Padre me quiero confesar |
Amigos,
amigas… Son muchos, mejor debo decir demasiados, los que le tienen adversión al Sacramento de la Confesión. Particularmente es un sacramento que a mí, sin caer en exageraciones, me revive y me pone en alegría cristiana. Quisiera comenzar a conversar con tranquilidad sobre el y buscaré la manera de enamorarte para que comiences a gozar de su gracia y valor. |
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Las cosas necesarias para hacer una buena confesión: |
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+ Examen de Conciencia |
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EXAMEN DE CONCIENCIA |
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Aquí se recuerdan los pecados cometidos y se hace, con seriedad
y sin prisa, lo que se ha hecho contra de Dios, de uno mismo, para con
las demás personas. Aquí se debe reflexionar acerca del
trato para con la familia, los vecinos, los amigos, los compañeros
de trabajo, los del estudio… No es una forma de quejarse, buscar
culpables o la hora para maldecir los remordimientos. Es un momento de
gracia que se hace en el silencio de cada uno de nosotros. |
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Nos podemos hacer las siguientes preguntas:
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Ojo: Si recuerdas otros pecados, se deben mencionar en la confesión. |
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DOLOR
DE LOS PECADOS |
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Tenemos
que estar bien claros en lo que estamos haciendo. El acto de confesarse,
como ya lo dijimos, arranca con el examen de conciencia y prosigue con
esa sensación de mucho malestar por haber caído en el pecado.
Es decir, que el o la penitente toma conciencia del pecado y siente “dolor”
Aquí no sin lágrimas o algo escandaloso como un grito de
horror, no nada de fanatismos. Es un dolor porque se pudo haber evitado
y no hicimos el mayor esfuerzo. Es un dolor moral que aqueja y duele en
lo más profundo del ser. Recordemos la Parábola del Hijo
Pródigo que al hacer su evolución reconoce, con profunda
sinceridad, la mala acción y regresa. Cambia de conducta. |
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PROPOSITO
DE LA ENMIENDA |
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Después de un serio examen de conciencia y el sentir dolor por
haber pecado se debe hacer un plan definido, en la verdad y objetivo.
Cada uno de los penitentes, delante de Dios y su conciencia, se abren
al amor de Dios y no hay mejor respuesta que proponerse enmendar, ratificar
y buscar la manera de alejarse de ese mal camino que lo condujo a pecar.
Aquí demostramos que si estamos, de corazón, arrepentidos.
No es el grito triunfalista de que más nunca pecaremos. Es y debe
ser esa lucha continua de huir del pecado y no transitar “aquellos”
pasajes que nos hicieron tropezar. |
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DECIR
LOS PECADOS LA CONFESOR |
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Necesitamos comunicar, hablar. Diría mi mamá deshogarse
y sentir la frescura de la limpieza. Es lago muy parecido cuando le contamos
al médico la verdad. ¿Cuál fue la comida? ¿Qué
hizo en las fiestas navideñas? ¿Qué medicina se estuvo
administrando?... Y tenemos que ser sinceros. El sacerdote, también
pecador, se presta para atender con paciencia y amor solícito a
las verdades que el penitente comienza a expresar. Por lo general uno se enfrenta con la verdad delante de un sacerdote, ministro ordinario de la confesión, se hace de rodillas en un confesionario o en un lugar apropiado. Se dice haciéndose la señal de la cruz “Ave María purísima” El sacerdote responderá “Sin pecado original concebida” De inmediato el sacerdote te pregunta: ¿Desde cuándo no te confesabas? Se le responde el tiempo y se inicia, con sinceridad el relato o la enumeración de los pecados. Le recomiendo comenzar por los más difíciles. Epa, no saber confesarse no es ninguna vergüenza, con toda tranquilidad se le dice al sacerdote: Padre se me olvidó confesarme. Ayúdeme. Son muchos los que callan pecados por vergüenza o temor. Esos pecados son los más peligrosos y nos hacen caer muy seriamente. |
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CUMPLIR
LA PENITENCIA |
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La
confesión es un acto sagrado porque es un Sacramento instituido
por Cristo para mantenernos su gracia y amor. Terminada la conversación
sincera con el sacerdote, éste nos aconseja. Jamás nos regaña,
simplemente como maestro nos conduce a lo mejor y de inmediato nos coloca
una penitencia que debemos cumplir sin perder tiempo. Cumplirla es una
forma de sentirse con dolor de haber pecado y a la vez me motiva para
darle gracias a Dios por el beneficio del perdón. |
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ACTO
DE CONTRICCION |
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Señor
mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y por que os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podeis castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amen |
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Tips |
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PERDÓNAME
SEÑOR, CUANDO ME QUEJO. TENGO DOS PIERNAS, Y EL MUNDO ES MÍO! PERDÓNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO. Y PUEDO VER, Y, EL MUNDO ES MÍO ! PERDÓNAME
SEÑOR CUANDO ME QUEJO. PERDÓNAME
SEÑOR CUANDO ME QUEJO. |