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LA SANTA SEMANA SANTA

“Un tiempo de Dios para reflexionar y vivir la Pascua”

Jueves Santo. Responsables Cofradía del Santísimo y Sector san José

INSTITUCION DE LA EUCARISTÍA

Preparativos:

Pancarta grande y vistosa: La Eucaristía, regalo de Dios para la vida.

  • La comisión, con mucha antelación, ya ha presentado al sacerdote el esquema - diseño para el Monumento. (Alegoría bíblica en torno a la Divina Eucaristía ) Monumento que debe estar listo la noche anterior.
  • Haber preparado a 12 niños, jóvenes o adultos varones como apóstoles para el lavatorio de los pies. (Ojalá estén vestidos con lo típico de aquella época)
  • Haber ido a Catedral a buscar los Óleos que entrarán solemnemente al templo parroquial. (nombrar padrinos, madrinas. Sería muy bueno se compren nuevos envases)
  • Monitor, lectores, Ministros.
  • Toalla, jarra, ponchera para lavar los pies, jabón, obsequio para los apóstoles
  • La celebración será a las 6:00 p. m. (al caer la tarde)
  • Flores suficientes para el altar y monumento.
  • Velas y velones que sepan expresar la luz que es Cristo.
  • La lista de las personas responsables de la adoración. (con tiempo suficiente) Es una responsabilidad muy seria y hermosa.
  • Debemos quitar todas las imágenes.
  • Cubrir el Cristo con una pieza de tela morada o blanca.
  • Consagrar suficiente hostias. Ya que el Viernes Santo no habrá celebración Eucarística.

Esquema :

    1. Monición de entrada:

La Eucaristía es el centro de la vitalidad de la Comunión de la Iglesia. Ella es la que le da vida a la comunión de todos nosotros. Sin ella no existiera la Iglesia y sin la Iglesia no se pudiera celebrar la Eucaristía. El Papa Juan Pablo II, llama a la Eucaristía , el tema crucial, importante que atraviesa la vida de la Iglesia. Ella es, por tanto, la fuente y cumbre de la vida y la misión de la Iglesia. Que esta Santa Misa nos una y nos haga vivir a Cristo vivo, real y resucitado en medio de todos.

    1. Coro…
    2. Presentación de los óleos. (tres Padrinos o madrinas, debidamente trajeados para el momento, traer lentamente los tres recipientes. Al llegar al centro del templo, cada uno lo levanta y lo muestra diciendo: 1. Santo Crisma (color blanco)

2. Óleo de los enfermos (color morado)

3. Óleo de los catecúmenos (color verde)

Los tres padrinos o madrinas se acercan y se quedan frente al altar para que el sacerdote los reciba

Monitor: El Señor Arzobispo consagró estos aceites para el servicio parroquial. Al recibirlos, como Comunidad cristiana, pedimos a Dios nos llene de su gracia para celebrar con dignidad los Sacramentos y así, volver a su gracia y amor.

El sacerdote los recibe. Bendice a los padrinos. Y se colocan, de inmediato, Sagrario dispuesto y ricamente adornado. (Flores, cirio)

    1. Ritos iniciales…
    2. Acto penitencial.
    3. Coro: Señor ten piedad
    4. Gloria (Se tocan las campanas. Para luego volverlas a escuchar el domingo de resurrección e incluso desde el campanario)

 

    1. Oración Colecta. Oremos: Dios nuestro, nos has reunido hoy para celebrar aquella misma memorable Cena en que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su amor; concédenos alcanzar, por la participación en este sacramento, la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
    1. Primera Lectura. Prescripciones sobre la cena Pascual

