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        Navidad, 
        fiesta de la Sorpresa 
       | |
|  | Hay 
        un bello villancico belga en el que se narra la historia del pastor "sorprendido". 
        Los pastores se acercan a la gruta de Belén llevando sus dones: 
        su manteca, su miel, sus ovejas... Sólo hay uno que se acerca con 
        las manos vacías y abiertas. El villancico le pregunta "¿Cómo 
        vienes sin nada a adorar al Niño?" Y el pastor le responde: 
        "Yo sólo le traigo mi sorpresa".Navidad es la fiesta 
        de la sorpresa. Veinte siglos de tradición cristiana no pueden 
        impedir que surja hoy en los creyentes la admiración y la sorpresa 
        ante lo que celebramos en estos días. Haber celebrado ya muchos 
        años la Navidad, experimentar todos esos bellos sentimientos humanos 
        asociados a estas fiestas, no debería bloquear nuestra capacidad 
        de admiración y sorpresa ante el Misterio de fe. | 
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        San Ignacio de Loyola se convertía en un pobrecito esclavo indigno 
        para estar presente en el misterio de la Navidad. De alguna manera, San 
        Ignacio era también ese pastor sorprendido, con las manos vacías 
        pero el corazón muy abierto, que se acercaba al misterio de Belén 
        "como si presente se hallase, con todo acotamiento y reverencia posibles, 
        mirándolos, contemplándolos, sirviéndolos en sus 
        necesidades..." | |
| Padre 
        Javier Gafo, S.J.  | |