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Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Ante la partida y la llega de un año.

Cada vez que se va un año y llega otro hay alegría, pero también preocupación. Alegría por todo lo que trae diciembre con sus luces, dulces, colores, reunión familiar, celebraciones… Preocupación ante la incertidumbre por la situación difícil por la cual marchan las cosas en este país. Enfrentamientos, rumores inconstitucionales, injusticias, aumento de la gasolina, devaluación, carestía de la vida, pocos productos para la dieta diaria…

Claro se nos olvida que somos hijos de Dios y de ahí que aprovechemos para vivir sin Dios y caemos en una trampa diabólica anunciada que bien lo encontramos en Isaías 59,9-13 “Estamos esperando la luz, y no hay más que tinieblas. Caminamos como ciegos, agarrados a la pared, para no caernos. Tropezamos al mediodía como en las sombras del anochecer. Vamos andando como muertos en medio de los vivos. Lanzamos aullidos como los osos, y gemimos como palomas... Todo, porque hemos renegado del Señor y ya no seguimos a nuestro Dios”

Es una trampa que nos encandila, nos atrae y nos amarra. Y lo hace de tal manera, que nos esclaviza a todos, sin ninguna excepción. El diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar” (1 Pedro 5,8) Pareciera, entonces, que son muchos los que prefieren vivir así.

Hay una gran lucha entre el trigo que quiere producir fruto y la cizaña que quiere tragarse todo para que el trigo no crezca. Por eso hay tanta maldad, violencia, corrupción, prostitución, enfermedades, miseria. El fruto de la maldad ya creció y maduró. Ese crecer y madurar nosotros lo alimentamos con nuestras frivolidades, indiferencias, ese arrinconamiento a Dios, que aunque no le neguemos, lo dejamos a un lado como lindo e inútil jarrón chino.

Para este Año, 2012, que se va debe haber una seria reflexión acerca de la responsabilidad frente a los deberes familiares. Da pena ajena observar como familias enteras se han ido por el fregadero de la discordia: herencias, politiquerías, chismes, enfrentamientos… Todo por haber abandonado aquello que aprendimos de nuestros padres. Hemos dejado a un lado el perdón, las visitas del domingo, a la casa paterna y materna, la solidaridad frente al enfermo o al más lejano… Bueno, ya ni siquiera se va a las misas de los difuntos padres.

Para este Nuevo Año, 2013, debíamos sentir y repetir siempre: ¡Somos Hijos de Dios! Esto implica humildad para aceptar que estamos en las manos de Dios. Que Dios está al frente de la vida y que en sus mandamientos está nuestra vida espiritual y comunitaria. Decir que soy hijo de Dios, equivale a ser buena semilla. NO somos cizaña, mucho menos invento fracasado dentro de un destino de la mala suerte. Nada de eso. Dios nos quiere transformar y para ello hay que convertirnos. Es decir, volver para decirle a Dios: Queremos ser lo que quiera Dios.

De ahí la pregunta: ¿Qué puedo hacer para vivir bien la voluntad de Dios? Esta pregunta va muy relacionada con el querer de Dios para cada uno de nosotros. No podemos perder tiempo en desánimos, quedarnos en las debilidades. Todo lo contrario, debemos vivir el presente en la presencia de Dios.

Se es necesario hacer oración. No es rezar repitiendo palabras. No. Es dejar que Dios nos hable para ello confianza en Dios y hay que hacer oración siempre. Si lo hacemos nacerá en nosotros la humildad. En segundo lugar, Comulgar. La Eucaristía sana, aleja y restablece. Es el mejor remedio, que tenemos que tomar constantemente hasta sanarnos totalmente. Principalmente cuando nuestra lucha es contra un determinado pecado que no podamos vencer. Sólo así, seremos vencedores en esta lucha. Si recibimos frecuentemente el Cuerpo del Señor la sanación y la liberación se darán.

No estoy diciendo que tienes que comulgar estando en pecado. Nada de eso, pues ería peor el remedio que la enfermedad. Aquí hay que unir Eucaristía, Comunión con Sacramento de la Reconciliación o Penitencia. A los dos sacramentos hay que buscarlos constantemente cuantas veces sean necesarias. Mucho cuidado con aquello: ya me da vergüenza contar el mismo pecado. Uno utiliza el medicamento, incluso por vida, para mantener la salud. Pues así en la confesión se lucha contra ese pecado hasta que se le domina. Confesamos cuantas veces sean necesarias y comulgar siempre que podamos, porque la sanación del pecado es más difícil que la sanación de las enfermedades físicas.

Señor Dios, gracias por el Año que se va. Perdón por el bien que no hicimos y mal que no evitamos. Para el Nuevo Año, más que pedirte, te ofrecemos vivir como verdaderos hijos y para ello, necesitamos tu gracia y misericordia. Deja que María, Seora de la paz nos acompañe y alumbre el camino con el amigo de siempre el Ángel de la Guarda.

mrivassnchez@gmail.cm @padrerivas

27/dic
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Feliz Navidad

Era un pueblo de una sola calle. 30 casas, 30 familias. Yo era uno, junto a mis nueve hermanos, que formábamos parte de esas familias. Papá en el campo sembrando, cultivando, cuidando y vendiendo; es más, intercambiando. Frijoles por leche; remolachas por pan; yuca y verduras por carne; pollos por platos y trastos para la cocina… Mamá en la casa ordenando, limpiando cocinando, enseñando, tejiendo, planchando…haciendo.

Mis hermanos mayores mirando de reojo al mundo y yo piensa que piensa. Entre la Escuela, la quebrada, las matas de mango, pomarrosas y guayabas, el futbol, las peleas y demás travesuras pasábamos el tiempo. A esto se unía las visitas a la Iglesia en domingo, los largos paseos al río de la chucurí y las tardes haciendo cuevas y chozas en el potrero repleto de arboledas.

El trompo, las metras, la perinola, la cometa y el divertido juego del quemado. Pero en nada se comparaba con la llegada de diciembre. Quería correr para ver si llegaba más rápido, pero todo era inútil el tiempo se mueve por sí solo y no necesita ayuda.

Les estoy hablando de Juanito. Un niño como tú. Un niño que fabricó su mundo y quiso llamar a la navidad. Aquel día tomó su cometa de mil colores, con frenillos y una larga cola de trapos de muchos matices. En esa cola colgó un papel que decía: navidad te espero y te llamo.

Te espero porque es ahora que tengo conciencia de lo que es. Ayer no entendía mucho aunque fueran pequeños regalos siempre los recibía con alegría y gratitud. Te espero porque, aún con pantalones cortos, pienso diferente y sé que existes y que nunca has dejado de existir. Eres la eterna viajera que va y viene sin dejar a nadie olvidado. Te espero con nerviosismo ya que no se esperar con paciencia. Te espero porque sé que vendrás y no me vas a encontrar dormido, sino despierto para comprender de una vez que es la navidad.

Te llamo navidad porque en ti está toda mi esperanza. Tal vez, ilusión o algo parecido. Pero te llamo. Reconozco que no vienes a mí solamente, sino que vienes a todos. Pues son muchos los que te llaman y te encargan cosas y muchos juguetes. Te llamo porque comprendo que puedes estar muy ocupada y de repente, me dejes a un lado, para pasar en silencio por mi lado para que no me dé cuenta.

Te llamo porque siento que, en la oscurana de la noche material, muchos te niegan y otros te maldicen. Que en esta apartada orilla del terruño que me vio nacer, la patria chica, me escuches y vengas con la mochila repleta de bendiciones. No es cualquier bendición. Mucho menos una simple de una pasajera navidad. No, con la mejor bendición…

La cometa partió al firmamento llevando en su cola el escrito: navidad te espero y te llamo. Llegó la noche de navidad. Ya habían venido de misa toda la familia. Ya habían compartido la cena: hallacas, ensalada, pan de jamón y la torta negra acompañada de dulce de lechosa. Debían todos ir a dormir. Pues los niños y la familia debían hacerlo para dejar al Niño Jesús que entrara en la casa. Yo hice caso y me fui a la cama. Claro, no cerré los ojos quería ver llegar a la navidad. Dieron la 10 y el reloj conmigo se agitaba a la espera de la siguiente hora. En la casa todo era silencio. Yo aun tenía la ropa puesta y con los zapatos me disponía a correr cuando viera a la navidad.

Dieron las 11 y el corazón se achicaba y el sudor bajaba de prisa por mi frente agitando el pecho para sentir que algo grande se movía fuertemente dentro de mí. El arbolito con pompas de jabón titilaba a un lado del pesebre que junto a mí aguadaban la esperada navidad. Las suaves luces de las casas vecinas se apagaban dentro de mis parpados cansados por la espera.

Sonaron las 12 y un cañón a lo lejos retumbó anunciando la llegada de la navidad. Escuché a mi madre rezar: santa María madre de Dios… Sagrado Corazón de Jesús… Padrenuestro… Todo volvió a quedar en mayor silencio. Mis ojos buscaban con nerviosismo a la navidad. Todo era… Bueno algo que no se puede decir con palabras. Me enfilé al pesebre y junto al arbolito me quedé. No se movía nada. Nada aparecía. Todo estaba en calma. Mis manos sudaban y mi respiración se agitaba. De repente sentí que algo se arrecostaba a la puerta. Lentamente avancé y miré por la ventana. Era un niño que temblando de frío se escondía de la helada noche. Abrí y era uno que nunca había visto. Le miré y sin palabras busqué una cobija y se la coloqué en sus hombros. El permanecía de cuclillas y temblaba como ave herida. Busqué leche y pan que me los quitó de las manos y los metió en su boca rápidamente. Volví a la cocina por más y al regresar ya no estaba. Le busqué entre las sombras y no lo encontré. Descubrí una nota pegada en la puerta que decía: gracias por llamarme y esperarme. En esta navidad necesité de ti. Para las otras navidades yo te serviré. Atentamente, la Navidad con hambre.
mrivassnchez@gmail.cm
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20/dic
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Hagamos el Pesebre más que tradición como acto de fe.

Papá me enseñó a querer y hacer el Pesebre como expresión de una tradición que venía desde sus padres. Muy unido al aliño andino en toda su religiosidad. Nosotros, los hijos, lo heredamos y hoy en día lo hacemos, pero corremos el riesgo de quedarnos en tradición que, a estas alturas del tiempo, poco nos puede decir o enseñar para renovar la fe y crecer más en el espíritu cristiano.

El Papa, Benedicto XVI, acaba de publicar, bueno el pasado 11 de octubre, un nuevo libro que lleva por título La Infancia de Jesús y allí habla, bellamente acerca del Pesebre dentro del amor de María Virgen madre de Jesucristo. Él indica que "María envolvió al Niño en paños. Sin ningún sentimentalismo…” Me imagino a una madre llena de emoción que se ayuda de pañales para dar mayor cariño a su hijo.

El Papa nos quiere dar a conocer, para que imaginemos, cuánto amor colocó la Virgen para ese momento tan especial. Estos pañales, paños son presentados, desde la tradición de los Iconos, con fundamento en la teología de los Padres. Es decir, que es una verdad que está presente desde siempre, desde toda la historia. Además, que esos pañales es una muestra anticipada de la hora de su muerte y con una mirada especialísima a la figura del altar.

No olvidemos que el pesebre es el lugar donde los animales encuentran la comida. (Tronco abierto y ahuecado) Es realmente hermoso observar, que ya desde niño, se hace alimento, verdadero Pan del Cielo. “Alimento verdadero que necesita el hombre para ser persona humana” Es el pan que se entrega a todos sin excepción. Es un pan que nos hace caminar hacia el encuentro con Dios, que no es otra cosa que la hermosa redención.

Leamos los capítulos 1 y 2 de San Lucas y encontraremos lo siguiente:
1. 1,26 La Anunciación. El Ángel Gabriel le comunica a María que va a ser la Madre de Jesucristo. El Mesías, el Salvador.
2. 1,39 María corre a donde su Prima Isabel (que junto a Zacarías son los Padres de Juan el Bautista) para comunicarle tal alegría e Isabel la reconoce como la Madre del Señor. María le responde con el Magnífica.
3. 2, 1… Nace Jesús en Belén. Tienen que ir a censarse. (6) Le llegó la hora y da a luz el Primogénito en un pesebre y lo envolvió en pañales.
4. 2, 8 Los pastores son notificados y les dan señas para que lo reconozcan: envuelto en pañales y recostado en un pesebre.
5. 2, 16 Los pastores fueron y encontraron a José, María y al niño.
6. En Mateo 2, 1- 12 encontramos a los Reyes Magos
7. Lucas 2, 22 lo presentaron en el templo. Testigos de este acto los viejos Simeón y Ana.
8. Mateo 2, 13 huye la familia a Egipto.
9. Mateo 2, 19 regresan a Nazaret

Coloco estas citas bíblicas para que veamos, con claridad, los elementos que deben estar visibles en un Pesebre. Pero no como simple tradición que se coloca y se quita, que llena un espacio y luego se barre. No. Es un acto motivado por las Santas Escrituras, que hizo que San Francisco de Asís (Entre 1200 y 1226) “Construyó una casita de paja a modo de portal, puso un pesebre en su interior, trajo un buey y un asno de los vecinos del lugar e invitó a un pequeño grupo de gente a reproducir la escena de la adoración de los pastores”

Siempre las imágenes del pesebre se llevan a bendecir con el sacerdote y luego se dispone el lugar y en familia, dándoles un espacio importante a los niños, se empieza a hacer el pesebre. Es un acto familiar, lleno de emotividad, de creatividad, salpicado con dulces criollos, bebidas típicas y la comida que se funda en el compartir que ya huele a Navidad.

Frente al Pesebre se hace, una vez por semana, el santo rosario. Allí se colocan las cartas al Niño Dios, los regalos familiares y la promesa de la ayuda a los pobres. Siempre un velón de cera alumbra el pesebre. En los labios y el corazón se agitan cantos navideños (Villancicos).

La familia se prepara para participar en las misas de Aguinaldos, siempre de madrugada. Por ser una fiesta todos se preparan. No solamente materialmente (Adornos, ropa, comida, bebidas) Hay una preparación espiritual dentro de una Catequesis de profundización en los Misterios salvíficos de nuestro Dios.

Pesebre sí. Pero no simple tradición.
Pesebre sí. Pero no quedarse en las luces y ovejitas sin mirar a Dios que nace por todos.
Pesebre sí. Pero que nos invite a leer la Biblia y contemplar el regalo del amor de Dios para vivirlo en familia.
Pesebre sí. Pero que nos motive para acercarnos con mayor regocijo a los sacramentos. Especialmente el de la Confesión y la Comunión.
Pesebre sí. Pero que nos haga reencontrarnos como familia que se ama y se perdona.
Pesebre sí. Pero sabiendo que hay otros que necesitan de nuestra ayuda y solidaridad. No necesariamente los pobres. Hay muchos alejados
mrivassnchez@gmail.cm @padrerivas

13/dic
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Llegó diciembre… Tun, tun ¿Quién es?

Diciembre tiene sus propios olores, sabores y colores. Todo porque nace el Niño Jesús. Todo porque vienen las misas de aguinaldos. Todo porque Dios se manifiesta con su cargamento de amor a la humanidad.

Olor a Pesebre. Si aquel viejo establo que guardaba animales y en aquel tronco ahuecado donde comían nace el Dios esperado y humanado para la salvación de todos. Es Dios que se hace carne en aquella mujer, María Santísima, que con su afirmación hace posible que Dios se acerque a los hombres. La Encarnación, El Verbo se encarnó Jn 1, 14, la Iglesia llama "Encarnación" al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. En un himno citado por S. Pablo, “Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que tuvo Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz” Filipenses 2, 5-8

Olor a familia. No estaba vacío el establo, pues allí estaban María, José, el Niño, los pastores, la estrella, la mula y el buey. Era una situación de encuentro en la pobreza, pero revestida de luz y de color. Una familia que desde la fe se inspira para recibir a la criatura regalo del amor de Dios en el Espíritu Santo. Es una familia constituida sobre la base del matrimonio entre José y María. Ellos una verdadera pareja formada por un hombre y una mujer, unida por amor. Eran pobres, humildes, trabajadores, sencillos, amantes de las tradiciones culturales y religiosas de su nación, profundamente religiosa y alejada de los centros del poder religioso y civil. La familia de Nazaret era una familia israelita profundamente creyente y practicante. Su vida totalmente centrada en Dios.

Sabor a fiesta. La familia y todos se agrupan. Cada uno en el calor del hogar se reúne para celebrar. El condimento la alegría y la unidad son los que le dan sabor a esta fiesta. Es la fiesta del cumplimiento de la promesa hecha por Dios: “El Señor, pues, les dará esta señal: La joven está embarazada y da a luz un varón a quien le pone el nombre de Emmanuel, es decir: Dios-con-nosotros” Isaías 7,14

Sabor que se hace mesa para compartir: esa alegría en la llegada del Niño Dios se convierte en cocina para repartir a manos llenas. Hallacas para festejar en familia. Una tradición tan venezolana como los venezolanos mismos. En cada hallaca el amarre del grande la casa “Papá” El Guiso del sazón de Mamá. Las hojas, condimentos y brindis de la recaudación de los demás miembros de la familia. Sin olvidar el cochino, la gallina, el pavo, junto a la tradicional ensalada y dulce de lechosa.

Color de corona de Adviento. Que representa las semanas que faltan para llegar a la Navidad. Con cuatro velas que, en diferentes colores, se encienden para saborear la dulce espera del advenimiento del Niño Dios. En ella una inscripción: Ven Señor Jesús. Más que letras una oración que hace de la espera algo sagrado, dulce y de mucha expectativa. Con velas se coloca en una mesa. Sin velas en la puerta de la casa. Todo el que la ve sabe que en esa casa se espera a Dios y se empieza a saborear su bendición.

Color del pesebre. Que requiere de la imaginación del eterno constructor que va mezclando valles, cerros, lagunas, montañas con el añil de lo profundo del pozo, el azulado del cielo, la nieve de los picachos, lo terroso de los caminos, lo blanco y marrón de las ovejas, y con aquello, que inmortaliza en papel de aluminio o tul la caída del agua que viene de lo más alto. Es el pesebre expresión plasmada por San Francisco de Asís y que hpy se hace parte de la familia cristiana.

Color de arbolito. Se saca de su madriguera y se eleva en la sala de la casa como estandarte de alegría y espera de los regalos. Allí se encumbra como roble fuerte y a la vez débil. De color verde encendido, repleto de bolitas de colores, estrellas, serpentinas de mil colores y luces de muchos matices. Lleva por remate una estrella luminosa y vivaracha que despunta sorpresas para la noche de Navidad. Es un todo y nunca queda suelto. Representa el anuncio de que algo bueno viene en camino que se espera con ilusión y mucha alegría.

Que este Diciembre tan lleno de olor, sabor y color represente para todos esa dulce espera del Dios con Nosotros que nos trae el mejor regalo: la unidad familiar, el reencuentro en la fe y el abrazo para una mayor felicidad.

Feliz diciembre y prosperidad para todos.

mrivassnchez@gmail.cm
@padrerivas

05/dic
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Para no olvidar

Hay momentos de momentos y hay lugares de encuentro que no podemos despreciar. Sería bueno, entonces, que leamos esta historia que la escuche hace poco: “Mi padre falleció cuando yo tenía tres años y mi madre quedó sola para enseñar a cuatro chicos a crecer, vivir y amar. No fue nada fácil para ella; trabajaba turnos de doce horas como maestra en una escuela nocturna pero, de alguna manera, ella se las arregló para lograrlo. Llegaba tarde a casa, nos preparaba la cena, escuchaba nuestras historias y nos acostaba a todos antes de que pudiera tener algo de tiempo para sí misma. Nunca le dimos mucha importancia en ese entonces, pero ahora es obvio que nosotros éramos su vida. Recuerdo haberle preguntado por qué hacía tantos sacrificios por nosotros, y su respuesta fue asombrosa: "El éxito de ustedes será mi mayor logro" Desde ese día cambiaron tanto mi actitud como mis obras. Tuve la fortaleza y la valentía de enfrentar los problemas en lugar de evadirlos. Quería alcanzar nuevas alturas y la respuesta fue correr hacia este desafío. Ella iba a toda las competencias y siempre era la primera en llegar a la meta y la última en irse Aún puedo escuchar esas palabras que cambiaron mi vida. Su objetivo era darnos una mano y la oportunidad de hacer grandes cosas; mi ambición es tomar esa oportunidad y aprovecharla.

Partamos la reflexión de las palabras claves: "El éxito de ustedes será mi mayor logro" Todos, de alguna manera, siempre queremos ganar el mundo entero. Claro muchos lo hacen por otros caminos equivocados y por eso terminan estrellados. Estamos hablando de un deseo que si no se cultiva, encausa nos puede traer muchos problemas.

Si el deseo se convierte en ambición desmedido y decides lograrlo a como dé lugar. Esto no te dará tiempo al pensamiento y se convertirá en ambición, es decir, eso es y de ahí nada, ni nadie te saca. Es el caso del jugador que no se cansa de perder porque piensa que algún día ganará.

Aquí nos referimos a Juan 15,7 “Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse” Es la necesidad de un cambio que debe venir desde adentro. Necesitamos recuperar un amor y un esfuerzo por los perdidos y una alegría diferente por los encontrados. Debe haberse dado cuenta que se ha perdido una alegría que era muy sana y espontanea entre nosotros. Estamos hablando de una clave que se lee en arrepentimiento. Un arrepentimiento generalizado para todos, pero de manera especial para los que se creen justos y sin necesidad de ayuda.
Hay que tener, en primer lugar, Coraje, que sin hacer ruido es como una voz interna que nos dice a cada instante. “vuelve a intentarlo” Es una forma de no rendirse aunque el tamaño de la situación sea muy grande o my pequeña. Se hace necesario que hagamos el mejor esfuerzo para sentirnos bien al final del día. En segundo lugar, Agradecidos, en cada acción hay bondad y eso se debe valorar, ya que todo parte de la voluntad por el bien. Sin olvidar que es una gran lucha la amabilidad para con los otros. Necesitamos agradecer para descubrir que en cada uno hay algo que nos enseña. Aquel hombre que vendía flores siempre sonreía a todos los que pasaban miraban las flores y nunca compraban. Ante la pregunta ¿Por qué sonríe si no le compran? Respondió: "Cada persona que se detiene a mirar mis flores hace que me sienta bien por lo que hago. Trato de poner algo de alegría en este mundo tan ocupado y cuando alguien se detiene, siento que estoy haciendo un buen trabajo." En tercer lugar, Querer superarse, la superación comienza en la decisión de hacer algo mejor por el bien propio y el de los demás. Es quererse dejando a un lado las lamentaciones y todo sufrimiento que estorba y no deja avanzar.

Una persona que ama desea el éxito para el otro. Pues en el amor se puede comprender mejor que se debe vivir para luchar y no luchar para vivir. En el amor se encuentran las fuerzas para meter en la mochila de la vida al paciencia que viene a ser muy importante para el éxito. De ahí, que sin compartir no se logra nunca el éxito.

Aquella mamá, que se desgastó para que sus hijos crecieran, sabía perfectamente que había que superar los fracasos (muerte, divorcio, enfermedad) y dejar la puerta abierta a la felicidad que siempre va muy unida al éxito. O es que se olvidaron de aquello: “Nunca es tarde cuando la dicha llega” Esa felicidad llega si nosotros dejamos a un lado los sinsabores y nos lanzamos a la conquista del éxito.

No es un simple sueño o deseo de inspiraciones tontas. No. Si lo quieres lo lograrás. Si te respetas lo obtendrás. Y en definitiva, la fe acompaña al éxito. Sin olvidar que la suerte nada tiene que ver. La suerte es para la gente improvisada que se ha olvidado de la constancia y de la responsabilidad del esfuerzo de cada día.

La suma de pequeños momentos le da a muchos grandes éxitos.
Por eso en el éxito está un gran esfuerzo.


mrivassnchez@gmail.cm
@padrerivas

22/nov
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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No tenía miedo a las dificultades:
lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino.
Escoger un camino significaba abandonar otros.
(Paulo Coelho)

Somos una Iglesia para la Evangelización.

Dice una canción: Los caminos de la vida no son como yo pensaba, como los imaginaba, no son como yo creía… Estamos en tiempos de cambios, tiempos difíciles, tiempos no esperados. Por eso necesitamos posturas y acciones nuevas. Donde la fe sea la protagonista de esos acomodos.

