Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro Salvador se hiciese hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos sirvan de testimonio y que un día participemos en su gloriosa resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo… Amén

Isaías 50,4-7 No me escondí ante los ultrajes.

Salomo 21 Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?

Filipenses 2,6-11 Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo.

Los hechos…

• El pueblo vivía mal. Estaban mal: frustrados, engañados, sin unidad, muy pobres, con una religiosidad mentirosa y un cristianismo vacío…
• Ellos necesitaban a una persona que viniera a ayudarlos.
• Por eso cortaron ramas de árboles y salen a su encuentro.
• De ahí aquellos gritos: Bendito el que viene. Hosanna al Hijo de David.

La procesión de hoy…

•  Todos necesitamos caminar para una mejor salud, para hacer los encargos del día y para llegar donde está Dios (con todo respeto para los paralíticos)

•  Es caminando comos e construye la propia historia para que otros la sigan.

•  Ayer un pueblo entristecido y engañado. Hoy, nosotros, dentro de una gran gama de supersticiones y de falsa religión.

Nosotros buscamos algo. ¿Pero qué buscamos?

•  Un Dios que nos haga todo y nosotros lo recibamos todo.

•  Un Dios vengador hacia todo lo malo. Defensor.

•  Hoy entra a la ciudad es un siervo que se humilla hasta la muerte.

•  Un Jesús obediente a la voluntad de Dios que lo mandó a salvar.

•  Olvidando que él vino a liberarnos. Del pecado. Es único liberador.

¿Por qué nos cuesta aceptar a Jesús?

• Porque no lo vemos como Dios verdadero.
• Porque la cruz no nos convence. No queremos aceptar el dolor.
• Porque no lo concretamos en la Iglesia. Venimos y partimos. No hacemos reflexión seria y mucho menos, hacemos compromiso.
• Porque no comprendemos que Jesús entra para dar testimonio de la verdad.
• Porque se nos es fácil traicionar.

Un día de palmeras

• De esa agitada y golpeada por el viento
• Esa que nos da sombra en medio de la inmensidad de la arena de las playas.
• Esa que hunde sus raíces parta no dejarse arrancar por la tempestad o la mano enemiga del hombre.

Dios quiere esas palmeras

•  Fuertes de raíces profundas que soporten el peso de la cruz y de la lucha.

•  No las débiles. Lloriconas y babiecas que se desmoronan con el mismísimo roce de pequeñas preocupaciones.

•  Palmeras que sepan ofrecer lo mejor ante la crisis y salir adelante.

•  No palmeras del quejo cotidiano porque no pueden o nadie les ayuda.

Mucho cuidado con…

• Quedarnos con la rama bendita y olvidarse de Dios que nos bendice en la unidad de vida.
• Creer que la entrada es un triunfo y no un paso en el plan de salvación.
• Intentar ver a Jesús como un revolucionario más que empuña la violencia y no el Siervo libre que ofrece su vida en rescate por todos.
• Pensar que Dios entra por mí que soy “bueno” y no por el que está caído en la droga, el alcoholismo o en al delincuencia.

Cristo es modelo de humanidad en la justicia y la misericordia

Jesús realmente salva

• Ofendimos a Dios desde el pecado original (tendencia a pecar)
• Esto trajo el rompimiento de las relaciones con Dios y la humanidad.
• Se queda el hombre sin capacidad de reparar la ofensa.
• De ahí la presencia de Jesús “salvador”
• Es decir se rompe la primera alianza y Jesús trae la 2da alianza.
• Estamos en plena teología de la redención.

¿A dónde vas, Señor?

•  A Roma a morir otra vez.

•  Es la traducción de “Quo Vadis”

Hoy en día está muriendo místicamente en:

•  En Irak en ese gran conflicto armado.

•  En los países de oriente. Sudán, Nigeria, Indonesia, en la India , y en Pakistán a causa del terrorismo y los fanatismos religiosos.

•  Muere en Chechenia, Colombia, Burundi, Congo, en Ruanda y en Uganda por la guerrilla, los odios, raciales y la violencia.

•  Muere de hambre en tantas partes del África.

•  Muere en las miles y miles de mujeres de todo el mundo.

•  Pero muere en los niños Fadduol y los miles de venezolanos (100.000 en estos siete años)

Pero hay otra muerte mayor

• Que es causa de todo y está en el corazón de cada uno de nosotros.
• Injusticia y la soberbia de cada uno.
• En la ambición y la prepotencia de los fuertes.
• En nuestra sensualidad y egoísmo brutal
• En la violencia familiar.

Padre Marcelo

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