La Iglesia

Catequesis del Papa: no mundanizar la Navidad, celebrar a Dios

Catequesis del Papa: no mundanizar la Navidad, celebrar a Dios

19 diciembre 2018

En la catequesis del miércoles que precede la Navidad, el Papa Francisco meditó sobre el Nacimiento de Jesús. Y subrayó que “Navidad significa acoger en la tierra las sorpresas del Cielo y celebrar a un Dios que revoluciona nuestras lógicas humanas”. Navidad – dijo el Pontífice – es la revancha de la humildad sobre la arrogancia, de la sencillez sobre la abundancia, del silencio sobre el escándalo Griselda Mutual –Ciudad del Vaticano

A distancia de seis días de la Navidad del Señor, el Papa Francisco meditó, precisamente, sobre cuál es la Navidad que habría querido Jesús: “La máquina publicitaria invita a intercambiarse los regalos siempre nuevos para sorprenderse. Pero, ¿es ésta la fiesta que le gusta a Dios? ¿Qué Navidad querría Él? ¿Cuáles regalos y cuáles sorpresas?”, preguntó.

En el Aula Pablo VI del Vaticano, en donde Francisco impartió su catequesis, se escuchó primero el pasaje del Evangelio de San Juan, capítulo 1 versículos del 9 al 12, que habla de la llegada de Jesús al mundo.

“El Evangelio – dijo el Papa en nuestro idioma - nos habla de las sorpresas y cambios de vida que trajo consigo aquella primera Navidad de la historia. Cómo la llegada de Dios cambió de manera radical los planes de María y José. Y la sorpresa más grande llega en la noche de Navidad, cuando el Altísimo aparece como un niño pequeño, reconocido solo por unos sencillos pastores”.

En la primera Navidad descubrimos los gustos de Dios

Ahondando sobre ello, en su catequesis en italiano el Papa invitó a mirar la primera Navidad de la historia para descubrir los gustos de Dios:

“Se comienza con María, que era la esposa prometida a José: llega el Ángel y le cambia la vida. De virgen será madre. Se prosigue con José, llamado a ser padre de un hijo sin generarlo. Un hijo que – giro inesperado - llega en el momento menos indicado, es decir, cuando María y José eran esposos prometidos y según la Ley no podían vivir juntos. Ante el escándalo, el sentido común de la época invitaba a José a repudiar a María y a salvar su buen nombre, pero él, aun teniendo derecho a hacerlo, sorprendió: para no dañar a María, pensó despedirla en secreto, a costa de perder su reputación. Luego otra sorpresa: Dios en un sueño cambia sus planes y le pide que se lleve a María con él. Nacido Jesús, cuando tenía sus proyectos para la familia, todavía en un sueño se le dice que se levante y se vaya a Egipto. En resumen, la Navidad trae cambios de vida inesperados. Y si queremos vivir la Navidad tenemos que abrir el corazón y estar abiertos a la sorpresa, es decir, a un cambio de vida inesperado”.

Navidad es celebrar un Dios inédito

El Papa subrayó cómo, cuando el Salvador llegó, no estaban presentes las autoridades del tiempo o los embajadores, sino los sencillos pastores, quienes sorprendidos por los ángeles mientras trabajaban de noche, se dirigen allí de inmediato. “¿Quién se lo habría esperado?”, dijo el Papa. “Navidad- explicó – es celebrar lo inédito de Dios, o mejor dicho, es celebrar un Dios inédito, que revierte nuestras lógicas y expectativas”.

“Navidad significa acoger en la tierra las sorpresas del Cielo y celebrar a un Dios que revoluciona nuestras lógicas humanas. Vivir la Navidad es entender que la vida no se programa sino que se da, que no podemos vivir para nosotros mismos sino para Dios, que descendió hasta nosotros para ayudarnos”.

Navidad inaugura una época nueva

Navidad – dijo aún el Pontífice – es la revancha de la humildad sobre la arrogancia, de la sencillez sobre la abundancia, del silencio sobre el escándalo. Navidad es preferir la voz silenciosa de Dios a los ruidos del consumismo. Navidad es hacer como Jesús, que vino al mundo por nosotros, necesitados, y descender hacia quien necesita de nosotros.

“Procuremos no mundanizar la Navidad, ni convertirla en una bonita fiesta tradicional pero centrada en nosotros y no en Jesús. Celebraremos la Navidad si sabemos dedicar tiempo al silencio, como hizo José; si le decimos a Dios ‘aquí estoy’, como María; si salimos de nosotros mismos para ir al encuentro de Jesús, como los pastores; si no nos dejamos cegar por el brillo de luces artificiales, de regalos y comidas, y en cambio ayudamos a alguien que pasa necesidad, porque Dios se hizo pobre en Navidad”.

Sintamos y veamos las sorpresas de Dios

Y porque, como dijo el Papa, “cada uno de nosotros tiene escondido en el corazón la capacidad de sorprenderse”, la invitación de Francisco es la de dejarse "sorprender" por Jesús en esta Navidad:

“Le pedimos a la Virgen María que nos ayude a contemplar en silencio el misterio del Nacimiento de su Hijo, para que hagamos realidad en nuestras vidas su ejemplo de humildad, pobreza y amor. Les deseo una feliz Navidad”, concluyó.


La Iglesia

Iglesia: El Papa celebra Misa en Roma por la Guadalupe.

12 dicicembre 2018

El Papa: Hermano latinoamericano, canta y camina sin miedo como lo hizo tu Madre En su homilía en la Santa Misa dedicada a la Patrona de América Latina, la Virgen de Guadalupe, el Papa nos dice que María nos enseña que, en el arte de la misión y de la esperanza, no son necesarias tantas palabras ni programas, su método es muy simple: caminó y cantó Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

Y es que como dijo Francisco, María, más que nadie sabía de cercanías. Es mujer que camina con delicadeza y ternura de madre, se hace hospedar en la vida familiar, desata uno que otro nudo de los tantos entuertos que logramos generar, y nos enseña a permanecer de pie en medio de las tormentas. Caminó al Tepeyac para acompañar a Juan Diego y sigue caminando el Continente cuando, por medio de una imagen o estampita, de una vela o de una medalla, de un rosario o Ave María, entra en una casa, en la celda de una cárcel, en la sala de un hospital, en un asilo de ancianos, en una escuela, en una clínica de rehabilitación ... para decir:

«¿No estoy aquí yo, que soy tu madre?» (Nican Mopohua, 119). En la escuela de María aprendemos a estar en camino para llegar allí donde tenemos que estar: al pie y de pie ante tantas vidas que han perdido o le han robado la esperanza. En la escuela de María, afirma el Papa, aprendemos a caminar el barrio y la ciudad no con zapatillas de soluciones mágicas, respuestas instantáneas y efectos inmediatos; no a fuerza de promesas fantásticas de un seudo-progreso que, poco a poco, lo único que logra es usurpar identidades culturales y familiares, y vaciar de ese tejido vital que ha sostenido a nuestros pueblos, y esto con la intención pretenciosa de establecer un pensamiento único y uniforme.

La riqueza multicultural de América Latina

En la escuela de María aprendemos a caminar la ciudad y nos nutrimos el corazón con la riqueza multicultural que habita el Continente; cuando somos capaces de escuchar ese corazón recóndito que palpita en nuestros pueblos y que custodia el sentido de Dios y de su trascendencia, la sacralidad de la vida, el respeto por la creación, los lazos de la solidaridad, la alegría del arte del buen vivir y la capacidad de ser feliz y hacer fiesta sin condiciones. Pero además como afirma el Papa, en la escuela de María aprendemos que su vida está marcada no por el protagonismo sino por la capacidad de hacer que los otros sean protagonistas. Brinda coraje, enseña a hablar y sobre todo anima a vivir la audacia de la fe y la esperanza.

La Virgen levanta y dignifica a quienes fueron olvidados

“De esta manera ella se vuelve trasparencia del rostro del Señor que muestra su poder invitando a participar y convoca en la construcción de su templo vivo. Así lo hizo con el indiecito Juan Diego y con tantos otros a quienes, sacando del anonimato, les dio voz, hizo conocer su rostro e historia y los hizo protagonistas de esta, nuestra historia de salvación”. Porque como dice el Papa el Señor no busca el aplauso egoísta o la admiración mundana. Su gloria está en hacer a sus hijos protagonistas de la creación. Con corazón de madre, ella busca levantar y dignificar a todos aquellos que, por distintas razones y circunstancias, fueron inmersos en el abandono y el olvido.

Aprendiendo de María aprendemos el protagonismo que no necesita humillar, maltratar, desprestigiar o burlarse de los otros para sentirse valioso o importante; que no recurre a la violencia física o psicológica para sentirse seguro o protegido. Es el protagonismo, afirma el Santo Padre, que no le tiene miedo a la ternura y la caricia, y que sabe que su mejor rostro es el servicio. En su escuela aprendemos auténtico protagonismo, dignificar a todo el que está caído y hacerlo con la fuerza omnipotente del amor divino, que es la fuerza irresistible de su promesa de misericordia.

Ser solidarios

“En María, el Señor desmiente la tentación de dar el protagonismo a la fuerza de la intimidación y del poder, al grito del más fuerte o del hacerse valer en base a la mentira y a la manipulación. Con María, el Señor custodia a los creyentes para que no se les endurezca el corazón y puedan conocer constantemente la renovada y renovadora fuerza de la solidaridad, capaz de escuchar el latir de Dios en el corazón de los hombres y mujeres de nuestros pueblos”.