Siempre pensamos que la Iglesia, que lo religioso, incluso Dios, se acomode a nosotros y muy pocos piensan lo contrario. Es decir, que nosotros nos acomodemos a Dios. Bien podríamos repetir las palabras del obispo Zhu Wei Fang de la provincia de Zhe Jiang en China al inaugurar un templo dedicado a Nuestra Señora del Rosario. "La nueva iglesia no es un monumento para mostrar al público, sino que es una llamada a la evangelización y la vida de fe, especialmente en vista del Año de la Fe"

Son palabras dignas de tomar en cuenta, pues creemos que los templos son para admirar como galería de fotos y visitar para darle rienda suelta al turismo religioso. Olvidando que en cada templo se guarda con amor a Jesús Sacramentado que está en el Sagrario iluminado por la luz de la fe en cada uno de los cristianos.

En ese Sagrario está Dios. El Dios que nos invita a llenarnos de su fuerza en la misa diaria para cultivar la fe en riego constante en oración, lectura de la Biblia y las buenas obras. Es un Dios que, ciertamente murió en la cruz, pero resucitó para entregarnos la fuerza del Espíritu Santo que irá explicando a cada uno su verdadero papel dentro de esa Iglesia.

Delante de esta realidad donde nos hemos quedado contemplando e incluso adormecidos por la belleza del templo se hace necesario despertar. Esto debía llevarnos a saber que vivimos dificultades y hay necesidad de pensar. Hemos caído en un culto repetitivo, cultual y sin sentido. Pues, hemos dejado a Dios a un lado y hemos promovido e simple cumplimiento donde se cumple con ritos y se miente con la vida.

Se hace necesario un amor grande para vencer las dificultades. Y ese amor se centra en la Evangelización. Buena Noticia. Proclamación del Evangelio con el fin de atraer a todos a Cristo y a su Iglesia. Para evangelizar hay que vivir el Evangelio. Esto es posible por la obra del Espíritu Santo y nuestro compromiso. Todo bautizado ha de ser un evangelizador.

Se hace necesario que seamos luz y sal para el mundo (Mateo 5,14-16) Bien lo decía Juan Pablo II “hay que remar mar adentro” y lo decía para que nos comprometiéramos a una “Nueva Evangelización” en su ardor, métodos y expresiones. Esa Evangelización debe estregarse alas personas y a la cultura.

Esa Evangelización requiere de mucho amor como ala valiente y vigorosa de la fe. Por yanto esta Evangelización debe centrarse en ese mirarnos como hermanos para luego mirarnos como cristianos. Hay que pasar por el colador de la hermandad.

No confundir Evangelización con proselitismo. El primero hermana y deja espacio a la libertad. El segundo amarra y sin no estás con ellos eres enemigo. Necesitamos, en este tiempo, un sincero compromiso de cooperación adobado con el respeto debido a las tradiciones y riquezas espirituales.

La Evangelización comienza en uno mismo. Uno se transforma para transformar. Debe haber un cambio interior. Pues sería muy fácil hacer que la gente se sienta bien y este no es el objetivo de la Evangelización. Su objetivo es hacer brotar una vida nueva que dé frutos de bondad, de superación, de amor por Dios y por la humanidad.

Cuando uno evangeliza se abre a la Providencia divina y deja que actúe. Por tanto, hay que dejarse evangelizar, es decir, volver a esos sacramentos que dan vida y los hemos dejado en el olvido. Sacramentos de iniciación cristiana. El Bautismo, la Confirmación, y la Eucaristía, se ponen los fundamentos de toda vida cristiana. Sacramentos que nos hará renovar la fe.

Les recomiendo para empezar a sentir la Evangelización leer a Juan 4:1-42, encuentro de Jesús con la Samaritana y desde ahí saber escuchar a Dios, dejar todo lo que me distrae, salir de inmediato en la búsqueda del lejano, contar sin miedo lo que se siente para que al dar el testimonio del amor de Dios se despierte en los demás ganas de conocerlo.


Ingenio, El obvia dificultades.
(Anónimo)

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15/nov
 
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Una fe para tiempos difíciles

Si miramos al libro del Eclesiastés en el capítulo 3,3 nos encontramos con un tiempo para cada cosa. “Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol…” Y en ese tiempo estamos y nos movemos en la gracia de Dios. Ahí nacemos y morimos; ahí demolemos y construimos; ahí lloramos y reímos; ahí la guerra y la paz.

Son muchos los que ya dejaron de vivir a medias para empezar a vivir en las realidades. Nos debemos bajar de esa nube inmaculada, alta e inalcanzable donde no llega nada que nos haga daño. Por eso, el Año de la Fe, viene a ser esa toma de conciencia “muy seria y urgente” que nos hace bajar y tomar conciencia de esa necesidad de una fe para tiempos difíciles.

Desde aquella Primera Comunidad que perdió su rumbo ante la muerte de Jesucristo, su rehabilitación en la Resurrección hasta nuestros días ha habido una constante renovación de la fe. Pues la fe no puede quedarse con simples creencias, sino que debe ser actualizada, alimentada y sustentada en la fuerza del amor de Dios que está en medio de nosotros. Estoy hablando de una Primera Comunidad, Iglesia, que nació de Pentecostés. En la fuerza del Espíritu Santo que hizo de aquel miedo el valor para salir con decisión a vivir al Dios de la vida y del encuentro. Aquellos Apóstoles, que retomaron la fe perdida ante el luto mortal en la cruz, supieron, en Dios, quemar las naves de la tristeza y elevar anclas de fe por los caminos contaminados por el desánimo, la división y los falsos dioses.

Con esto no estoy ocultando los inmensos problemas que hacen de estos tiempos una lucha por atraer a los más lejanos. Lejanos que pasan indiferentes ante el culto al Dios de la vida en todos los días. Alejados que han dejado sus oraciones, sus prácticas cristianas para aceptar un movimiento supersticioso y de resultados milagreros. Difíciles porque, son muchos, los que quieren una religión fácil de simple cumplimientos donde no haya compromiso y mucho menos cambio de vida.

A esto se une la proliferación de sectas que sin ningún control pululan dividiendo, engañando y falseando el concepto original de Dios, de pueblo, de cristianismo y de todo lo que tenga que ver con lo religioso. Frente a este desorden surgen muchas dudas y en medio de todo se levanta una juventud sin ejemplos cristianos que repitiendo lo malo de los adultos se aleja más de lo religioso.

Muchos estamos encerrados en el resentimiento por problemas que los hemos dejado crecer como monstruos. Esos seres que asustan han crecido tanto que más que atemorizarnos, nos tienen dominados: drogas, alcoholismo, juegos, aborto, divorcio, disputas, enemistades… Odios que se han quedado dentro y no les hemos dado tiempo para sanarlos.

Tiempos difíciles de una sociedad fracturada en dos porciones. Una que reclama reivindicaciones alimentadas por gobiernos de enfrentamiento, resentidos y muy poco incluyentes. Otra que se afana por volver al poder dejando a un lado el perdón y buscando su propio bien.

Por eso hay un miedo, una soledad y de ahí, la angustia que nos hace alejarnos del Dios de la Vida, de la Paz y de la Reconciliación. Tiempos de mucha dificultad pues ya no nos miramos nos enfrentamos; ya no nos agrazamos pasamos por la otra calle; ya no somos vecinos somos simples conocidos que habitamos por accidente una cuadra, calle o vereda.

Entonces, para tiempos difíciles una fe que nos acerque para salvar lejanías y buscar encuentros. No puede seguir esa postura de “a mí no me importa” “Ese no es mi problema” Esa situación se da cuando dejamos de saludarnos y tropezamos con la misma piedra del pasar factura. Es como si no nos perdonamos ese pensar diferente en lo político, religioso, cultural e incluso en lo comunitario. Si no estás conmigo, decimos, de seguro, estás contra mí. Creo que así no debe ser. Y por eso, produce, trae tanta fractura.

¿Qué hacer? ¿Cómo vivir la fe? En este escenario tan roído por tantas amenazas podemos caer, incluso la fe, en pesimismo. Claro estamos olvidando, por completo, que la fe no es algo nuestro, de propiedad humana, sino que la fe es un regalo de Dios. Aquí no estoy hablando de tontos útiles que somos obligados aponer la otra mejilla y todo se arregló. Nada de eso. Aquí me refiero a que la fe, por ser regalo de Dios, es una gracia que hay que pedirla a Dios. Recuerdo a Tomás que no estaba cuando el Señor resucitado visitó a sus discípulos desanimados. Y éste no aceptó la historia y pide ver más allá del cuento. “¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: ¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto (Jn 20,19-31)

Esa fe para momentos difíciles debe ser pedida en una verdadera oración de confianza para llegar a ser testigos alegres de la esperanza. Se hace justo y necesario buscar la gracia de Dios en medio de estos acontecimientos y mayor aún donde está la muerte en un desprecio por el otro. Para ello volver a los sacramentos, pues abrazados a Dios es como podemos abrazarnos y perdonarnos.


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08/nov
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Necesitamos de la paz y pronto

Recordar es vivir y vivir es el regalo más hermoso de Dios para con todos. Pero vivir con miedo, entre muchos temores por la delincuencia, la inseguridad no es vida es una forma muy triste de vida.

Cuando uno oye y lee, además lo que la gente le cuenta en vivo y real acerca de la situación inhumana que se vive, bueno se vegeta, en las cárceles se produce un vacío muy grande con un interrogante que deja una honda preocupación.

Es una preocupación que aumenta al sentir el desprecio por un color político, por no pensar igual de quienes se creen dueños del país y quienes llevan toda la culpa de la situación a la que hemos llegado. Por eso hace falta que soñemos para estar, aunque sea por un momento, con la familia que se ama, se amarán y me amarán por siempre. Es un sueño, quizás muy difícil en estos tiempos, pero muy necesario para vivir bien.

Será, entonces, Dios quien lo hará posible y nosotros sus hijos o haremos realidad con las herramientas de una vida justa y verdadera. Y esa es la diferencia a la cual todos, sin excepción, debemos llegar. Pues necesitamos la paz y pronto.

Es una paz deseada por muchos y que esos muchos cuentan con Dios para alcanzarla.

Una paz…

1. Porque necesito vivir en paz y los que me rodean también.
2. Para que nuestros hijos no tengan que convivir con esta lacra y puedan vivir en una sociedad en paz donde las discrepancias entre unos y otros se solucionen a través del dialogo.
3. Para vivir en concordia y darles a mis hijos un lugar tranquilo y feliz
4. Para que mis hijos puedan “CRECER” con normalidad
5. Para el bienestar de los hijos, jóvenes y ancianos
6. Porque después de todos estos años ha quedado demostrado que la violencia no conduce más que a odios y rencores que imposibilitan una solución. Quiero que mis hijos vivan en un país más tranquilo y que no repitan nuestros errores.
7. Porque tengo 2 hijos, de 6 y 9 años, y quiero para ellos una sociedad más justa y la mejor.
8. Necesitamos la paz para nosotros y nuestros hijos. Si hay paz hay diálogo entre todos y sobre todo en el gobierno, y de esta forma cada uno habrá retirado de la mesa parte de su programa en beneficio del pueblo.
9. Me gustaría poder educar a nuestros hijos en paz nunca con guerra.
10. Para no tener que explicar a mi hija porque hay gente que mata, además esa pregunta no tiene ninguna respuesta posible.

Es, entonces, la paz es un gran reto y una enorme necesidad. En la paz se puede dar rienda suelta para colocar en el pensum académico de escuelas y liceos un espacio que enseñe y ayude a afrontar éticamente todo tipo de conflictos. Hablamos aquí de aprender a resolver los conflictos del día a día. Por otro lado organizar a los Medios de Comunicación para detener todo tipo de violencia y tender puentes para la serenidad y la paz.

Pero lo más importante es que los adultos, nosotros los grandes, seamos, desde hoy, personas, hombres y mujeres de paz. Pues para nadie es un secreto que estamos en una cultura que valora sobre todo el tener, el poder y el aparentar para convertir todo en mercancía. Sin olvidar que ya no es amarse unos a los otros, sino armarse todos. Y mucho menos dejar a un lado la situación que atraviesa el hogar de todos, la tierra. El clima del mundo se altera cada vez más. La tierra se recalienta y se multiplican vorazmente los desiertos. El agua, recurso vital por excelencia, es cada vez más escasa y está más contaminada. Cómo que nos hemos olvidado de la naturaleza y nos empeñamos en acabarla.

Entonces, hay que educarnos para la paz y la sana convivencia para sacar de nuestras vidas el odio, el enfrentamiento, la rabia y ese ensañamiento contra la naturaleza. Lo digo porque nos hace falta la paz que viva dentro de hombres y mujeres. Una paz que se desarrolla en el simple y necesario saludo; en la sonrisa franca y alegre; en la mano que se queda y acompaña; en ese bien que no mira caras, sino corazones; en esa mirada que no excluye a nadie y respeta las diferencias. Es una paz que construye en el amor para llamar la verdad y hacer nacer la justicia como señal que vivimos en esa paz.


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01/nov
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Venezuela necesita al Santo José Gregorio Hernández para que seamos santos.

Mucho se ha escrito del Doctor del sombrerito que se nos vino, como regalo de amor desde las tierras andinas, y en el ejercicio de la medicina hizo un servicio para con los más pobres. Estos pobres que no saben explicar como en la actualidad siguen recibiendo del Doctor lo mejor de su amor desde la eternidad.

La pregunta es ¿Cuándo va ser santo? Se nos olvida que el tiempo cuenta y en este tiempo la Iglesia avanza. Pero, recordemos que San Pedro Damián fue canonizado 756 años tras su muerte y San Antonio de Padua posee el récord del proceso más rápido, fue canonizado 352 días después de su deceso, debido al amplio número de milagros alrededor de su tumba. El proceso oficial para la Causa de los Santos debe cumplir cinco fases: postulación, Siervo de Dios, Venerable, Beato, para lo cual se requiere de un milagro atribuido al candidato, y canonización o santificación, que exige la autenticación de otro milagro.

En estos momentos hago una invitación muy seria a la oración. Una oración que nos haga mirar hacia adentro y desde allí, renovar nuestra fe y al hacerlo, de seguro, nos hará vivir de una forma más cristiana. Es la necesidad de un cristianismo más de la palabra (Sagrada Escritura) que la búsqueda del simple milagro, que hasta ahora es en lo que se ha convertido la creencia en José Gregorio.

De ahí en Hechos 26,18 “Tú les abrirás los ojos para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios: creyendo en mí se les perdonarán los pecados y compartirán la herencia de los santos." Desde la Palabra conocemos que hay santos que con los ojos abiertos escogieron el camino de la luz y desde ellos podemos seguir su senda. Entonces, José Gregorio será santo, en primer lugar con el favor de Dios, pues fue Dios que le llamó y le conoce de verdad. Segundo, no son las simples conversaciones de la gente que en esquinas y avenidas acerca de milagros. Es un estudio muy serio que Monseñor Lucas Guillermo Castillo, Arzobispo de Caracas 1949 inicia y concluye. Luego se introdujo el Roma la Causa, 4 mayo de 1972, para que el Papa Juan Pablo II le reconociera sus virtudes y de inmediato se le llamara Venerable. Existen dos vías para llegar a la canonización: por virtudes heroicas y por vía de martirio. Actualmente este Venerable José Gregorio es modelo de vida a seguir, por su trabajo, su honestidad, su evidencia cristiana.

1 Corintios 1,30 “Por gracia de Dios ustedes están en Cristo Jesús. El ha pasado a ser sabiduría nuestra venida de Dios, y nuestro mérito y santidad, y el precio de nuestra libertad. Así está escrito: El que se gloríe, que se gloríe en el Señor” Todos somos llamados a la santidad y desde ahí en servicio es que podemos transformarnos y hacer que esa oración, que debe mirar es a Dios y no tanto a los problemas cotidianos, nos haga ver la necesidad de José Gregorio Santo para encaminar nuestras vidas y no tanto, andar afanados por un milagro, que en definitiva, está presente desde el amanecer de cada día.

Entonces, la mayor alegría del Dr. José Gregorio sería que todos nos amáramos, nos respetáramos y, desde la óptica de la fe, comprendiéramos que el llamado de Dios es a ser felices en una vida cercana y vivida junto a Dios.

Roguemos a Dios, nos ayude, nos escuche para que José Gregorio sea subido a los altares de la santidad. Pero también que cada uno de nosotros, comprenda la necesidad e ser santos. Una santidad que nada tiene que ver con bobería o gente fuera del mundo, nada de eso. Es un cristiano que participa, abraza, perdona y vive para Dios.

ORACIÓN
Para pedir por la pronta Beatificación del Doctor José Gregorio Hernández
Oh, Dios misericordioso,
Que te has dignado escoger al Venerable Dr. José Gregorio Hernández
Para que, movido por tu gracia,
Practicara desde niño las más heroicas virtudes,
En especial una Fe ardiente,
una Pureza angelical
Y una Caridad encendida,
Siendo ésta la escala por la cual su alma voló a tu divino encuentro
Cuando recibiste el holocausto de su vida,
Concédenos que brille pronto sobre su frente la aureola de los santos,
sí es para tu mayor gloria y de la Santa Iglesia,
Así sea.

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25/oct
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Demasiado llevo viviendo con los que odian la paz;
cuando yo digo: paz ellos dicen: guerra (Salmo 119)

Todos y todo por la Paz

Alguien organizó un concurso de pintura que llevará como tema la paz. Muchos participaron y demasiados en bellos retablos dejaron cielos azules y despejados. Montañas llenas de sol. Mares colmados y de color de lejanos abrazos. Pero uno de los participantes pintó una enorme cascada que caía con fuerza y abriendo surcos en el río, y en un recodo había una abertura entre las rocas que guardaba a un pichón que se abrazaba a su madre. Ese cuadro ganó pues la paz no es ausencia de problemas, sino fuerza y calma para solucionarlos.

De esa paz les vengo a conversar, ya que conversar es la mejor forma de reflexión y resolver. Vivimos en medio de mucho ruido-violencia que no nos deja ver u observar las maravillas que nos rodea.

De esa paz que motivó a San Francisco a vivir en paz e invitarnos a la paz. De esa sana inspiración nadie puede escurrir el bulto o decir que ese no es su problema. E insisto, que es un problema donde todos debemos estar sin distinciones y de la mejor manera, poder trabajar juntos para construir globalmente un mundo más solidario y gratificante para nuestros hijos y nosotros mismos.

Es necesario conocer la historia para no repetir los mismos errores y esa historia nos cuenta como la violencia en guerras, enfrentamientos, divisiones ha traído ruina y muerte. Una catástrofe donde el libertinaje ha desarrollado su lado diabólico destruyendo y desbastando. De ahí que formemos a ser humano que es libre, inteligente y con capacidad de amar para que esa libertad que debe ser defendida y favorecida lleve a todos a una comunidad de amor donde la paz haga su nido. Porque una cosa es cierta, que nunca habrá paz sin el amor. Aquí hablamos de un amor del día: saludos, sonrisas, abrazos… que es un compartir del día a día que lleva el sello del crecimiento a la paz.

Epa mucha atención en lo siguiente. Nunca se podrá construir una paz global mientras en el seno de la sociedad e incluso dentro de las familias, exista menosprecio hacia más de la mitad de sus integrantes: mujeres, niños, ancianos y grupos marginados. Entonces, una paz real parte de la igualdad en esa dignidad que Dios, Creador, nos ha dejado como sello que nos invita a respetarnos.

Tengo que decir que un país, una comunidad que viva entre resentimientos nunca podrá alcanzar la paz, ni mucho menos colocar pasos para alcanzarla. Hay, pues, que dejar todo tipo de enfrentamiento y salir a la búsqueda del otro. Ese otro que tiene deberes y derechos, alegrías y penas, esperanzas y frustraciones. Porque no es un secreto que lo que lesiona directamente la paz no es la bomba que mató a muchos, ni los tanques que atravesaron destruyendo pueblos, sino la saña que cada uno de nosotros destroza al otro. Aquí lo más grave es el enfrentamiento que destempla y anima la fuerza de la división y la rabia.

En este momento estoy recordando como una muchedumbre de carupaneros pedía la muerte de Antonio Cortesía, quien secuestró, violó y estranguló a una niña de 12 años, y ese 28 de junio fue violado, torturado, tiroteado y mutilado en el Internado Judicial de Carúpano. Su cabeza, piernas, brazos y hasta sus genitales fueron lanzados por los presos hasta la parte de afuera del penal.

Soluciones posibles. Favorecer el diálogo para expresar simplemente saludos y sonrisas. Visitar escuelas y liceos para fomentar claves para la paz. Desde la familia comenzar, desde ya, a orar para traer tranquilidad y sosiego, además, de recrear los valores y los principios morales tan olvidados y dejados a un lado.

Este compromiso por la paz es necesario, de una vez, pues de no alcanzarlo estaremos todos derrotados y destruidos. Tan destruidos que nuestro peor castigo será no haber hecho nada y ver sufrir a los más pequeños.


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18/oct
Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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En Dios todo

De papá aprendí a valorar todo, pues desde Dios se alcanza más que la bendición, la bondad del regalo en la vida y ese poder avanzar. Cuando uno tiene el oficio de escribir lo hace pensando en los lectores y quiero, para este día, animar y bendecir lo que viene de Dios.

Somos muchos los que nos encontramos desolados e incluso tristes. Recuerdo el día en que me tocó confesar y despedir a mi madre que partía a la eternidad. En ese momento no entendí y con reclamo increpé a Dios. Luego entendí muchas cosas y fui superando algo que se había metido en mi corazón. Con esto quiero decir, que nos puede hacer mucho daño el seguir rumiando dolores y malos recuerdos, que hay que superar.

1. Valorarse. Tendemos a despreciarnos en momentos duros y eso agrava la situación. Hay que echar mano de la autoestima para iniciar una superación. Es maravilloso recordar las cosas buenas que cada uno tiene. Es decir, valorarse.
2. Hay que compartir el sentimiento. La soledad es mala consejera y esa desolación viene dada porque uno se encierra y desprecia la convivencia. Se debe hablar, conversar e incluso aprender a escuchar. Aunque no nos guste se debe escuchar para entrar en conversación.
3. Hay que ocuparse. El no hacer nada implica mayor desánimo. Incluso, va creando una especie de modorra que aplasta y oprime. Por eso, es bueno leer, trabajar, salir, caminar y respirar profundo para incorporar energías positivas.
4. Tiempo. Para superar esa tristeza hace falta tiempo. Deja que el tiempo te vaya sanando. Hay que saber esperar. Una de las formas más hermosas para avanzar es aceptar el tiempo y en el caminar. Somos hijos del tiempo y el tiempo está ahí, no podemos ignorarlo.
5. Aceptar. Los caprichos no ayudan en nada, más bien agrandan los problemas y traen mayor tristeza. Acepta la realidad. Descubre que ella hay lecciones y aprendizajes. No la ignores. En ese aceptar está la respuesta a la solución. Hay que tener mucha paciencia y dejar que se inicie el proceso de curación.

En todo esto, siempre debe estar Dios. Como dicen los Cursillistas de Cristiandad: “Cristo y yo mayoría aplastante” No hay que ignorar a Dios, pues él nunca se ha ido, jamás nos abandona, siempre ha estado y estará. Recuerdas a aquel hombre que salía, en sus buenos días, a caminar por la playa y siempre veía dos huellas. La de Dios y la de él. Un día vino la desgracia, la tristeza y al salir a caminar por la playa solo veía una huella y con nostalgia dijo: Cuando era feliz me acompañabas Señor, ahora que estoy desolado no te encuentro ni siquiera en las huellas. Entonces, habló Dios: Nunca te he abandonado y si ves una sola huella es la mía porque te llevo cargado en mis brazos.

Tendemos a desesperarnos e incluso a maldecir. Eso ni es bueno ni es necesario. No es bueno porque nos hace encerrar en una sombra de mayor tristeza. Y no es necesario porque rompe con la nobleza de esa bondad que Dos ha colocado en cada uno. Destruyendo la fe y las ganas de continuar.

Te invito y me invito a superar la dureza de la vida con una firme oración. Una oración que haga brotar la esperanza. Es como volver a la oración de los primeros años. Ángel de mi guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día.

