos días. Haber celebrado ya muchos
años la Navidad, experimentar todos esos bellos sentimientos humanos
asociados a estas fiestas, no debería bloquear nuestra capacidad
de admiración y sorpresa ante el Misterio de fe. |
San Ignacio de Loyola se convertía en un pobrecito esclavo indigno
para estar presente en el misterio de la Navidad. De alguna manera, San
Ignacio era también ese pastor sorprendido, con las manos vacías
pero el corazón muy abierto, que se acercaba al misterio de Belén
"como si presente se hallase, con todo acotamiento y reverencia posibles,
mirándolos, contemplándolos, sirviéndolos en sus
necesidades..." |
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Padre
Javier Gafo, S.J. |