María, «pedagoga del evangelio», dijo el Pontífice, caminó y cantó nuestro Continente y, así, la Guadalupana no es solamente recordada como indígena, española, hispana o afroamericana. Simplemente es latinoamericana: Madre de una tierra fecunda y generosa en la que todos, de una u otra manera, nos podemos encontrar desempeñando un papel protagónico en la construcción del Templo santo de la familia de Dios.


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Iglesia: Es primer viernes de mes, hoy puedes consagrarte al Sagrado Corazón de Jesús

Iglesia: Es primer viernes de mes, hoy puedes consagrarte al Sagrado Corazón de Jesús

En 1675, Santa Margarita María de Alacoque, una religiosa francesa, recibió un mensaje de Jesús quien se presentó ante ella como el Sagrado Corazón.

Nuestro Señor le dijo: “Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento”.

Desde entonces es tradición que los devotos al Sagrado Corazón de Jesús cumplan esta devoción. Cada primer viernes de mes tenemos la oportunidad de acogernos a la promesa de Jesús.

¿Estás consagrado al Sagrado Corazón? Puedes hacerlo con la fórmula escrita por la misma Santa Margarita:

Me entrego, y al Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo consagro sin reservas, mi persona, mi vida, mis obras, mis dolores y sufrimientos.
Me comprometo a no usar parte alguna de mi ser sino es para honrar, amar y glorificar al Sagrado Corazón.
Este es mi propósito inmutable: ser enteramente suyo y hacer todas las cosas por su amor.
Al mismo tiempo renuncio de todo corazón a todo aquello que le desagrade.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero tenerte como único objeto de mi amor.
Sé pues, mi protector en esta vida y garantía de la vida eterna.
Sé fortaleza en mi debilidad e inconstancia.
Sé propiciación y desagravio por todos los pecados de mi vida.
Corazón lleno de bondad, sé para mí el refugio en la hora de mi muerte y mi intercesor ante Dios Padre.
Desvía de mí el castigo de Su justa ira.
Corazón de amor, en Ti pongo toda mi confianza.
De mi maldad todo lo temo.
Pero de tu Amor todo lo espero.
Erradica de mí, Señor, todo lo que te disguste o me pueda apartar de Ti.
Que tu amor se imprima tan profundamente en mi corazón que jamás te olvide yo y que jamás me separe de Ti.
Señor y Salvador mío, te ruego, por el amor que me tienes, que mi nombre esté profundamente grabado en tu sagrado Corazón; que mi felicidad y mi gloria sean vivir y morir en tu servicio.
Amén


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Iglesia 4 diciembre: El Papa invita a pacificar el alma, la familia y el mundo en Adviento

El Papa Francisco invitó a los cristianos a dedicar el tiempo de Adviento para pacificar la propia alma, los conflictos de familia y contribuir a la paz en el mundo con pequeños gestos en los entornos más cercanos a cada uno.

En su homilía de la Misa en Casa Santa Marta este martes 4 de diciembre explicó que el Adviento “es un tiempo para prepararse para la venida del Príncipe de la Paz. Es un tiempo para pacificarse, en primer lugar, con nosotros mismos, para pacificar el alma”.

Señaló que es algo necesario, porque “muchas veces no estamos en paz, estamos en ansiedad, en agonía, sin esperanza”. Por ello, animó a reflexionar sobre la pregunta implícita en la venida del Señor: “¿Cómo está hoy tu alma? ¿Está en paz?”.

Y si la respuesta es negativa, invitó a pedir al Señor que la pacifique para prepararse para el encuentro con Él.

En segundo lugar, una vez pacificada el alma, hay que “pacificar la casa, la familia. Hay mucha tristeza en las familias, muchas luchas, muchas pequeñas guerras, muchas desuniones”, lamentó Francisco.

Por último, pacificar el mundo, donde “hay más guerra que paz. Hay muchas guerras, mucha desunión, mucho odio, mucha explotación. No hay paz”.

En su argumentación, el Santo Padre señaló que no es necesario irse a países lejanos para contribuir a la paz en el mundo. Basta con pequeños gestos del día a día en el entorno más cercano.

“¿Qué es lo que hago yo para ayudar a la paz en el mundo?: ‘Pero es que el mundo queda muy lejos, padre’. De acuerdo, pero entonces, ¿qué hago yo para contribuir a la paz en el barrio, en la escuela, en mi lugar de trabajo?”.

Por el contrario: “¿Utilizo siempre cualquier escusa para entrar en guerra, para odiar, para hablar mal de los demás? ¡Eso es hacer la guerra!”.

El Papa rechazó esa actitud: “¿Soy cordial? ¿Trato de construir puentes? ¿Rechazo condenar? Preguntémoselo también a los niños: ¿Qué haces en la escuela? Cuando un compañero, o una compañera que no te gusta, es un poco odioso o es un débil, ¿le haces bullying o la paz con él? ¿Tratas de crear puentes? ¿Le perdonas todo?”.

En definitiva, el mensaje que trató de transmitir el Pontífice fue que “es necesario ser artesanos de paz. Nos lo pide este tiempo de Adviento, de preparación para la venida del Señor que es el Príncipe de la Paz”.

Contribuir a la paz es cumplir con el mandato del cristiano de imitar a Cristo, señaló el Papa: “Hacer la paz es imitar a Dios, que cuando ha querido hacer la paz con nosotros y nos ha perdonado, envió a su Hijo a hacer la paz, a ser el Príncipe de la Paz”.

“Alguno podría decir: ‘Pero padre, yo no he estudiado cómo se hace la paz, no soy una persona culta, no sé, soy joven, no sé…’. Jesús, en el Evangelio, nos dice cuál debe ser la actitud: ‘Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños’”.

Según Francisco, lo que el Señor quiso decir es que, si “tú no has estudiado y no eres sabio, hazte pequeño, hazte humilde, hazte servidor de los demás. Hazte pequeño y el Señor te dará la capacidad de comprender cómo se hace la paz y te dará la fuerza para hacerla”.

El Papa finalizó su homilía pidiendo al Señor “que prepare nuestro corazón para la Navidad del Príncipe de la Paz”.


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Papa: es sabio pensar en el final, será un encuentro de misericordia con Dios/27 Nov”

En su homilía de la misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco habló de nuestro fin y del fin del mundo, la "mies" del libro del Apocalipsis. "¿Cómo será mi fin? ¿Cómo me gustaría que el Señor me encontrara cuando me llame? Pensar en esto es sabio y nos ayuda a continuar, hasta el encuentro con Dios, un momento de rendir cuentas pero también de alegría", dijo el Pontífice.

Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano

"¿Cómo será mi fin? ¿Cómo me gustaría que el Señor me encontrara cuando me llame? Es prudente pensar en el final, nos ayuda a avanzar, a hacer un examen de conciencia sobre qué cosas debo corregir y cuáles llevar adelante porque son buenas". Con estas palabras el Papa Francisco dedica su homilía matutina, en Casa Santa Marta, a profundizar sobre el fin del mundo y de la propia vida, ya que en esta última semana del año litúrgico la Iglesia nos hace reflexionar sobre esto, y "es una gracia" -dijo el Santo Padre- "porque no nos gusta pensar en el fin, siempre posponemos este pensamiento para mañana".

El fin del mundo como la "mies madura"

En la primera lectura, del Apocalipsis, San Juan habla del fin del mundo "con la figura de la mies", con Cristo y un ángel armado con una hoz. Cuando llegue nuestra hora, deberemos mostrar la calidad de nuestro trigo, la calidad de nuestras vidas", afirmó el Pontífice. "Tal vez algunos de ustedes digan: padre, no sea tan sombrío, que no nos gustan estas cosas...pero es la verdad", subrayó Francisco haciendo hincapié en la importancia de pensar en este momento y prepararnos para vivirlo de la mejor manera posible.

«Es en la mies, donde cada uno de nosotros se encontrará con el Señor. Será un encuentro y cada uno le dirá al Señor: "Esta es mi vida. Este es mi trigo. Esta es mi calidad de vida. ¿Me he equivocado?" - todos deberemos decir esto, porque todos cometemos errores - también diremos "he hecho cosas buenas"- porque todos hacemos cosas buenas; y así haremos para mostrar al Señor el grano», puntualizó Francisco.

Pensar en el final nos ayuda a seguir adelante

"Qué diría yo - se pregunta una vez más el Obispo de Roma- si hoy el Señor me llamara". "Ah, no me di cuenta, estaba distraído... No sabemos ni el día ni la hora". Y unos podrían decir..."pero padre, no hable así que soy joven...pero, mira cuántos jóvenes se van, cuántos jóvenes son llamados...nadie tiene una vida asegurada. Lo que sí es seguro es que todos tendremos un final. ¿Cuándo será eso? Sólo Dios lo sabe".

«Nos hará bien esta semana pensar en el final. Si el Señor me llamara hoy, ¿qué haría? ¿Qué le diría? El pensamiento del fin nos ayuda a avanzar; no es un pensamiento estático: es un pensamiento que avanza porque es llevado adelante por la virtud, por la esperanza. Sí, habrá un fin, pero ese fin será un encuentro: un encuentro con el Señor. Es verdad, será un "rendir cuentas" de lo que he hecho, pero también será un encuentro de misericordia, de alegría, de felicidad. Pensar en el fin, el fin de la creación, el fin de la propia vida, es sabiduría; el sabio lo hace» afirmó el Papa.

No me quedaré aquí para siempre: ¿cómo me gustaría terminar?