Además, si lo quieres lo lograrás. Todo lo pondremos en Dios que nos acompaña y nos ayuda en el camino de la vida. Desde hoy llama a Dios y dale lo mejor que tienes. En Él toda la fuerza que necesitamos para avanzar.


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09/oct

Dime que te cuento y te diré que aprendes
Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Vota razonadamente

Aunque no me gusta la palabra voto la voy a utilizar para que se me entiendan, pues estamos ante un momento decisivo en el futuro de nuestro país. Lo del 7 de octubre no es cualquier acto o simple sacrificio. Nada de eso. Es una acción que debe ir vestida de razón, inteligencia y amistad “profunda” con los valores morales y éticos.

Para nada de verlo como un acto y ya. No, pues estamos delate de la verdad y el bien posible. Al depositar ese voto, que es un compromiso delante del futuro se abre la puerta a una seria responsabilidad de aceptar la mayoría, pero también de cuidar con la vigilancia ciudadana lo que se eligió con libertad.

Vote con coherencia por el candidato que moralmente, delante de la verdad, conviene no para lo personal y material, sino para el bien de todos. Vote con justicia que es la expresión de la verdad. Vote con el corazón que palpita por sus hijos, su familia y sus vecinos. Vote participando de una fiesta de la libertad y la democracia, pues al hacerlo estaremos construyendo la vida de todos.

Votando por lo mejor ayudará, sin fanatismos, a promover los valores de un verdadero humanismo donde la persona esté en el centro de todo. Nada que ver con postulados politiqueros que se enredan en ideologías. Lo mejor incluye, sin temores, una educación entendida como promoción para una mejor convivencia y superación. Ese mejor nos habla de un combatir, sin cansarnos, las injusticias donde la pobreza toma cuerpo my se desarrolla. Esa persona que la vemos como mejor debe llevarnos a superar la ola tan creciente de corrupción. Ese mejor debe, de inmediato, darle un parado a la delincuencia que atenta y arrebata la vida de muchos.

Votar es un deber y hacerlo razonadamente incluye ejercerlo por la vida ante tanta mortandad por la inseguridad reinante. Es una vida que nace en nuestros padres y tiene su final de forma natural. Pareciera que se ha perdido el respeto por la vida y ya es natural observar en las informaciones diarias la muerte como números de colección para estadísticas futuras. Es un acto razonado por el bien de la vida que es el regalo de Dios para todos.

Entonces, frente el enorme río desbordado de lo mediático, los insultos y las mentiras, nos encontramos con las mejores propuestas por el bien de todos y es ahí donde tenemos que votar. Pero esas propuestas deben estar acompañadas de un elector que sepa de la validez, posibilidad real y compromiso de esas propuestas. También se debe colocar en frío la situación actual. ¿Cómo se está viviendo? Otra cosa es ¿quién acompaña a ese candidato? ¿Quiénes son sus colaboradores? A esto se une la valoración personal del candidato. El candidato debe ser evaluado por el ciudadano en su actuar anterior, en cómo ha llevado su vida pública y hasta los aspectos públicos de su vida personal. Igualmente importante es la lealtad que el candidato ha tenido respecto a los valores sociales trascendentes, como es la prevalencia del bien común sobre el particular, la solidaridad y la subsidiariedad, o el fomento a la familia como célula de la sociedad.

Entendamos, de una vez, por todas, estas elecciones deciden el país que queremos. Todo lo anterior debe ser tomado en cuenta para decidir el voto, o para orientar a otros en su decisión personal. Es una elección de gran peso y hay que razonar con seriedad “única” lo que vamos a hacer. Si nos quedamos en las propuestas, podemos cometer errores que llegan, colectivamente, a convertirse en históricos, así como podemos también llevar al país a una etapa de prosperidad, desarrollo y justicia social si elegimos bien.

Entonces votar no puede quedar como un acto y ya. No puede ser entendido como una expresión de un cumplir por un partido político y al hacerlo pongo a fulano que me ayudará y listo. No es un simple acto dentro de un mecanismo partidista que me ofrece y yo respondo sin conciencia. No y no. Pues el ejercicio del voto es y debe ser responsable y en su ejercicio es un servicio a los demás en ese amplio aspecto del bien común, de la participación de la justicia y de la construcción de la paz.

Es un deber sagrado, ciudadano y amplitud delante de la verdad y la necesidad. Es un deber de todos y para todos. Se acude mediante la emisión del voto consciente y responsable dentro de un clima de respeto. Se acude con la certeza que al hacerlo cumplo y cuido para llegar a una expresión que va a beneficiar a todos sin excepción.

Que Dios nos acompañe para saber discernir y emitir nuestro voto, eligiendo responsablemente a los gobernantes que requiere nuestro país.


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04/oct

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez
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Elegir es una cuestión de conciencia en la fe.

 

Es verdad, y esto lo escuché de mi papá, que la mayoría de la gente vota por quien considera que le pueda mejorar sus ingresos económicos, y no se fija tanto en otros valores. Considerando esto y al observar como compran los votos con dinero y ofrecimientos hay necesidad de reflexionar.

Hay que conocer la forma de ser y de pensar de los diversos aspirantes, de ahí la importancia de sus programas de gobierno, que en definitiva, serán importantísimos para nuestros hijos y los hijos de ellos. Por ello un mitin o un encuentro con los electores no son para echar chistes o enloquecerlos con música estridente que no les ayude a pensar. Todo lo contrario, esos actos son para tomar contacto con la población y darles a conocer sus planes de servicios.

Otra cosa, que si es importante, es que muchos no toman en cuenta la religión del candidato, su estabilidad matrimonial, su actitud ante el aborto o la familia, qué piensa de la libertad religiosa, ni cuál podría ser su relación con las iglesias; lo que más les importa es lo material, su conveniencia personal. Pareciera que la fe de la mayoría de los votantes no tuviera nada que ver al decidir su voto. Sin embargo, sí hay personas maduras y conscientes, que analizan cuáles candidatos piensan y viven conforme a la propia fe, y este juicio les ilumina al votar.

Antes, y de esto hay muchas crítica, se votaba por votar y no se elegía. Ahora se busca elegir con conciencia y claridad. Por eso hay que analizar todos las causas: económicas, sociales, políticas, educativas, laborales, culturales, etc., pero también los de índole moral y religiosa; que tomen en cuenta si un candidato tiene criterios y actitudes acordes con la propia fe. En Venezuela la mayoría es católica y esto nos ayude a elegir con conciencia.

Creo que es necesario incluir la fe, ya que si su fe no es criterio para votar, es una fe trunca, mocha, incompleta, no madura, espiritualista, alocada e incluso perdida en las telarañas de la confusión. Pues, sin hacer mucho ejercicio, en estos momentos, vivimos una separación entre vida y fe. No decimos cristianos y vivimos todo lo contrario. Entonces hay que educar para avanzar y saber que no solamente una moral individual, sino una colectiva que nos incluye a todos.

No nos podemos dar el lujo de sacar a Dios, pues al hacerlo dejamos entrar otras cosas que serán ganancias para el diablo. Sacando a Dios permitimos que el odio, la división y el enfrentamiento crezcan produciendo maltratos que difícilmente olvidaremos. Dios nos ha creado en amor para vivir en amor.

Nadie puede decir que es independiente y a la vez indiferente. Para mí eso es pecado y una falta de participación en lo que sucede en nuestro entorno. Claro es muy fácil encogerse de hombros y afirmar que ese no es mi problema. Todos somos Iglesia y ese pertenecer nos invita a tomar partido. No a responder a politiquerías que manchan y ensucian una seria elección. Estamos llamados a participar en primera persona en la transformación del mundo según Cristo, viviendo nuestra identidad cristiana en medio del mundo.

El proceso electoral “Definitorio” del 7 de octubre es el momento adecuado para hacer que nuestra fe se vuelva inteligencia de la realidad, es decir, que la fe nos ayude a descubrir cómo debemos ejercer nuestro derecho al voto. Hay que ser auténticos y hacerlo con conciencia, con fe y sobre todo con la seguridad que Dios nos encamina. Es decir, vamos de la mano con Dios. Esa mano que nos conduce nos informa de una ética ecuánime, razonable y educada. De ahí que en esa mano hay señales muy claras: se elige para la vida no para un momento; lo malo se aparta y ese mal se vence con el bien.

Hay que elegir con seriedad dentro de una valoración que no permite negociación. O malo es malo y el bien siempre estará por encima de todo. Entonces se elije lo mejor con toda libertad y que no contradiga nuestros convencimientos morales y religiosos. En cada elección se debe considerar, siempre, pero siempre, el bien común. Lo que ayuda a la mayoría, no lo que complace a un grupito. Elegir a un candidato que atente contra la ética cristiana es un pecado y un abrir atajo a la barbarie.

Elegir personas que respeten la dignidad de la vida humana desde la fecundación y hasta la muerte natural. Elegir personas que respeten el matrimonio entre varón y mujer abiertos a la transmisión de la vida. Elegir a quien respete el valor familiar donde los hijos sean protegidos. Hay que buscar, siempre, honestidad en los futuros gobernantes donde lo prometido es deuda y se debe cumplir.

Esa fe debe ir con nosotros a las urnas electorales. No dejarla en la casa. Jamás desentendernos de ella para dar paso a politiquerías que ensucien nuestras vidas. Los católicos, sin miedo, debemos apoyar con nuestra elección a quien, de verdad, se lo merezca. No tanto por su popularidad o simpatía, sino por ese bien que tanto necesita nuestra patria.

A todos con profundo respeto les hago una invitación a elegir.

La política es importante e incluso necesaria para conducir a las comunidades. Pero ella no puede ser la tabla de la salvación, quien salva es Dios y por eso, debemos hacer de nuestra elección un momento de fe esto incluye mucho discernimiento, que no otra cosa que elegir a conciencia.

Invito a los sacerdotes en las distintas parroquias a brindar el apoyo espiritual a los que van a trabajar en las mesas. Para ello les sugiero una misa de amanecer, 5:30 a.m. para ofrecerle a Dios el ejercicio libre y democrático de un país que decide con libertad en la verdad y el bien posible.


mrivassnchez@gmail.cm
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27/sep

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Se dijeron los impíos: acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone
a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados…

(Sabiduría 2,12)

 

Todos, sin excepción, por la paz

 

Mamá solía decir el peor esfuerzo es el que no se hace. Y esta Venezuela tuya y mía necesita nuestro mejor esfuerzo. Un esfuerzo, en primer lugar, porque Venezuela requiere de sanación y paz frente a tanta angustia. En segundo lugar, todos los problemas que nos agobian son provocados por la enorme crisis de valores. En tercer lugar, hoy se hace necesario, dentro de un hambre de paz, una reconciliación general.

Esto lo ha expuesto claramente el Episcopado Venezolano invitando a que el 2012 sea el año de la “Reconciliación Nacional” afirmando que hay necesidades: seguridad, el empleo, la vivienda, la salud, la orientación y la calidad de la educación, los servicios viales y la capacidad alimentaria… y con un gran anhelo: la reconciliación de los venezolanos.

Me hago eco de esa aspiración, en medio de una difícil campaña electoral. Digo difícil porque hay irrespeto y aprovechamiento. Y por eso hay que encender una luz antes que maldecir la oscuridad. Pues lo más común es maldecir, culpar a los otros y acariciar las armas como soluciones.

Me veo involucrado y a la vez llamado a ser activo a favor de la paz. No porque soy sacerdote y vivo dentro de una oración celestial. Nada de eso. Es que no me hace falta que me atraquen, maten a un familiar… para hacerme consciente de esa necesidad de la paz. Es que sin la paz no se puede vivir. Por tanto, hay que hacer esfuerzos por construir la paz.

Para ello superar las divisiones, fomentemos la amistad recíproca, el respeto, la tolerancia, y algo, que creo que es clave: reconocimiento del otro. Es decir, existen otras personas que piensan diferente y no puedo obligarlos a que sean como el otro. Al constatar lo anterior y saber que es la verdad, lo menos que puedo hacer es que inicie un caminar en unidad hacia esa verdad. Es una verdad que me hace reconocer la dignidad de todos.

Si pensamos diferentes y estamos llamados a saber escoger dentro de una sana libertad no deben existir enfrentamientos y por tanto, nada de despreciar al otro por lo que piensa. Eso es lo que ha permanecido hasta ahora. De ahí, que debemos estimular al encuentro fraterno y al diálogo constructivo. De ser así, estaremos delante de la unidad en la diversidad en el respeto y la caridad.

Esa paz, lucha de todos los días, debe ser motivo de nuestra oración. Una oración que nos hace encontrarnos con Dios (Efesios, 2,14) revelado en Jesucristo quien es nuestra Paz. Dios se involucra en las angustias. Dios está atento a nuestras necesidades y actúa. Es, pues, en la oración donde descubrimos que hay un Dios que quiere y desea la paz. Dios siempre será nuestra paz. Ya los ángeles lo habían gritado en su nacimiento y declarado como esencial para toda civilización. Además, Jesucristo en sus bendiciones lo dijo: “felices a aquellos que trabajan por la paz” (Mt. 5,9)

Todos por la paz no debe ser una simple consigna, más bien un modo de vivir. Una forma natural de colocar el acento en la justicia y que su camino sea tranquilamente el sendero de la paz. Esa paz vendrá si sanamos viejas heridas de la guerra del enfrentamiento; si cerramos el chorro de insultos que desde arriba nos inducen a separarnos; si damos rienda suelta a la tolerancia y respetamos el pensar distinto de los demás.

Roguemos a Dios que sabe sostener nuestras vidas, Salmo 53, y permitámosle que salga por nosotros con su poder, pues hay muchos que atentan contra nosotros y sabiendo que el mal se vence con el bien es la paz el mejor sendero, porque los que procuran la paz están sembrando paz, y su fruto es la justicia (Santiago 3,16-4,3)

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20/sep

 

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Por una fe convencida y Asumida.

 

Por un Año de la mejor Fe

 

El Papa, Benedicto XVI, inspirado en la 2da Carta de Pablo a los Corintios 5,14 “El amor de Cristo nos urge” nos invita a asumir este año como un reto a redescubrir la fe en cada uno.

Apoyado en Hechos 14,27 nos habla de la puerta de la fe para hacernos entrar en la comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, que siempre está abierta para nosotros. Entrar por esa puerta supone iniciar un camino que es para toda la vida. No es cuestión de un ratico y ya. No, es para siempre. De ahí la necesidad de la fe de ayer, hoy y siempre.

Tenemos que creer en un Dios que es amor (1 Juan 4,8) Ese Dios que nos regaló a su Hijo para la salvación y del Espíritu Santo que fortalece y da dirección a todos. Pues estamos muy distraídos en lo social, cultural y político y a la fe ya la suponemos como si fuera parte del nacimiento y por tanto, hoy se vive una crisis de fe muy triste. El Papa insiste en cuidar la sal y la luz. Nada tirarla, nada de apagarla, nada de esconderla. Para ello volver a la Palabra de Dios como fuente y riqueza para nuestros pasos y vidas (Salmo 108) Además, de ser pan de vida (Juan 6,1)

El Papa nos refiere al Vaticano II que a pesar del tiempo, 50 años, tiene su vigencia y valor. Bien decía el Beato Juan Pablo II “no pierden su valor ni su esplendor” Hay que volver al Vaticano II no como simple libro, sino como la gracia y brújula que nos orienta para avanzar. En ese Vaticano II, inspiración del Papa Bueno, Juan XXII, la Iglesia se renovó y lo hizo realidad desde la fe. Pero no es una fe que cuelga del cielo, sino que está en el testimonio de cada creyente. Creyentes de acción en la verdad de Jesucristo. Estamos hablando de Conversión . Dejando a tras al hombre viejo y naciendo al hombre nuevo. Es decir, confesando los pecados y arrepintiéndose de verdad (Hch 5, 31)

Si el creyente no crece la fe tampoco. Sin Dios, sin ese amor jamás podremos evangelizar. Bien loa firma San Agustín: los creyentes “se fortalecen creyendo” Es Dios que nos invita a salir en busca de los más lejanos. Hay que evangelizar y en serio, pues no hacerlo es detener la fe. Además, en la fiesta de la Santísima Trinidad se lee: “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia." Mateo 28,19-20 Más que un mandato es una forma de estar con Dios.

Esa fe debe ser regada con el amor y al hacerlo se logra profesar, celebrar y testimoniar la fe públicamente. Es la fe la que nos permite estar con el Señor. Entonces se hace necesario que la alimentemos con el Catecismo de la Iglesia Católica. Que no es cualquier catecismo, sino que es el fruto del Concilio Vaticano II. Ese Catecismo desarrolla puntos clave en cuestiones de la fe en consonancia con la liturgia y la oración. Recordando que cristiano que no se forma se deforma. Y tan necesario para responder a tantos interrogantes en un mundo tan cambiante.

Por eso no habrá fe sin caridad y no habrá caridad sin fe. Una fe que no tenga obras es una fe muerta y nunca dará frutos. Lo que hace falta para el bien de todos es que haya muchos testigos de la fe. Testigos alimentados por la Palabra de Dios.

Entonces para el año de la fe :

•  Leer, estudiar y aplicar la Carta de Su Santidad Benedicto XVI.

•  Hay que alimentar y cuidar la fe. Ella es como un órgano del cuerpo.

•  Sin la fe no podemos entrar y mucho menos estar en la Iglesia.

•  En la fe por amor llegamos a los más lejanos para evangelizarlos.

•  Hay que retomar la lectura seria y constante del Vaticano II para avanzar.

•  Se crece en la fe cuando nos organizamos para formarnos y luego aplicarlo en los diferentes sectores.

•  Lo que interesa y es importante para este Año de la Fe es el alegre testimonio de los que creemos en Cristo Jesús. (Kerigma)

•  Esa fe tiene un rostro que es el amor y en su nombre realizamos obras a favor de todos.

•  Se debe tener la Biblia y al leerla aplicarla a nuestra vida y hacerla vida en nuestro quehacer diario.

•  Aplicar una sana y contundente Catequesis a los adultos para definir formación a los padrinos del Sacramento del Bautismo.

Es un año para hacer crecer la fe

y vivir la presencia de Dios en la vida.

mrivassnchez@gmail.cm

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13/sep

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Nació de San Joaquín y Santa Ana

para abrigar en su seno al Salvador.

 

Santísima Virgen del Valle

Oh Virgen del Valle Patrona de oriente en donde me halle te tengo presente, dice el coro de un canto popular que muchos compositores dedican para agradecer a la Virgen del Valle. Y es aquí, frente al Golfo de Cariaco, San Antonio del Golfo que rendimos oración a Dios, fuente de amor y bondad, para que podamos seguir mirando al horizonte para descubrir a los lejos las ricas bendiciones de la Virgen del Valle.

Hace un año nos visitó la réplica de la imagen de la Virgen del Valle que está en Margarita y ocasionó, en cada uno de nosotros, destellos de grandeza y de gratitud. Pues en Ella encontramos a una Madre que nos regala el amor salvador de Cristo Jesús. Una madre que nos hace mirar a la mamá que nos trajo al mundo y con su sudor nos muestra su amor de 24 horas. También a nuestras hermanas fundamento de la familia y compañeras del camino; nuestras abuelas fortaleza y decisiones de amor en los momentos más difíciles y las esposas lugar del amor enamorado de quien les abraza y les cuida: papá.

¿Qué será lo que quiere la Santísima Virgen para este año?

Más que darnos una bendición, en ella una fuerza que nos comunica el salir al encuentro de las necesidades del hombre para acompañarle en sus alegrías y sufrimientos. Por eso es mediadora no como una persona extraña, sino en su papel de madre, consciente de que como tal puede, mas bien "tiene el derecho de", hacer presente al Hijo las necesidades de los hombres. Los problemas de uno son problemas de todos. Aquí nadie se puede aislar, mucho menos esconderse. María nos ordena ayudar. Que es igual decir, haz el bien y no mires a quien. Entonces, solidaridad más que abrazar por cumplimiento; animar más que lamentar; empujar más que poner obstáculos… eso lo quiere María y nadie puede negarse.

Ella el año pasado no fue una estela en el mar. Ella es llena de gracia, porque en la Encarnación nos regaló lo esperado y necesario: Cristo Jesús. Pasar de largo es no dejarnos nada. Ninguna tarea y ella quiere que nos acerquemos a su hijo, si no lo hacemos su venida se pierde en el tiempo. Acercarnos a Jesucristo significa buscar los sacramentos, especialmente el de la Eucaristía, Confesión y la del Sacramento del Matrimonio. Esos sacramentos, al igual que los otros cuatro, son signos para devolvernos o mantenernos la gracia. Esa gracia que hizo que María pudiera responderle, aceptarlo y progresar espiritualmente. Si María no nos lleva a Dios de nada nos sirve, pues es Dios está la salvación.

Pasó, se quedó y exige. Con Ella, en el Salmo 97 leemos “Cantemos un cantico nuevo, porque ha hecho maravillas. Maravilloso es estar aquí todos juntos, sin diferencias, sin enfrentamientos, sin planes adversos o segundas intenciones. Somos más que un pueblo, somos una familia unida en torno a una fe que nos señala María la Virgen. Maravilloso es estar aquí con esperanza de amigos y hermanos que comparten el pan, se tienden la mano y saben de perdón y alegría. Maravilloso e inolvidable es este momento, que quedará grabado en el corazón de los más pequeños como testimonio de un amor que tiene regreso cuando juntemos las manos y recemos el ave maría. Maravilloso porque sabemos, para no olvidar, que existimos en una comunidad donde todos somos necesarios e importantes. Nadie sobra, todos somos útiles.

En María, la Virgen a pesar de nuestros pecados e indiferencia seguirá amándonos. Que esto no sirva de simple consuelo para los que se niegan a volver, sino de una gran verdad. En ella estarán abiertas todas las puertas de su amor y bondad. Nadie ya se sentirá lejos, pues la lejanía se acorta con la decisión de amar a Dios sobre todas las cosas; con la gracia de volver a la familia para amarla sin mirar el pasado; con la fuerza de perdonar, incluso al enemigo cercano; con la alegría de marchar tras el familiar que hace tiempo no le hablo o le visito; con el empuje de sanar heridas y calmar situaciones difíciles dentro de un mundo chismoso y mal agradecido.

Cada 8 de septiembre es un volver a comenzar. Ella como madre parió primero en su corazón y luego desde el vientre. Esa es la fe de quien espera de todo en Dios y confía plenamente en él. Por eso, vale la pena decirle, para que nunca se nos olvide : Madre santísima, aquí estamos todos, sin ninguna distinción. Siempre iguales, siempre hermanos. Más nunca desunidos. En ti Señora de gracia y amor colocamos todas nuestras esperanzas, encendemos una nueva luz y en empezamos a caminar los senderos de una nueva fe. Ojalá, por siempre, mantengamos el recuerdo esta hermosa celebración. Madre nuestra y madre de Jesucristo haz que reavivemos nuestra fe y salgamos al encuentro de tu hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Con María hasta el final de día.

Gracias madre de todos, virgen del Valle,

Viva la Virgen del Valle.

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06/sep

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Aunque nos sintamos abandonados nunca estamos solos.

En una sociedad de intereses comerciales, apetencias sexuales desbocadas, apego al dinero, violencia instalada y dividida por la politiquería ya no se vive, sino que se flota entre ser como ellos o vivir casi aislado. De lo anterior, se puede deducir que una sociedad así termina en un enfrentamiento donde la miseria invade todo y cuando una sociedad no le importa el otro, simplemente se usa la fuerza para vencerlo.

Así le pasó a Jesucristo cuando le tocó afirmar que él era el pan vivo que había bajado del cielo . Después de eso muchos lo abandonaron, otros se escandalizaron y hasta lo trataron de loco. En Jesús una situación normal ante el desarrollo de su vida y sus palabras. Cumplía la voluntad de su Padre. Aunque no se sentía desolado por las reacciones de los propios discípulos les interroga: “También ustedes me van abandonar” Quien responde es Pedro que lo niega delante de una doméstica y en donde se cumple lo del canto del gallo. La respuesta está en Juan 6, 68 "Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Partiendo del Evangelio, de la Buena Noticia que no se agota por el mal comportamiento de nosotros, sino que se hace necesario para volver a Él que se presenta como la misma vida de Dios. Entonces conocerlo para amarlo se logra desde la lectura sana y constante de la Palabra para incorporarlo a la vida. Al hacerlo estaremos permitiendo que transforme nuestra vida. Todo para cambiar frente a esa sociedad contraria a la esperanza, al amor, al gozo.

