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La Voz del Papa

 

Encuentro en Introd, el pasado lunes
de Benedicto XVI
con el clero de la diócesis de Aosta

 

La unión de Pedro con su rebaño, la vocación al sacerdocio, la participación en la Eucaristía de los divorciados que se vuelven a casar, fueron los temas centrales del encuentro en Introd, el pasado lunes, de Benedicto XVI con el clero de la diócesis de Aosta. El diario "L'Osservatore Romano", publicó ayer el texto integral de este coloquio, del que reproducimos varios párrafos.

"En la historia de la Iglesia y en formas diversas -dijo el Papa- siempre ha habido cuestiones que nos han atormentado. ¿Qué podemos hacer? (...) Quisiera decir que el Papa no es un oráculo, y es infalible en contadas situaciones, como se sabe, razón por la que comparto con vosotros preguntas y dudas y también sufro. Pero todos juntos queremos (...) resolver a través del sufrimiento, los problemas, porque el sufrimiento es el camino de la transformación y sin él nada se transforma. Este es el sentido de la parábola de la semilla de grano caído en tierra".

Después, refiriéndose a la crisis de vocaciones en Occidente, explicó que en el mundo occidental "ya no es evidente la necesidad de Dios, tanto menos de Cristo. (...) Por eso se hace difícil creer y si es difícil creer, es mucho más difícil ofrecer la vida al Señor para ser siervo suyo. Este es, ciertamente, un sufrimiento propio de nuestro momento histórico, donde en general las grandes Iglesias aparecen moribundas. Crecen, en cambio, las sectas que se presentan con la certeza de un mínimo de fe. (..) Debemos atravesar este túnel con paciencia, convencidos de que de Cristo es la respuesta y de que al final, su luz brillará de nuevo".

Hablando de los divorciados que se han vuelto a casar, Benedicto XVI dijo que era "particularmente dolorosa la situación de los casados por la Iglesia, que contrajeron matrimonio por tradición sin ser verdaderamente creyentes y que después, en un nuevo matrimonio no válido, encuentran la fe y se sienten excluidos del sacramento (de la Eucaristía)".

El Papa recordó que cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, invitó a diversas conferencias episcopales a estudiar el tema de un "sacramento celebrado sin fe" y de si "realmente se podía encontrar en él un motivo de invalidez porque carecía de una dimensión fundamental". "Es un problema muy difícil -dijo- y hay que analizarlo bien".

Por último, el Santo Padre anunció que el Pontificio Consejo "Justicia y Paz" está preparando un documento sobre la cercanía de la Iglesia a los prisioneros.