Por ello -anadió el Santo Padre- esta semana la Iglesia nos invita a preguntarnos «¿cómo será mi fin? ¿Cómo me gustaría que el Señor me encontrara cuando me llame? Tengo que hacer un examen de conciencia y evaluar...¿Qué cosas debo corregir, porque no están bien? ¿Qué cosas debo reforzar y continuar porque son buenas? Cada uno de nosotros tiene muchas cosas buenas Y en este pensamiento no estamos solos: Ahí está el Espíritu Santo que nos ayuda», explicó Francisco.

«Esta semana le pedimos al Espíritu Santo la sabiduría del tiempo, la sabiduría del fin, la sabiduría de la resurrección, la sabiduría del encuentro eterno con Jesús; para hacernos entender esta sabiduría que está en nuestra fe. El encuentro con Jesús será un día de alegría. Oremos para que el Señor nos prepare. Y cada uno de nosotros, esta semana, debe terminar la semana pensando en el final: Yo tendré un final. No me quedaré para siempre...¿Cómo me gustaría terminar?», concluyó.


La Iglesia

Atención a nuestro corazón, allí nacen los deseos malvados. Catequesis del Papa/21 Nov”

Tal como lo dijo el Señor Jesús, en el corazón del hombre nacen los deseos malvados y la impureza del hombre, que lleva a la destrucción de su relación con Dios. Por ello hay que "desenmascarar" esos deseos del corazón, abriéndose a la relación con Dios, en la verdad y en la libertad, porque Él es el único capaz de renovar el corazón

Griselda Mutual -Ciudad del Vaticano

Todos los pecados nacen de un deseo malvado. Allí comienza a ‘moverse’ el corazón, y uno entra en esa onda y termina en una transgresión. Pero no es una trasgresión formal, legal, es una trasgresión que hiere a sí mismo y hiere a los demás: fue ésta la advertencia del Papa Francisco, en el miércoles 21 de noviembre, reflexionando sobre el último de los mandamientos del decálogo: «No codiciarás los bienes de tu prójimo, ni la mujer de tu prójimo».

A simple vista – dijo el Papa hablando en español - parece coincidir con los mandamientos: «No cometerás adulterio» o «no robarás». Sin embargo, hay una diferencia. En este epílogo el Señor nos propone llegar al fondo del sentido del decálogo y evitar que pensemos que basta un cumplimiento nominal y farisaico para conseguir la salvación. La diferencia estriba en el verbo empleado: “no codiciarás”; con este verbo se subraya que, en el corazón del hombre —como dice Jesús en el Evangelio—, nace la impureza y los deseos malvados que rompen nuestra relación con Dios y con los hombres.

Necesitamos de Dios para corregirnos

El Papa invitó a tener presente que todos los mandamientos tienen la tarea de indicar "el límite de la vida", más allá del cual "el hombre destruye a sí mismo y a los demás", y arruina su relación con Dios. Y hablando en italiano fue más allá con la explicación, recordando detalladamente las palabras del Señor Jesús en el Evangelio según san Marcos: «es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino... Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre» Mc. 7,21-23.

En este sentido, precisó que es en vano pensar que uno se puede corregir a uno mismo sin el don del Espíritu Santo: hay que abrirse a la relación con Dios, en la verdad y en la libertad, -dijo - porque Él es el único capaz de renovar nuestro corazón. “Nos engañamos a nosotros mismos si pensamos que nuestra debilidad se supera sólo con nuestras fuerzas, en virtud de una observancia externa. Debemos suplicar, como mendigos, la humildad y la verdad que nos pone frente a nuestra pobreza, para poder aceptar que sólo el Espíritu Santo puede corregirnos, dando a nuestros esfuerzos el fruto deseado. Esa verdad es apertura auténtica y personal a la misericordia de Dios que nos transforma y renueva”, aseguró en español.

Felices los que se abandonan en Dios


La Iglesia

El Papa: “Gracias por hacer periodismo de personas para las personas/09 Nov”

El Papa recibió a los miembros del Instituto para la promoción de las nuevas generaciones de publicistas. Una escuela de periodismo alemana fundada hace 50 años después del Concilio Vaticano II Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano

Desde entonces, les dijo el Papa, vuestro Instituto forma a periodistas calificados que obran en su profesión y como cristianos en la sociedad. Alemania puede sentirse con suerte, afirmó, porque muchos de los periodistas ya sea en los medios de comunicación conocidos y los eclesiales, pertenecen a este Instituto.

“Gracias porque como periodistas se dedican a las personas y llaman injusticia a las injusticias. Gracias por hablar de las cosas bellas que tal vez no terminan en la portada de los medios, pero que ponen las personas al centro. Gracias porque con vuestro estilo cristiano continúan haciendo un periodismo de personas para las personas”.

Periodistas cristianos que se distinguen por actitud positiva

Como periodistas cristianos, se distinguen por vuestra actitud positiva hacia la persona y por vuestra ética profesional. Ustedes, dijo, no hacen sólo un trabajo, sino que cumplen una tarea y un compromiso. Sin embargo, advirtió el Pontífice, es fácil dejarse ir por una opinión común, por un derrotismo y un pesimismo que paraliza y ciega. Es por la costumbre que no afrontamos más el mal dijo, y permitimos que las cosas, “vayan como van” o como algunos han decidido que deben ir.

Por tanto, el Papa pide la parresia y la franqueza que viene del Espíritu Santo y que nos ayuda a confiar en la verdad de Cristo que nos hace libres. Saltemos el muro de la tristeza y de la resignación y ayudemos a las personas a abrir los ojos y los oidos pero sobre todo el corazón para ser custodios los unos de los otros y así darse cuenta de ser hijos e hijas del único Padre.


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El Papa en la catequesis: la vida es tiempo para amar, no para poseer

La catequesis de hoy se trató sobre el séptimo mandamiento: no robarás. Tras hacer un análisis de este concepto en las culturas del mundo, el Papa invitó a abrirse al sentido más amplio de la Doctrina Social de la Iglesia sobre este mandamiento

Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano

En la mañana del 7 de noviembre, como todos los miércoles, el Papa Francisco presidió la Audiencia General e impartió su catequesis. Lo hizo en la Plaza de san Pedro, ante los fieles provenientes de diversas partes del mundo. La catequesis de este día se trató sobre el séptimo mandamiento “no robarás”.

Hoy reflexionamos sobre el séptimo mandamiento del decálogo: «No robarás»-dijo en español-. Lo primero que nos viene a la mente es el tema de la sustracción o retención ilícita de los bienes ajenos, y el debido respeto a la propiedad de los demás. En toda cultura, robar es inaceptable, pues todas defienden el derecho a poseer bienes.

Si bien el concepto es que en todas las culturas robar es inaceptable, el Papa Francisco invitó a abrirse a una lectura más amplia de esta palabra, focalizando el tema de la propiedad de los bienes a la luz de la sabiduría cristiana. De este modo recordó cuanto afirma el catecismo de la Iglesia católica sobre la destinación universal de los bienes y afirmó:

La sabiduría cristiana nos dice que, por voluntad divina, los frutos de la creación están destinados a todo el género humano. El destino universal de los bienes y su distribución justa es anterior al derecho a la propiedad privada, que debe estar en función de las necesidades primarias del hombre.

El mundo es uno solo y las riquezas están en manos de pocos

Sin embargo, Francisco recordó que la Providencia no ha dispuesto un mundo “en serie” , hay diferencias y condiciones diversas, y así se puede vivir proveyendo los unos a los otros:

El mundo es rico en recursos para asegurar a todos el acceso a los bienes fundamentales; sin embargo, muchos viven en una situación de pobreza escandalosa. Y los recursos naturales mal usados, se van deteriorando y destruyendo. La propiedad, muy en especial cuando afecta los recursos naturales, debe estar siempre al servicio de las necesidades de los pueblos. No podemos considerarnos dueños absolutos de las cosas.

"El mundo es uno solo", afirmó el Papa, "la humanidad es una sola", y la riqueza del mundo de hoy “está en las manos de las minorías de pocos y la pobreza es el sufrimiento de muchos, de la mayoría”. Si en la tierra hay hambre – prosiguió – no es porque falta el alimento. Es más, debido a las exigencias del mercado se llega a veces a tirarlo. Lo que falta es un “espíritu empresarial libre y previsor, que garantice una producción adecuada, y un enfoque de apoyo, que garantice una distribución justa”.

El Señor nos llama a ser administradores responsables

De ahí que en esta perspectiva aparece el significado positivo y amplio del mandamiento no robarás:

En sentido positivo, - dijo en español - «no robarás» significa que el Señor nos llama a ser administradores responsables de su Providencia, a aprender a multiplicar con creatividad los bienes que poseemos para usarlos con generosidad en favor de nuestro prójimo, y de este modo crecer en la caridad y en la libertad.

El Papa aseguró que si eres rico, es una responsabilidad que tienes: “lo que poseo verdaderamente es lo que sé donar”, dijo. “Esta es la medida para evaluar cómo yo logro tener las riquezas, si logro bien o mal”. “Si yo puedo donar soy rico no sólo en lo que poseo sino también en la generosidad, generosidad como un deber de dar para que todos participen”. Y esto porque, de hecho, si no logro donar algo es porque esa cosa me posee: "soy esclavo, tiene poder sobre mí y soy esclavo", reiteró.

En la catequesis en italiano Francisco concluyó iluminando con Jesús: cómo el Maestro, una vez más, nos devela el sentido pleno de las escrituras.

“No robarás significa ama con tus bienes, aprovecha tus medios para amar como puedes. Entonces tu vida se vuelve buena y el poseer se convierte verdaderamente en un don. Porque la vida no es tiempo para poseer, sino para amar”.