Ese cambio no se hace en soledad, sino en perfecta unidad con Dios y los hermanos. Por eso, cuando una persona toma en serio la Palabra y la va colocando en práctica aparece un cambio radical en cada vida, en sus planteamientos, en su vivencia diaria. Todo para que la fe encuentre su plenitud. Hay que creer en Jesús para dejarse transformar que no es otra cosa que es llevar la fe a lo cotidiano.

Por tanto, esa sensación de soledad es un estado creado y mantenido por la situación de pecado y ese apartarse de los demás. Necesitamos fuerza, vida, espíritu para salir y vencer. Necesitamos alimento para continuar. Cristo es el único que puede darnos un verdadero propósito a nuestra vida, y además nos deja el poder para desarrollar ese propósito frente a la constante oposición que nos viene de dentro y de fuera.

Todo está bajo la mirada de un Dios que desea salvar a su pueblo. Esa salvación consiste en el amor del Padre para con todos. Pero se hace necesario que le reconozcamos y vivamos como sus hijos. Es prioritario vivir en función de los demás para servirles. Por tanto nada de enfrentamientos, mucho menos de zancadillas donde abunda el egoísmo, la venganza y la rabia enquistada que pica y se extiende.

Jesús nos enseña que se puede vivir frustrados, desolados, pero que nunca abandonados de Dios. Ese, ¿a dónde iremos? que responde Pedro es cuestión de aptitud frente a la muerte. Una muerte aunque no nos mata de inmediato nos acorrala y nos cerca para asfixiarnos cortando el aire de la esperanza. Que en definitiva no es lo último que muere, sino que sin ella morimos de inmediato.

El espíritu es quien da vida; la carne no sirve para nada. (Juan 6,36) Desde el Espíritu es lanzarse y quedarse con Jesús. Bien lo dice Josué 24, 15 “yo y mi familia serviremos al Señor” En él estaba la seguridad de un Dios que no abandona. Hay muchas razones para abandonar a Jesús, tal vez, la principal sea que no queremos dejar a Dios trabajar en el campo de nuestra vida. Queremos ser protagonistas y le dejamos a un lado. Jesús nos pide serle fieles como él nos es siempre fiel.

No hay mayor desolación que una vida lanzada al enfrentamiento.

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23/agost

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Cristo como cohetes nos lleva al Padre

Si, de verdad, no se asusten. Cristo con la velocidad de un cohete nos lleva al Padre Dios. Él lo dijo y lo mantiene “Todo el que crean en mí no morirá, vivirá para siempre” Además, en un momento muy difícil de su vida, cuando estaba en el mayor peligro dijo: Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” Una oferta única y sin devoluciones. Es la mayor promesa en esa alianza de amor por cada uno de nosotros. Es como el pasaje para viajar ene se cohete.

Cristo es verdadera comida y bebida. Quien me come y me bebe tendrá vida y de la buena, que es la eternidad. Pero para que podamos entender, si se puede usar esta palabra, hay que tener fe. Una fe verdadera. Nada a medias. Nada que para mañana o déjeme despedirme de mis padres.

Aquí habrá que entender que no es cualquier pan. Que es el Único Pan. Con capacidad de darnos la mejor sabiduría y al comerlo más nunca tendremos hambre. Pues al estar en su presencia todo es para él y sin él nada podemos hacer. Dicho de otra forma. El yesquero necesita bencina, el vehículo gasolina, los camiones gasoil… El cristiano necesita alimentar su fe con la Eucaristía. Comulgar para poder seguir el camino. Para poder disfrutar de la vida de Dios hay que comer su carne (Juan 6,55)

Habrá muchas comidas suculentas, apetitosas, bien presentadas y llamativas. Repletas de nutrientes y en exquisitos recipientes. Hay mesas en salas de fiestas de grande contenidos, colores y sabores. Banquetes afrodisiacos y sumamente costosos. Incluso hemos venido a la misa llenos de harta comida. De ese alimento no hablo, ni estoy hablando de una mera obligación.

Hablo de la Eucaristía donde permanece el olor, color y sabor del pan y del vino; pero su substancia se ha convertido en el Cuerpo y en la Sangre de Jesucristo. Fue en aquella última cena cuando Jesucristo instituyó el sacrificio eucarístico de su Cuerpo y de su Sangre. El “haced esto es memoria mía” entrega a sus discípulos el mandato de repetir aquello que Él mismo había hecho. Cristo está todo en cada parte.

Pero con cuidado. No tan de prisa. Al invitarnos a comerlo se requiere de conciencia. No tanto es estar en ayunas. Más bien en ayunar de cualquier pecado yd e forma especial estar bien con los hermanos. San Pablo, después de relatar la institución de la Eucaristía dice: "de manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere este cáliz indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor" Entonces no es comer y ya. Se requiere de preparación y profunda conciencia de lo que se hace.

En la Misa se hace presente la redención del mundo. Por eso la Misa es el acto más grande, más sublime y más santo que se celebra cada día en la Tierra. Es la presencia de Jesús que nos abraza porque fuimos hechos a su imagen y semejanza. Una presencia muy vigorosa, especial y exigente pues se requiere de comer su cuerpo y beber su sangre.

Mucha atención que aquí no estoy hablando de contemplación, pues hay muchos que se quedan absortos, en silencio delante de la Hostia Consagrada y no comulgan. Por eso la santa Misa se le llama Banquete y nadie va a una fiesta de banquete y se despide sin comer. Pues a Jesús no le bastó hacerse hombre y morir en la cruz por todos. Quiso quedarse para siempre en la Eucaristía y hacerse pan en la Comunión.

No comulgar es exponer el alma a situaciones muy duras de caída y debilitamiento. La Comunión nos hace vencer las tentaciones, nos fortifica, aumenta la gracia santificante y nos preserva del pecado mortal. Debemos, entonces prepararnos. Una sana confesión si existiera pecado grave; participar de la misa con viva fe, escuchar su palabra que nos vivifica. Para comulgar fructíferamente basta estar en gracia de Dios. No es necesario ser santo, sino que comulgamos frecuentemente para poder serlo.

La santa misa dominical debe ser vista como un deber y un privilegio; una dulce obligación de corresponder al amor de Dios por nosotros, para dar después un testimonio de ese amor en su vida diaria y en su servicio a los enfermos. Es el acto de culto más excelente que la Iglesia entera tributa a Dios; es la fuente de la vida cristiana; es el encuentro que Cristo quiere tener con sus hermanos los hombres para nutrirlos con el alimento que no perece, para bendecirlos y fortalecerlos en sus pruebas.

Entonces, que no se nos olvide mi carne es verdadera comida, yo doy mi carne para vida del mundo, el que no come este pan no tendrá vida, mientras que quien lo come vivirá eternamente.

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16/agost

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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“El ángel le dijo: levántate y come,

que el camino es superior a tus fuerzas”

(1 Reyes 19,7)

En Cristo el mejor banquete.

Al avanzar por la vida vamos encontrando dificultades: oscuridades, dudas, malos ejemplos y muchos fracasos. Es Dios que se pone en el camino, al igual que Jesús por el sendero de Emaús para que fuera reconocido al compartir el pan. Hoy se nos presenta para acompañar y socorrer al que se siente desolado e incluso marginado.

Elías, personaje bíblico en primera de Reyes 19.1-8 camina por el desierto para huir de los enemigos y es por el camino que recibe toda clase de sufrimientos para pedirle, ya cansado, a Dios la muerte. Nosotros nos parecemos pero más que pedir la muerte, queremos culpar a otros por nuestras desgracias a las que no sometieron nuestros malos pasos.

Es Dios, que hoy nos sale al paso, para decirnos que hay salidas y que él no nos abandona. Para ello él se hace alimento. No un alimento cualquiera que después de la digestión sale fuera. A Elías le proporcionó comida, la cual le repuso las fuerzas y pudo avanzar. A nosotros nos alimenta desde su amor, causa de su sacrifico en la cruz, para que entendamos que sin su vida nada podremos hacer. Si lo recibimos, la Hostia consagrada, superaremos el hambre y avanzaremos.

Existe una manera de vivir muy contraria a la que Dios quiere. Pues somos materialistas, vanidosos, egoístas, Ayer eran Ajab y Jesabel adoradores de ídolos quienes perseguían a Elías. Hoy son los apetitos desenfrenados que nos acorralan y nos hacen caer en grandes errores: divorcios, abortos, eutanasia, drogas, alcoholismo… mentiras. Es Dios que nos toma de la mano, si nos dejamos, para señalarnos el camino a seguir. Ese camino pasa por el reconocimiento a su presencia salvadora, la cual no discrimina, pero si respeta la libertad. Si le permites actúa, si le cierras la puerta se queda fuera.

Si Dios no nos abandona y la carga es llevadera. Todo lo puedo en Cristo que me trasforma. Es San Pablo primera de Corintios 10,13 que afirma: “Dios es fiel y no permite que seamos probados más allá de nuestras fuerzas” De ahí cuando nos desviamos tomamos conductas muy tristes que empeoran la situación. Hacemos uso de la violencia para maltratar; uso de la crítica para culpar; uso del esconderse para no enfrentar la verdad. Acciones propias de una persona frustrada y sin esperanzas. Esto está bien presentado en Efesios 4,30-5,2

Este alimento que es Cristo Jesús “Pan bajado del cielo” que para su tiempo resulto muy escandaloso frente a su historia de su nacimiento en un pequeño pueblo y de padres muy humildes (José era carpintero) Además, ese pan no es alimento de un día que llena y luego se tiene más hambre. Es el pan del que enseña. Todo que le escucha oye al Padre y los dos haremos morada. Esas palabras de Cristo son palabras de la mejor vida. Caigamos en la cuenta que ese “pan bajado del cielo” (Juan 6,51) es la Eucaristía. Momento crucial del encuentro de Dios con sus hijos.

Es la misa (Eucaristía) sacramento que nos lleva a la vida eterna. Es Jesús que por amor se entrega para nuestra salvación. Recordemos las palabras de la Consagración: Tomad y Comed este es mi cuerpo. Tomad y Bebed esta es mi sangre. Lamentablemente hay demasiados que no comulgan o se han olvidado de hacerlo. Por eso tan enfrentados, tan lastimados, tan llenos de corrupción.

Aquí la cuestión no es comulgar por comulgar. Sacas la lengua o extienden la mano y listo. Nada tiene que ver con el ritualismo o simple cumplimiento. Es otra cosa y bien seria. Es aceptar a Dios en cada hermano y comenzar a vivir en la eternidad con la vida que Jesús nos regala con el alimento que no perece, ni mucho menos nos olvida.

Esto lo descubriremos al contemplar a Dios en su Palabra (Biblia) Si no leemos y reflexionamos la Palabra nunca, pero jamás llegaremos a conocer a Dios. Es necesario que en cada misa participemos de las dos mesas. La de la Palabra donde habla de Dios y en la mesa de la vida donde Cristo se nos entrega en alimento verdadero.

Señor danos de ese pan que no muere y nos conduce hasta la eternidad. Pues estamos cansados de tanta amargura y dolor.

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09/agost

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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“Dios te alimentó con el maná…
para enseñarte que el hombre no vive sólo de pan”
(Deuteronomio 8,3)

 

Jesús es más que pan. Es vida y de la mejor.

 

Somos muchos, demasiados los que nos hemos materializado y dejamos la vida en cosas olvidando que de este mundo vamos de paso. El que no tiene quiere tener y el que tiene lo quiere aumentar. Apetencia, deseos, aspiraciones y hasta matar por obtener lo que se quiere.

Aquel pueblo de Israel, al que Dios liberó de la esclavitud en cadenas egipcias, va por el desierto y al sentir la ausencia de agua y la falta de alimentos maldice, gritar y reta a Dios. ¿Por qué morir aquí en el desierto? Ellos querían pan y carne aunque fuesen esclavos. (Éxodo 16,3) Lo que les interesaba era llenar sus estómagos hambrientos y sus gargantas sedientas.

Hoy pululan muchos que interesados venden su alma por un plato de lentejas. Se entregan al mejor postor y para apoyarlos venden su voto y botan su dignidad. Por un mendrugo que se acaba por la noche apuran la compra inconsciente de una elección a trocha y mocha.

Dios nos dice que de ese pan que se adquiere por interés no es su hechura y menos su mesada que se extiende a todos por igual. Dios nos da un pan que en vida se disfruta para compartirlo con los demás. No es el pan del egoísmo que se traga para saciar un hambre de mentiras y falsedades. De ahí que el pan que nos da Dios es, en primer lugar, una compañía que nunca abandona. En segundo lugar, no todos comprenden los designios de Dios y por eso preferimos lo material a lo espiritual.

Aquel pan del desierto “Maná” significa bendición, pues Dios nunca quiere la muerte o la desgracia del hombre. Entonces malgastar el pan, botarlo, despreciarlo y guardarlo para que le nazca mogo es un grave pecado contra el amor de Dios. Hoy se siente este terrible mal donde unos tienen y otros les falta el pan. Es el drama de una sociedad que no entiende de hermandad y va por otro sendero creando desigualdades, divisiones, enfrentamientos.

Se hace necesario que nos desprendamos del hombre viejo (Efesios 4,17… que se encuentra envuelto en el pecado de la corrupción, del robo y la mentira. De ahí que para liberarnos tenemos que llenarnos del Espíritu. Hay que renovarse y nacer de nuevo. Es como volvernos a vestir dejando los trapos agotados por la rabia, la envidia y vestirse del traje de la fiesta verdadera en humildad y bondad.

Para este domingo, XVIII del tiempo ordinario, hay una llamada en Juan 6,24-35 a buscar a Cristo pan de la vida y no una vida empeñada en un pan que va al escusado. Es Jesús el pan que sacia la sed y el hambre de justicia, de paz, de amor y esperanza. Es como un pan peso completo que lleno de muchas vitaminas nos sostiene a lo largo del camino.

Es lamentable que muchos cristianos busquen a Dios por el simple pan material y no hagan el sano ejercicio de descubrirlo en las especies del pan y del vino que en la Consagración se hacen Cuerpo y Sangre de Cristo. Se va a misa por estar, por para el tiempo, buscando, quizás, algún beneficio misterioso e interesado. Bien lo dijo Jesús a todos aquellos que le seguían, pero nos e comprometían en llevar adelante el Reino: “Me buscan porque les he dado pan hasta hartarse” (Juan 6,26) Entonces, voy a misa esperando el ansiado milagro. Hago este sacrificio para luego exigir.

Muchos son los que retan a Dios cuando pueden ir a una misa. Lo retan porque desde que llegan es a pedir y pedir sin haber dado nada a cambio. Escuché a una señora que dijo delante de muchos “Yo le traigo flores a la Virgen y si no me concede lo que le pido no le traigo más” Es un simple interés en un trueque en desuso y abuso.

Jesús “Pan de vida” nos enseña que es bueno tener pan, pero que mayor será trabajar por un alimento que no muere y que da la vida eterna. (Juan 6,27) Pues ese pan bajó de cielo para darnos vida en abundancia. Habrá que aprender a repetir siempre: “A dónde iremos Señor, tú tienes palabras de vida eterna”

Sería interesante responder delante de Dios. ¿Desde cuándo no comulgo? ¿Si el domingo tiene un significado para mi vida? Pues se vive al garete y muy distanciado de una sana espiritualidad que nos vincula con los valores de la vida.

Ciertamente que es fácil saciar el hambre. Por estos lares menos mal que hay mangos y bagres. Muy nutritivos. Dicen que un mango equivale a comerse un plato de mondongo. Y aquello de “coman sardina y huevo” es más que un anuncio publicitario. Por eso no quedarnos en la simple comida, sino ir más allá de un pan de siempre.

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02/agost

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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“Eliseo dijo: "Dáselos a la gente, que coman” Reyes 4,42-44

 

Queremos del pan de la vida y eso nos basta.

El regalo de la vida no ha consistido en simplemente dar, sino en un Dios que nos da y nos promociona, es decir, que nos estimula al progreso, al esfuerzo y la lucha de todos los días. Sería como ridículo y hasta absurdo entender a un Dios que mantiene y lo da todo sin exigir nada a cambio. O por lo menos de reclamar un esfuerzo.

Al decir que deseamos el pan y eso nos basta me estoy refiriendo a un Dios Creador, Dador de todo bien, pero que impulsa, invita, empuja y permite que la iniciativa de cada uno se haga presente para el bien de todos. Eliseo frente al drama del hambre de cien personas los alimenta en nombre de Dios que le había indicado: “comerán y sobrará”

Es una confianza en Dios, que todo lo puede, sí, pero que nos impulsa en consonancia con el Salmo 144 “Abres tú la mano, Señor, y nos sacias” no tanto por la comida que llega a su tiempo, sino de ese acompañamiento milagroso y lleno de la misericordia por ser sus hijos. Te estrás preguntando, ¿y las personas que mueren de hambre en el mundo qué? La mayoría de las muertes por hambre se deben a la desnutrición permanente. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ( FAO ) estima que unos 920 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición, un 13,2% de la población mundial [ . ] El 11 de octubre de 2010, se calculó que el número de gente mal alimentada en el mundo es más de 1 billón de personas. [

Morir de hambre es muy lamentable y es una tragedia. Estas cifras tan duras me dan pie a referirles una metáfora sobre cómo vencer el conformismo y la mediocridad. La Historia

La historia cuenta que un viejo maestro deseaba enseñar a uno de sus discípulos por qué muchas personas viven atadas a una vida de mediocridad y no logran superar los obstáculos que les impiden triunfar. El maestro lleva al discípulo a visitar algunos de los lugares más pobres y desolados de aquella provincia. Llegaron a una humilde casa y con una pobreza extrema. Vivían ocho personas y contaban con una vaca, cómo única posesión. Era lo único que los separaba de la miseria total. Dejaron a aquella pobre familia y ya para emprender otro camino, el maestro decidió que era el momento de aplicar la enseñanza a su discípulo. Sin que el joven pudiese hacer nada para evitarlo, el anciano sacó un cuchillo que llevaba ensu bolsa y degolló la pobre vaca que se encontraba atada a la puerta de la vivienda, ante los incrédulos ojos del joven.

Maestro, dijo el joven: ¿Qué has hecho? ¿Qué lección es ésta, que amerita dejar a esta familia en la ruina total? ¿Cómo has podido matar esta pobre vaca, que representaba lo único que poseía esta familia? El maestro sin responder siguió su marcha.

Un año más tarde regresaron y se encontraron una casa grande. Al tocar a la puerta salió aquel hombre al que le habían matado la vaca.

¿Cómo es posible? preguntó el joven. Hace un año vimos su pobreza ¿Qué ocurrió durante este año para que todo esto cambiara? Éste contó que un maleante había matado su vaca. Ante esto, limpiamos el terreno sembramos algunas semillas y decidimos sembrar vegetales y legumbres con los que pudiésemos alimentarnos. Después de algún tiempo comenzamos a vender algunos de los vegetales que sobraban y con este dinero compramos más semilla y comenzamos a vender nuestros vegetales en el puesto del mercado. Así pudimos tener dinero suficiente para comprar mejores vestimentas y arreglar nuestra casa. De esta manera, poco a poco, este año nos ha traído una vida nueva.

El maestro que en silencio escuchaba, llamó al joven a un lado y en voz baja le preguntó: ¿Tú crees que si esta familia aún tuviese su vaca, estaría hoy donde ahora se encuentra?

Seguramente no, respondió el joven.

¿Si ves? Su vaca, fuera de ser su única posesión, era también la cadena que los mantenía atados a una vida de mediocridad y miseria.

No obstante, para el maestro, la lección más importante que el joven discípulo podía aprender era observar lo que sucede cuando finalmente nos liberamos de aquellas ataduras y comenzamos a utili zar nuestro verdadero potencial. Sin olvidar que Jesús seguirá siendo el pan de vida Juan 6,32-35

Dios nos ayuda, de eso no cabe duda, pero aunque nos dé el pan de cada día nos enseña cómo comerlo, cómo repartirlo y cómo bendecirlo. En Juan 6,1-15 en aquella multiplicación de los panes lo hizo realidad. “ Felipe contestó: Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo" Entonces, no es el pan por el pan. Es el saber pedirlo, lograrlo con esfuerzo y saberlo compartir sin egoísmos.

Si somos misericordiosos aquella miseria que mata y destruye se convertirá en bendición y de seguro, alcanzará para todos y sobrará.

“Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos? Jesús dijo: Díganle a la gente que se siente en el suelo"

 

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26/juli

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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"Cuando hay una tormenta los pajaritos se esconden,
pero las águilas vuelan más alto" Mahatma Gandhi.

 

Enseñamos para dar gloria a Dios.

Mucha agua ha pasado por debajo del puente y aquellos molinos viejos cansados de tanto girar siguen en pie. Qué bueno es recordar a aquellos que nos enseñaron y nos dieron lo mejor para hacer vida las primeras letras. Dios siempre bendecirá a quienes nos encaminaron y enseñaron. Gracias, muchas gracias.

Ya sé, que no es el día del Maestro, pero permítanme, aprovechar para recordar a quienes nos enseñaron las primeras letras y lo dieron todo, esperando vernos crecer en espíritu y mente.

Ellos, ayer, se hicieron muy responsables, pues no dejaron nada a la buena o mala suerte. Ni mucho menos decir, ante las adversidades, afirmar que el destino estaba contra ellos. Nada de eso. Respondían a una vocación, un llamado a servir y dar lo mejor. En una palabra se hicieron responsables de cada acto y cada acción a favor de una enseñanza que despierta y hace participar.

Por ejemplo, ayer no se veían huelgas o reclamos donde los estudiantes pagaban los platos rotos. Había un sentido de sacrificio y entrega de muy alta factura. Entonces, es la hora de aprender de aquellos. Es la hora de buscar, en este momento, la gran oportunidad de aprender y al ver los errores de esta generación de educadores para corregir, mejorar y trascender.

Se aprende siempre, aunque se tenga cierta edad. Es importante que como adultos evaluemos todas las áreas de nuestra vida y podamos rectificar aquellas fallas que probablemente han bloqueado de alguna manera nuestro   camino . Se busca que nos demos cuenta de nuestra responsabilidad y sobre nuestra realidad individual. Al hacerlo nos abre la puerta al cambio y al crecimiento, a la madurez y al aprendizaje. Por eso es que los mejores tiempos no están allá, ni acá, están en cada uno para hacerlo con la fuerza y el valor que nadie lo haría. Este momento es una gran oportunidad.

Delante de la verdad hay que vivir la vida y no dejarla a que ella nos viva. “Todo lo podremos en Cristo que nos conforta”, además, sin olvidar aquella promesa. “ Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, Él se los concederá en mi Nombre ” Hay un poder en Dios que muchos no hemos explotado o la tenemos tan escondido que hasta duerme plácidamente.

Esas enseñanzas hay que mirarlas con el corazón. Si tenemos un corazón sano y optimista podemos mirar con generosidad y aprender con alegría. Al mirar así, entramos en aquello que “el ojo es el espejo del alma” hay que mirar con seriedad, constancia y mucha humildad.

Entendamos, que el enseñar es un deber sagrado y que se debe hacer por el bien de todos. Nunca será una cuestión de quince y último con respecto a la paga. Nada de simples asalariados. Un educador al mirar con el corazón deja a un lado mucho y asume sacrificios que no reciben aplausos, ni mucho menos condecoraciones.

Ese corazón, que puede estar herido, por el mundo interesado y materialista, necesita una apertura para ser sanado. Y esto es un proceso que empieza cuando tenemos el coraje de presentar a Dios nuestras heridas, debilidades, pecados e imperfecciones y así poder ver al mundo y a los demás con esa generosidad que invita al cambio. Un cambio que se encuentra centrado en el Salmo 22 “El Señor es mi Pastor, nada me falta” Si así vemos a Dios, de seguro, nos renovaremos y seremos seres sanos de forma hermosa desde adentro hacia afuera.

Para que se vuelva a una enseñanza positiva, responsable, de testimonio y de un valor vivido y desarrollado se hace necesaria una apertura a lo más grande al amor, que en definitiva es quien nos llama a servir.

Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos,
porque andaban como ovejas sin pastor;
y se puso a enseñarles con calma. (Marcos 6,34)

 

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19/jul

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Frente a la enfermedad. ¿Qué hacer? 