Lectura del libro del Éxodo 12, 1-8.11-14 En aquellos días, el Señor dijo a Moisés y a Aarón en Egipto: «Este mes será para ustedes el más importante de todos, será el primer mes del año. Digan a toda la asamblea de Israel: Que el día décimo de este mes prepare cada uno un cordero por familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comerlo entero, que invite a cenar en su casa a su vecino más próximo, según el número de personas y la porción de cordero que cada cual pueda comer. Será un animal sin defecto, macho, de un año; podrá ser cordero o cabrito. Lo guardarán hasta el día catorce de este mes, y toda la comunidad de Israel lo inmolará al atardecer. Luego rociarán con la sangre el marco de la puerta en las casas donde vayan a comerlo. Lo comerán esa noche asado al fuego, con panes sin levadura y hierbas amargas. Y lo comerán así: el cinturón puesto, los pies calzados, bastón en mano y a toda prisa, porque es la pascua del Señor. Esa noche pasaré yo por el país de Egipto y mataré a todos sus primogénitos, tanto de los hombres como de los animales. Así ejecutaré mi sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor. La sangre servirá de señal en las casas donde estén; al ver yo la sangre, pasaré de largo y, cuando yo castigue a Egipto, la plaga exterminadora no los alcanzará cuando hiera yo a Egipto. Este día lo recordarán siempre y lo celebrarán como fiesta del Señor, institución perpetua para todas las generaciones». Palabra de Dios.

    1. Salmo Responsorial. Sal 115, 12-13.15-16bc.17-18

Vamos a responder Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de la salvación, invocando su nombre.

Todos: Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

 

El Señor siente profundamente la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava; rompiste mis ataduras.

Todos: Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

 

Te ofreceré un sacrificio de acción de gracias invocando tu nombre; cumpliré mis promesas al Señor en presencia de todo el pueblo.

Todos: Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

    1. Segunda lectura . Cada vez que comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11, 23-26 Hermanos: Por lo que a mí toca, del Señor recibí la tradición que les he transmitido, a saber, que Jesús, el Señor, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y, después de dar gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía». Igualmente, después de cenar, tomó el cáliz y dijo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; cuantas veces beban de él, háganlo en memoria mía». Así pues, siempre que coman de este pan y beban de este cáliz, anuncian la muerte del Señor hasta que él venga. Palabra de Dios.
    2. Coro…
    3. Evangelio. Los amó hasta el extremo. Lectura del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15 Era la víspera de la fiesta de la pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre. Y él, que había amado a los suyos, que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el final. Estaban cenando y ya el diablo había convencido a Judas Iscariote, hijo de Simón, para que entregara a Jesús. Entonces Jesús, sabiendo que el Padre le había entregado todo, y que de Dios había venido y a Dios regresaba, se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la colocó en la cintura. Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Cuando llegó a Simón Pedro, éste se resistió: «Señor, ¿cómo vas a lavarme tú a mí los pies?» Jesús le contestó: «Lo que estoy haciendo, tú no lo puedes comprender ahora; lo comprenderás después». Pedro insistió: «Jamás permitiré que me laves los pies». Entonces Jesús le contestó: «Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo». Simón Pedro reaccionó diciendo: «Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza». Pero Jesús le dijo: «El que se ha bañado sólo necesita lavarse los pies, porque está completamente limpio; y ustedes están limpios, aunque no todos». Sabía muy bien Jesús quién lo iba a entregar; por eso dijo: “No todos están limpios”.Después de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y dijo: ¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque efectivamente lo soy. Pues bien, si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben hacer lo mismo unos con otros. Les he dado ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes». Palabra del Señor.
    4. Lavatorio de los pies. Los apóstoles se van presentando diciendo su nombre: Pedro, Juan… y siguen sentados. (En el medio de ellos hay una toalla y una jarra con agua y una especie de ponchera para lavar los pies. Y en una bandeja los obsequios o recuerdos para los apóstoles)
    5. Coro: Un Mandamiento Nuevo. Solamente el coro de la canción
    6. Monitor: El Señor se levantó de la mesa, echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de sus discípulos para darles ejemplo. Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?
    7. Coro…
    8. Monitor: «Señor, ¿pretendes tú lavarme los pies?» Jesús le respondió: «Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo». Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?
    9. Coro…
    10. Monitor: Fue Jesús hacia Simón Pedro y éste le dijo: «Señor, ¿pretendes tú lavarme los pies?» Jesús le dijo: «Lo que yo estoy haciendo, tú no lo entiendes ahora; lo entenderás más tarde». Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?
    11. Coro…
    12. Monitor: «Si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, cuánto más ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?
    13. Coro…
    14. Monitor: «En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros». Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?
    15. Coro…
    16. Monitor: Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros como yo los he amado, dice el Señor. Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?
    17. Coro…
    18. Monitor: «Que permanezca en ustedes la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor. Ahora tenemos la fe, la esperanza y el amor; pero la mayor de estas tres virtudes es el amor». Señor, ¿cómo me vas a lavar los pies tú a mí?
    19. Oración de los Fieles

Celebrante: Supliquemos, hermanos y hermanas, a Cristo, el ungido de Dios, en cuyas manos el Padre ha puesto todas las cosas, y pidámosle que escuche nuestras oraciones: (Respondemos a cada petición: que tu amor nos salve siempre ).