En los saludos a los fieles de lengua española Francisco rogó que “el Señor Jesús nos conceda entender que la vida no es un tiempo para poseer sino para amar con nuestros bienes, porque solo tenemos aquello que sabemos donar". "Que la Virgen María nos ampare e interceda por nosotros”, concluyó.


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“Los Santos nos alientan a vivir las Bienaventuranzas”

En el Ángelus de este jueves, 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, el Papa Francisco pidió que, la Madre de Dios, Reina de los Santos, nos ayude a recorrer con decisión el camino de la santidad.

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Hoy estos hermanos y hermanas nuestros no nos piden que oigamos de nuevo un hermoso Evangelio, sino que lo pongamos en práctica, que nos pongamos en el camino de las Bienaventuranzas. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de seguir cada día este camino que nos lleva al cielo, a la familia, a la casa”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este jueves, 1 de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos.

En comunión con los Santos

El Santo Padre comentando la primera lectura de hoy, tomada del Libro del Apocalipsis (7,9), dijo que esta, nos habla del cielo y nos pone ante “una multitud inmensa”, incalculable, “de toda nación, tribu, pueblo y lengua”. Ellos son los santos, afirmó el Papa, y ¿qué hacen allá arriba? Cantan juntos, alaban a Dios con alegría. Sería hermoso escuchar sus cantos.... Pero podemos imaginarnos: ¿saben cuándo? Durante la Misa, cuando cantamos “Santo, santo, santo el Señor Dios del universo...”. Es un himno – dice la Biblia – que viene del cielo, que se canta allí (cf. Is 6,3; Ap 4,8). Así, pues, cantando el “Santo”, no sólo pensamos en los santos, sino que hacemos lo que ellos hacen: en ese momento, en la Misa, estamos más unidos a ellos que nunca.

Los Santos están cerca de nosotros

Y estamos unidos a todos los santos, agregó el Papa Francisco, no sólo a los más conocidos, en el calendario, sino también con aquellos “de la puerta de al lado”, con nuestros familiares y conocidos que ahora forman parte de esa inmensa multitud. “Hoy es una fiesta de familia. Los santos están cerca de nosotros, es más, son nuestros verdaderos hermanos y hermanas. Nos entienden, nos aman, saben cuál es nuestro verdadero bien, nos ayudan y nos esperan. Son felices y quieren que seamos felices con ellos en el paraíso”.

La mentalidad del mundo contra el Evangelio

Estos hermanos y hermanas, los Santos, señaló el Santo Padre, nos invitan al camino de la felicidad, indicado en el Evangelio de hoy, tan bello y conocido: “Bienaventurados los pobres de espíritu [...] Bienaventurados los humildes [...] Bienaventurados los puros de corazón [...]”. Pero, ¿qué es eso? El Evangelio dice bienaventurados los pobres, mientras que el mundo dice bienaventurados los ricos. El Evangelio dice bienaventurados los humildes, mientras que el mundo dice bienaventurados los poderosos. El Evangelio dice bienaventurados los puros, mientras que el mundo dice bienaventurados los astutos y los hedonistas. Este camino de las bienaventuranzas, de la santidad – precisó el Pontífice – parece conducir a la derrota. Sin embargo – nos recuerda de nuevo la primera Lectura – los santos tienen “ramas de palma en sus manos”, es decir, los símbolos de la victoria. Ellos han vencido, no el mundo. Y nos exhortan a elegir su parte, la de Dios que es santo.

Los Santos nos “alientan” que elijamos a Dios

Por ello es necesario que nos preguntémonos de que parte estamos, indicó el Papa Francisco: ¿el del cielo o el de la tierra? ¿Vivimos para el Señor o para nosotros mismos, para la felicidad eterna o para alguna satisfacción ahora? Preguntémonos: ¿realmente queremos la santidad? ¿O nos contentamos con ser cristianos sin vergüenza y sin alabanza, que creen en Dios y estiman al prójimo pero sin exagerar? El Señor “pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la que fuimos creados”. Es decir, santidad o nada. Es bueno que nos dejemos provocar por los santos, que aquí no han tenido medias tintas y desde allá nos “alientan”, para que elijamos a Dios, la humildad, la mansedumbre, la misericordia, la pureza, para que nos apasionemos por el cielo en vez que la tierra.

Los Santos nos invitan a ir por la vía de las Bienaventuranzas

Hoy estos hermanos y hermanas nuestros, agregó el Papa Francisco, no nos piden que oigamos de nuevo un hermoso Evangelio, sino que lo pongamos en práctica, que nos pongamos en el camino de las Bienaventuranzas. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de seguir cada día este camino que nos lleva al cielo, a la familia, a la casa. Hoy, por lo tanto, vislumbremos nuestro futuro y celebremos para lo que hemos nacido: ¡nacimos para no morir nunca más, nacimos para disfrutar de la felicidad de Dios! El Señor nos anima y a quien sigue el camino de las bienaventuranzas, dice: “Alégrense y regocíjense, porque vuestra recompensa en el cielo es grande” (Mt 5,12). Que la Madre de Dios, Reina de los Santos, concluyó el Papa, nos ayude a recorrer con decisión el camino de la santidad; Ella, que es la Puerta del Cielo, introduzca a nuestros queridos difuntos en la familia celestial.


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Iglesia, 8 noviembre

Papa: den testimonio y rompan los hábitos para dar a conocer la misericordia

Durante la misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta, el Papa pone en guardia contra el pecado de murmurar, "nuestro pan de cada día" a nivel personal, familiar, parroquial, diocesano y social, y recuerda que la lógica del Evangelio es contraria a la lógica del mundo.
Débora Donnini - Ciudad del Vaticano

El testimonio, el murmullo y la pregunta. Estas son las tres palabras sobre las que el Papa Francisco reflexionó esta mañana en su homilía en la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. El Pontífice centró su prédica a partir del Evangelio de hoy, según San Lucas (Lc 15, 1-10), que parte precisamente del testimonio que da Jesús: publicanos y pecadores se acercan a Él para escucharlo y Él come con ellos, a pesar de las murmuraciones de los escribas y fariseos.

El testimonio hace crecer a la Iglesia

Por tanto, ante todo, sobresale el testimonio de Jesús: "algo nuevo para entonces", dijo el Papa Francisco, "porque ir con los pecadores te hace impuro, era como tocar a un leproso". Por eso los doctores de la ley y el orden se alejaban de ellos. Francisco observa, por consiguiente, que "nunca en la historia el testimonio ha sido fácil, ni para los testigos -quienes muchas veces pagan con su martirio- ni para los poderosos".

«Ser testigo es romper un hábito, una forma de ser.... Romper para mejor, cambiarlo. Por eso la Iglesia avanza con sus testimonios. Lo que atrae es el testimonio, no son las palabras las que ayudan, sino el testimonio lo que atrae y hace crecer a la Iglesia. Y Jesús testifica. Es algo nuevo, pero no tan nuevo porque la misericordia de Dios también estaba presente en el Antiguo Testamento. Nunca entendieron - estos doctores de la ley - lo que significaba: "Misericordia quiero y no sacrificios". Lo leyeron, pero no entendieron lo que era la misericordia. Y Jesús, con su manera de actuar, proclama esta misericordia con su testimonio», explica el Sucesor de Pedro reiterando que "el testimonio siempre rompe un hábito" y también "te pone en peligro".

En lugar de resolver un conflicto, se murmura

El testimonio de Jesús provoca, de hecho, murmuraciones. Los fariseos, los escribas, los doctores de la ley decían: "Él recibe a los pecadores y come con ellos". No decían: "Pero mira, este hombre parece bueno porque está tratando de convertir a los pecadores".

Una actitud que consiste en hacer siempre "el comentario negativo para destruir el testimonio". "Este pecado de murmurar es cotidiano, tanto en lo pequeño como en lo grande", observa de nuevo Francisco, indicando que en nuestra propia vida nos encontramos murmurando "porque no nos gusta eso y el otro" y en vez de dialogar o "tratar de resolver una situación de conflicto, murmuramos secretamente, siempre en voz baja, porque no hay valor para hablar claramente". Este es también el caso "en las pequeñas empresas, en la parroquia".

"¿Cuánto se murmura en las parroquias? Con tantas cosas", dice el Papa, afirmando que cuando hay "un testimonio que no me gusta o una persona que no me gusta, el murmullo se desata inmediatamente".

"¿Y en la diócesis? Las luchas intradiocesanas... las luchas internas de las diócesis, ustedes las conocen. Y también en política. Y eso es malo", añade el Santo Padrehaciendo hincapié en que cuando un gobierno no es honesto, trata de ensuciar a sus oponentes con murmuraciones: ya sea difamación, calumnia, siempre se está buscando algo.

"Y ustedes conocen bien a los gobiernos dictatoriales, porque han experimentado esto, ¿qué hace un gobierno dictatorial? Primero toma en mano los medios de comunicación con una ley y a partir de ahí, comienza a murmurar, a menospreciar a todos aquellos que para el gobierno son un peligro. Susurrar es nuestro pan de cada día a nivel personal, familiar, parroquial, diocesano y social".

La pregunta de Jesús

Se trata -señala de nuevo el Papa- de "una laguna para no mirar a la realidad, para no dejar que la gente piense". Jesús lo sabe, pero es bueno y "en vez de condenarlos por murmurar", hace una pregunta. "Usa el mismo método que ellos", que es hacer preguntas. La diferencia es que ellos preguntan para poner a prueba a Jesús, "con mala intención", "para hacerlo caer": por ejemplo, con preguntas sobre los impuestos que hay que pagar al imperio o sobre el repudio a una esposa. Jesús utiliza el mismo método pero con una finalidad diferente.