 

Cuando mis Padres enfermaron, de verdad, no sabía qué hacer e incluso se me vino inmediatamente la idea de la muerte. Perdonen, pero no estaba preparado e incluso me venció la desesperanza. Y eso, que mi madre enfermó primero y luego mi padre.

Hoy, en recuerdo de ellos que ya están en la presencia de Dios, quisiera compartir con ustedes algo que fui descubriendo poco a poco y que ahora es tema de mis predicaciones en la experiencia de ir de menos a más. Para empezar deseo leer al Salmo 122 “Nuestros ojos están el Señor, esperando su misericordia” Salmo que nos invita a estar despiertos delante del amor del Señor pase lo que pase.

Además, hacer ruido con la 2 Carta de San Pablo a los Corintios 12,7-10 donde se nos llama a reconocer que “nos basta la gracia de Dios y que la fuerza se realiza en la debilidad… Por eso vivo contento en medio de mis debilidades… Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” Realidad que la comprobé en la enfermedad y muerte de mis padres. De seguro, una falta de fe, una falta de esperanza y un mal concepto de ese conocer a Dios.

•  Debí haber alimentado mi fe hacia la vida en Dios. Hay que tener una fe sincera. Dios nunca abandona, siempre cumple sus promesas. Yo olvidé aquellas palabras tan hermosas: “ Vengan a mí los que están cansados y agobiados que yo les aliviaré » (Mt 11,28) y además, escondí un ofrecimiento de Dios que ahora nunca olvido “ Pidan y Dios les dará...» (Mt 7,7) Ante esas dudas, propias de el desespero, no encontraba nada en Dios y por consiguiente dejé a un lado el amor de Dios y no entendí el momento.

•  Cómo no confiaba en Dios actuaba el pecado. El propio pecado me alejaba de la esperanza y me hacía revolcar en la amargura, desconfianza y tristeza. Por eso no comprendía la debilidad del cuerpo, la presencia de células cancerosas y ese poco a poco en que se va a agotando las fuerzas. De ahí deducía que yo, tenía que salir de la oscuridad, es decir, volver a Dios y así pude confesarme y hacer que mis padres también. Cuando lo hicimos nos pusimos en profunda paz con Dios y que todo lo que se nos venía encima.

•  Fuimos, entonces, dejando que Jesucristo actuara. Había que dejar que Jesús Misericordia, eterno y todopoderoso avanzara. A tal punto que entrara en nuestros corazones y se realizara su voluntad. A medida que nos entregamos a Jesucristo fuimos siendo sanados y una alegría entró en el corazón. Recuerdo que leíamos Apocalipsis 3,20 Así entró Jesús en nuestros corazones.

•  Fue brotando dulzura de nuestra interioridad y sentimos esa sanación tan esperada. Entró porque la pedimos de corazón. Uno vive como una película de todo lo malo que le ha pasado y en ese momento de dolor y sufrimiento como fantasmas aparecen y hay que quitarlas de inmediato. Es Jesús quien las sana y para ello hay que pedir con fe e insistencia. (Lucas 11,5-10) Aquí hubo algo muy especial la presencia de la Virgen María. Desojamos muchos avemaría e infinidad de rosarios.

Lo que me había pasado les puede estar sucediendo a ustedes en este momento. Por eso es importante saber que todo tiene su tiempo. Hay que saber esperar. Yo pensaba que Dios se había olvidado de mí, de mi familia, de mis padres. E incluso llegué a pensar que me había castigado.

Entré en oración. Claro esto no eliminó el tratamiento médico, todo lo contrario, lo fuimos comprendiendo más y más. Algo triste sucedió, que una de mis hermanas, en la desesperación, visitó un curioso, un brujo para pedirle ayuda. Yo, con cariño le expliqué que eso era retar a Dios y brindarle al momento difícil una gran desconfianza a Dios y una fe derrumbada. La oración nos hizo devolvernos y recordamos que en Dos nunca seremos defraudados (Salmo 145)

Te invito a confiar en Dios en este momento de enfermedad de uno de tus familiares. Llama a un sacerdote para que converse con el enfermo, le confiese, le ponga la unción de los enfermos y, de una vez, aprovecha, para que también hagas una buena confesión, pues en este sacramento encontrarás sanación y mucha fortaleza. Y si puedes, ve a misa siempre y recibe la Sagrada Comunión.

Te dejo esta oración:

Señor Jesús, dador de todo bien. Te doy gracias por la vida. Te pido que entrés en mi vida y sanes lo que no es de tu amor. Permite que entienda este momento de sufrimiento y sepa ofrecértelo por… que se encuentra delicado de salud y si en tu voluntad está sanarlo que así sea en tu amor infinito que nunca nos abandona. Amén. 

Dios le brinde a Rosario Josefina, Murita, la paz y la luz.

 

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12/juli

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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"Arréglese al estado como se conduce a la familia,
con autoridad, competencia y buen ejemplo." Confucio.

 

Por una mejor Democracia

Nadie puede decir que lo pasado no sirve de nada. Y mucho menos, afirmar, que la historia tiene un destino de olvido. No es así, la historia es la maestra de la vida y si olvidamos la historia, de seguro, estaremos esclavizados a repetirla.

Digo esto a propósito de las difíciles situaciones por la que avanza la democracia venezolana. En primer lugar, hemos perdido el respeto entre nosotros. Ya los ciudadanos no se respetan donde una gran mayoría (82%) constata que estamos divididos e incluso enfrentados por situaciones partidistas. Segundo lugar, las instituciones están secuestradas desde un poder que las domina y somete a su antojo (leer declaraciones de Aponte Aponte) y en tercer lugar por la proximidad de las elecciones presidenciales (7 octubre) donde se intenta con una matriz de opinión (basada en encuestas) meter miedo y desprestigiar.

No podemos olvidar que la historia ha de ser, siempre, maestra de la vida. De ella aprendemos y hacemos posible que los errores no se repitan. Pues la democracia se mejora con verdaderas propuestas, con responsabilidad y rectitud , pero no, con consignas demagógicas que abren la puerta a la división y a ese enfrentamiento que ha traído tanto dolor y divisiones.

Esta democracia necesita que se imponga la presencia de políticos, empresarios, sindicalistas, líderes de opinión y ciudadanos para exigirles responsabilidad, eficacia, honestidad y ejemplaridad. Hay que hacer un profundo examen de conciencia y desde la cristiandad evaluar la honradez, los valores y dejar asentado una solidaridad y una transparencia que luce necesaria en medio de esta crisis.

Desde el cristianismo, una democracia sana, es invitada a invertir en los valores. A luchar por la libertad, por la justicia social y de esa dignidad que no se viola en cada persona que goza de deberes y derechos. Por ningún motivo podemos caer en eso de “a mí no me importa, ese no es mi problema” Hay que pasar de la compasión al quehacer. A esa acción que despierta y nos hermana.

En una sana democracia se busca el bien para todos y no el de unos cuantos que piensan como yo. Delante de la crisis de valores, donde la familia está más afectada, la democracia se resiente pues aumenta la pobreza, el hambre y la exclusión social. Ante esto no simples jornada con paliativos de paños tibios que se enfrían a la vuelta de la esquina. Hay que brindar soluciones esperanzadoras que nacen del amor verdadero de Dios que se ha metido en el corazón de gobernantes y políticos.

Hay que apoyar y estimular a quienes ponen sus bienes, su tiempo y su esfuerzo al servicio de los más pobres, de los marginados y de los más desposeídos. Hablo que en una sana democracia hay que darle participación activa a la empresa privada y a las iniciativas de empresarios, que sin dejar de ganar, acompañan al crecimiento de la sociedad.

En esa sana democracia se debe dar un excelente trato a los ancianos, niños y presos. En ellos se refleja la acción solidaria y reconstructiva para, más que depositar, promover los valores. En cada uno de ellos está lo esencial de una sociedad. Bien lo dice Benedicto XVI “El estar sin trabajo mucho tiempo, o la dependencia prolongada de la asistencia pública o privada, mina la libertad y la creatividad de la persona y sus relaciones familiares y sociales, con graves daños en el plano psicológico y espiritual” Entonces, si hay pobreza material genera otra en orden espiritual.

Esta democracia debe mirar hacia los más desposeídos. No para dales y hacerlos depender de una limosna y así dominarles. No, hay que promoverlos. Donde tengan una oportunidad seria de trabajo. Un trabajo estable y que le ayude a progresar y salir de la pobreza. De ahí que la política no es un llegar para enriquecerse, sino para compartir esa oportunidad de trabajar y ver crecer los hijos en paz.

Jamás es una limosna que ofende pues a lo largo se acaba o se la roban. Es solidaridad que se desarrolla en estructuras serias donde la dignidad del hombre es prioritaria. Esa caridad mira el alma y desde allí se le acompañe y nunca humille con regalos que como no cuestan los hacemos fiesta.

Entonces, si luchamos por estos ideales, este 5 de julio de 1811 donde el Congreso declara solemnemente la Independencia de Venezuela, «en el nombre de Dios Todopoderoso» No será una fecha más, sino el resultado de esfuerzos.

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05/Juli

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Con Dios y San Antonio de Padua nos levantamos

 

No es secreto es una verdad: “quien obedece no se equivoca” Y eso es lo que los sacerdotes, a la hora del fiel cumplimiento de su misión hacen, para ir contentos al mandato en la mano del Señor Obispo.

No es una obediencia ciega, sino que es observar a Dios en cada compromiso. Hoy, después de haber celebrado las fiestas de San Antonio de Padua (13 junio) y haber leído, detenidamente a Sabiduría 1,13… se puede comprender que Dios es quien actúa y señala los caminos. Por cierto un camino de vida, de augurios y de esa compañía que nunca abandona. Todo porque Dios levanta con amor.

Por eso, al escribir estas líneas, me preparo con la gente de la parroquia a la celebración de nuestras fiestas patronales donde es my agradable y placentero vivir unidos como hermanos, premisa mayor que nos hace avanzar en la búsqueda a los más lejanos. Es Dios, en San Antonio, que nos reúne para vivir con armonía por ser llamados a la fraternidad.

Nos levantamos, en medio de una crisis de enfrentamiento – desprecio por tontas líneas partidistas que se han enquistado en cada uno llevando a la distancia entre familiares, vecinos, compañeros de trabajo… Por eso nos levantamos gracias a la obra que realiza el Padre en el Cuerpo de su Hijo por el poder del Espíritu Santo.

Desde la fraternidad compartimos los sentimientos de Jesús pobre, humilde y obediente. Por eso en cada Eucaristía (misa) aprendemos a celebrar y vivir el regalo de la fraternidad.

En esta Iglesia, San Antonio de Padua, somos responsables los unos de los otros. Entonces, la vida fraterna es fuente de alegría y de dinamismo. De ahí que seguir a Jesús, es siempre vivir solidario con los hermanos.

Celebrar las Fiestas patronales es comprometerse a ser misioneros para salir en busca de la oveja perdida. Que no es otra cosa, que vivir al servicio del amor y de la vida. Nuestro patrono se encuentra con trabajadores de la salud, de la educación, de la artesanía, del campo y con estudiantes.

Esta experiencia nos debe llevar a abrazar a los más pobres para que en nosotros conozcan el amor de Dios. También, es una fiesta de la evangelización, pues vamos hacia los más lejanos. Es muy importante que despertemos para que más que el ruido y la farra pongamos atención a la escucha de Dios, que en San Antonio de Padua, se hizo compasivo y fuerza de salvación en el amor.

Desde nuestras fiestas patronales levantamos mirada, vuelo y echamos a andar la conquista por el otro para que nos encontremos. De ahí que ensalzamos al Señor, porque nos ha liberado (Salmo 29) y nos ha quitado el egoísmo que nos distanciaba y no nos permitía volver a la fraternidad. Un acercamiento que se hace necesario para adelantar y progresar.

Interesante que podamos, en este momento, reflexionar, para tener exactitud de lo que queremos recoger, en San Pablo a los Corintios 8,7.9.13-15 donde podemos leer: “ Hermanos: Ya que sobresalen en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el cariño que son tan distinguidos también ahora por su generosidad…” Palabras muy oportunas para que haya igualdad y pueda aparecer la unidad en la fraternidad que tanto nos hace falta.

Es el mismo Jesús que delante de aquella niña que estaba en my malas condiciones, con autoridad ante las escandalosas lágrimas sin esperanza les dice: “ la niña no está muerta, está dormida" Claro todos se burlaban y Jesús vuelve a decir tomando a la niña por la mano: “Talitha qumi" (que significa: "Contigo hablo, niña, levántate"). La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía doce años… ” (Marcos 5,21-43)

Es pues el tiempo de levantar y echar andar la vida cristiana en la unidad y la fraternidad. De seguro, San Antonio de Padua estará dispuesto a pedírselo a Dios para el bien de todos.

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28/junio

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Padre Marcelo Rivas Sánchez

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San Luis Gonzaga camino de juventudes

Las personas deben ser agradecidas y saber expresarlo, aunque sea tarde, pero hay necesidad de hacerlo. Permítanme hacerlo para gratificar a la Comunidad de los Jesuitas que han servido de tan buena onda en nuestra Iglesia local de la Arquidiócesis. Ellos, la Comunidad en torno a Loyola, han dejado huellas de entrega y sacrificio y de forma muy especial en los jóvenes y por eso, me es grato presentar a uno de los mejores exponentes para ejemplo de juventudes: San Luis Gonzaga.

Nacido un 9 marzo 1568 en la Lombardia. Hijo de un Márquez y una dama de honor de la reina de la corte de Felipe II de España. Después de crecer entre soldados en la adolescencia entra en la Compañía de Jesús para morir a los 23 años y 8 meses en 1591. Canonizado en 1726. El Papa Benedicto XIII lo nombró protector de estudiantes jóvenes. El Papa Pio XI lo proclamó patrón de la juventud cristiana.

Para nadie es un secreto que para estos momentos nuestra juventud está padeciendo una de sus mayores crisis. Una crisis acelerada por los falsos profetas, los comerciantes de ilusiones, demasiada transculturización… y la pregunta es: ¿Qué hacer?

Lo primero es volver a la familia, al amor, a la oración y a la caridad para despertar conciencia. Para ello coloco a San Luis Gonzaga. Santo, que le ruego, acompañe a los jóvenes. Pues, en estos tiempos, es difícil para un joven vivir como cristiano. Un cristianismo que debe ver a Jesucristo como centro de vida y acción.

•  La sinceridad de vida para ejemplarizar el avance . No basta con meras palabras que no se vivan, sino que ese hablar lleve la verdad de la vida. San Luis Gonzaga pudiendo ser un soldado de carrera y de mucho honor prefirió servir a Dios en la oración y los enfermos. Centró su vida en Dios y vivió para Dios.

•  Darle sentido a la vida . Por encima de la muerte hay que elegir la vida y una vida sana y útil. No es querer la vida por quererla y desgastarla. No, y jamás en la línea de hacer lo que se quiera dándole rienda suelta a los caprichos. Frente a la epidemia de fiebre que azotaba a la región San Luis supo ofrecer su mejor esfuerzo y así se identificó con el amor de Dios. Es decir, que a su vida le dio un sentido de servicio eficaz y consciente.

•  Con Dios se logra todo . Elegir a Dios es saber que sin él habrá oscuridad. Dios no es ningún desconocido. Mucho menos un proyecto raro y misterioso. Dios es de carne y hueso que tiene un nombre. Es Jesucristo. El mismo que llamó a San Luis a su servicio y que él supo responderle con prontitud. Conocerlo para amarlo y al amarlo para siempre.

•  Saber tener los mejores amigos . No amigotes, no cómplices. Son amigos que acompañen y animen al progreso y el cambio. Es una amistad verdadera y no por impulso de interés o filtreo de tocar y partir. San Luis conoció a Jesucristo como su mejor amigo y en él se quedó para siempre.

San Luis supo echar en su nombre las redes y la pesca fue grande. Primero se pescó así mismo. Tomando conciencia de su llamada y entrega. Luego, ofreció lo mejor que tenía su juventud y al entregarla definía su apostolado y generosidad.

 

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21/junio

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Sagrado Corazón de Jesús en ti confío

 

Aquel Director Espiritual, tan lleno de vida y alegre en el Señor siempre me lo repetía “con Dios realizaremos proezas” y a eso se agregaría lo de mi madre “Con Dios todo, sin Dios nada” Más que frases hoy son caminos andados, vueltos a recorrer y continuados.

Celebrar la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús es hacer venir aquellos recuerdos del Seminario San Tomás de Aquino en los valles adornados de flores y pinos que se alimentaban del naciente de la Mantellina donde a cada monte alto se veía otro de mayor tamaño. De ahí que esta solemnidad me es muy familiar y grata, pero más que revivirla, se hace necesario compartir a un Dios que en su amor mayor se entrega por la salvación.

Entonces, el Corazón de Jesús, nos hace una propuesta: la clave de ese amor está en el servicio desinteresado. Eso sí sin emoción fanática y mucho menos sin sentimentalismo que raya en lo ridículo y excluyente. Es un servicio guiado por el Espíritu Santo (Que llegó este 27 de mayo, Pentecostés) Colocó la fecha para que empecemos poniendo pies en la acción.

Hablamos de una decisión real, objetiva, concreta… De vida y realización. No es comedia o ganas de escribir por escribir. Nada de eso. La cuestión es ser sal – luz dentro y fuera. Pues, muchas veces, queremos servir, pero somos unos tremendos ausentes en nuestro propio ambiente familiar, es decir, todo luz, sal en la calle y oscuridad e insipidez en la casa. Nos vamos entendiendo.

El Sagrado Corazón no es simple devoción de unas señoras entradas en edad y que no tiene otra cosa qué hacer. Por eso, es el momento de asumir responsabilidad en torno a la luz y la sal que nos debe mover a la acción. En la Biblia encontramos cuál es la misión de la sal: “Ustedes son la sal de la tierra. Más si la sal se desvirtúa, ¿con qué se salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres” (Mateo 5,13) y de la luz nos dice: “Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos” (Mateo 5,14-16)

Interesante verdad, bueno hasta este punto. No olvidemos que con Dios realizaremos proezas y con el amor de Dios triunfaremos. Además, en él un servicio desinteresado y afectivo. Pero aterricemos. Nada de por las ramas, mucho menos de fanatizar la fe o hacerla una religión de respuestas inmediatas.

Aclaremos, lo de Dios es de Dios. En nada somos dueños de Dios. Por lo tanto, lo de sal y luz viene del regalo misericordioso de Dios. En nada y para nada de nuestra fuerza o potencialidad. Dios deposita en nosotros ese regalo. Como regalo lo recibimos, lo admiramos, lo cuidamos y lo alimentamos. No se puede de guardar o dejarlo para otro día. Hay que destaparlo y apreciarlo.

Ese regalo de Dios es para transformar. Esto quiere decir que al recibirlo se pone en servicio para que no nos pase como con la sal y la luz mal utilizadas. La sal para tapar huecos y la luz para ser escondida debajo de la cama. No señor, pues permitirlo es hacer de esta hermosa solemnidad el ridículo que ya hablamos. Eso sí, sin olvidar que la sal preserva de la corrupción y la luz disipa las tinieblas.

Está aquí, delante de nuestros ojos, la mejor definición del Sagrado Corazón de Jesús. Vida de amor en cada uno. Un amor que es señal de que el Espíritu Santo está entre nosotros. Y está para quitar todo lo que mancha, daña, aleja y destruye. Entonces, el amor de Dios nos quiere puros como puro es el amor que nos entrega y que San Francisco gritaba por las calles “El amor no es amado” y de forma especial, el amor derramado desde la cruz.

Es ese Dios que no ha venido a suprimir nada, sino a cumplir la ley (Mateo 5,17) Para que el amor se haga sacrificios reales como en el Corazón de Jesús que se queda para que observemos y sintamos el amor verdadero. Nada de amores a medias, sino de ese amor que nos habla Santa Teresita del Niño Jesús: “Corazones partidos yo no los quiero. Cuando doy el mío, lo doy entero”

Perdonen, pero me despido. Voy a celebrar la misa en acción de gracias al amor que debí amar siempre y nunca dejar por nada. Corazón de Jesús en ti confío.

 mrivassnchez@gmail.cm

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14/junio

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Jesucristo pan para la evangelización.

 

II CONGRESO EUCARÍSTICO MISIONERO VOCACIONAL

 

Se llevará a cabo del 7 al 10 de junio en la Arquidiócesis de Cumaná para que comprendamos la llamada misionera a todos para anunciar el Reino donde Jesucristo es nuestro alimento en esa evangelización en familia y comunidad, además, para nunca olvidar que en esa obra se hace necesaria la presencia de operarios, sacerdotes guías para la misión.

En este Congreso se busca crear conciencia que la llamada de Dios a la misión no se reduce a una simple colaboración económica o a una oración, sino que es una llamada a ser luz y lámparas que aprendamos a llenarnos de ese amor para anunciar a Jesucristo pan para la vida.

Dentro de ese Congreso se quiere llamar la atención sobre las vocaciones sacerdotales y religiosas, y a la vez reafirmar el serio compromiso que tenemos en esta tarea tan fundamental para el futuro de nuestras Iglesias particulares. Sin dejar a un lado la Eucaristía fuente, el culmen y el centro de la vida de la Iglesia, y en torno a ella nacen, viven, se alimentan las vocaciones.

No podemos olvidar que…

•  Se fundan los Seminarios en Caracas en 1680 y en Mérida 1785. Lugares para formar los futuros sacerdotes. Sin dejar de nombrar a los obispos Silvestre Guevara y Lira y Juan Hilario Bossuet quienes dieron todo lo que podían para hacerlos crecer.

•  Monseñor Juan Bautista Castro consigue la derogación del decreto de supresión de seminarios. Y así se reabren los seminarios y aparezca el 1925 el seminario de San Cristóbal y puedan llegar comunidades religiosas para su regencia, como los Padres Eudistas para atender a Mérida y San Cristóbal. Luego Barquisimeto, Valencia, Ciudad Bolívar, Calabozo y Cumaná con los Padres Paúles.

•  Todo esto trae un tiempo dorado en los seminarios, siglo XX para que el tema vocacional fuera de mucha importancia. Para que con el Concilio Vaticano II se lograra que la mayoría del clero diocesano llegó a ser nativo. Sin olvidar la primera visita de Juan Pablo II

•  Crece la población y esto requiere de muchos más pastores. Aunque haya aumentado el número de ordenaciones sacerdotales hay alarma. Disminuyen las vocaciones religiosas, los valores espirituales pasan a un segundo plano y los jóvenes son invitados a seguir patrones contrarios: egoísmo, derroche, pansensualismo y un materialismo que no hace bien al fermento vocacional. A esto se une la poca conciencia de la gente de la llamada de Dios a una vocación de servicio sacerdotal y religiosa.

Dios, hoy por hoy, sigue llamando y se vale de muchos medios y lo observamos al llamar a San Pablo en medio de esa cruenta persecución. Por tanto Dios llama y necesita una respuesta personal. Una respuesta a querer cumplir con la misión de Cristo. Dentro de una libertad y alegría.

No habrá llamada si no es desde una comunidad, sin olvidar que es un regalo de Dios. Pero sin una comunidad que sea viva y llena de luz nunca habrá una respuesta a favor de ese servicio por el reino. En esa comunidad debe haber mucha oración y testimonio de vida.

Para este Congreso estaremos invitando a Dios para que nos dé clara conciencia de una Pastoral Vocacional adecuada a los signos de los tiempos. Tarea de todos.

Para ello: abrir nuestro antiguo seminario San José. Desde ahí canalizar actividades juveniles, talleres, juegos, encuentros y convertirlo en centro de animación para escuelas y liceos.

Todos unidos al Obispo para animarlo y al entusiasmarlo venga la florida carga que despuntará en cosecha de vocaciones. Busque los mejores para una alegre pastoral juvenil mancorna, llave con la vocacional y dentro de la catequesis parroquial descubrir desde los monaguillos llamadas tímidas para convertirlas en sacerdotes valientes para el mañana.

Salir a las escuelas, encontrarnos con liceístas, pasearnos por las universidades para hacer sentir la llamada de Dios desde todo y para todos. Llamar a laicos para que desde sus compromisos como animadores de comunidades despierten deseos de servicios sacerdotal y religioso.

Invitar a las religiosas y religiosos a caminar las calles para que con sus hábitos de fresca tela los sepan sacudir para que en testimonio franciscano descubran una nueva ola de predicación.

