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Recursos Litúrgicos
Día de la Candelaria

02 jueves. Presentación del Señor

Preparativos:

  • El templo completamente cerrado.
  • Motivar a los Sectores para que inviten, cada uno, 5 niños, menores de un año, para la presentación. Hacer lista para nombrarlos en misa.
  • Buscar unas cinco madres pobres niño para entregarle ese día una canastilla. Buscar patrocinantes…
  • Hoja de canto.
  • 4 cajas de velas adornadas. (Velas blancas comunes)
  • La misa comienza en el estacionamiento
  • El padre y la Sra. Nancy de Aray encargados de la escenificación.
  • Personas para repartir a la entrada del estacionamiento las velas adornadas.
  • Leña para la fogata
  • Fósforos, gasoil para el fuego. Zinc para colocar debajo de la fogata para no dañar el piso
  1. Escenificación, bendición de los niños, bendición de las candelas y procesión…

•  Escenificación: El templo cerrado y los fieles se reúnen en el estacionamiento o en otra parte contigua al templo. Allí debe haber leña en forma de fogata para encender. Un arco adornado donde está la familia de Nazaret. A un lado el coro…

  1. Escenario: dos palomas, arco para adornar el lugar donde está la familia de nazaret
  2. Actores: Monitor, Pastores, Virgen María, San José, el Niño, Simeón, Ana, Ángel, coro…

(Todos los participantes están alrededor de la fogata y a un lado está la familia de Nazaret)

Monitor: Hermanos y hermanas, ya se han cumplido 40 días del nacimiento del Niño Dios. Por eso, nos reunimos hoy como una familia para celebrar la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo. Además, de la fiesta de la Virgen en nuestra Señora de la Candelaria , muy querida y patrona de Tenerife, Islas canarias. Jesús fue llevado al templo, por María la Virgen y San José, para encontrarse con el resto de Israel, representado por los ancianos Simeón y Ana que lo esperaban con ayuno y oraciones. Aprovechamos esta reunión para presentar a nuestros hijos y dar gracias a Dios por tan bello regalo. Para ello elevaremos hasta Dios nuestras velas como signo de Cristo luz de los pueblos y protección de todos.

Ojalá seamos, a partir de aquí, piedras vivas para construir el verdadero templo para adorar a Dios en espíritu y verdad. Porque en este día Cristo, que es luz del mundo, quiere iluminar nuestro camino para no perder la necesidad de la Eucaristía , que no la merecemos, pero la necesitamos.

Canto….

José: (Abrazando a María y en medio de los, pastores le dice) Hemos llegado a la casa de Dios y aquí daremos gracias por nuestro amor y por nuestro hijo.

María: Dios ha estado grande con nosotros y hoy estamos muy alegres. Tan alegres que hemos traído estas palomas y esta vela para encenderla en acción de gracias (Se sueltan las palomas y José enciende la vela y la coloca en un altar improvisado).

Simeón: (un viejito con paso lento se acerca adonde está la familia y les dice)

Señora María, déjeme alzar a este niños que será luz para todos, aunque debo recordarles que a usted, María, una espada de dolor y muchos sufrimientos tendrá que afrontar.

José: (Abrazando a María fuerte le dice) No temas María, yo estaré siempre a tu lado.

Ana (una anciana que se acerca lentamente…)

Yo soy Ana, estuve casada siete años y ya tengo 84 años, jamás me he apartado del templo y ahora, en medio de las oraciones y ayunos, tengo la gracia de poder ver al salvador del mundo. (Abraza a María con el niño)

Ángel: Bien sabes María, que para Dios nada es imposible. No temas y cuida del Niño que él será motivo mucha alegría para todos. Reza, en voz alta, el avemaría…

Canto…

Monitor: Los padres del niño, un poco alarmados y emocionados, se retiraron, después de haber cumplido con la ley. El niño iba creciendo y se fortalecía de sabiduría con la gracia de Dios.

•  Bendición de las velas. Se enciende la fogata, el cirio Pascual y se invita a la gente a encender sus velas con la luz del cirio. Ministros.

Oración de bendición de las candelas

Oremos.

