Historias
y Anecdotas |
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09-06-04 |
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DISMINUIR
EL PASO Y CAMBIAR EL RUMBO |
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Hace
algunos años, en las olimpiadas para minusválidos de Seattle,
también llamadas de "Paraolimpiadas", nueve participantes, todos con deficiencia mental o física, se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros planos. A la señal, todos partieron, no exactamente disparados, pero con deseos de dar lo mejor de si terminar la carrera y ganar el premio. Todos, excepto un muchacho, que tropezó en el piso, cayó y rodando comenzó a llorar. Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás. Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron... ¡Todos! Una de las muchachas, con Síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso al muchacho y le dijo: "Listo, ahora va a sanar". Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada. El estadio entero se puso de pie y no había un solo par de ojos secos. Los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquél día repiten esa historia hasta hoy. |
¿Por
qué? Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta
vida, más que solo ganar, es ayudar a los demás para vencer,
aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo. "Ojalá que también seamos capaces de disminuir el paso o cambiar el rumbo para ayudar a alguien, que en cierto momento de su vida tropezó y necesita de ayuda para continuar. |
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Otra
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