| Señor 
        mio, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
 por ser Vos quién sois y porque os amo sobre todas las cosas, me 
        pesa de todo corazón haberos ofendido;
 propongo firmemente nunca más pecar,
 apartarme de todas las ocaciones de ofenderos,
 confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta.
 Ofrezco, Señor, mi vida, 
        obras y trabajos, en satisfacción de todos mis pecados, y, así como lo suplico, 
        así confío en vuestra bondad y misericordia infinita,
 que los perdonareis, por los méritos de vuestra preciosísima 
        sangre, pasión y muerte, y me dareis gracia para enmendarme, y 
        perseverar en vuestro santo amor y servicio,
 hasta el fin de mi vida.
 Amén.
 
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