A las Comunidades, zonas pastorales, sectores a realizar el rezo del santo rosario y a la exposición del Santísimo para orar fuertemente por las vocaciones. Oraciones llenas de sacrificio y de testimonio de oración para que los más pequeños aprendan a encontrarse con Dios y así le puedan dar respuesta.

Y si después del Congreso hacemos esto lo realizado tendrá éxito. Lo contrario sería caricatura de hacer y hacer un ambiente de cumplimiento. Cumplo pero miento. Dios en nuestra Señora de Altagracia nos anime siempre.

mrivassnchez@gmail.cm

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31/mayo

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Al encuentro con Nuestra Señora de Altagracia

Nuestra Iglesia cumanesa se encamina a sus 90 años de presencia y realidad pastoral. En ese marco celebraremos el II Congreso Eucarístico Misionero Vocacional del 7 al 10 de junio y las Fiestas de Nuestra Señora de Altagracia, 31 de mayo, patrona de la Arquidiócesis. Más adelante hablaré del Congreso. Ahora me detiene una cordial invitación del Padre Oswaldo Orellana, Rector del Santuario a participar en sus fiestas patronales.

Hablemos de la Virgen de Altagracia de los Gauaiqueríes. La Altagracia de los tiempos de la calle Larga y de las dos poblaciones que las unía un puente de madera donde se veía pasar el río Manzanares. La población de San Francisco y la de Altagracia. Ciertamente dos poblados con una única tradición ir después de las misas de aguinaldo a la orilla del mar en el Salado. Desde allí los primeros amores, con aquellas posturas de gallina llenas de perfume del más barato y de olor muy penetrante (Pacholí)

Todo esto tiene la marca de la tradición y de una fuerte devoción en una imagen que procede de la república Dominicana, quien se hizo parte de esta tierra y representa en su nombre la grandeza de recibir de ella la mayor gracia que es tener a Jesucristo como nuestro Señor. Ella, como Madre, continúa su misión de mediadora unida inseparablemente a su Hijo.

Cuando llegué a Cumaná, febrero de 1982, la parroquia era regentada por Mons. Fabián Ramos y allí éramos socorridos muchos seminaristas. Tiempos del Padre Rafael Gil y del Padre Jesús Lezama, en paz descanse. Luego la nueva sede parroquial con Ireneo Valbuena y decretada Patrona de la Arquidiócesis por Monseñor Alfredo Rodríguez Figueroa, primer Arzobispo Metropolitano de Cumaná, el 26 de diciembre del 2000 en el marco de Año Jubilar. Luego vendrían los Padres Aníbal Aquino, Henry Duque, Carlos Mendoza y ahora Oswaldo Orellana, quien actualmente lleva adelante el Santuario.

Más que un recuerdo es un agradecer a Dios por estar en esta Iglesia misionera y de 90 años de entrega y esfuerzo. 90 años que nos hacen elevar plegarias por Monseñor Sixto Sosa, su primer obispo, Crisanto Mata Cova, Mariano José Parra León, Alfredo José Rodríguez Figueroa y Diego Rafael actual Arzobispo Metropolitano.

Llegar, entonces, a las puertas del templo parroquial es aprender a ver a la Virgen María en el nombre de Altagracia. A la Señora grande e imponente que nos tiende su abrazo para protegernos de todo peligro.

Es poder sentir su maternidad tan amorosa y entregada en ese aferrarse a su hijo como ofrenda indescriptible de aquella cruz donde su amor recibimos.

Es poder vivir, en este tiempo regalo de Dios, la acaricia necesaria frente a una sociedad dividida y enfrentada, sumida en la violencia y deseosa de paz y concordia. En Ella la fuerza de la paz de su hijo que nos invita a la armonía y el perdón.

Es saber, para nunca olvidar, que desde aquellos Gauaiqueríes, Ella está para bendecirnos y unirnos, para abrazarnos y acompañarnos, para hacernos sentir que en comunidad somos más felices y todo es posible.

Padre Oswaldo, gracias por tan bella invitación. Gracias por permitirnos recibir de Ella, la Altagracia de la Arquidiócesis, su bendición. Gracias por darnos la oportunidad de poderle decir: somos el Municipio Mejía que llenos de amor y esperanza, no es escondemos el gentilicio, sino que lo compartimos. Entre niños trajeados a lo San Antonio de Padua, con galerones y barcas; con tradición de borriquita ofrecemos el dulce y el encurtido tradición que nunca falta.

San Antonio de Padua, que también lleva en sus brazos al Niño Jesús que nos une, ruega para este Municipio la bendición de Nuestra Señora de Altagracia, para que siempre estemos unidos y nunca el amor de Dios nos falte.

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24/mayo

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Por una Pascua del amor que vence el mal

Es en la Pascua donde el sentido de la vida y la obra de Jesucristo alcanzan su plenitud, pues en Dios la cruz en el amor valió la pena en camino a la redención. Su vida, sufrimiento, pasión, muerte y resurrección se encaminaban a que cada uno de nosotros viva plenamente. Sin olvidar que el Señor es camino, verdad y vida.

Dios se hace hombre para que el hombre encuentre el sentido y la posibilidad de vivir una vida nueva. No una simple vida, sino esa vida que lleva el acento en un sacrificio amoroso de Dios. Por eso cada uno la recibe, al cuidarla y la transmite. Todos responsables y todos premiados con ella por Dios.

Es que nadie puede vivir sin esperanza. En ella está cifrado el deseo por un mejor mañana y la alegría de saber que Dios le acompaña. Por eso vivimos la fe en este mundo en tal libertad que actuamos en la comunidad movidos por el Espíritu de Dios al cual podemos llamar Padre y, como hijos estamos implicados en una seria responsabilidad frente al mal.

Frente al mal tenemos que actuar. Jamás cruzarnos de brazos o simplemente cerrar los ojos para permitirlo. Por ello en esta Pascua estamos llamados a tomar postura. Aunque la fe sea algo personal ella está llamada, sin embargo, a transformar la vida del hombre y por ahí la vida de todos.

Pues son muchos los que se encierran en la religión para acallar, silenciar e incluso ocultar la responsabilidad frente al mal. Lo religioso no aisla, todo lo contrario, despierta fuerzas y un gran poder para involucrarnos y producir responsabilidad. De no ser así, entonces para qué murió Cristo en la cruz. En Jesucristo una nueva vida y una nueva forma de ver las cosas.

Eso de que a mí no me importa lo del otro. Eso, de que aquello no me conviene. Pues todo es importante y todo nos tiene que afectar. Pues Dios envía a su hijo para rescatarnos y darnos esa alegría de participar en la vida con sus pros y contras. Pero jamás muere y resucita para que seamos mediocres, silenciosos, cómplices…

Renovados siempre por la fuerza redentora de Cristo. Desde la cruz fuimos sanados y elevados. Toda la creación es renovada desde el abrazo pascual del Señor. Nadie queda fuera, todos dentro de esa dinámica salvadora. Sin olvidar nuestras deficiencias y errores. Al mejor estilo dicho por San Pablo: “gimiendo con dolores de parto (Romanos 8, 19-23) Pero siempre abrigando la esperanza de dar a luz un nuevo cielo y una tierra nueva (Apocalipsis 21,1)

Entonces, no será el mal quien venza, sino el bien y ese bien están en nuestras manos, con la gracia de Dios, en la fuerza de cada uno. Nunca podemos quedarnos con la aceptación de la violencia, la muerte, la inseguridad. Hacerlo es negar la Resurrección de Cristo y por tanto, la fe sería vana, absurda, tonta y todo el sacrificio perdido y derramado. No podemos estancarnos con simples lamentos que encierran y encasillan para no actuar.

Pascua es…

Salir a vivir a plenitud la vida. Siempre habrá un mañana.

Aprender a ser profetas para anunciar a Dios en su amor. Siempre se perdona.

Sanar los dolores del día. Siempre con Dios se puede todo.

Todos responsables. Todos llamados a actuar. No a la marginalidad, a la exclusión, a los atentados contra la vida naciente, la drogadicción y esa falta de valores morales que le quitan sentido a la vida de todos.

Al asumir la Pascua como vida y en abundancia todos son importantes y la responsabilidad es a diario. Sin miedo a participar en lo político, en lo social, en lo económico. A saber reclamar lo que es justo y necesario.

Todos en defensa de la vida y de lo nuevo. De eso que nos habla del amor que triunfa sobre el odio, de la solidaridad que destroza el individualismo, de esa verdad que vence la mentira y de la necesidad de valores que embellecer a todos por igual.

Señor Jesús, triunfador de la cruz,

enséñanos a vencer el mal con el bien. Amén.

mrivassnchez@gmail.cm

@padrerivas
17/mayo

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Madre no llores más.

La Virgen María había presenciado los acontecimientos del camino de la cruz e incluso hasta la muerte de su hijo en el monte la calavera. Pero miremos a la Virgen en aquel pasaje de Lucas 2,16-21 Las maravillas de Dios desde el pesebre recostado y María guardaba todo en su corazón.

Se hace necesario que para el día de las Madres invoquemos a la Virgen María para que en ella contemplemos su ejemplo y virtudes para que siendo cada día más pobres podamos encontrarnos con Dios.

Pues una madre es la palabra más bella que podemos pronunciar. Pues en ella hay un corazón materno que abraza, acaricia, perdona y sostiene. Pero somos muchos los que las cambiamos por cosas, objetos materiales a los cuales le rendimos un culto y pleitesía.

En casa las maltratamos pues no les comprendemos. Siempre desobedientes, retrecheros, llenos de malas respuestas e incluso dejamos solas como trastos viejos. Todo porque olvidamos su ternura, su desinterés y entrega. En cada uno debe haber hoy y siempre un regreso a casa. Una vuelta a las tradiciones familiares: bendición mamá; puedo; me das permiso; gracias por la tan buena comida…

En la vida cotidiana ellas son utilizadas para nuestra conveniencia. Muy pocas veces tomadas en cuenta donde su experiencia se deba imponer. Olvidando que en las manos de ellas está la salvación del mundo. Un mundo que permite que se desvanezca la claridad de ese corazón de Madre que nos invita al perdón, la unión, la confianza y muy especial, al encuentro fraternal entre hermanos. En ella siempre un perdón, causa amoroso de su presencia. Bien lo decía Ross “la mano que mece la cuna, es la mano que gobierna al mundo”

Si todas las madres sonrieran el mundo fuera menos violento. La vida brillaría más y estarían más cercanos que lejanos. Hoy en día hay una fuerza extraña que nos persigue y alimenta. Fuerza que encadena y somete con tal brutalidad que vivimos a sus expensas. Como una gran bodega que alimenta, mantiene y sostiene. Esa fuerza se llama egoísmo. Que nada tiene que ver con maternidad, entrega, generosidad de una madre que se hace nombre de Dios para abrazarnos como niños necesitados de su amor.

Es ese egoísmo que hace llorar a las madres. Lágrimas que hacen llorar al propio Dios. Y lágrimas que hacen destruir a hogares, matrimonios y sociedades. Es el momento no se secarlas, mucho menos de esconderlas, sino de evitarlas para siempre. Pues en cada lágrima está el sufrimiento de quien no se acuesta tranquila mientras los hijos derrochan en las calles; la que no puede estar en paz frente a los vicios asumidos y vividos como moda y expresión de juventud.

No tenemos que hacer nada para merecer el amor de una madre, pues esa es su esencia y sin amor no puede vivir. Pero si podemos hacer crecer las respuestas a ese amor evitando tristezas y amarguras. No se justifica que por vivir en el egoísmo ellas tengan que sufrir. Por vivir en la división ellas tengan que padecer el enfrentamiento entre hermanos. Que por cuatro lochas ella tenga que ver a hermanos en el reto de tribunales y demandas.

En María, la Virgen, la madre para todos y en cada madre un ser para cuidar y amar. No es posible que oremos a Dios y maltratemos a la que entregó su amor de vida. Pues en cada madre hay belleza, consuelo y esperanza. No es posible que pidamos por la paz del mundo y ella viva el infierno que desespera delante de peleas y ofensas continuas.

Se ha quedado my distante aquello de Emerson “los hombres son como sus madres lo hacen” Distante porque de aquella crianza no queda nada y exponemos lo peor para hacerlas sufrir. Olvidando que el provenir propio es obra de la madre. Sin ella no habrá futuro, sin ella no habrá esperanza, sin ella no habrá Dios. Por eso, en este día, no basta con tapar las lágrimas con el dedo del dinero, sino que hay que cambiar y ese cambio nos invita a responder la pregunta: ¿Qué será de un hogar sin madre?

Con todo esto, dispongámonos a celebrar el día de la madre sin olvidar que cada uno lleva en sí la imagen de la mujer que sale de la propia madre. Si hay divorcios, maltratos, abortos, desorden… es porque se ha borrado la imagen de madre que llevamos esculpida en nuestros corazones.

María, la Madre de Dios, nos enseña que para llegar a Cristo hace falta también la oración. Ella “guardaba todas la cosas y las meditaba en su corazón” Que sea Dios quien nos conduzca por los caminos de la verdad y el amor.

 

Dios te salve María,
llena eres de gracia
El Señor es contigo,
bendita tu eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte,
Amén.

 

 

mrivassnchez@gmail.cm

@padrerivas

10/mayo

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Defendamos juntos la vida,

trabajemos por la paz.

Nacidos para la paz

 

Más que hablar del grave problema de la violencia, quisiera dirigirme a las soluciones, que en definitiva todos esperamos por el grado de violencia que se vive en estos momentos en Venezuela.

Nosotros construimos la violencia en las relaciones de convivencia y de forma muy especial en la familia, la escuela, en el barrio… Para ello debemos conocer lo que es la violencia antes que sentirla. En la violencia todos perdemos, pues dentro de ella sufrimos confrontación física o psicológica.

Ante el crecimiento de conflictos y la aplicación de la agresividad para desembocar en violencia necesitamos una sana convivencia, que viene a ser la necesidad que tenemos de vivir juntos. De ahí que seamos animales grupales y seremos más felices cuando en armonía vivimos en estrecha unión.

Desarrollar valores que van a orientar nuestro comportamiento para ser cada día más personas. Valores que nos conducen a mejor convivencia dentro del respeto y la responsabilidad.

Entonces, frente a una Venezuela muy violenta. Con 57 víctimas por cada 100 habitantes. Pasando de 1.500 homicidios en 1999 a más de 15 mil en 2011. Para que en los últimos diez años hayan fallecido 124.500 personas (INCOSET 2011). Lo más grave es que nos estamos acostumbrando a vivir así. Sin dejar a un lado que caemos en una poca valoración de la vida. Viendo con dolor que por un par de zapatos un celular se mata y se hace con rabia y alevosía.

Esto se fue fraguando gracias a un silencio por parte del estado y muy unido a la carencias de servicios públicos, pobreza, la inseguridad… Sin olvidar la impunidad que cabalga de la mano de querer tener dejando a un lado el ser.

Todo esto ha construido una cultura de la muerte. Tan dolorosa y asfixiante que sofoca a todos por igual. Nadie se escapa. Por eso echamos mano de la familia, comunidad por excelencia y de relaciones elementales en función de los demás. Sin olvidar que en familia el niño aprende la noción de ser humano para una educación esencial y llegar a ser persona con caridad de encuentro.

También hurgamos en la escuela para constatar que después del hogar influye y marca para siempre. Desde ella reforzamos valores y fortalecemos actitudes y aptitudes para adquirir conducta en medio de la sana convivencia.

Para que esto se dé se necesita la labor del Estado. Hay que proteger al ciudadano. Dando seguridad, respeto por la vida y castigo ejemplar para quienes atenten contra la tranquilidad y las buenas costumbres.

No podemos caer en la politiquería para pedir la seguridad. Más bien abrir un diálogo para buscar soluciones. Nada de buscar culpables, pues en este momento son más los que han sufrido la inseguridad, que los que a estamos evitando.

Todos perdemos y sufrimos en violencia.

En la violencia todos somos sus heridos.

La violencia no discrimina a nadie. Todos la padecemos.

Defendamos juntos la vida,

trabajemos por la paz.

 

mrivassnchez@gmail.cm

@padrerivas
03/mayo

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Porque te amo te corrijo.

 

Hay un Pastor que nos habla muy claro: Cristo Jesús

 

Jesucristo es el Pastor que nos ama de verdad. Nos conoce. Nos llama por nuestros nombres y nosotros le seguimos ( Juan 10,11-18) Qué bueno es poder escuchar a San Pedro que en su carta nos dice: Ningún otro puede salvar (4,8-12) Si, aquel que crucificaron y que resucitó de entre los muertos. Aquella piedra desechada y que ahora es la angular. (Salmo 117)

Es justo y necesario que le demos gracias a Dios y que nos dispongamos a continuar su obra. Porque de qué sirve decir todo esto y guardarlo como trofeo de competencia. No, ahora es el tiempo de vivir, ver y anunciar a Dios tal como es (Juan 3,1-2) Pues todos somos hijos de Dios y como hijos teneos responsabilidad.

Por eso en esta sociedad de mucho ruido se hace necesario el anuncio de la Buena Noticia. La verborrea domina el ambiente donde todos hablan y nadie hace. Ese cruce de opiniones debe estar dominado por la búsqueda de la verdad (Benedicto XVI) para que Comunicar sea ese saber escuchar.

Si Dios es el pastor hay que vivirlo y anunciarlo por ello necesitamos silencio atento , en la Palabra de Dios para discernirla en su presencia y saber responder a lo que dice, a su mensaje y a su aplicación. Mucho ruido a tal punto que no nos escuchamos ni dejamos a Dios que nos hable. Hace falta combinar silencio y palabra no tanto para escucharnos, sino para que Dios nos hable.

En la comunicación cotidiana se ausenta la reflexión. Todo lo gritamos. Todo lo acompañamos con música estridente. Y como que ya hablamos a lo gritado. Y lo más peligroso ya no se busca la verdad, más bien la apariencia, el participar, el decir para hundirnos en meras palabras.

Necesitamos de un silencio para digerir “El Señor es mi Pastor y nada me falta” Un silencio que debe acompañar a la reposa lectura de la Palabra de Dios para que en su presencia lo podamos encontrar. Para que la verdadera comunicación con Dios resulte del silencio y no del atropello de palabras y letras. Es un silencio que debe llevar a comprender, en la fe, a aquel Jesús crucificado, descolgado, sepultado y ahora vivo-resucitado. Sin ese silencio es imposible llegarlo a reconocer.

Necesitamos un silencio fecundo que sembrado entre lágrimas recoge entre cantares. De un silencio de aquel domingo de Pascua donde las mujeres desesperadas lloraban, pero que luego comprendieron la infinita gracia de Dios en su amor resucitado y resucitador.

Para sentir que Jesucristo es Pastor y conduce nuestras vidas hay que hacer silencio. Silencio maduro que hace presente paz para esperar; tranquilidad para aguardar; atención para captar y por encima de todo, silencio que nos lleva a la oración, que es el fin del silencio en llevarnos a la verdadera comunicación con Dios.

Jesucristo es pastor porque yo soy hijo.

El hijo conoce a su Padre y le hace caso.

Hacer caso es más que obediencia. Es seguir su camino para no equivocarse. Por eso silencio es más que callar. Es darse cuenta que estamos en las manos de Dios, en su misericordia y ternura. Nadie conoce o reconoce al Pastor cruzando de brazos o el estar simplemente en silencio. No, nada de eso. Más bien es dejar que el ruido de Dios, su Espíritu aletee y nos haga entender su fuerza y sabiduría.

Dejar que Dios me interpele es fruto del silencio. Actuar es permitir al Espíritu Santo que nos guíe. Dejemos, entonces, que el silencio, no tanto exterior, sino interno nos revele a ese Pastor que nos quiere conducir sin importarle si tiene que dar la vida por cada uno.

Esa Buena Noticia se enmarca en un solo rebaño y un solo pastor y este es el gran contenido de la Noticia que es fruto del silencio amoroso en la Palabra del Padre Dios.

 

mrivassnchez@gmail.cm

@padrerivas
26/abril

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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19 de abril: tiempo de reflexión y decisión.

Dejando a un lado lo anecdótico de aquel día cuando Francisco Salias tomó por el brazo a Emparan y lo condujo hasta el Ayuntamiento y la forma espontánea del canónico chileno José Cortés de Madariaga de invitar al pueblo a decir que no. Debemos de forma muy seria remarcar la participación de las provincias y como desde aquí se fue consolidando la independencia de Venezuela.

Observemos lo que escriben el Padre José Félix Blanco, José de Austria y Francisco Javier Yanes. Los tres coinciden en hechos netamente históricos que sucedieron. Lo mismo Rafael María Baralt y Caracciolo Parra Pérez. Pero lo importante es que se dio y hoy nos corresponde recordarlo con gratitud e historicidad.

Caracas fue la sede de este movimiento, pero no la única. Pues no podemos dejar de nombrar a Maracaibo que era la capital del gobierno de la provincia que componía los distritos...de los Cabildos de las ciudades de Mérida, la Grita, Trujillo y Maracaibo. Por eso es que el 19 tiene antecedentes de esfuerzos aislados pero que se movían hacia un único fin “la libertad” Entonces, este parto es de muchos y a pedazos. Sin olvidar que las provincias de Maracaibo y Guayana, y la ciudad de Coro (que decidió separarse de la provincia de Venezuela), se mantuvieron leales a la monarquía española, y sus decisiones afectaron significativamente los planes trazados desde Caracas, de ahí que la Junta Suprema de Caracas envía comisiones para explicar lo que había sucedido. Claro sin olvidar que todos los hombres de acción y pensamiento firme habían sido formados en Caracas.

“Seguid el ejemplo que Caracas dio” resuena entre nosotros en nuestro Himno Nacional. Caracas fue modelo del primer arrojo patriótico... A la sazón, el “pues yo tampoco quiero mando” no era un capricho tonto, sino una necesidad, luego, permítanme decirlo con grito alto y quizás altanero: estaban cansados de esa dominación colonial y aprovechando la desgracia de España resuelven crear su gobierno propio. Esto es, en línea directa, en búsqueda de la Independencia.

Hoy con beneplácito, peor con honda preocupación, celebramos este acontecimiento. Con preocupación pues se habla mucho de revolución, que ayer si se dio, pero que hoy se mocha, se trunca cuando el pensar diferente es castigado con la persecución y la rabia. Ayer una revolución total: pardos, el pueblo y el clero, es decir, todos. Esto sí es sentir revolucionario. De inmediato en las Provincias se levantaron sus propias Juntas. Esto no fue de un día para otro. Por eso no podemos quedarnos en lo anecdótico de ese día, sino en lo que representó para cada uno de nosotros. Hoy a 191 años de ese cambio definitivo y a la vez, un nuevo comienzo para América en el anhelo por un mejor vivir. Todas las escaramuzas, levantamientos y rebeliones por pequeñas fueron madurando las ideas que ese 19 de abril se dieron a conocer.

Observemos que la revolución de aquel 19 de abril comenzó con un cambio de gobierno. Lo que ahora necesitamos y deseamos muchos “mayoría” Para ello, en el ayer, se requería la unidad, en referencia a Coro y Maracaibo. Para ese entonces el resto se unió. Había mucha confusión pues se decía libertad pero se debía tener en cuenta a Fernando VII y los potentados deseaban mantenerse y quedarse con la mejor parte.

Aquel día, de precepto religioso, jueves santo en la Iglesia Catedral de Caracas se encendió una vela que más tarde sería la antorcha de nuestra libertad. Luces y sombras, espinas y rosas, pero en definitiva un camino que hoy debemos andar todos, sin excepción. Por eso, hoy y siempre, y más en este momento la Patria nos llama a unirnos, sin diferencias, sin toldas políticas, a encaminar los entuertos que mentirosos y aprovechadores gozan en una revolución que saquea y destruye.

Es un día para decir que la Patria es lo primero y que los hijos de nuestros hijos no tienen porque recoger los errores que no supimos enmendar a tiempo. Ha llegado la hora. El clarín de la Patria nos llama. Es ahora o nunca. Dios sabrá recompensarnos. Mañana será muy tarde.

 

Ojalá, quiera Dios, que los equivocados acepten la verdad.
Para que sepan decir: “Pues yo tampoco quiero mando”
Pues la patria quiere bondad y perdón antes que guerra.

