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Padre me quiero confesar
Amigos, amigas…

Son muchos, mejor debo decir demasiados, los que le tienen adversión al Sacramento de la Confesión. Particularmente es un sacramento que a mí, sin caer en exageraciones, me revive y me pone en alegría cristiana. Quisiera comenzar a conversar con tranquilidad sobre el y buscaré la manera de enamorarte para que comiences a gozar de su gracia y valor.
Las cosas necesarias para hacer una buena confesión:

+ Examen de Conciencia
+ Dolor de los Pecados
+ Propósito de la enmienda
+ Decir los pecados al Confesor
+ Cumplir la penitencia

+ Acto de Contricción

EXAMEN DE CONCIENCIA
Aquí se recuerdan los pecados cometidos y se hace, con seriedad y sin prisa, lo que se ha hecho contra de Dios, de uno mismo, para con las demás personas. Aquí se debe reflexionar acerca del trato para con la familia, los vecinos, los amigos, los compañeros de trabajo, los del estudio… No es una forma de quejarse, buscar culpables o la hora para maldecir los remordimientos. Es un momento de gracia que se hace en el silencio de cada uno de nosotros.

Nos podemos hacer las siguientes preguntas:

  • ¿Cuándo fue mi última confesión?
  • ¿He recibido en pecado la Santa Comunión?
  • ¿He callado, por vergüenza, algún pecado en mi última confesión?
  • ¿Mentiras? ¿Impurezas? ¿La misa de los domingos? ¿obediencia a mis padres? ¿Odios? ¿Envidias? ¿He aconsejado cosas malas a otros? ¿Robos? ¿Calumnias?
  • ¿Lo qué prometí en la última confesión lo he cumplido?

Ojo: Si recuerdas otros pecados, se deben mencionar en la confesión.

DOLOR DE LOS PECADOS
Tenemos que estar bien claros en lo que estamos haciendo. El acto de confesarse, como ya lo dijimos, arranca con el examen de conciencia y prosigue con esa sensación de mucho malestar por haber caído en el pecado. Es decir, que el o la penitente toma conciencia del pecado y siente “dolor” Aquí no sin lágrimas o algo escandaloso como un grito de horror, no nada de fanatismos. Es un dolor porque se pudo haber evitado y no hicimos el mayor esfuerzo. Es un dolor moral que aqueja y duele en lo más profundo del ser. Recordemos la Parábola del Hijo Pródigo que al hacer su evolución reconoce, con profunda sinceridad, la mala acción y regresa. Cambia de conducta.
PROPOSITO DE LA ENMIENDA
Después de un serio examen de conciencia y el sentir dolor por haber pecado se debe hacer un plan definido, en la verdad y objetivo. Cada uno de los penitentes, delante de Dios y su conciencia, se abren al amor de Dios y no hay mejor respuesta que proponerse enmendar, ratificar y buscar la manera de alejarse de ese mal camino que lo condujo a pecar. Aquí demostramos que si estamos, de corazón, arrepentidos. No es el grito triunfalista de que más nunca pecaremos. Es y debe ser esa lucha continua de huir del pecado y no transitar “aquellos” pasajes que nos hicieron tropezar.
DECIR LOS PECADOS LA CONFESOR
Necesitamos comunicar, hablar. Diría mi mamá deshogarse y sentir la frescura de la limpieza. Es lago muy parecido cuando le contamos al médico la verdad. ¿Cuál fue la comida? ¿Qué hizo en las fiestas navideñas? ¿Qué medicina se estuvo administrando?... Y tenemos que ser sinceros. El sacerdote, también pecador, se presta para atender con paciencia y amor solícito a las verdades que el penitente comienza a expresar.
Por lo general uno se enfrenta con la verdad delante de un sacerdote, ministro ordinario de la confesión, se hace de rodillas en un confesionario o en un lugar apropiado. Se dice haciéndose la señal de la cruz “Ave María purísima” El sacerdote responderá “Sin pecado original concebida” De inmediato el sacerdote te pregunta: ¿Desde cuándo no te confesabas? Se le responde el tiempo y se inicia, con sinceridad el relato o la enumeración de los pecados. Le recomiendo comenzar por los más difíciles. Epa, no saber confesarse no es ninguna vergüenza, con toda tranquilidad se le dice al sacerdote: Padre se me olvidó confesarme. Ayúdeme. Son muchos los que callan pecados por vergüenza o temor. Esos pecados son los más peligrosos y nos hacen caer muy seriamente.
CUMPLIR LA PENITENCIA
La confesión es un acto sagrado porque es un Sacramento instituido por Cristo para mantenernos su gracia y amor. Terminada la conversación sincera con el sacerdote, éste nos aconseja. Jamás nos regaña, simplemente como maestro nos conduce a lo mejor y de inmediato nos coloca una penitencia que debemos cumplir sin perder tiempo. Cumplirla es una forma de sentirse con dolor de haber pecado y a la vez me motiva para darle gracias a Dios por el beneficio del perdón.
ACTO DE CONTRICCION
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre, Redentor mío,
por ser vos quien sois, bondad infinita
y por que os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido,
también me pesa porque podeis castigarme con
las penas del infierno.
Animado con tu divina gracia,
propongo firmemente
nunca mas pecar, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta,
para el perdón de mis pecados. Amen
 
Tips
PERDÓNAME SEÑOR, CUANDO ME QUEJO.
TENGO DOS PIERNAS, Y EL MUNDO ES MÍO!

PERDÓNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.
Y PUEDO VER, Y, EL MUNDO ES MÍO !

PERDÓNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.
YO PUEDO ESCUCHAR, Y, EL MUNDO ES MÍO !

PERDÓNAME SEÑOR CUANDO ME QUEJO.
LO TENGO TODO, Y, EL MUNDO ES MÍO!
NO LE DIGAS ! A DIOS CUAN GRANDE ES TU PROBLEMA......
DILE A TU PROBLEMA CUAN GRANDE ES TU DIOS