¡Oh Dios!, luz verdadera, autor y dador de la luz eterna, infunde en el corazón de los fieles la luz que no se extingue, para que, cuantos son iluminados en tu templo por la luz de estos cirios, puedan llegar felizmente al esplendor de tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

El celebrante rocía las candelas con agua bendita.

•  Bendición de los niños.

Oración de bendición

Oh Dios, autor y protector de la vida humana, que has concedido a estas hijas tuyas el gozo de la maternidad, dígnate aceptar nuestra alabanza y escucha con bondad lo que te pedimos:

Que guardes de todo mal a las madres y a sus hijos, que los acompañes siempre en el camino de la vida y que, a su tiempo, los acojas en la felicidad
de tu morada eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

Imposición de las manos

Las madres vuelven a sus lugares. Pero si el número lo permite, antes cada una va con su hijo ante la sede, donde el celebrante les impone en silencio las manos, diciéndoles antes la siguiente monición:

En el Evangelio leemos que Jesús aceptaba gustoso que le presentasen los niños, a los que abrazaba y bendecía imponiéndoles las manos. Del mismo modo ahora el sacerdote, representando al Señor, impondrá las manos a estos niños y niñas, como signo de la bendición que junto con sus madres acaban de recibir.

•  Procesión. Inicia la procesión la familia de Nazaret, pastores, los fieles con las velas encendidas, el sacerdote junto a los Ministros. (A la entrada del templo todos van apagando las velas)

•  Santa Misa

  • Ritos iniciales
  • Acto penitencial
  • Gloria.
  • Oración Colecta Oremos: Dios todopoderoso y eterno, te rogamos humildemente que, así como tu Hijo único revestido de nuestra humanidad, ha sido presentado hoy en el templo, nos concedas, de igual modo, a nosotros la gracia de ser presentados delante de ti con el alma limpia. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
  • Primera Lectura

Entrará en el santuario el Señor, a quien ustedes buscan

Lectura del libro del profeta Malaquías 3, 1-4

Esto dice el Señor: He aquí que yo envío mi mensajero a prepararme el camino, y de pronto entrará en su santuario el Señor a quien ustedes buscan, el mensajero de la alianza a quien tanto desean; he aquí que ya viene, dice el Señor todopoderoso. ¿Quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién se mantendrá de pie en su presencia? Será como fuego de fundición y como blanqueador de ropa. Se pondrá a refinar la plata. Limpiará a los hijos de Leví y los purificará como el oro y la plata, para que presenten al Señor ofrendas legítimas. Entonces agradarán al Señor las ofrendas de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos” Palabra de Dios.

•  . Salmo Responsorial Nro. 23. El Señor es el rey de la gloria .
¡Puertas, levanten sus dinteles, elévense compuertas eternas, para que entre el rey de la gloria! El Señor es el rey de la gloria.


¿Quién es el rey de la gloria? El Señor, héroe poderoso; el Señor, héroe de las batallas. El Señor es el rey de la gloria.


¡Puertas, levanten sus dinteles, elévense compuertas eternas, para que entre el rey de la gloria! El Señor es el rey de la gloria.

¿Quién es el rey de la gloria? El Señor todopoderoso, él es el rey de la gloria. El Señor es el rey de la gloria.

•  Segunda Lectura. Tenía que asemejarse en todo a sus hermanos Lectura de la carta a los Hebreos 2, 14-18

Hermanos: Puesto que los hijos tenían en común la carne y la sangre, también Jesús las compartió, para poder destruir con su muerte al que tenía poder para matar, es decir, al diablo, y librar a aquellos a quienes el temor a la muerte tenía esclavizados de por vida. Porque ciertamente no ha venido en auxilio de los ángeles, sino en auxilio de la raza de Abrahán. Por eso tenía que ser hecho en todo semejante a sus hermanos, para llegar a ser un sumo sacerdote misericordioso y digno de confianza en las cosas de Dios, capaz de obtener el perdón de los pecados del pueblo. Precisamente porque él mismo fue sometido al sufrimiento y a la prueba, puede socorrer ahora a los que están bajo la prueba. Palabra de Dios.