  1. Para que todos los cristianos sepan seguir el ejemplo de humildad del Señor, que lavó los pies de sus discípulos, e imiten la bondad de aquél que aceptó las lágrimas de Pedro, que lo había negado. Oremos.
  2. Para que nuestros obispos y sus presbíteros, que en estos días han recordado el inicio de su ministerio y han renovado sus promesas, vivan plenamente conformes a Jesús y sean siempre fieles a lo que en su ordenación prometieron, roguemos al Señor. Oremos.
  3. Para que el Señor, que se entregó a la muerte para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos, inspire sentimientos de conversión a los que por el pecado o por la indiferencia se han alejado de la Iglesia , roguemos al Señor Oremos…
  4. Para que los enfermos, al ser ungidos con el óleo de la salvación, experimenten la protección del Señor y sientan mejora en su enfermedad y alivio en sus dolores. Oremos…
  5. Para que el Señor, que con su humillación nos exalta, con su entrega nos merece el perdón, con su sangre nos purifica y con su carne nos alimenta, ilumine también nuestras mentes para que comprendamos y amemos los misterios que hoy conmemoramos, oremos…

Celebrante: Señor Jesucristo, ya que, mientras vivimos aún en este mundo, nos invitas a participar en la mesa que es imagen del banquete eterno, escucha nuestra oración y haz que los que ahora nos reunimos para celebrar el sacramento de tu triunfo, podamos ser también tus comensales en el banquete de la Pascua eterna. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

    1. Coro. Ofrendas

 

    1. Oración sobre las Ofrendas . Concédenos, Señor, participar dignamente en esta Eucaristía, porque cada vez que celebramos el memorial de la muerte de tu Hijo, se realiza la obra de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
    2. Prefacio. El sacrificio y el sacramento de Cristo

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro, verdadero y único sacerdote.

El cual, al instituir el sacrifico de la eterna alianza, se ofreció a sí mismo como víctima de salvación, y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya. Su carne, inmolada por nosotros, es alimento que nos fortalece; su sangre, derramada por nosotros, es bebida que nos purifica.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

    1. Coro: Santo, Santo, santo…
    2. Consagración (Repique de campanas interno y externo)
    3. Abrazo de paz
    4. Coro: Por la paz. Cordero de Dios…
    5. Comunión
    6. Oración después de la Comunión : Oremos: Señor, tú que nos permites disfrutar en esta vida de la Cena instituida por tu Hijo, concédenos participar también del banquete celestial de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
    7. Traslado del Santísimo Sacramento Dicha la oración después de la comunión, el celebrante, de pie ante el altar, pone incienso en el incensario y, arrodillado, inciensa tres veces al Santísimo Sacramento. Poniéndose el paño de hombros, toma en sus manos el copón y lo cubre con las extremidades del paño. Se forma entonces la procesión para llevar el Santísimo Sacramento a través del templo hasta el sitio de la reserva. Durante la procesión se canta algún canto eucarístico. Al llegar la procesión al lugar de la reserva, el celebrante deposita el copón y, poniendo incienso, lo inciensa arrodillado. Después se cierra el tabernáculo o la urna del depósito. Después de unos momentos de adoración en silencio, el celebrante y los ministros hacen genuflexión y vuelven a la sacristía. Seguidamente se desnuda el altar, y si es posible, se quitan del templo las cruces. Si algunas no se pueden quitar, es conveniente que queden cubiertas con un velo. Exhórtese a los fieles, según las circunstancias y costumbres del lugar, a dedicar alguna parte de su tiempo, en la noche, a la adoración delante del Santísimo Sacramento.
Coro…
 

Jueves Santo. Misa Vespertina de la Cena del Señor

Oración Colecta. Oremos: Dios nuestro, nos has reunido hoy para celebrar aquella misma memorable Cena en que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el sacrificio nuevo y eterno, sacramento de su amor; concédenos alcanzar, por la participación en este sacramento, la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Lectura del libro del Éxodo 12, 1-8.11-14 Prescripciones sobre la cena Pascual

Salmo 115 Gracias, Señor, por tu sangre que nos lava.