Jesús les dice: "Si tenéis cien ovejas y perdéis una, ¿quién de vosotros no deja las noventa y nueve en el desierto y va en busca de la perdida hasta que la encuentra? Y "lo normal sería que ellos lo entendieran", afirma Francisco pero en vez de eso se ponen a hacer cálculos: "Tengo 99 ovejas... veamos si pierdo una...está atardeciendo...está oscuro, etc.".

La lógica del Evangelio contraria a la lógica del mundo

Finalmente, el Papa sigue recordando las tres palabras sobre las que se desarrolló su reflexión: "el testimonio", que interpela y que hace crecer a la Iglesia"; "el murmullo", que es "como un guardia interior para que el testimonio no me haga daño", y "la pregunta" de Jesús.

Francisco recuerda también otra palabra: la alegría, la celebración, que esta gente no conoce: "todos los que siguen el camino de los doctores de la ley no conocen la alegría del Evangelio", subraya el Papa, que concluye diciendo: "Que el Señor nos haga comprender esta lógica del Evangelio contraria a la lógica del mundo".


La Iglesia

Iglesia, 6 noviembre

Tema del mensaje para la LII Jornada Mundial de la Paz (1 de enero de 2019), 06.11.2018

Publicamos a continuación el tema del Mensaje para la LII Jornada Mundial de la Paz que se celebra el 1 de enero de 2019: «La buena política está al servicio de la paz»

Comentario:

La responsabilidad política pertenece a cada ciudadano, y en particular a aquellos que han recibido el mandato de proteger y gobernar. Esta misión consiste en salvaguardar el derecho y fomentar el diálogo entre los actores de la sociedad, entre las generaciones y entre las culturas. No hay paz sin confianza mutua. Y la confianza tiene como primera condición el respeto por la palabra dada. El compromiso político, -que es una de las expresiones más altas de caridad- comporta la preocupación por el futuro de la vida y del planeta, de los más jóvenes y de los más pequeños, en su sed de realización.

Cuando el hombre es respetado en sus derechos, como recuerda San Juan XXIII en la encíclica Pacem in Terris (1963), brota en él el sentido del deber de respetar los derechos de otros. Los derechos y los deberes del hombre acrecientan la conciencia de pertenecer a una misma comunidad, con los demás y con Dios (cf. ibid., 45). Por lo tanto, estamos llamados a llevar y anunciar la paz como la buena noticia de un futuro en el que cada ser vivo será considerado en su dignidad y sus derechos.


La Iglesia

Iglesia, 6 noviembre

Papa: Jesús nos invita al banquete del Reino, atención a no rechazarlo

Jesús nos invita a hacer fiesta con Él, pero – preguntó el Santo Padre en su homilía de esta mañana – ¿cuántas veces nos inventamos pretextos para rechazar su invitación? Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano

El pasaje del Evangelio del día, está tomado del capítulo 14 de San Lucas. Casi todo gira en torno a un banquete que un jefe de los fariseos ha organizado y al que también ha invitado a Jesús. En aquella ocasión – relata la página evangélica de ayer, de la que la de hoy es la prosecución – el Señor había curado a un enfermo y había observado que muchos invitados trataban de ocupar los primeros puestos. Por lo tanto había recomendado al fariseo que invitara a comer más bien a los últimos, a aquellos que no pueden devolver el favor.

El doble rechazo

En un determinado momento, durante el banquete, y aquí comienza el pasaje de Lucas de hoy, uno de los comensales, exclama: “¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!”.

Es el pasaje del doble rechazo, dijo el Papa. Y entonces Jesús relata la historia de un hombre que ofreció una gran cena y convidó a mucha gente. Sus siervos dicen a los invitados: “¡Vengan, ya está preparado! Pero todos comenzaron a excusarse para no ir. Quien porque había comprado un campo, quien cinco yuntas de bueyes, quien porque acababa de casarse. “Y siempre excusas. Se excusan. Excusarse es la palabra educada para no decir: “Rechazo”. Rechazan, pero educadamente”. Entonces el patrón manda a los siervos a la calle a llamar a los pobres, a los enfermos, a los cojos y a los ciegos, y ellos llegan a la fiesta. “Es el pasaje del Evangelio – afirmó Francisco – y termina con el segundo rechazo, pero esto de la boca de Jesús”. (…). “Quien rechaza a Jesús, Jesús espera, da una segunda oportunidad, quizá una tercera, una cuarta, una quinta… Pero al final rechaza Él”.

“Y esto del rechazo nos debe hacer pensare en nosotros, en las veces en que Jesús nos llama; nos llama a hacer fiesta con Él, a estar cerca de Él, a cambiar de vida. Piensen que busca a sus amigos más íntimos ¡y ellos lo rechazan! Después busca a los enfermos… y van; tal vez alguno lo rechace. Cuántas veces nosotros sentimos la llamada de Jesús para ir con Él, para hacer una obra de caridad, para rezar, para encontrarlo, y nosotros decimos: ‘Pero, disculpa Señor, estoy atareado, no tengo tiempo. Sí, mañana, no puedo…’. Y Jesús permanece allí”.

Cuántas veces nos inventamos excusas con Jesús

El Papa se preguntó cuántas veces también nosotros le pedimos a Jesús que nos disculpe cuando Él “nos llama para encontrarnos, para hablar, para tener una buena charla”. Y también nosotros rechazamos la invitación de Jesús.

“Cada uno de nosotros pensemos: en mi vida, ¿cuántas veces he sentido la inspiración del Espíritu Santo para hacer una obra de caridad, para encontrar a Jesús en esa obra de caridad, para ir a rezar, para cambiar de vida en esto, en esto que no va bien? Y siempre he encontrado un motivo para disculparme, para rechazar”.

Jesús es buen, pero es justo

Francisco afirmó que al final entrará en el Reino de Dios quien no rechaza a Jesús o quien no es rechazado por Él. Y haciéndose intérprete de quien piensa que tanto Jesús es bueno y al final perdona todo, el Papa objetó:

“‘Sí, es bueno, es misericordioso’ – es misericordioso, pero también es justo. Y si tú cierras la puerta de tu corazón por dentro, Él no puede abrirla, porque es muy respetuoso de nuestro corazón. Rechazar a Jesús es cerrar la puerta por dentro y Él no puede entrar”.

Jesús ha pagado el banquete con su muerte

Pero hay otro elemento sobre el que se dirige la atención del Papa, y precisamente ¿quién paga el banquete? ¡Es Jesús! El Apóstol Pablo en la primera Lectura, “nos hace ver la factura de esta fiesta” hablando de Jesús que ‘se despojó de sí mismo, tomando una condición de siervo y humillándose a sí mismo hasta morir en la cruz. “Con su vida – dijo Francisco – Jesús ha pagado la fiesta. Y yo digo: ‘No puedo’ (...). Que el Señor – concluyó diciendo – nos dé la gracia de comprender este misterio de dureza del corazón, de obstinación, de rechazo y la gracia de llorar”.


La Iglesia

Iglesia, 5 noviembre

Papa: No al egoísmo del interés. Rivalidad y vanagloria causan guerras

El Pontífice celebra la Misa en Santa Marta y recuerda que en la vida uno no debe "ser selectivo", siguiendo simplemente su "interés propio", sino expandir el horizonte de la existencia a la gratuidad universal.

Barbara Castelli – Ciudad del Vaticano

La "rivalidad y la vanagloria" destruyen los cimientos de las comunidades, sembrando divisiones y conflictos. Lo ha subrayado Papa Francisco esta mañana en su homilía de la Misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta. A partir del Evangelio según Lucas (Lc 14, 12-14), el Pontífice además, ha condenado el "egoísmo del interés", reiterando que la "gratuidad" predicada por Jesús "no es selectiva".

La gratuidad es universal, no selectiva

La enseñanza de Jesús es clara: "no hagas cosas por interés", no elijas tus amistades por conveniencia. El razonamiento sólo a base del "interés propio" de uno, de hecho, es "una forma de egoísmo, segregación e interés", mientras que el "mensaje de Jesús" es exactamente lo contrario: la "gratuidad", que "ensancha la vida", "extiende el horizonte, porque es universal". Los selectivos "son factores de división" y no favorecen "la unanimidad" de la cual San Pablo habla a los filipenses en la primera Lectura. "Hay dos cosas que van en contra de la unidad - insiste el Papa Bergoglio – la rivalidad y vanagloria".

“E incluso el chismorreo nace de la rivalidad, porque mucha gente siente que no puede crecer, pero para ser más alto que el otro, disminuye al otro con el chismorreo. Una forma de destruir a las personas. La rivalidad. Y Pablo dice: "No. Que en la comunidad no hayan rivalidades". La rivalidad es una lucha para aplastar al otro. Es fea, la rivalidad: puede hacerse de manera abierta, directa o se puede hacer con guantes blancos; pero siempre para destruir al otro y realzarse a sí mismo. Y como yo no puedo ser tan virtuoso, tan bueno, disminuyo al otro, y así yo permanezco siempre alto. La rivalidad es una forma de este actuar por interés”.

La vanagloria destruye las comunidades

Igualmente dañino es quien alardea de ser superior a los demás.

“Esto destruye una comunidad, destruye una familia, también ... Piensen en la rivalidad entre hermanos por la herencia del padre, por ejemplo: esto es algo cotidiano. Piensen en la vanagloria, aquellos que alardean de ser mejores que los demás”.