•  Canto…

•  Evangelio. Mis ojos han visto al Salvador. Lucas 2, 22-40

Cuando se cumplieron los días de la purificación prescrita por la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como prescribe la ley del Señor: Todo primogénito varón será consagrado al Señor. Ofrecieron también en sacrificio, como dice la ley del Señor, un par de tórtolas o dos pichones. Había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías enviado por el Señor. Vino, pues, al templo, movido por el Espíritu y, cuando sus padres entraban con el niño Jesús para cumplir lo que mandaba la ley, Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios diciendo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar que tu siervo muera en paz. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos, como luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Su padre y su madre estaban admirados de las cosas que se decían de él. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: Mira, este niño hará que muchos caigan o se levanten en Israel. Será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón; así quedarán al descubierto las intenciones de muchos. Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, que era ya muy anciana. Había estado casada siete años, siendo aún muy joven, y después había permanecido viuda hasta los ochenta y cuatro años. No se apartaba del templo dando culto al Señor día y noche con ayunos y oraciones. Se presentó en aquel momento y se puso a dar gracias a Dios y a hablar del niño a todos los que esperaban la liberación de Israel. Cuando cumplieron todas las cosas prescritas por la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía llenándose de sabiduría, y contaba con la gracia de Dios.

Oración de los Fieles. Celebrante: Oremos, hermanos y hermanas, a Jesús, el Señor, que, para cumplir la ley de Moisés, quiso ser presentado en el templo, y pidámosle que, como sacerdote compasivo, ruegue por nosotros y con nosotros, sus hermanos. (Respondemos a cada petición: Escúchanos, Señor).

1 Para que Cristo, luz que resplandece sobre la faz de la Iglesia , conceda a sus fieles convertirse en luz del mundo y en sal de la tierra Oremos.
2 Para que el Salvador del mundo sea anunciado y presentado ante todos los pueblos y se revele como luz de todas las naciones. Oremos
3 Para que los ancianos y moribundos, al ver que se acerca el fin de sus días, dejen este mundo en paz, seguros de que, terminada su carrera, verán al Salvador. Oremos.

4 Para que Cristo, luz que alumbra a todo ser humano venido al mundo, no sea para nosotros causa de caída, sino de levantamiento y de resurrección. Oremos.

Celebrante: Señor, Dios todopoderoso, que, en el final de su camino, realizaste los deseos santos de los ancianos Simeón y Ana, escucha nuestra oración y haz que también nuestros ojos puedan contemplar al Salvador en el templo eterno de tu gloria. El, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Oración sobre las Ofrendas

Sea grata a tus ojos, Señor, la ofrenda que la Iglesia te presenta llena de alegría, a ti que has querido que tu Hijo unigénito se inmolara como cordero inocente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio La presentación del Señor

El Señor esté con ustedes.

Y con tu espíritu.

Levantemos el corazón.

Lo tenemos levantado hacia el Señor.

Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno.

Porque hoy, tu Hijo es presentado en el templo y es proclamado por el Espíritu: Gloria de Israel y luz de las naciones.

Por eso, nosotros, llenos de alegría, salimos al encuentro del Salvador, mientras te alabamos con los ángeles y los santos cantando sin cesar:
Santo, Santo, Santo…


Oración después de la Comunión

Oremos: Por estos sacramentos que hemos recibido, llénanos de tu gracia, Señor, tú que has colmado plenamente la esperanza de Simeón; y así como a él no le dejaste morir sin haber tenido en sus brazos a Cristo, concédenos a nosotros, que caminamos al encuentro del Señor, merecer el premio de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

BENDICIÓN SOLEMNE

El Celebrante :

El Señor esté con vosotros.

Y con tu Espíritu.

 

El Dios que les llamó de las tinieblas a su luz admirable, derrame abundantemente sus bendiciones sobre ustedes y afiance sus corazones en la fe, la esperanza y la caridad.

R. Amén.

Y él, a todos ustedes, fieles seguidores de Cristo, manifestado hoy al mundo como luz en la tiniebla, les haga testigos de la verdad ante los hermanos.

Amén.

Como Simeón y Ana esperaron y encontraron a Cristo, luz del mundo, de igual manera, ustedes puedan encontrar, al final de su vida, a Cristo, luz suprema. R. Amén.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y les acompañe siempre. R. Amén.