Principal
1. Mensajede Pascua
2. Domingos de Pascuas
3. Fotos de la Bendición del Mar

4. Lecturas de Pascua Ciclo B
1. Mensajede Pascua

 

SEÑOR, ¿SI ESTAS VIVO AYUDANOS A VIVIR MEJOR?

Ayer se perseguía a la Iglesia y ella toda temerosa se escondía entre las cuevas, llamadas catacumbas, para manifestar su fe. Hoy en día, salimos con palmas, con procesiones del nazareno, con agua bendita, con una convicción, que se dejó escuchar en aquella plaza de Moscú, cuando el comunismo reinaba y se castigaba duramente a los cristianos. Una débil voz, temerosa, un día como hoy, comenzó a dejarse escuchar: “Cristo ha resucitado” “Cristo ha resucitado” y otro grupo le respondía: “Verdaderamente ha resucitado” Quisiera, sin miedo, sin temores gritar frente a este hermoso golfo, aquella frase que hoy es realidad: Cristo ha resucitado, Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado.

Hermanos y hermanas, si Cristo no hubiese resucitado vana, absurda sería nuestra fe. Imagínense, que escucháramos por las noticias que se ha descubierto una planta que cura la muerte. Todos, la buscaríamos y la sembraríamos en nuestras casas para no morir. Pero también caeríamos en un grave problema, pues el que la tiene no la quiere dar por temor a quedarse sin nada. Es, hoy, día de Pascua, cuando la Iglesia anuncia, con gozo mayor, que esa medicina está en medio de nosotros y que no es otro, que Jesús resucitado y no volverá a morir. Es la promesa hecha realidad del Padre Dios que supo gritar: “Yo soy su Dios y ustedes serán mi pueblo” La pregunta es ¿Pero cómo? Pregunta que nos salta y nos pone en aviso. En primer lugar, ¿estamos concientes de qué Jesús está vivo? Porque no basta con que lo proclamemos hay que vivir esta verdad. Es, pues, en el corazón y la conciencia de cada uno donde está la plena felicidad de la presencia de Dios. Esto lo digo, porque allá en la cruz del viernes santo nadie, en medio de aquel gentío y violencia, pudo ver al Dios vivo y resucitado. En segundo lugar, ese Dios vivo y real lo vamos a descubrir, en nuestra interioridad, si creamos un ambiente de oración. Solamente en el silencio de una fe orante nos encontramos con el Dios de la vida. Un cristiano que se deja penetrar por la oración silenciosa y viva llega a tener la inmortalidad en esa seguridad que Dios le acompaña. Juan Pablo II nos muestra ese camino y lo ofrece por todos. Y en tercer lugar, para poder comprender a este Jesús vivo y verdadero, tenemos que vivir en el amor. Un amor que nos hace morir a nosotros mismos y vivir para los demás. Matrimonio, familia, trabajo. Es el amor, el que no nos permite encerrarnos en el egoísmo, pues el egoísmo mata a Dios y destruye a los hombres. De ahí que Cristo nos repita: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere nunca dará fruto.

Por eso hoy es un día muy solemne. La Pascua es el centro del calendario litúrgico de los cristianos. No solamente es triunfo, sino que aquél que acabó vergonzosamente en la cruz de los esclavos, sepultado en una tumba que le prestaron por caridad, salió de ella venciendo la propia muerte. Hoy y siempre, los evangelios se convierten en la gran noticia de esta gran verdad.

Recuerdo aquel sacerdote que hacía a los niños del catecismo su examen final. Y preguntó: ¿Dónde murió Jesús? Unos dijeron que el Belén, otros que en Roma, algunos que en Jerusalén, pero había uno de los niños muy callado, que llamó la atención del sacerdote y a éste le dijo: ¿Y usted niños que dice? El pequeño, de inmediato respondió: Jesús no ha muerto está en el sagrario y en cada misa que se celebra.

Demos pues, gracias a Dios por este hermoso regalo. Y hablando de regalos, muchas gracias ala Alcaldía por su generosa colaboración en la persona del señor Alcalde y de el equipo promotor que acompaña este hermoso acto. Además, estamos frente a una realidad. Un golfo tan admirado y muy poco amado. Un golfo que a todos nos da de comer. Que a todos nos transporta, nos hace recrearnos y llegar a donde los familiares. Pero un Golfo que nos reclama y nos pide, como el sediento del camino, un poco de agua por el amor de Dios. Valdría la pena, en esta mañana de acción de gracias despertar en nosotros la conservación de nuestro golfo para que lo podamos admirar y presentarlo a quienes nos visitan. Es el señor Arzobispo, Diego Rafael, que más tarde estará bendiciendo sus aguas para que, en nombre de Dios, se nutran nuestras vidas y al llenarnos de conciencia lo dignifiquemos y seamos, para con este golfo más agradecidos.

Que sea Dios, Señor de la historia, quien dirija nuestras vidas, para que interpelados por la resurrección, demos respuesta a nuestro compromiso de cristianos y de buenos ciudadanos. Porque desde la cruz todos vieron al crucificado, pero ahora al resucitado, solamente lo ven los discípulos. De aquí en adelante, esta gran noticia: Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado es la mejor noticia, por que en él viviremos para siempre. Ahora recitemos el Credo de nuestra fe.

< Volver >