 

mrivassnchez@gmail.cm

@padrerivas


19/abril

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Dios nuestro, que por medio de tu Hijo venciste a la muerte y nos has abierto las puertas de la vida eterna; concede a quienes celebramos hoy la Pascua de Resurrección, resucitar también a una nueva vida, renovados por la gracia del Espíritu Santo. Por nuestro Señor Jesucristo…Amén.

 

Pascua: alegría para seguir viviendo

Vivimos porque Dios nos regala la vida y en su resurrección sentimos la mayor alegría. Eso es lo que llamamos cristiano y desde la vida en Cristo nos alzamos a la nuestra con alegría y esperanza. En los Hechos de los Apóstoles 10,34 leemos: “Hemos comido y bebido con Cristo resucitado ” Esa alegría se hace grande y se devela en la Pascua donde toda prueba se transforma en gracia, toda tristeza en alegría, toda muerte en resurrección.

Alegría bien expresada en el Salmo 117 “Es el día del triunfo del Señor, aleluya. Triunfo que lo celebramos con acción de gracias pues la misericordia del Señor es eterna; su diestra es poderosa no moriremos para contar las hazañas del Señor y este es el triunfo del Señor, aleluya. Es una alegría que no se puede evitar ya que no hay fracaso pues nada ni nadie nos quitará esta alegría.

Claro, que hay una tentación a sucumbir e incluso pensar que esta alegría nos quita la libertad. Nada de eso, pues hay tristeza cuando la seguimos consintiéndola. Creer en Dios es saber con certeza que su amor nos hace felices. Para ello confianza en Dios y como estemos unidos a él así será nuestra alegría. Él sabía de sobra que existe otra alegría, una alegría censurable de la cual está escrito: El mundo se alegrará. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís, porque lloraréis! (Lc 6, 25; Jn 16, 20)

Esa alegría nos hace buscar, siempre, los bienes de arriba (Colosenses 3,1-4) donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Bien dicho en la Secuencia de la Misa de Pascua “Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza, a gloria de la Víctima propicia de la Pascua…” Pues Jesucristo debía resucitar de entre los muertos (Juan 20,1-9)

La tentación a vivir tristes es propia de personas que no conocen a Dios o no viven como Dos manda. Muchas veces no es cuestión del concepto de la resurrección, sino de no querer resucitar. Por eso en muchos abunda el egoísmo, al rabia, el odio, la venganza… Entonces, la fe en la resurrección no puede brotar más que de un amor verdadero. En nuestra parroquia de San Antonio de Padua, ya en el segundo año del Proyecto de Pastoral, empezamos con el lema “Ámalo y Aplícalo” Ya lo conocemos, por eso lo amamos y ahora lo aplicamos en nuestro vivir diario.

Para ser alegres hay que morir al pecado. Que no es otra cosa que las tristezas y resentimientos. Por tanto no habrá Pascua si nos negamos a morir al pecado. En nosotros hay muchos temores, interesases y demasiados egoísmos. Para ello necesitamos con urgencia arrepentimiento, para una buena confesión para poder quitar caprichos y así resucitar a la voluntad de Cristo: camino, verdad y vida.

Además, nunca habrá Pascua sin un Dios que nos alimenta en la Eucaristía. No cualquier alimento, sino el mejor alimento. Seguramente no lo merecemos pero lo necesitamos. Eucaristía muy unidad a la caridad para con los demás en entrega y perdón.

Por eso la Pascua nos trae la mayor alegría. Una alegría que al llegar y hacer habita se quedará para siempre en ese constante cambio de vida para dejar el hombre viejo y asumiendo el nuevo.

La alegría del cristiano tiene su fundamento en Dios

mrivassnchez@gmail.cm

@padrerivas

12/abril

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Decir adiós resulta, como, fácil.

Pero ser el primero en despedirse, como, que es complicado.

 

Hay que morir para ver a Dios

 

La muerte siempre ha sido para la humanidad una tragedia, pero más tragedia cuando se vive distanciado de Dios, de la familia y de todo lo que es bello y hermoso. Eso es lo que llamamos pecado. Lugar para ofender a Dios, a los otros y a uno mismo.

Ese morir para ver a Dios era la inquietud de Santa Teresa de Jesús y le daba tantas vueltas que afirmaba que la loca de la casa era la imaginación. Pero hoy, no es ni loca, ni mucho menos imaginación, es una realidad que se fundamenta en el número 1005 del Catecismo de la Iglesia Católica: “Para resucitar con Cristo, es necesario morir con Cristo, es necesario "dejar este cuerpo para ir a morar cerca del Señor" (2 Corintios 5,8). En esta "partida" (Filipenses 1,23) que es la muerte, el alma se separa del cuerpo. Se reunirá con su cuerpo el día de la resurrección de los muertos”

Por eso, más que la muerte, Dios quiere que se convierta y viva. Este es el tema que abraza el espíritu de la Cuaresma. Pues el Señor es mi Pastor nada me falta. El conduce y en agua vivas calma la sed. En Jeremías 31,31-34 nos ofrece su Alianza y olvidará los pecados. ( Cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados) y desde lo hondo y con sincera petición le rogamos con el Salmo 50 “ Oh Dios, crea en mí un corazón puro”

Necesitamos, entonces, morir como salario del pecado (Romanos 6,23) Pero ese morir en gracia es poder participar de la Resurrección de Cristo Jesús (Romanos 6,3-9 y Filipenses 3,10-11) Esa muerte es el final de la vida terrena de un tiempo bendecido por Dios que viene dada por el pecado (Sabiduría 2,23-24) Pero esperen, viene lo mejor, la muerte fue transformada por Cristo. El muere en cumplimiento de la voluntad de Dios y esa muerte que era maldición la convierte en bendición (Romanos 5,19-21)

Aquí estamos hablando de un gran sentido positivo. No es destrucción, final, desgracia… Nada de eso, es pues si nos convertimos podremos vivir para siempre. Hay que repetir con Pablo desde Filipenses 1,21 "Para mí, la vida es Cristo y morir una ganancia" Desde el Bautismo en el Señor. Hay, por tanto, que renovar nuestra fe y disponernos a vivir en el Señor para caminar a su lado y morir a su lado para resucitar con él en su amor y misericordia.

Por eso, en Juan 12,20-33 ese grano de trigo tiene que caer en la tierra y al podrirse dará fruto. Vuelve otra vez la hermosa y santa de la poesía Santa Teresa del Niño Jesús para decirnos: “Yo no muero, entro en la vida” y en el Misal Romano con el prefacio de difuntos leemos: “La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo”

Entonces, Nuestro Padre Dios nos quiere y quiere ser nuestro amigo para siempre. Por eso es que no hay reencarnación después de la muerte. “Está establecido que los hombres mueran una sola vez" ( Hebreos 9, 27) A mayor razón, hay que morir al pecado para ver a Dios y en él continuar el camino del encuentro definitivo. En las letanías de los santos cantamos: "De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor"

Qué bueno que podamos preparar la muerte con la vida y ene se vida meter a Dios para que siga de acompañante del viaje. Lo que pasa es que muchos olvidamos a Dios y o buscamos en la desgracia, la tristeza o al final de las horas en una agonía incierta y muy dolorosa. Aquí cabe una buena conciencia para no temerle a la muerte y de ahí es mejor huirle al pecado que a la muerte. A esto San Francisco de Asís el gran pacificador repetía: “¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!”

Señor Jesús, desde la cruz nos hablas, como aquella semilla que supo morir para germinar. Danos la gracia de morir al pecado para verte y gozarte en la eternidad de aquellas, en lámparas encendidas, las Prudentes que aceite supieron llevar.

mrivassnchez@gmail.cm

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22/marz

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Entró humilde montado en un borrico.

Y salió lleno del Espíritu Santo.

Entra y quédate en nuestros corazones

Este domingo celebraremos un domingo muy diferente. Tan diferente que entrará humilde y saldrá lleno del gozo del Espíritu Santo. Dios nunca abandona. Jamás deja a nadie embarcado. Siempre está ahí, aunque creamos que no está. Dios es Dios en cada momento y circunstancia.

¿Qué somos nosotros? Acaso una espiga agitada por el viento de las debilidades o una cañafístula abierta y batida por los vientos de nuestras pasiones. ¿Qué somos? Somos eso y mucho más en medio de este valle de dolores y sufrimientos. Estamos en las manos de Dios y de ella no nos podemos soltar, pues sería nuestra muerte. Hoy observamos a Jesús entrar a la ciudad del pecado y la angustia. A la ciudad de las traiciones y la soberbia. Pero entra con humildad. Una humildad que hace que cada uno baje las armas y se dispongan, por o por lo menos a escucharle.

Sus discípulos saben que el maestro los necesita y con borrico en mano le hacen montar. Todos se admiran al verle. Claro esperaban otra cosa más grandiosa y más convincente. Eso de montado en un burro. ¿Qué es eso? Nosotros, por estos lares, bendecimos los ramos en su recuerdo. Aunque muchos lo toman como superstición o algo mágico. Pero en este momento los ramos significan que Dios es el árbol y nosotros esas ramas para dar frutos, sombra y ser leña para que otros se calienten. Además, la iglesia se alegra porque Jesús, el verdadero Rey del sufrimiento, inaugura la Semana Santa y los más sencillos le reconocen.

Es por eso, que la Iglesia, como pueblo de Dios, expresa su fe y da testimonio de que el amor está por encima de toda apariencia. Es la Iglesia, todos, que recordamos la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén, siendo aclamado por todo el Pueblo. Caminemos pues con el Señor que nos enseña a vencer el sufrimiento y ganar la alegría.

Oremos: Dios todopoderoso y eterno, santifica
con tu bendición † estos ramos y, a cuantos vamos
a acompañar a Cristo con cantos, concédenos entrar
en la Jerusalén del cielo por medio de él. Que vive y reina
por los siglos de los siglos. Amén .

 

No podemos cerrar los ojos a esta gran alegría y verdad. Alegría porque podemos saber decir al abatido una palabra de aliento (Isaías 50,4) En Dios nadie queda defraudado. Jamás nos abandonaría. Nunca nos dejaría a ciegas. Verdad porque somos hijos de aquella cruz del dolor y el sacrificio. Salmo 21 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? En esta vida hay caminos de caminos. Burlas, enemigos, ladrones… Toda una clase de acciones que humillan y maltratan queriendo separarnos del amor de Dios. Por eso y para siempre Dios o levantó sobre todo (Filipenses 2,6-11) Jesucristo guardó silencio y se hizo esclavo. Se sometió a la muerte y una muerte de cruz. Todo por amor y así fue proclamado: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Dejemos, pues, que el Señor, más que entrar en una ciudad, venga a nuestros corazones y desde allí su morada sea de provecho espiritual y comunitario. Espiritual para querer siempre lo de Dios y comunitaria, para saber respirar el aire de la ayuda, del compromiso y de la bondad entre todos y para todos.

Que esta sea nuestra primera Semana Santa y que en este avanzar hacia Dios nos encontremos unidos en el amor de Dios que todo lo puede y todo lo da.

mrivassnchez@gmail.cm

@padrerivas

29marzo

 

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Cumplir años resulta fácil. Continuar en ellos

es lo que amerita mayor esfuerzo.

 

Sin Dios no hay salvación

Interesante este 4to domingo de Cuaresma, que abre las puertas para que nos encontremos, de verdad, con Cristo Jesús. Nicodemo quiere pero no entiende el mensaje de Jesús. Y aquí está la clave para empezar a acercarnos.

Jesús le dijo a Nicodemo que para entrar en el Reino de dios "hay que nacer de nuevo". Hay que aprender a ver. Somos muchos los que pensamos que somos de Dios porque nos hemos bautizado, fuimos al catecismo, comulgamos, aprendimos algunos ritos, sabemos bastantes oraciones… Y eso no basta, necesitamos colocarnos los ojos de Dios para ver el mundo y nuestra vida. Estamos aquí para aprender a ver y nacer de nuevo. Dicho en otras palabras necesitamos renovar nuestra fe.

Ciertamente que sin Dios no hay salvación. Pero esta salvación no es a los golpes, metida como la medicina en el niño que la aborrece. Nada de eso, la salvación hay que pedirla y buscarla. Y además, hay muchas maneras de ver a Jesús. Incluso todo se ve bajo el cristal con que se mire. Todo, muchas veces, depende de la situaciones en que nos encontremos. Entonces, "Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto así también es necesario que el Hijo del hombre, Jesús, sea levantado en alto" ( Juan 3,14) Hay que mirar y hacerlo bien. Pues, hoy en día se miran muchas cosas y nos quedamos en bagatelas que nos distraen o no dejan mirar la verdad. Por eso mirar a Jesús es quedarse con quien da la vida eterna.

Este tiempo, Cuaresma, reclama a un cristiano nuevo que se arrima al que siempre es nuevo: Cristo Jesús. Jesús se levanta en la cruz para traernos, regalarnos la verdadera salvación. Jesús es la puerta de la vida, sin él no hay mañana. En Jesús la prueba de que Dios nos ama y de corazón. Por tanto Jesús nos mira y nos presta sus ojos para vernos redimidos - amados y ayudar a otros a acercarse.

Es por amor. Un amor con coraje para darnos cuenta y que ese amor cada día se renueva. Por eso no necesitamos mendigarlo y mucho menos sufrir por ese amor porque el Señor nos ama profundamente. Es un amor que tiene que ser correspondido en dos salmos. Salmo 90 Sácianos de tu amor por la mañana, para que vivamos con alegría y júbilo y el Salmo 136 Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.

Por tanto, en esta Cuaresma y siempre, hay que abrirse al amor incondicional de Dios. Es Jesús quien nos ama y nos quiere curar de todas esas carencias afectivas. Necesitamos tomar posesión de la única verdad: “El amor vencerá”, porque el amor conquista todas las batallas por ser una fuente de coraje y de vida. Ya que el amor de verdad está y se deja conocer y amar.

Abrir los ojos es aprender, desde ya, a mirar a Jesús que nos trae el mejor regalo: la Salvación.

 

"Tanto amó Dios al mundo que le dio su Hijo único

para que todo el que crea tenga vida eterna"

 

mrivassnchez@gmail.cm

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15/marz

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

www.diosbendice.org

Bendita entre todas las Mujeres.

Cuando debemos hablar de la mujer, de inmediato, sin vacilaciones, hablamos de nuestra madre. La Madre regalo del amor que junto a papá nacimos para gloria de Dios. Pero hoy debemos rendirles un homenaje a todas las mujeres en su día Internacional.

Si es así déjenme nombrar a Emma Godoy escritora mexicana para quien la dignificación de las mujeres no sólo debía ser de la cintura para abajo sino integral, porque de ellas depende el avance de la humanidad.

Jane Goodall mujer con un gran amor a la naturaleza y la vida animal. Pionera en la investigación de grandes simios en estado salvaje, introdujo metodologías originales que fueron muy criticadas en su momento pero que hoy son ampliamente utilizadas)

Madre Teresa de Calcuta “Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mí para que seamos su amor y su compasión por los pobres” Ejemplo de bondad, amor, sencillez y fe verdadera)

Juana de Arco , santa de la iglesia católica; líder revolucionaria francesa.

Marie Curie fue una pionera polaca en los primeros tiempos del estudio de las radiaciones. Renunció a la riqueza para que sus descubrimientos, que ayudan a combatir el cáncer, fueran para toda la humanidad.

Florence Nightingale . Italia, 12 de mayo de 1820 - Londres, 13 de agosto de 1910, británica, es la madre de la enfermería moderna.

Helen Keller Una mujer que le enseño al mundo que "un ciego no es un genio, ni un fenómeno ni un idiota. Tiene una mente que puede ser educada, una mano que puede ser entrenada, ambiciones por las cuales esforzarse ya que pueden realizarse, y es el deber del público ayudarle a ser mejor por sí mismo, y de ese de modo él pueda ganar la luz a través de trabajo.".

Irena Sendler Una de las más grandes heroínas polacas desde la Segunda Guerra Mundial, es conocida como "El Ángel del Gueto de Varsovia".

Mary kay Ash "Trata a los demás como quieres que te traten a ti " , era uno de los lemas principales, una exitosa empresaria y una de las pioneras en el sistema de venta puerta a puerta.

Valentina Tereshkova fue la primera mujer de la historia en viajar al espacio, a bordo del Vostok 6 en 1963.

Madre María de San José . Primera Beata Venezolana. Muere amando a los pobres y enfermos.

Todas ellas y muchísimas más hicieron historia y todavía se les recuerda. Pero hay una “La Santísima Virgen María” a la cual quiero agasajar en este día tan importante para las mujeres. Por eso me gustaría presentar a la Virgen, perdonen si es brío, a la Virgen María como mujer.

Hablaré de una mujer, pero no de una simple y mortal mujer, sino de una mujer, de María, la madre de Jesús de Nazaret, el Verbo encarnado y, por tanto, de la Madre de Dios.

María, madre y mujer de nuestra fe. Ya lo vimos en esa multitudinaria procesión a la Divina Pastora, más de tres millones de personas caminaron su procesión. La presencia de la Virgen en la vida de los cristianos es algo muy especial. Es como decir que en el fondo de cada corazón se ha quedado y para siempre. Por eso la vemos como mujer y como una verdadera madre.

María, la mujer en nueva mirada. En ella caben todos y especialmente los varones. Todos recurren a Ella y nadie queda por fuera. En ella encontramos ese pedacito de niños que un día fuimos y que aún arde dentro de cada uno.

María, mujer de verdad desde la Biblia. Es la Palabra la que nos muestra a María. Pues en el Evangelio está y permanece María, la Madre de Dios. De ahí que los episodios de la infancia de Jesús, según Lucas y Mateo, el episodio del encuentro de María con Jesús en medio de la predicación de éste, y lo que Juan relata sobre su presencia en el comienzo de la vida pública en las bodas de Caná y sobre su presencia a los pies de la cruz, son indicios muy claros de su realidad y su presencia. Y para completar esto nos lanzamos a los Hechos de los Apóstoles para que Lucas nos diga que ahí está en oración junto a los discípulos antes de la venida del Espíritu Santo.

Entonces, María escucha y vive la Palabra. Por eso, podemos decir, que antes que naciera en su vientre ya había nacido en su corazón. Por eso cumple con alegría la voluntad de Dios y todo porque sabe escucharlo y su obediencia es sincera y alegre. La Podemos llamar la Primera Discípula del Señor.

Gracias Señor por haberla llamado y regalado para esta Iglesia necesitada de una madre que viva y nos hable de Dios.

mrivassnchez@gmail.cm

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08/marz

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Dios nos ama a pesar de nuestros pecados

La semana pasada observamos que las tentaciones están ahí y tenemos libertad para decirles que no. Pero cada uno debe decidir con Dios o con la maldad. Hoy nos corresponde sentir, vivir y comunicar el amor que nos tiene Dios a pesar de nuestros pecados. Observemos a Abrahán el cual era Abram, que quiere decir padre y le cambió el nombre para invitarlo a ser padre de multitudes. Lo llamó para ser hombre justo, buen esposo y le pide la vida de su hijo. Ese “aquí estoy” es una disposición favorable y abierta a Dios. Abrahán no sólo escucha a Dios sino atiende cada palabra de su boca. Estamos hablando de confianza.

Dios no quiere la muerte, pero si desea obediencia y mucha confianza. Por eso hay que caminar en la presencia del Señor en vida (Salmo 115) No importa la situación que estemos pasando o por el dolor que estemos sintiendo. Habrá pruebas y más pruebas para que al final triunfe la confianza. Dio seguirá pidiendo a cada uno lo mejor aunque se encuentre en la peor situación. ¿Y sabe porqué? Porque no abandona. No nos deja solos. Siempre a nuestro lado.

Y tanto es el amor que nos envió a su único Hijo: Cristo Jesús. Desde o más alto se transfiguró (Marcos 9,2-10) Se manifestó como Dios. "Éste es mi Hijo amado; escúchenlo” Miremos a lo alto en esta Cuaresma que nos invita a la mejor conversión. Una vuelta al amor de Dios que sería el mejor compromiso en manos de Cristo Jesús. Bien lo dice San Juan en el capítulo 3 “...y cuando yo sea levantado en lo alto atraeré a todos hacia mí...”

Dios se revela, entonces, como amor en Jesús quien asume la cruz para salvarnos y darnos la capacidad de amarnos entre nosotros para avanzar en comunidad. Esa manifestación, transfiguración, no nos debe paralizar, mucho menos caer en críticas destructivas para confundir y hacer ver que Dios nos ha abandonado. Pero de inmediato el profeta Oseas nos recuerda: “aunque tus pecados sean rojos como la escarlata llegarán días en que serán más blancos que la nieve...”

Dios perdona con su amor pero tenemos que movilizarnos hacia la vivencia del itinerario cuaresmal: invitación a ayunar, dar limosna y orar, pero estos tres remedios que la Iglesia nos proporciona son para ayudarnos y comprender lo que significa la vida nueva. Tenía razón cuando San Agustín decía que la cuaresma es la lucha contra la tentación y en Jesús podemos encontrar la fuerza para vencer.

Entonces nos unimos a Pedro, Juan y Santiago, testigos de la Transfiguración, quienes desde ese momento fueron confirmados en la fe. Insisto hay que subir el monte y desde allí reconocer a Jesús como Mesías y salvador. Por eso de que Pedro pida hacer tres tiendas para vivir, de una vez por todas, la llegada del Reino de Dios entre la humanidad.

En esta Cuaresma, en su recorrido, nos señala pasar por unos pasos, ser purificados en lo más íntimo, allá en el corazón y esto reclama romper prejuicios, soberbias y darse por entero a Cristo Jesús. Es decir, confianza en Dios que todo lo puede.

Que este amor nos cautive para que cambiemos esa vieja imagen de Dios que no abandona y siempre nos acompaña. Dios no es quién está detrás de la puerta dispuesto a castigarnos, sino el Dios Padre que nos abraza, nos perdona y nos encamina.


mrivassnchez@gmail.cm

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01/marz


Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Convertirse es seguir de verdad a Jesucristo.

 

Una luz comienza a brillar

 

Cuando nadie daba nada y todos habían perdido la esperanza en las elecciones, las votaciones. Para que muchos prefirieran refugiarse en la playa, en el río, en las casas… Ausencia, desconfianza, miedo, sometimiento… Ahora una nueva luz amanece y nos señala un camino. Todo porque hemos despertado en una luz que brilla tan cerca que nos señala un nuevo comienzo hacia una democracia de participación, sin exclusiones, sin persecuciones, sin el pase de factura…

Recuerdo, que no eran muchos, pero siendo pocos lo decían: siempre hay una luz al final del túnel. Pues había un gran vacío tan profundo que daba miedo mirar. Habían tantas tristezas, tantas rivalidades que hoy podemos decir: “Demos gracias al Señor, demos gracias. Demos gracias al Señor”

Para este domingo, tercero del tiempo Ordinario, leeremos el salmo 24 que nos invita a rogarle a Dios nos enseñe sus caminos y esos caminos podrán ser seguidos cuando haya una sincera conversión. Es decir, dejar todo o malo (divisiones, enfrentamientos, rabias…) al mejor estilo de aquel pueblo de Nínive que se convirtió (Jonás 3,1-5.10)

Jesús siente en lo más profundo de su corazón el dolor ante el arresto de Juan el Bautista. Triste parte a Galilea y desde ahí comienza a proclamar el Evangelio: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio” Es decir, empieza a llamar a la conciencia a todos para comenzar en una vida buena, dejando a un lado lo malo. Mira con amor a unos pescadores y los invita. Ellos dejando todo le siguieron. Cambian la pesca por la construcción del reino en la búsqueda de los hombres fríos y lejanos para abrigarlos, enseñarlos y acercarlos. Bien los llamó Jesús “pescadores de hombres”

Esa narración bíblica es un testimonio de la fuerza de Dios y que nosotros no estamos destruidos, sino que vivimos distraídos. Si se puede y ese poder está en la fuerza de Dios que nos mueve y nosotros respondemos por amor a Dios, a la familia, a la patria.

Por los que creen y luchan damos gracias Señor.

Por los que no venden esperanzas ni sueños.

Por los que saben y vuelven a comenzar.

Por los que saben responder sin miedo.

Por todo y cada uno de los que saben escuchar el clarín de la patria. Pues es la hora de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos los que nos están pidiendo una reacción.

Es entonces, la hora del perdón y de la acción. La hora de la mano amiga que se tiende a todos por igual. Hora de corazones y no simples miradas indiferentes. Es la hora y no otra, la que nos pide a ti y a mí una decisión con fuerza y convicción.