La vida cristiana nace de la gratuidad de Jesús

El cristiano, continúa el Papa Francisco, debe seguir el ejemplo del Hijo de Dios, cultivando la "gratuidad": hacer el bien sin preocuparse si otros hacen lo mismo; sembrando "unanimidad", abandonando "la rivalidad o la vanagloria". Construir la paz con pequeños gestos significa allanar un camino de concordia en todo el mundo.

“Cuando leemos las noticias de las guerras, pensamos en las noticias sobre el hambre de los niños en Yemen, fruto de la guerra: está lejos, pobres niños... pero ¿por qué no tienen que comer? Pero la misma guerra se hace en nuestra casa, en nuestras instituciones con esta rivalidad: ¡empieza allí, la guerra! Y la paz debe hacerse allí: en la familia, en la parroquia, en las instituciones, en el lugar de trabajo, buscando siempre la unanimidad y la concordia y no el interés propio”.


La Iglesia

Nikki Haley

Abusos no pueden cegarnos ante “milagros cotidianos” de la Iglesia, dice embajadora

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, alabó los “milagros cotidianos” de la Iglesia Católica en todo el mundo, así como su decidida respuesta a los escándalos de abusos sexuales cometidos por algunos miembros del clero.

En su intervención en el desayuno anual Al Smith en Nueva York el 18 de octubre, Haley dijo que sería “trágico” si los escándalos de abusos cegaran al mundo “ante las sorprendentes buenas obras que la Iglesia Católica realiza todos los días”.

Las buenas obras, continuó, son “milagros que constituyen el camino de la Iglesia”, que hace un “trabajo increíble” para ayudar a “millones de personas desesperadas” en todo el planeta.

La embajadora católica contó que le ha tocado estar en “lugares realmente oscuros” del mundo donde la gente “sufre mucho más de lo que los estadounidenses pueden imaginar”.

“He estado en la frontera de Colombia y Venezuela, donde la gente camina tres horas bajo el sol ardiente para recibir la única comida a la que accede durante el día. ¿Quién les da esa comida? La Iglesia Católica”.

Haley también ha estado “en un campo de refugiados en África Central donde pequeños hombres son secuestrados y obligados a convertirse en niños soldado; y donde las niñas son violadas rutinariamente. ¿Quién está al frente para cambiar esta cultura de corrupción y violencia? La Iglesia Católica”.

La diplomática, que seguirá en el cargo de embajadora de Estados Unidos ante la ONU hasta finales de este 2018, también dijo que los escándalos de abusos sexuales han sacudido a la Iglesia en todo el mundo y que “sería un descuido” no referirse al tema.

“El lugar de la Iglesia debe ser con las víctimas que cargan su dolor con ellas. Conozco a líderes eclesiales que reconocen su grave responsabilidad para lidiar con este fracaso moral y que están actuando haciendo frente al tema”, dijo.

La cena anual de la Alfred E Smith Foundation sirve a los “niños más necesitados de la Arquidiócesis de Nueva York, sin importar raza, credo o color”. En esta ocasión recaudó cuatro millones de dólares.

Smith fue gobernador del estado de Nueva York y el primer católico del Partido Demócrata en ser nominado candidato a la presidencia de Estados Unidos.

Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente por CNA


La Iglesia

Papa: “No se puede amar sólo cuando conviene”

Al reflexionar en su catequesis sobre el sexto mandamiento, que dice: “No cometerás adulterio”, Francisco explicó que para recibir el Sacramento del Matrimonio se necesita una preparación esmerada María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano

También este miércoles, a partir de las 10.00 de la mañana, el Papa ingresó en la Plaza de San Pedro a bordo de la jeep blanca donde lo esperaban casi veinte mil fieles y peregrinos de los cinco continentes.

Tal como informa la Prefectura de la Casa Pontificia, entre los grupos más numerosos se destacaban mil participantes en la peregrinación de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús, pertenecientes al Instituto Ravasco, y novecientos del Sínodo de los jóvenes de la diócesis de Faenza-Modigliana, con el Obispo Mons. Mario Toso. Antes de tomar la palabra, Francisco recorrió la plaza saludando y bendiciendo a las personas que encontraba a su paso y deteniéndose cada tanto para besar y acariciar a los niños que le acercaban.

Hoy dedicamos la catequesis al sexto mandamiento, que dice: “No cometerás adulterio”.

Como escuchamos de los mismos labios del Papa éste fue el tema de las reflexiones de este penúltimo miércoles de octubre, en que explicó que esta palabra del Decálogo supone una llamada a la fidelidad, puesto que no existe una relación humana auténtica sin la lealtad y la fidelidad. Sí, porque como dijo el Santo Padre, no se puede amar solo cuando “conviene”.

Amar sin condiciones

“El amor se manifiesta cuando se da todo sin reservas. El ser humano necesita ser amado sin condiciones, y cuando no encuentra este amor el corazón busca llenar ese vacío con sucedáneos, componendas y mediocridades, entregándose a relaciones estériles e inmaduras, con la falsa ilusión de encontrar allí un poco de luz y de vida”.

Cristo es la fuente de fidelidad

Por otra parte, tras afirmar que la vida conyugal requiere un tiempo de noviazgo para discernir y verificar la cualidad de la relación, analizando este mandamiento el Obispo de Roma, dijo:

“ Este mandamiento nos llama pues a dirigir nuestra mirada a Cristo, para que sepamos encontrar en Él la fuente de nuestra fidelidad, de nuestra constancia en las relaciones con los demás y de nuestra comunión mutua ”

La importancia de una preparación adecuada para el Matrimonio

Hablando en italiano de la llamada a la vida conyugal, que requiere un claro discernimiento sobre la calidad de la relación y un tiempo de noviazgo para verificarla, el Papa dijo que para acceder al Sacramento del matrimonio, los novios deben madurar la certeza de que en su relación está la mano de Dios, que los precede y los acompaña.

Pero para que esto ocurra, antes de recibir el Sacramento del Matrimonio – añadió el Santo Padre hablando espontáneamente – se necesita una preparación esmerada, “diría un catecumenado – agregó textualmente – porque se juega toda la vida en el amor, y con el amor no se juega. No se puede definir ‘preparación al matrimonio’ tres o cuatro conferencias dadas en la parroquia. No, ésta no es una preparación: ésta es una falsa preparación. Y la responsabilidad de quien hace esto cae sobre él: sobre el párroco, sobre el obispo que permite estas cosas. La preparación debe ser madura y se necesita tiempo. No es un acto formal: es un Sacramento. Pero hay que prepararse con un verdadero catecumenado”.

Cristo enseña el amor incondicional

Por último explicó que de la muerte y resurrección de Cristo deriva nuestra fidelidad, de su amor incondicional deriva la constancia en las relaciones. De la comunión con Él, con el Padre y con el Espíritu Santo deriva la comunión entre nosotros y el hecho de saber vivir nuestras relaciones con fidelidad.

Vida cristiana es encuentro de nuestras debilidades con la gracia de Dios

Al saludar a los presentes el Papa Francisco dirigió un pensamiento especial a los jóvenes, ancianos, enfermos y recién casados, a quienes les dijo que el mensaje evangélico de Cristo no nos pide hacer cosas extraordinarias, sino dejar obrar a Dios en nuestra vida. Y tras recordar que el Señor dijo: “No pueden hacer nada sin mí”, el Pontífice añadió que “la vida cristiana es el encuentro de nuestra debilidad con la fuerza de la gracia de Dios, que nos permite vivir cotidianamente una existencia plena y gozosa, en la que la caridad significa hacer todo con alegría y humildad, para la gloria de Dios y para el bien de los hombres.


La Iglesia

Avancen sin miedo, con valentía, en el diálogo”, pidió el Papa a los jóvenes.

Ciudad del Vaticano (AICA): Organizado y promovido por la Secretaría General del Sínodo de los Obispos y la Congregación para la Educación Católica, bajo el lema “Nosotros: Únicos, solidarios y creativos”, congregó este sábado a centenares de jóvenes de diversos continentes en el Aula Pablo VI del Vaticano. El papa Francisco se hizo presente y les subrayó que “el Sínodo es fruto de un trabajo en el que ustedes fueron y son protagonistas”.

En un clima de fiesta, en medio de cantos y danzas los jóvenes presentaron diversos testimonios que hablan de las dificultades que atraviesan los jóvenes de nuestro tiempo, sus fragilidades y esperanzas, lo difícil que es encontrarse a uno mismo y afirmar su identidad.

“Ustedes no tienen precio, no son mercancía. No se dejen comprar, no se dejen seducir, no se dejen esclavizar por colonizaciones ideológicas para ser esclavos o dependientes”, les dijo Francisco.

“Eso lo deben decir siempre: yo no tengo precio, soy libre. Enamórense de la libertad que les da Jesús”, dijo el Papa en un discurso que improvisó en el acto de esta tarde en el marco del Sínodo de los Obispos que tiene como tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.

En el acto el pontífice dirigió sus palabras tras escuchar varios testimonios de jóvenes como el de uno que dejó las drogas con la ayuda de Dios, otro que huyó de la guerra yendo a Francia a estudiar, y otro que contó cómo dejó la adicción a la pornografía con la ayuda del Señor y ahora vive felizmente casado.

El joven italiano confesó que conoció la pornografía cuando tenía 10 años y era huérfano. Al respecto aseguró que “el porno te destruye dentro, profundamente. Te cuesta la vida, pero pude salir de esto y estoy aquí para testimoniarlo. Buscaba un padre y lo encontré en Jesús”.