San Pablo a los Corintios 11, 23-26 Cada vez que comen de este pan y beben de este cáliz, proclama la muerte del Señor.

San Juan 13,1-15 Los amó hasta el extremo. “Era la víspera de la fiesta de la pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre. Y él, que había amado a los suyos, que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el final. Estaban cenando y ya el diablo había convencido a Judas Iscariote, hijo de Simón, para que entregara a Jesús. Entonces Jesús, sabiendo que el Padre le había entregado todo, y que de Dios había venido y a Dios regresaba, se levantó de la mesa, se quitó el manto, tomó una toalla y se la colocó en la cintura. Después echó agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Cuando llegó a Simón Pedro, éste se resistió: Señor, ¿cómo vas a lavarme tú a mí los pies? Jesús le contestó: Lo que estoy haciendo, tú no lo puedes comprender ahora; lo comprenderás después. Pedro insistió: «Jamás permitiré que me laves los pies». Entonces Jesús le contestó: Si no te lavo los pies, no tendrás nada que ver conmigo. Simón Pedro reaccionó diciendo: «Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza». Pero Jesús le dijo: El que se ha bañado sólo necesita lavarse los pies, porque está completamente limpio; y ustedes están limpios, aunque no todos». Sabía muy bien Jesús quién lo iba a entregar; por eso dijo: No todos están limpios”.Después de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y dijo: ¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque efectivamente lo soy. Pues bien, si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben hacer lo mismo unos con otros. Les he dado ejemplo, para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes”

La Eucaristía, regalo de Dios para la vida.

 

Fecha en la que se conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos. En ella, Cristo instituyó el sacramento de la Eucaristía, donde Él se hace presente a través de la conversión del pan y del vino en su Cuerpo y su Sangre, y el sacramento del Orden Sacerdotal.

La Eucaristía es…

  • El centro de la vitalidad de la Comunión de la Iglesia.
  • Ella es la que le da vida a la comunión de todos nosotros.
  • Sin ella no existiera la Iglesia y sin la Iglesia no se pudiera celebrar la Eucaristía.
  • La Eucaristía, el tema crucial, importante que atraviesa la vida de la Iglesia.
  • Ella es, por tanto, la fuente y cumbre de la vida y la misión de la Iglesia.

La liturgia define el jueves santo como el hoy eucarístico.

  • El día en que nuestro Señor Jesucristo encomendó a sus discípulos la celebración del sacramento de su Cuerpo y de su Sangre
  • Antes de ser inmolado en la cruz el viernes santo, instituyó el sacramento que perpetúa su ofrenda en todos los tiempos.
  • En cada santa misa, la Iglesia conmemora ese evento histórico decisivo.
  • Con profunda emoción el sacerdote se inclina, ante el altar, sobre los dones eucarísticos, para pronunciar las mismas palabras de Cristo «la víspera de su pasión», y repite sobre el pan: «Este es mi cuerpo, que se entrega por vosotros» (1 Co 11 24) y luego sobre el cáliz: «Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre» (1 Co 11, 25).
  • La Iglesia vive mediante la Eucaristía, se deja formar por la Eucaristía, y sigue celebrándola hasta que vuelva su Señor.

Dice el Señor: yo estoy entre ustedes para servirles

  • El amor alcanza su cima en el don que la persona hace de sí misma, sin reservas, a Dios y a sus hermanos.
  • Al lavar los pies a los Apóstoles, el Maestro les propone una actitud de servicio
  • Con este gesto, Jesús revela un rasgo característico de su misión: Yo estoy en medio de ustedes como el que sirve (Lc 22, 27)
  • En efecto, el servicio, es decir, la solicitud por las necesidades del prójimo, constituye la esencia de todo poder bien ordenado: reinar significa servir.

