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Padre Marcelo Rivas Sánchez

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UN SI PARA ILUMINAR Y PODER CONTEMPLAR

“Un rey rico de la India tenía fama de ser muy religioso e indiferente a la riqueza.
Un súbdito curioso quiso averiguar el secreto.
Majestad, ¿Cuál es el secreto para cultivar la espiritualidad en tanta riqueza?
El rey le dijo: Recorra conmigo el palacio y lleva esta vela encendida y no la dejes apagar.
Terminado el recorrido el rey le preguntó: ¿qué observaste de todas mis riquezas?
El súbdito respondió: No pude ver nada. Estuve pendiente de la vela para que no se apagara.
El rey replicó: Ese es mi secreto. Estoy tan preocupado tratando de avivar mi llama interior que no me interesan las riquezas de fuera”

 

No todo es tener y no todo lo que brilla es oro. Pero hay que tener ilusiones, anhelos y sueños. Porque muchos somos los que nos acusamos de tener malos sueños, pero es mayor pecado no tener sueños. Hay que soñar y saber, con claridad, hacia dónde se camina. Dar traspiés en la oscuridad del fanatismo, de la ignorancia o del simple mecanismo de ensayo y error es una gran mentira. Aunque “a nadie le guste ver ojos bonitos en cara ajena” Nosotros tenemos que abrir los ojos e incluso despertar y saber qué es lo bueno y que es lo malo.

La verdadera sabiduría no consiste en saber todas las respuestas, sino en entender todas las preguntas. Esas preguntas o mejor dicho esa pregunta está apunto de despuntar y encontrar la auténtica respuesta. Nadie sabe el mañana, pero si tenemos indicios de lo que puede pasar. Por ejemplo, el esposo, el papá, llega por la noche borracho tumbando la puerta, golpeando a mamá e insultando a todos los de la casa. Al otro días e levanta exigiendo que le hagamos desayuno y le pidamos la bendición. La respuesta será de indignación y rabia por ese comportamiento. Pero alguien es de la opinión que se le debe dar otra oportunidad y pasar la página. Se la dan, pero al otro día hace lo mismo e incluso reclama el desayuno y el respeto por parte de los demás. A ese señor le sale amonestación severa en la pizarra.

Alguien me decía en estos días que “zapatero a sus zapatos” Cierto y a la hora de evaluar hay que hacerlo. Si ese señor se casó para formar un hogar y realizarse como persona en un ambiente familiar. ¿Por qué se comporta así? La razón para entender esto es sencilla. El señor se apartó de su responsabilidad y se dedicó a molestarse y molestar a los demás. Es decir, que no cultivó esa luz interior que hay que alimentar para ejercer con pulcritud lo que debía hacer para ser feliz y hacer felices a los demás.

En cada uno hay una luz. La Madre Teresa de Calcuta decía siempre: “Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad” Ha llegado el tiempo para no seguir maldiciendo. Es el momento de actuar. Mañana será muy, pero muy tarde. Se hace necesario mirar hacia adentro y es allí donde encontraremos la verdad. Una verdad que no necesita muletas, mucho menos empujones mentirosos o engaños desgastados.


 
UN SI PARA ILUMINAR Y PODER CONTEMPLAR  
UN SI A LA ALEGRÍA  
DICIENDO UN “SI” A LA VIDA