Otro testimonio que tocó a los presentes fue el de una joven española de nombre Ana que relató cómo se encontró con un enfermo de cáncer en los huesos y a quien pudo alentar en un hospital: “Dios no te ha abandonado, está a tu lado y te está poniendo a prueba. ¿Eres capaz de seguir a pesar de los fuertes dolores? No estás solo, acéptalo. Él quiere que des testimonio de su amor para que seas santo”, le dijo.

“Tú puedes ser santo si aceptas el dolor y lo ofreces. Luego comienza a amar a los que tengas cerca, haciéndoles ver que no temes a la muerte porque has encontrado algo valioso”.

Días después, relató la joven, recibió una carta del enfermo que le escribió: “Te espero en el Paraíso Ana”.

El padre Alexander, un ecuatoriano radicado desde hace años en Italia, también contó su historia: “Para seguir mi sueño dejé Ecuador. Mientras estudiaba aquí me fue muy difícil aprender italiano. Terminé la química, volví al Ecuador y luego regresé a Pisa para estudiar filosofía y ahí me acerqué a Dios. Poco a poco encontré a Dios y estudié teología”.

“Hace un año me convertí en presbítero y soy feliz de ser un sacerdote suyo. Dios no te quita nada, lo que hay te lo multiplica por mil”, indicó el joven que también dijo ser aficionado al baile latinoamericano.

Al final de los testimonios, los jóvenes que estaban en el escenario leyeron algunas preguntas para el Papa y los Padres sinodales presentes, referentes a la búsqueda del sentido de la vida, la familia, los problemas sociales, las nuevas tecnologías, las minorías religiosas, y la forma de cambiar la “imagen negativa y triste” de la Iglesia por los recientes escándalos de abusos.

Respondiendo a los jóvenes de forma improvisada, Francisco los alentó a hacer “su propio camino. Sean jóvenes en camino que miran al horizonte, no al espejo. Siempre mirando adelante el camino y no sentados en el sofá. Muchas veces he dicho esto. Hay jóvenes que están en el diván y se jubilan a los 24 años, es malo esto”.

“En este camino recuerden una palabra que me toca, que se ha dicho, que es fuerte, pero es cierta. La coherencia de vida. Hago camino, pero con coherencia de vida. Cuando ven una Iglesia incoherente, que no sigue las bienaventuranzas, y cae en el clericalismo principesco más escandaloso, yo entiendo”.

Francisco resaltó luego: “Si eres cristiano toma las bienaventuranzas y ponlas en práctica. Y si eres un hombre o una mujer que has dado la vida, también un sacerdote, sé un sacerdote que valga. Sigan el camino de las bienaventuranzas, no la de la mundanidad”.

Reflexionando sobre el poder, el Papa dijo que “el verdadero poder es servicio, lo otro es egoísmo, bajar al otro, dominar. El poder está para hacer crecer a la gente, para ser servidores de la gente, sea para la política o la coherencia. Este es el principio”.

Hablando luego sobre las nuevas tecnologías, el pontífice explicó que “la interconexión digital es al momento, es rápida. Pero si te acostumbras a esto, terminarás con una familia en la mesa en el almuerzo, en la cena, cada uno hablando con otros o entre ustedes por el teléfono sin una relación real, sin concretar”.

“Cada camino que harán debe ser seguro y concreto como tantas experiencias que han dicho aquí. Ninguno de los testimonios era líquido, todos eran concretos. Si los medios, si el uso de la web te hace líquido, córtalo. Si no hay algo concreto, no tendrás futuro”.

Tras alentar a acoger con amor a los migrantes para vencer el populismo, el Santo Padre reiteró su invitación a hablar “con los viejos, hablen con los abuelos. Ellos son la raíz”.

“Recuerden, si el árbol está solo no dará fruto. Todo lo que el árbol tiene florecido viene de lo enterrado. Esto es de un poeta no es mío. Tomen las raíces y den fruto. Hablen con los abuelos, con los viejos y esto los hará felices”, concluyó.


La Iglesia

Óscar Romero sobre Pablo VI «¡Ese hombre de Dios es un santo!

El 2 de julio de 1978, monseñor Romero retomó su habitual predicación dominical tras un viaje que debió realizar a Roma para aclarar al Papa Pablo VI «algunos malos entendidos surgidos de informaciones falsas o interesadas». ¡Cuánto disfrutaba monseñor de pasar unos días en Roma! Eso le daba la oportunidad de sentir con la Iglesia y vivir la comunión con el Pontífice muy de cerca, «porque allá donde saben cómo amo la sede del Sucesor de Pedro, no podrían dudar de mi fidelidad al Papa. He ratificado una vez más que moriré, primero Dios, y fiel al Vicario de Cristo».

No resulta extraño que, vuelto de Roma, monseñor Romero expresara en esa Misa dominical sus profundos pensamientos y sentimientos hacia el Papa Pablo VI, a quien amaba entrañablemente: «Cuando veía circular junto a la tumba de san Pedro peregrinaciones llegadas de todas partes del mundo, me parecían como el torrente sanguíneo de la humanidad, que pasa por el corazón para oxigenar después a toda la Iglesia. Porque eso es el Papa: ¡El corazón de la Iglesia! Todo aquel que oxigena su sangre es un miembro sano de esta Iglesia, que esta mañana vivimos en esta catedral de San Salvador y a través de la radio, junto a tantos que no han podido venir pero que siente este momento de plegaria que estamos elevando al Señor por nuestro Pontífice Paulo, en el 15 aniversario de su elección. ¡Ese hombre de Dios es un santo! Es un santo en su fragilidad, en sus 81 años atormentados por la artritis, casi arrastrando sus pasos, ¡pero con una mente lúcida! Y sobre todo un corazón que es todo un volcán de amor para la humanidad. El Papa es un hombre que no vive para sí, un hombre para el que todas las palpitaciones de su amor son para sentirse padre, conductor, guía, pastor de la humanidad. Un hombre con un corazón tan sensible que le hacen llorar las ingratitudes de sus malos hijos, pero le hacen sonreír el cariño de quienes lo aman y tratan de corresponderle. Un hombre bueno y santo, que sabe que el precio de amar al Señor es apacentar al mundo entero con un corazón gigante que no se acobarda ante las embestidas de tanta maldad, de tanta indiferencia de un mundo que se desacraliza, que le da la espalda a lo divino».

Estas fueron palabras muy sentidas de aquel arzobispo llamado Óscar Romero, que buscó siempre caminar por los senderos de santidad y de justicia que Dios le fue trazando, hacia un Papa que fue siempre inspiración para su vida sacerdotal y para hacer de su oficio episcopal una expresión viva de Jesús, el Buen Pastor. Felicidades a estos dos grandes santos de nuestro tiempo. Seguramente, si monseñor Romero viviese hoy, tendría los mismos sentimientos hacia el Papa Francisco. Y viéndolo ejercer su ministerio petrino, le diría: «Santidad, me basta verlo, en la plaza San Pedro y en cada viaje apostólico que realiza, amando a Dios con todo su corazón y a su rebaño con expresiones del pastor cercano que conoce a su ovejas y da la vida por ellas pero, sobre todo, porque usted es el Vicario de Cristo, aquel que me confirma en la fe y me enseña a amar con su propia vida, a dar la vida por sus ovejas. Ánimo Santo Padre, Él lo constituyó la roca sobre la que edificó su Iglesia y le prometió su presencia para siempre: “Yo estaré contigo hasta el fin de los tiempos, y las puertas del infierno no prevalecerán sobre ella”. Esté seguro de que siempre rezamos en El Salvador por usted. Que Dios le dé muchos años».

Monseñor Rafael Urrutia
Postulador de la causa de monseñor Romero


La Iglesia

Sínodo: Los jóvenes deben ser sujeto del anuncio del Evangelio, afirman padres sinodales

Ciudad del Vaticano (Lunes, 08-10-2018, Gaudium Press) En el tercer día de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se desarrolla en el Vaticano, con el tema: "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional", se llegó a una descripción de donde nace la esperanza de los Padres sinodales: 
"Los jóvenes no deben ser objeto, sino sujeto de la proclamación del Evangelio".

La idea definida es la de un renovado protagonismo misionero en la Iglesia, en campo social y político, para que las nuevas generaciones sean fermento y luz del mundo, artífices de la paz y la civilización del amor.

Iglesia: la Casa Materna, Madre, Hogar

Para los padres sinodales, "La Iglesia es llamada a ser madre y hogar, empatía y escucha, voz de los que no tienen voz, especialmente para los que se encuentran en situaciones difíciles, piedras descartadas que, gracias al anuncio de la Buena Nueva, pueden tornarse ‘piedras angulares' en la construcción de un mundo mejor".

La idea que dominó entre los padres sinodales es que el consumismo en Occidente corre el riesgo de apagar el entusiasmo de la juventud, que, muchas veces, es desorientada, sin ideas y sin fe, también por causa de las nuevas ideologías.
Por eso, existe urgente necesidad de una pastoral renovada, capaz de oír y transmitir la mirada amorosa de Jesús, como también de expresarse con un lenguaje joven, más allá de aquel digital.

Según los obispos participantes del Sínodo, "Los jóvenes ayudan a los adultos a situarse en el presente y esperan de la Iglesia una señal profética de comunión, en un mundo dilacerado. Ellos son el corazón misionero de la Iglesia". En este sentido, lanzaron la propuesta de instituir un Pontificio Consejo especialmente para ellos.

Los participantes en los trabajos sinodales recordaron también "el pedido de una renovación espiritual", que emergió de los cuestionarios preparatorios del Sínodo.

Liturgia, oración, santificación

Por último, durante las intervenciones sinodales, se realzó la importancia de relanzar la Catequesis y la Liturgia, que, junto con la devoción popular, salvaguardaron la fe de muchos cristianos, en contextos de persecución.