Ya no hay miedo. La Patria nos necesita.

Ha muerto la cobardía Dios nos acompaña.

Dejamos a un lado los temores, pues es más fuerte el mañana.

De ahora en adelante no es canibalismo, el egoísmo o la competencia la que nos guía. Es Venezuela que necesita de todos para que todos la veamos crecer en belleza, color, esperanza, y alegría. Hay fuerza dichosa de quienes saben dar paso a los que en oleada de nueva generación alzan sus banderas de lucha y esfuerzo.

Sale a flote la casta de quienes nos enseñaron a avanzar aunque la tempestad creciera. A nadar contra corriente y a vencer la dificultades. Todo esto se conjuga al saborear el trago amargo del engaño, de la ilusión que encandiló a muchos y ahora los arrinconó como peones cansados después de una dura batalla donde muchos murieron y quien la inventó se esfumó como nube pasajera.

Gracias por despertar.

Gracias porque en armonía aprendimos a crecer en las apuros.

Gracias y muchas gracias para que nunca olvidemos que la historia se escribe con acontecimientos vividos y compartidos.

 

Despierta conciencia.

Deja ya de dormir.

Que ha llegado la hora de actuar.

Despierta y reacciona es el momento.

 

mrivassnchez@gmail.cm

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16/feb

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Escoger o preferir una cosa o una persona entre varias para un fin:
elige un vestido para la fiesta;
los pacientes pueden elegir a su médico de cabecera. Optar.

 

¡Alegría! Podemos elegir

 

Papá, aunque no estudió mucho, había bebido la sabiduría de su tiempo y siempre repetía: “elegir el mal es hacerle daño al otro” Hoy recuerdo esas palabras y me alegra mucho que estemos en camino a unas Primarias. Acción que por sí misma denota libertad y decisión. Una libertad y decisión que no daña porque no es un camino malo, sino que define lo que quiero y lo que debo hacer. Por eso Primarias tiene como punto referencial el elegir.

Todos necesitamos elegir y ese decidir se ubica en la libertad. Claro esto viene dado por la madurez política que vamos adquiriendo a medida que avanzamos. Por eso el Episcopado Venezolano afirmó: “El voto es un derecho humano para el bien de nuestro pueblo” Entonces, elegir es clave dentro del ambiente de los derechos. No es simplemente votar o hacer la cola para introducir una papeleta. Nada de eso. Elegir es tener la capacidad de buscar lo mejor para todos. Cuando hablamos de todos es saber buscar la paz y el entendimiento entre todos los ciudadanos.

Ya para muchos se está acabando esa ridícula emocionalidad que daña y ofende. No podemos caer en fanatismos, insultos, agresiones verbales y mucho menos en ventajismo. Por eso al elegir lo que haceos es evaluar y sacar a flote lo mejor y ese mejor irá a la contienda definitiva “la decisión presidencial” De ahí la importancia de las Primarias no tanto en cuanto cumpla votando, sino sabiendo elegir.

Elegir con alegría de participación por personas responsables donde la soberanía popular aparece y se hace realidad una sociedad de principios y deberes. Entonces, viviremos una experiencia sanadora. Repito, sanadora porque hemos sido vendidos (Que en paz descanse Tascón) o la maisanta donde muchos venezolanos perdieron oportunidad de trabajo y fueron excluidos. Hemos vivido bajo muchos insultos de aquellos que tienen el poder y quien lo tiene, entre comillas, tiene la fuerza. También dentro de un clima de violencia muchos han sido agredidos, maltratados permitiendo impunidad y por consiguiente crecimiento de la violencia delincuencial. Desde arriba se han producido órdenes contrarias a la moral y buenas costumbres haciendo posible la venganza, las invasiones y todo tipo de ofensas. Incluso se ha irrespetado la memoria de nuestros próceres, personalidades y hasta Jesucristo ha sufrido los embates de una verborrea peligrosa y constante.

Bendito sea Dios que estas Primarias darán respiro a una olla de presión que está a punto de explotar. Justo y necesario ha sido su aparición dentro de una Mesa de la Unidad que ha firmado acuerdos de respeto y continuidad dentro de una democracia participativa y descentralizada. Es un respiro oxigenado por la toma de conciencia de la gran mayoría hacía una elección sincera, responsable y de manera especial porque nuestro país lo necesita.

Este elegir favorece la paz y nos señala un camino hacia la paz duradera. Todos queremos vivir y ese vivir debe pasar por la paz en una sana convivencia. Elegir para un lector es comprender la naturaleza de su acto como una sublime responsabilidad. Pues, de mi elección, nacerá la nueva Venezuela. Una Venezuela que requiere de nuestro compromiso en el amor por el futuro de la familia.

Un gran saludo a Diego Arria, Pablo Medina, Leopoldo López, Pablo Pérez, Henrique Capriles y María Corina Machado. Protagonistas de esa apertura “Primarias” que como un grupo sólido que aman a Venezuela y se agitan en toda su anchura para dar a conocer sus planes y proyectos. En ellos toda la esperanza. En ellos la alegría de una sonrisa muy dentro de la fuerza que al lado de Dios se coloca para buscar los mejores caminos. En cada uno de los aspirantes el respeto en aquello “Gloria al vencedor y honor al perdido” De ellos saldrá el genuino representante de la Venezuela del progreso de la unidad y de la transformación. Sin olvidar que detrás de ellos está sus hermosas familias, sus maquinarias engrasadas por hombres y mujeres de mucho bien que, de seguro, estarán al frente del que la mayoría elija como candidato (a)

Por último, este elegir requiere de un Consejo Nacional Electoral responsable con apego a los principios de igualdad, confiabilidad, imparcialidad y de mucha eficiencia. Porque de un ente comicial así habrá claridad y mucha paz. Sin olvidar que sin Primarias no habrían elecciones presidenciales. Por favor y con respeto el Registro Electoral debe ser depurado con transparencia y dejar a un lado el ventajismo a favor del gobierno.

Todos a elegir para que mañana no nos toque llorar como cobardes después que nos someta la crueldad.

 

mrivassnchez@gmail.cm

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09/feb


Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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“O caminamos todos juntos hacia la paz,

o nunca la encontraremos." Benjamín Franklin.

 

Sin Justicia nunca habrá paz

 

Es profundamente hermoso leer en Lucas 1,68-79 el Benedictus que Zacarías, padre de Juan el Bautista, pronuncia al sentir la fuerza de Dios en su vida. Y lo hace con tal fuerza que la traba de su lengua se suelta. “nos visitará el sol que nace de o alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz…” Todo por la entrañable misericordia de nuestro Dios. Él es el sol de justicia.

De esa justicia queremos hablar hoy. De la que da la paz y una paz duradera. Pues de ella depende nuestra salvación y poder terminar, de una vez por todas, con las divisiones y las exclusiones.

Aquí vemos con claridad que necesitamos, cual grito de esperanza, “Ven Señor Jesús no tardes más” No para castigar, mucho menos para pasar facturas, sino para despertarnos y alejarnos de todo lo que nos separa. Es Cristo quien trae la luz que va a iluminar a todos, pues es la vida que alumbra a todo hombre (Juan 1,4) En esa luz podremos observar con claridad la paz tan deseada.

Hay necesidad que nos movamos en torno a esa luz para abandonar los pasos tuertos y desviados que damos por senderos oscuros. Es Cristo como médico a los enfermos para traerles salud. Quiere sanar la soberbia, el enfrentamiento, las divisiones, las constantes ofensas que nos hacen olvidar la familiaridad y la amistad.

Sin justicia habrá oscuridad. Estamos en tinieblas y sombras de muerte, es decir, oprimidos por la espesa ceguera del pecado y de la ignorancia. De ahí que la aparición de Jonás ante los ninivitas para convertirlos (3,1-5.10) Ellos abandonaron su mala vida y Dios entregó su misericordia. Dios no nos abandona, pero tampoco nos violenta. Si lo dejamos actúa. Quiere Dios hacernos caminar por la senda de la verdad que nos ha mostrado y así entrar en la casa de la paz que nos ha prometido.

Por tanto, si no hay justicia. Si los que tienen el mandato para aplicarla son miserables, injustos, delincuentes nacerá la impunidad y en ella cabalgará el enfrentamiento, la rabia y la decepción. Terrible tsunami que nadie podrá detener pues estará cargado de muchas frustraciones.

Es por tanto la hora de la historia de la salvación que toca a nuestras puertas. Nadie, por más lejano que esté, no tiene derecho a cerrar su entrada y mucho menos a taparse los oídos para no escuchar la voz de la esperanza que quiere habitar entre nosotros. En cada palabra “que se conviertan” Que vuelvan a casa y desde allí tomemos conciencia. Ya que Dios no quiere la muerte del pecador sino que viva. Que se convierta y que viva.

Esa justicia tan lejana y tan necesaria.

Lejana porque tiene muchos enemigos. Porque muchos juegan al arrime de la sardina para su propio sartén. De un egoísmo que implica dañar, destruir, ofender, quitar, invadir, culpar, desquite, perseguir…

Necesaria porque, más que cansados, hartos estamos de tanta maldad donde unos, en plena libertad, piensan diferente y son perseguidos; otros en convicción critican y son encarcelados; muchos en apego a la constitución y son despreciados, insultados, relegados, excluidos…

Dios quiere intervenir en nuestra historia para encaminarnos a la unidad y la paz. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian. Es el odio el gran mal que acecha a nuestro país. Es tanto el odio que los que mueren en las calles, los que son atracados y secuestrados se lo merecen.

Es Dios Padre que no olvida nunca su alianza para con su pueblo. De ahí la grandeza de la Navidad donde se actualiza ese amor de un Dios que nos regala a su Hijo para nuestra salvación. El Mesías es la realización de todas las promesas y ansias de la antigua alianza. El es el centro de la humanidad.

En esta tierra se oyen los suspiros y clamores de los hombres que desean vivir en justicia y así poder abrazarse, perdonarse y convivir. Para que junto al Salmo 33 podamos decir: Gustad y ved que bueno es el Señor. Pero quedan algunos rezagados, desobedientes que se olvidan de lo bueno que es Dios y prefieren a las tinieblas. A ellos, junto a San Pablo a los romanos 2, 5, les recordamos: “Si tu corazón se endurece y te niegas a cambiar, te estás preparando para ti mismo un gran castigo para el día del juicio, cuando Dios se presente como justo Juez”

 

“El pagará a cada uno de acuerdo con sus obras”

(Romanos 2,6)

 

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02/feb

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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La autoridad de Dios es el amor.

 

Nadie puede decir que Dios le abandonó, mucho menos que Dios lo ha dejado sumergido en su eterna tristeza. Nada de eso. Pues para este domingo, Cuarto del tiempo ordinario en un hermoso salmo 94 nos recuerda: “Ojalá escuchen la voz del Señor. No endurezcan su corazón” Entonces, no es Dios quien abandona o nos deja a nuestra mala suerte. Somos nosotros los que hemos abandonado a Dios y no le hacemos amor en nuestro corazón.

En estos tiempos donde vamos a estar sumergidos, aunque no queramos, en una campaña electoral dura, llena de epítetos ofensivos y apertura a muchos escándalos como maquinaría destructiva. Tendremos que asumir una postura y esta debe estar en consonancia con nuestra fe y l Autoridad de Cristo Jesús.

No somos, ni seremos nada si no amamos. Podemos poseer mucho pero sin la caridad nada valdrá. Por eso, el amor nunca pasará y la caridad todo lo cree y todo lo espera. No busca su propio interés. Esa era la Autoridad con que Jesús actuaba en su medio. (Marcos 1,21-28) La gente lo admiraba porque era distinto a los escribas. Siempre animando, siempre ayudando. Siempre atendiendo a los enfermos y pobres. Ante ese amor, todos e preguntaban: ¿Qué es esta nueva doctrina? Y por eso le seguían.

El amor no confunde. El amor une y se mantiene. En Dios los mejores milagros. En él la misericordia. Bien lo sabía Pedro, aquel pescador campesino y sin letras, que comprendió que entre el perdón y la obediencia estaba la claridad de los primeros pasos. Nunca lo pudo descubrir Judas, pues había cerrado su vida al amor y el perdón y quedado en el odio terminó ahorcado y sepultado en su propio pecado.

Es un autoridad que conoce, toca, abraza y siempre disponible para llenarnos las manos a torrentes y dejarnos sin nada delante de su misericordia eterna. Autoridad que nos deja asombrados cuando despertamos del hombre viejo y el nuevo hacemos de nuestras vidas las maravillas del perdón.

Así actúa Jesucristo y nadie le ganará en amor. Pues en el amor vive y permanece. Muchos enfermos con ganas de sanar del odio. Muchos alejados con ganas de acercarnos y nadie nos tiende las manos. Es él el amor que se convierte en poder para quienes sufren y necesitan de ese amor que perdona y olvida.

Entonces, no hay mala suerte, ni mucho menos estamos empavados. Es que nos hemos alejado de Dios y al caminar por malos caminos nos llenamos de lodo que no nos deja avanzar y mucho menos ver la verdad triste del camino que hemos emprendido. Hoy nos quiere lavar y nos quiere decir: sal de él. ¡Quítate! de cada uno y deja que en mi amor vengan a mí.

Es Dios que nos enjuga las lágrimas. Es Dios que sale a nuestro encuentro. Somos nosotros los que hacemos llorar a otros. Somos nosotros los que nos alejamos de Dios. Jugamos al gato y al ratón. Hacemos pan a Dios y empanadas al diablo. Vivimos en un conflicto de dos poderes. El bien y el mal. DE ahí que tengamos que profundizar nuestra fe en la oración y en la obediencia a nuestro Señor Jesucristo. En Jesucristo el Dios de la salvación. En Jesucristo el maestro que no sólo habla del Padre, sino que habla como Padre. Además, habla con autoridad de Dios porque está en comunión con él.

Entonces al estar lejos de Dios vivimos amenazados por el miedo y por eso el crimen y el robo nos hace que nos atrincheremos detrás de puertas blindadas. En ese encerrarnos corre libremente la droga, el alcohol, los embarazos de adolescentes, crecen los abortos, la violencia doméstica, el terrorismo, el racismo... A pesar de los adelantos técnicos, la calidad de vida es deteriorada por los miedos.

No podemos cerrar los ojos ni escapar de esta realidad. Jesucristo nos acompaña para que también tengamos autoridad para combatirlos con el bien. Sin olvidar que el mal se disfraza y con mil ropajes se cuela entre nosotros.

Es el amor la fuerza y el armamento que nos dará la victoria frente al mal. Dentro de Alcohólicos Anónimos hay 12 pasos . El primer artículo dice así: Nuestras vidas están fuera de nuestro control. Somos impotentes frente al alcohol. El segundo añade: Hay un poder superior que puede ayudarnos plenamente. Ese es Dios y en este momento Dios, con Autoridad, nos quiere ayudar. Jesucristo nos dice: podemos ser liberados y podemos jugar un papel importante en la expulsión del mal de nuestro mundo y de nuestra vida.

 

Mrivassnchez@gmail.cm

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26/ene


Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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No a la violencia en las escuelas

La escuela de nosotros los que hemos acumulado juventud es tan diferente a las escuelas de hoy. En la de ayer hasta un policía de escuela había para saber el por qué no se había venido a clase. Para que hoy la policía va cuando es saqueada, maltratada y desvalijada la escuela.

Pues la violencia no simplemente llegó, sino que se quedó en ellas para maltratar lo más sagrado nuestros hijos. Por eso es un problema de todos y debemos trabajar sabiendo que los niños no tienen la culpa pero afecta tan fuertemente como a los adultos.

Es lamentable saber que la violencia se aprende. Y esa enseñanza la hacen los adultos. Eso de que los alumnos insulten, golpeen a compañeros, falten el respeto al personal escolar, amenacen, dañen la aprendieron y esto es el producto de una injusticia social. Ese movimiento violento es el resultado de una sociedad en crisis por eso se hubiera justicia social no habría violencia. Todo lo digo porque la violencia se construye socialmente.

Habrá que entender la diferencia entre un acto de indisciplina y un acto de violencia. La indisciplina es, hasta cierto punto algo normal, pero la violencia es una situación muy preocupante. Por ejemplo un niño que no quiere entrar a clase o no quiere responder una pregunta o un examen. Es un acto que explotará en un acto violento. La agresividad pertenece al ser humano utilizada para su supervivencia, mientras que la violencia siempre será destructiva.

¿De dónde viene la violencia? Nadie nace malo o con miedo. Ese se aprende. En la actualidad hay un crecimiento alarmante de la violencia en toda la comunidad y la escuela no podía quedar al margen. Hay que enumerar el desempleo, la pobreza, avance de las drogas, la bendita impunidad van haciendo instalar el pan para alimentar la violencia. Crece el delito, se desmenbra la familia para dar cabida a la depresión y la ansiedad.

Hay datos leídos en la prensa: joven estudiante ataca y golpea fuertemente a su profesor. Niña es tiroteada por compañero de estudio lleno de celos. Una niña de nueve años ataca con un cuchillo a otro pequeño. Un alumno es detenido por portar un arma de fuego.

Habrá que decir, sin temores, que la violencia es una enfermedad social. Y esta enfermedad se agrava cuando son demasiados los que frente a ella toman posturas de simples espectadores. Pues hasta hace poco se limitaba a expulsar a los agresores y no se hacía nada por sacar las secuelas que deja la violencia.

Con tristeza se observa el crecimiento de un nuevo modelo de familia (madres solas, adolescentes, homosexuales, casos en los que no aparece el padre biológico, sino la pareja de la madre y conviven en la escuela hermanos de diferentes padres, hermanos que se hacen cargo de todo, familias ensambladas) Esos modelos empiezan a tener incidencia social y los efectos se manifiestan en las aulas.

Pero, insisto, un niño no es violento, llegan violentos, están violentos, porque posiblemente las familias y la escuela no pueden darles mejores respuestas. De ahí que desprecien las palabras de los adultos. Por tanto, se necesita un grupo familiar y un proyecto escolar muy consolidado para generar entusiasmo. Ese proyecto pasa por el buen ejemplo. No podemos seguir delante de ese mundo de ruido de sus padres (borracheras, insultos, agresiones, drogadicción, caprichos que se permiten degradando los valores… Hay resentimiento entre la escuela y el hogar. La familia permite y alcahuetea. La escuela hace un esfuerzo pero no es el mejor. Pareciera que la ley hace que los maestros tengan miedo a los alumnos y ellos hacen lo que les viene en gana.

Hay armas en las escuelas y las llevan para defenderse, para protegerse e incluso para utilizarlas en peleas. Ese comportamiento violento se da por una facilidad de acceso a las armas, por una situación violenta en los hogares donde hay una merma de los valores. Por ello esa agresividad que en la casa se les enseña se queda en el inconsciente, y en algún momento lo van descargar. A esto se unen las agresiones verbales, descalificaciones y formas grotescas de responder que van dando perfil a la violencia.

¿Qué hacer? En primer lugar tener una política sobre armas y comportamiento violento. Ese programa lo deben conocer todos. Tratar los conflictivos con paciencia y serenidad, sin imponerles actitudes de manera excesivamente autoritarias, con cariño y respeto. Realizar un plan de disciplina con estructuras para lograr enseñanza y reforzar activamente el comportamiento de los niños. Sin olvidar que los estudiantes deben ser formados a ser responsables por sus acciones erróneas de manera justa y consistente.

Toda escuela necesita una dirección dinámica que establezca normas de no violencia. Debe ser una persona de carácter pero de afecto. Debe hacer subir la autoestima a los alumnos, caminando con ellos, conversando en los pasillos, visitando aulas de clase y así ser accesible a los alumnos.

A todos nos corresponde la responsabilidad ante la violencia. La violencia no conduce a nada bueno. Pues la violencia genera más violencia. Ojalá, quiera Dios que la unidad hogar escuela se dé para tener reducción de la violencia y aplicar planes contra ella.

mrivassnchez@gmail.cm

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12/ene

Dime que te cuento y te diré que aprendes

Padre Marcelo Rivas Sánchez

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Todo por el mejor año

 

Va quedando atrás lo de tanta fiesta. Colocamos en orden la casa, la oficina, el taller y nos disponemos a concentrarnos para que juntos a Dios dar los mejores pasos. En primer lugar, gracias Señor por todos los regalos del Año que ha terminado y por el amor que nos regalarás en el Año que comienza.

También a la familia, fiel compañera de el viaje que emprendemos (2012) A los amigos con los cuales se comparte alegría y sufrimientos. Gracias al empeño y la fortaleza que Dios nos da para continuar la marcha. A todos los que nos vamos encontrando en esta vía que Dios hizo y mantiene una tras otra.

En cada comienzo hay preocupación ya que nos ronda una pregunta: ¿Qué nos traerá el Año Nuevo? Claro, sin olvidar que estamos en las manos de Dios, sacamos nuestra confianza y decimos: lo que quiera Dios. Expresión que se deja correr, pero que muchas veces olvidamos, pues nos vamos metiendo por caminos donde no transita Dios.

Para este año necesitamos mucha fe, incluso más que vida, pues en ella podemos tener los lentes para ver a Dios. Sin ella no encontraremos a Dios y una vida sin Dios es una vida al garete que se pierde en un montón de caprichos.

Mucha esperanza para no perder el camino y terminar extraviados y sin fuerzas. Derrotados e incluso, llenos de rabia y descontentos. La que no debe faltar, pues cada vez que entra el dolor y sufrimiento a nuestras vidas sale por las ventanas, la Caridad. Caridad que se hace necesaria para amar a Dios, convivir en armonía y dejarnos amar.

No puedo negar, que será un año muy difícil que habría que agregar la necesidad de paciencia, humildad, desprendimiento y generosidad. Para poder comprender la diferencia entre lo que podemos y lo que no podemos cambiar.

Por ser un año difícil nos corresponde llevarlo sabiendo que la más afectada ha sido la familia. Herida por aquella pérdida de un ser querido en las manos del hampa; nos dolió mucho cuando papá se fue con otra mujer; vivimos con dolor cuando perdimos aquel terreno por la invasión; es triste observar a mi hermano mayor, que con tanto esfuerzo se gradúo, sin poder encontrar trabajo y si lo encuentra le piden requisitos politiqueros. Si, ha sido un año muy duro.

Es tan difícil que la ilusión de aquella Venezuela de participación y protagónica ha muerto por la construcción de todo desde arriba (Estado) La Constitución de 1999, fruto de debates y luchas, estimuló la participación a través de una diversidad de modalidades como las mesas técnicas (de agua, energía, de gas, etcétera), los consorcios sociales, las organizaciones comunitarias autogestionarias, los comités de tierra, de salud, etcétera. Pero ya en 2006 donde el proyecto político del socialismo del siglo XXI se concentra en un Estado Comunal, distinto y contradictorio con el de la democracia participativa de la Constitución.

Este proceso ha producido decepción ya que los consejos comunales y las comunas se han convertido en brazos de un estado que todo lo centraliza y con una dirección desde arriba donde la participación es limitada.

A todo esto se hace más difícil cuando se nota una lucha a muerte entre gobierno y oposición. Lucha que no ha permitido manejar de forma constructiva y pacífica de los conflictos. Se observa que no pensar como los de arriba es un pecado, incluso, sinónimo de exclusión. Es doloroso observar cómo se desprecia, se desconfía y odiar al grupo contrario considerado enemigo. Pareciera que la palabra de moda es “traidor” Estrategia que quiere controlar lo social y lo político. Incluso se complica este año porque no se ha podido construir espacios de tolerancia y diálogo. Cada día hay mayores eventos de desprestigio y de ataque.

Por ello, todos necesitamos darlo todo por el mejor año. Pues no se puede vivir en un eterno conflicto y mucho menos viendo en todo a enemigos. Ese todo incluye confianza para asumir la verdad como parte de la conciencia moral de la sociedad.

Señor Dios, en este nuevo año, danos la gracia de tu amor para que tomemos conciencia de la necesidad de justicia. Una justicia que pasa por la reparación de la dignidad de las víctimas y mejora de la vida de todos los sectores sociales. Sin olvidar que sin el otro no es posible una comunidad mejor. Por eso, Señor, derrama tu gracia sobre todos los que amamos y concede tu paz al mundo entero.

mrivassnchez@gmail.cm

@padrerivas

 

05/ene

 


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