Un Primer viernes muy especial.
    Aunque todos los días son bendecidos por Dios, este del 2 de agosto, 
    primer viernes de mes, es muy especial. Primero, porque es la consecuencia 
    de las maravillas del Señor cuando “juntos” nos colocamos  orar y cambiamos 
    tristeza por esperanza, lágrimas por oración y a partir de ahí comienzan a 
    suceder maravillas. Segundo, ya que la obra la va haciendo Dios en cada uno, 
    y cuando nos unimos encontramos respuestas. Como es el caso del nuevo grupo 
    Parroquial “Adoradores en Conversión” Grupo de la Parroquia Cristo Resucitado 
    Brasil-Cumaná, que se hace realidad por el recorrido en la adoración diaria a 
    Jesús sacramentado (Media hora antes de la misa) Obra realizada por el Equipo 
    de Ministros que realizan su apostolado en los diversos sectores de la parroquia. 
    Y en tercer lugar, porque Dios se va manifestando en lo ordinario-cotidiano de la 
    vida parroquial. 
  
    La agrupación lleva el nombre de Adoradores porque se arrodillan delante de 
    Jesús sacramentado para orar. Escuchar a Dios y de ahí tomar fuerzas para 
    continuar la obra de una Iglesia en salida. Y también de Conversión, porque 
    están claros que la misericordia de Dios les invita a una constante conversión, 
    es decir, de vida y de acción pastoral. Una vida aseada en el sacramento de la 
    confesión y unos nuevos métodos ante la dinámica de una comunidad que los necesita.
  
    Es, por tanto, una agrupación que necesita del perdón, al mejor estilo de la 
    parábola del hijo pródigo. Quien debe reconocer que esa misma misericordia lo 
    dejó caer para luego levantarlo. Eso sí, sin dejarle perder la vida y la fe. 
    “Volveré a casa y le diré, padre he pecado contra ti y contra el Cielo, no soy 
    digo ser llamado hijo tuyo, recíbeme como a uno de tus jornaleros" Es un evangelio 
    profundamente humano y lleno de ternura en la misericordia.
     
  
    De esta pieza hermosa del evangelio destacaría la acogida del padre que con 
    grandeza de padre lo abrazó e hizo una fiesta. Todo porque estaba muerto y 
    había vuelto a la vida. Estaba perdido y lo había encontrado. Aunque el hermano 
    mayor reclamaba porque habían matado el becerro cebado al que seguramente le tenía 
    puesto el ojo para una gran comilona: "Nunca me has dado ni un cabrito para gozarme 
    con mis amigos"
 
    Es por esto que la agrupación lleva el acento en Conversión. Necesidad de cambio,
    necesidad de perdón. Cabe aquí la reflexión de tantos y tantas que desean volver a 
    Dios, pero muchos de nosotros con la envidia, el juicio y la condenación se los 
    impedimos. Nos convertimos en las personas que estropeamos el plan de Dios. Y aquí 
    tiene su fundamento la nueva agrupación que no es otra cosa que: poder mirar a Dios 
    cara a cara y sentir, desde el corazón, el deseo de cambiar para cambiar a otros.
Padre Marcelo. @padrerivas
