Misa de la llegada del Espíritu Santo
Primera voz: El Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad , es Dios. Verdadero Dios como lo son el Padre y el Hijo. Es el Amor del Padre y el Hijo. Segunda voz: Cristo prometió que este Espíritu de Verdad iba a venir y moraría dentro de nosotros. "Yo rogaré al Padre y les dará otro Intercesor que permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de Verdad que el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes saben que él permanece con ustedes, y estará en ustedes" (Jn 14, 16-17) Tercera voz: El Espíritu Santo vino el día de Pentecostés y nunca se ausentará. Cincuenta días después de la Pascua , el Domingo de Pentecostés, los Apóstoles fueron transformados de hombres débiles y tímidos en valientes proclamadores de la fe; los necesitaba Cristo para difundir su Evangelio por el mundo. Primera voz: Hoy, le pedimos al Espíritu Santo, que nos regale la luz para alumbrarnos y así poder caminar en la claridad del amor de Dios. Segunda voz: Espíritu Santo, amor y presencia de misericordiosa, danos esa luz que tanto necesitamos para avanzar por la vida. Tercera voz: Que la luz que pedimos, hoy, al Espíritu Santo, se a reflejo del querer vivir en la claridad para poder alumbrar a todos, y especialmente, a nuestra familia. Amén
Ilumíname Señor con tu espíritu (3) Ilumíname y transfórmame Señor Y déjame sentir el fuego de tu amor Aquí en mi corazón Señor (bis)
Conviérteme Señor con tu Espíritu (3) Conviérteme y bautízame Señor Y déjame sentir el fuego de tu amor. Aquí en mi corazón Señor (bis)
Resucítame Señor con tu Espíritu (3) Resucítame y conviérteme Señor. Y déjame sentir el fuego de tu amor. Aquí en mi corazón Señor (bis)
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. ¡Qué numerosas son tus obras, Señor! La tierra está llena de tus creaturas. Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo; pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. Todos: Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya. Que Dios sea glorificado para siempre y se goce en sus creaturas. Ojalá que le agraden mis palabras y yo me alegraré en el Señor. Todos: Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.
Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús “Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu. (Silencio…) Palabra de Dios.
Ven, Dios Espíritu Santo, y envíanos desde el cielo tu luz, para iluminarnos. Ven ya, padre de los pobres, luz que penetra en las almas, dador de todos los dones. Fuente de todo consuelo, amable huésped del alma, paz en las horas de duelo. Ven, luz santificadora, y entra hasta el fondo del alma de todos los que te adoran. Sin tu inspiración divina los hombres nada podemos y el pecado nos domina. Lava nuestras inmundicias, fecunda nuestros desiertos y cura nuestras heridas. Doblega nuestra soberbia, calienta nuestra frialdad, endereza nuestras sendas. Concede a aquellos que ponen en ti su fe y su confianza tus siete sagrados dones. Danos virtudes y méritos, danos una buena muerte y contigo el gozo eterno.
Luego se invita a todos a leer en voz alta ¡Ven Espíritu Santo! ¡Ven, Espíritu Divino!
Ven, dulce huésped del alma,
Entra hasta el fondo del alma,
Riega la tierra en sequía,
Reparte tus siete dones,
Dios está Aquí Tan cierto como el aire que respiro. Tan cierto como las mañanas se levantan. Tan cierto como que le canto Y me puedes oír
Le puedes sentir a tu lado En este mismo instante Le puedes sentir dentro de tu corazón Le puedes contar ese problema que tienes. Jesús está aquí Y si quieres le puedes sentir.
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Celebrante: Todos vamos a responder a cada petición: Envíanos tu Espíritu Santo.
Celebrante: (Se puede tener una procesión con las ofrendas)
Te ofrecemos Señor este vino. Te ofrecemos Señor este pan. Santo Espíritu ven a cambiarlos en el cuerpo, sangre y vida del Señor.
Y cantaré, hosanna, Sí, hosanna Alabanzas a mi rey (2)
Te ofrecemos, Señor nuestras vidas Te entregamos nuestra libertad Santo Espíritu ven a cambiarnos como cambia el pan y el vino en el altar.
Señor, que el Espíritu Santo nos haga comprender mejor, según la promesa de tu Hijo, el misterio de este sacrificio y toda la profundidad del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos al injertarlos en Cristo, tu Unigénito. Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, reveló a todos los pueblos el misterio de Dios y unió la diversidad de las lenguas en la confesión de una misma fe. Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
Si el Espíritu está aquí Si el Espíritu está aquí hay paz. Si el Espíritu está aquí hay amor Si el Espíritu está aquí hay amor Si el Espíritu se mueve. Todo puede resolverse Si el Espíritu está aquí está el Señor (bis) Si el Espíritu está aquí hay libertad…
Si el Espíritu está aquí hay fraternidad… Si el Espíritu está aquí hay amistad… Si el Espíritu está aquí hay caridad…
Popurrí 1 Ven (3) Espíritu divino Ven (3) Espíritu de Dios Ven (3) Espíritu de Dios Apodérate (3) de todo mi ser (bis) Aquí se siente la presencia de Dios (bis) Yo siento el fuego del Espíritu Santo (bis) Yo siento gozo, Yo siento paz Yo siento el amor que mi Dios me da (bis)
Cuando el pueblo Del Señor alaba a Dios Suceden cosas, Suceden cosas maravillosas.
Hay sanación, liberación Y se siente la presencia del Señor (bis)
Aquí se siente la presencia de Dios (bis) Aquí se alaba, se alaba ahora, Se alaba a Dios a toda hora.
Aquí se siente la presencia de Dios (bis)
Estamos buscando un avivamiento, Estamos buscando el poder de Dios. El poder del Padre Del poder del hijo El poder del santo Espíritu de Dios (bis)
Dame fe, oh Señor, Dame fe, dame fe, Fe oh Señor yo te lo pido.
Porque hay cadenas que romper Victorias que obtener Cada día, cada hora, dame fe (bis)
Como las águilas Los que esperan, Los que esperan en Jesús (3)
Como las águilas (2) Sus alas levantarán (bis)
Caminarán y no se cansarán y correrán No se fatigarán Nuevas fuerzas tendrán (bis) Los que esperan, Los que esperan en Jesús (bis)
Si confío, si confío en Jesús (bis)
Como las águilas (2) Sus alas levantarán (bis)
Oremos: Señor, tú que nos concedes participar de la vida divina por medio de tus sacramentos, conserva en nosotros el don de tu amor y la presencia viva del Espíritu Santo, para que esta comunión nos ayude a obtener nuestra salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
(Se tiene un pequeño compartir)
Dios ha estado y estará siempre en nosotros, porque su luz es nuestra luz. Gracias por habernos acompañado y tengan la plena seguridad, que el Espíritu Santo, si lo dejamos, actuará en beneficio de toda la comunidad que camina en el encuentro con los más lejanos.
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