Por eso, sugirieron que es preciso además hablar a los jóvenes sobre la importancia de la oración. Pero, por su parte, es esencial que también la Iglesia rece por los jóvenes y por su vocación.

Con efecto, los jóvenes anhelan por la dimensión del silencio y la contemplación, pero, cuando no la encuentran en la Iglesia, buscan en otros lugares.

Según los Padres sinodales, la Iglesia debe dar mayor asistencia y acompañamiento espiritual a los jóvenes, colocando en evidencia los valores eternos, que llevan a la verdadera felicidad, mediante una propuesta evangélica, según su período de madurez.

Es en este sentido que los muchos Santos que enriquecen la historia de la Iglesia, pueden servir de ejemplo de gran actualidad. (JSG)

De la Redacción Gaudium Press, con información de Vatican News.



La Iglesia

Sínodo jóvenes: acompañar con empatía, curar heridas, mostrar metas altas

Continúa en el Vaticano el Sínodo sobre la juventud. Esta mañana, la 7ª Congregación General estuvo también dedicada a la reflexión de la segunda parte del Instrumentum Laboris, centrada en el acompañamiento

Paolo Ondarza - Ciudad del Vaticano

"Señor, ¿qué quieres que haga?" La pregunta del joven Francisco de Asís, de veintitrés años, llamado en el siglo XIII a "reconstruir" la casa de Dios, es la misma que resuena hoy en los corazones de todos los jóvenes. En efecto, responder a la voz del Señor lleva a encontrar el verdadero sentido de la vida, refuerza el vigor físico, la fuerza de ánimo y el valor,  típicos de la condición de la juventud.

Un nuevo Pentecostés

La figura del Pobrecito de Asís y la de otros santos y santas fueron  señaladas esta mañana por los Padres sinodales como "modelos actuales". Hombres y mujeres que no han abrazado una idea, sino que han encontrado a un hombre: Jesús. Figuras que impulsan a la Iglesia a romper con los viejos esquemas para inaugurar la era de un “nuevo Pentecostés”. Conocer a Cristo resucitado y su "ir contracorriente" es un estímulo al testimonio que los jóvenes están llamados a traer al mundo. Así lo demuestran los muchos que se han convertido en "embajadores de la vida" en aquellos países en los que la vida se ve amenazada por leyes que se oponen a ella. O también -dicen los obispos- quien en contextos de guerra y tensión sigue llevando a cabo "la misión de ser sal, luz y levadura" para la sociedad.

El acompañamiento es empático y no improvisado

El arte del acompañamiento espiritual y del discernimiento es, pues, indispensable, pero no debe ser prerrogativa exclusiva de sacerdotes y consagrados: el Aula del Sínodo invoca la participación de parejas jóvenes, pero advierte: "no a la improvisación". Si un joven no es bienvenido, corre el riesgo de alejarse y de buscar respuestas equivocadas, a menudo decepcionado por los escándalos y la indiferencia. Quien acompaña tiene, por lo tanto, el deber ministerial de ser testigo creíble, de tener una fe sólida y está llamado a escuchar, aconsejar y luego apartarse con confianza, exultando por cada meta alcanzada. La actitud es de empatía y no de simple simpatía: de hecho, los formadores deben reconocer primero la humanidad y la falibilidad de los jóvenes, porque es allí donde Cristo quiere encontrarse con ellos para liberarlos del error. Estará bien para los líderes espirituales recordar sus propias experiencias de caída: la gracia, de hecho, actúa en la historia de una manera ordinaria y se transforma progresivamente.

Matrimonio y consagración, dos vocaciones para valorar en igual medida

La dimensión espiritual es una prioridad. El Sínodo pide que se fomente la participación en la Misa y en la Adoración Eucarística. No sólo son suficientes los "esfuerzos horizontales", sino que también son necesarios los esfuerzos "verticales" para ayudar al joven a mirar hacia lo alto, porque Dios está con él. Ser acogedores, mostrar metas altas y la propuesta exigente del Evangelio son dos características del "acompañar" tanto el matrimonio como el celibato, por el Reino de Dios. Las dos vocaciones -subrayan los obispos- deben ser valoradas de la misma manera por la Iglesia, porque ambas forman parte de la mayor "vocación bautismal" propia de todo cristiano. Si los grandes no tienen grandes sueños, fue la reflexión de los Padres sinodales, ¿cómo van a poder inspirar a los jóvenes? Del Sínodo nace la propuesta de un secretariado de jóvenes en cada circunscripción eclesiástica  con el fin de dinamizar la acción pastoral. Los jóvenes -fue la reflexión- son el presente y el futuro de la Iglesia. 

Intervenciones de los auditores

El cierre matutino de la congregación fue la intervención de algunos auditores que subrayaron la inadecuación de una propuesta eclesial centrada en el teísmo ético frente a la profunda sed de espíritu de los jóvenes. Ellos quieren a Jesús y la Iglesia tiene el deber de mostrarlo y  de no considerar"tiempo perdido" aquel dedicado al cuidado pastoral de las nuevas generaciones. En medio de tantas voces -fue la reflexión- los jóvenes necesitan discernir qué voz viene del Señor, y no quieren que los adultos tomen decisiones en su lugar, sino que les ayuden a no retrasar las elecciones importantes de la vida. Fue conmovedor el testimonio de quienes destacaron la necesidad de no subestimar los peligros que los jóvenes enfrentan en el mundo real y virtual. El corazón humano está hecho para la Belleza, la Bondad y la Verdad que sólo la Iglesia-madre puede revelar.

Miembros de nombramiento pontificio que completan la Comisión del Documento Final

Finalmente, después de la elección de ayer de los 5 Padres sinodales que representan a los 5 continentes en la Comisión para la redacción del Documento Final, durante la congregación de esta mañana se anunciaron los tres miembros de nombramiento papal: el Arzobispo Mayor de Kiev-Halyc Sviatoslav Shevchuk, Jefe del Sínodo de la Iglesia Católica Griega Ucraniana, el Padre Alexandre Awi Mello, Secretario del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, y el Rev. Eduardo Gonzalo Redondo, responsable de la Pastoral Vocacional de Cuba. Estos ocho trabajarán junto con el Relator General, los dos Secretarios Especiales y el Secretario General, en el trabajo de la Comisión.


La Iglesia

COMUNICADO OFICIAL DE LA ARQUIDIÓCESIS DE CARACAS CON MOTIVO DEL FALLECIMIENTO DEL CONCEJAL FERNANDO ALBÁN COMUNICADO OFICIAL DE LA ARQUIDIÓCESIS DE CARACAS CON MOTIVO DEL FALLECIMIENTO DEL CONCEJAL FERNANDO ALBÁN

Ante la muerte del Concejal Fernando Albán, el día de hoy 8 de octubre de 2018, cuando se encontraba detenido en la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) en Plaza Venezuela, manifestamos el profundo pesar de la Iglesia Católica de Caracas y no solidarizamos con el dolor de la familia Albán en estos momentos de incertidumbre y consternación.

Hacemos del conocimiento de toda la comunidad nacional e internacional que el Concejal del Municipio Libertador de Caracas Fernando Albán era hombre de sólidos valores cristianos y compromiso con los pobres. Por todos es sabido que desde el viernes 5 de octubre había sido detenido por el Órgano de Inteligencia Venezolana (SEBIN). La información dada hoy por el Fiscal General de la República nos deja perplejos y llenos de dudas razonables ante la tesis de un supuesto suicidio, no corroborado por una investigación profunda y objetiva.

Exigimos al Estado Venezolano que realice una investigación objetiva e imparcial sobre los hechos ocurridos en la sede del SEBIN en Plaza Venezuela, este lunes 8 de octubre. En tal sentido solicitamos que se establezca la verdad sobre lo ocurrido y se determinen las responsabilidades del caso, tomando en cuenta que el Concejal Albán estaba bajo la custodia del Estado Venezolano, quien es responsable de garantizar la vida e integridad personal de los detenidos. Repudiamos cualquier hecho contrario a la dignidad humana y al respeto de los Derechos Humanos de las personas que se encuentran privadas de libertad por hechos de naturaleza política y, en especial, lo sucedido con quien era Concejal de la “Comisión de Culto, Fomento e Impulso del Buen Vivir” por las Parroquias Santa Rosalía, San Pedro, El Recreo y San Agustín. Hombre comprometido con la acción social de la Iglesia Católica en Caracas con Caritas, “La Olla Solidaria”, en los barrios más humildes y “El kilo de amor” para la gente pobre. Hasta ayer se conoció que estaba sereno y tranquilo -inclusive- envió directrices a su equipo para que mantuviese el trabajado en favor de los pobres.

Elevamos plegarias a nuestro Señor Jesucristo por su eterno descanso, y para que le otorgue a su familia el consuelo de la esperanza en la Resurrección. Así también oramos, para que en nuestra Patria se respeten los derechos humanos de todos los venezolanos, no se vulnere la dignidad del ser humano y el legítimo derecho a la vida de todos los ciudadanos, sin distingo alguno, y se instaure la justicia fundamentada en la verdad, único camino hacia la paz perdurable en nuestro país.

Que María Santísima, nuestra Señora de Coromoto nos guíe para construir el progreso de nuestra

Patria por caminos de justicia, fraternidad y paz.

+ EMMO. CARD. BALTAZAR ENRIQUE PORRAS CARDOZO

Señores Obispos Auxiliares y Reverendos Vicarios Episcopales de la Arquidiócesis de Caracas

Caracas 8 de octubre de 2018