Una fiesta que nos recuerda la solidaridad

  • Hay personas que no tienen sitio en ninguna mesa.
  • No son pocos, son muchos millones, son la mayoría.
  • Esta dramática realidad ni depende de Dios, ni Dios la quiere.
  • Él ha preparado para todos sus hijos el banquete de la vida en la mesa de la creación.
  • En el banquete de la creación no se excluye a nadie y se respeta la dignidad de cada ser humano.
  • Las mesas están repartidas en las plazas de todos lo pueblos. Los frutos se encuentran en todos los campos.

De ti depende…

  • Muchas veces culpamos a Dios de nuestros males y miserias.
  • Lanzamos preguntas al cielo sobre el por qué de tantos sufrimientos: ¿No le Importa a Dios que sus hijos sufran? ¿No hace nada Dios para remediarlo?
  • La primera respuesta es que Dios también sufre con nosotros, no es impasible.
  • La segunda respuesta se llama Jesucristo, que se acerca misteriosamente a todo hombre, al hombre caído y herido; que ofrece la medicina definitiva de su persona que nos da el Espíritu Santo.
  • La tercera respuesta es el hombre, somos cada uno de nosotros. Dios nos ha hecho con capacidades creadoras y liberadoras.
  • Entonces Dios actúa por medio de nuestras manos.

El lema de nuestra campaña Compartir es "Eras migrante y me acogiste"

Cristo vino a nosotros a…

  • Saciar el hambre y la sed del corazón humano, para que nadie sufriera hambre y sed, para que todos tuvieran vida, y vida en abundancia (cf. Jn 10, 10)
  • Al ver a la muchedumbre hambrienta, compadecido, multiplicó los panes y los peces para que todos comieran.
  • El pan en sus manos era algo sagrado, porque significaba la vida, porque llevaba una carga extraordinaria de Amor, de respeto total a cada ser humano.
  • El pan en sus manos era profecía de la santa mesa de la Trinidad , del Banquete del Reino que viene.
  • El mismo se hace pan. Yo soy el pan de la vida... El que come este pan vivirá para siempre (Jn 6, 48. 58).
  • Cuando no haya hambre en el mundo, el corazón del hombre seguirá hambriento y sediento si le falta Dios.

Millones de Lázaros siguen llamando a la puerta

  • No quieren migajas, simples limosnas que ofenden.
  • Quieren trabajo y respeto a su dignidad.
  • Lo que pasa es que los ojos y el corazón de nuestra sociedad están en el lucro y el beneficio, a costa de lo que sea
  • Son los inmigrantes; los maltratados; los encarcelados; los ancianos solos y abandonados; los que no tienen acceso a un puesto de trabajo; los niños a quienes se les niega el derecho a la vida y a un crecimiento afectivo estable; los ancianos y los incurables amenazados.
  • Tú no puedes cerrar tus oídos y tus ojos. Tú no puedes endurecer el corazón.
  • Tú debes mirar a Lázaro con ojos de misericordia.
  • Tú debes acercarte a Lázaro con actitudes de buen samaritano.
  • Tú puedes meter a Lázaro en tu casa, en tu corazón y sentarle a tu mesa. Tú puedes salvar a Lázaro.
  • Puedes, todos podemos y debemos ser manos de Dios para Lázaro.

Debemos…

  1. Compartir los bienes, y no sólo los que nos sobran. Se trata de poner en marcha la cultura de la justicia social, de hacer avanzar la civilización del amor.
  2. Exige la cultura de la solidaridad y la misericordia. Debes mirar al excluido como algo tuyo y asumir su necesidad y su problema.
  3. Debes ofrecerle una ayuda liberadora para que, superando la dependencia, él mismo pueda ayudar a los demás.
  4. Debes devolverle su autoestima y su dignidad valorándolo, estimándole, tratándolo con respeto, con dignidad.

Todos estamos convocados a sentarnos a la mesa de la fraternidad.

Tenemos que actuar de tal manera que los pobres, en cada comunidad cristiana, se sientan como en 'su casa'. (Juan Pablo II )

 

Que esta Santa Misa nos una y nos haga vivir a Cristo vivo, real y resucitado en medio de todos.