Juan Pablo II

2.1. Con Confianza: Es lo mismo que tener autoestima. Cada persona tiene que saber o por lo menos enfrentarse a cada situación de forma natural y sencilla. Es decir, concentrarse en el problema. Verlo, no evadirlo para poder entender el camino a recorrer.
2.2. Buscar apoyo: Jamás en soledad podremos resolver, todo lo contrario, creamos mayores problemas. Es muy interesante buscar a las personas que han pasado por esos mismos problemas y preguntarles cuáles fueron los pasos para salir adelante.
2.3. Ver la parte positiva de cada problema: Pareciera como contradictorio, pero es una gran verdad. Cada problema tiene su parte o lado positivo.
2.4. Aceptación: Se es necesario que veamos el problema tal cual es. Es mi problema y punto. Los ajenos, los otros problemas son de otros. Ellos son simples referencias a .as cuales debo observar, pero mi problema es mío y desde ahí debo comenzar a buscar soluciones.
2.5. Unirse a Dios. A la religión: Sin fanatismo. Sin caer en la exageración de dejarle a Dios todo. Debe aparecer una fe auténtica, clara y que le mueva a la búsqueda de la verdad. Ahí quedan los sacramentos, la Palabra de Dios, las sabias palabras de un sacerdote…
Mucho cuidado con…
Los falsos amigos: ellos son los simples “amigotes” que aplastan sin compasión y lanzan todo a la destrucción.
Llorar y llorar: son lágrimas de mucha tristeza. Lágrimas de una persona desesperada que más que ayuda quiere que la gente le tenga lástima. A través de esas lágrimas quiere que le tomen en cuenta a cómo de lugar.
Encerrarse: son muchos los que en medio del desespero huyen. Meten la cabeza como el avestruz dejando afuera todo el cuerpo. Se encierran llenos de temor y tristeza.
Buscar distraerse falsamente: aquí se cae en la bebida, la droga, las fiestas donde se cree perder conciencia del problema. Olvidando que los aumenta, pues al otro día hay un mayor dolor. El famoso ratón moral y despiadado que seca pro completo la s ganas de seguir luchando.