| 01 
        San José Obrero La fiesta de San José, obrero, es una buena 
        ocasión para pensar en nuestra obligación de continuar la 
        obra de la creación y de realizarla bien. Es lo que diríamos: 
        "la Obra Bien Hecha". Dios pide al hombre colaboración 
        asidua y consciente en la Creación. Un autor moderno nos dice: 
        "Si un hombre es barrendero, tendría que barrer las calles 
        como pintaba Miguel Ángel, como componía Beethoven, como 
        escribía Shakespeare". Se debe trabajar con amor; porque trabajar 
        con amor, es tejer la tela con hilos de nuestro corazón, como si 
        el ser amado fuera a usar esa prenda de vestir; es arrojar semillas de 
        ternura, y cosechar con alegría, como si el ser amado fuera a comer 
        ese fruto. Es impregnarlo todo de amor. 02 San Atanasio, obispo 
        y doctor de la Iglesia (295-373) Atanasio fue desterrado cinco veces y tuvo que vivir más de 16 
        años lejos de su patria; en varias ocasiones estuvo en peligro 
        de perder la vida por la espada del verdugo y por el puñal del 
        asesino a sueldo; durante toda su vida fue perseguido, pero nunca traicionó 
        la fe de Cristo y de la Iglesia para comprar su libertad. La obra más 
        importante de su vida, fue, sin duda alguna, la lucha contra Arrio, quien 
        negó la Divinidad de Cristo, y había llegado a Alejandría 
        vistiendo la túnica de un asceta. En el año 325, el Concilio 
        de Nicea condenó la doctrina de Arrio y lo excluyó de la 
        comunidad de los fieles. Más de trescientos Obispos se habían 
        reunido en Nicea y uno de sus prohombres fue el Obispo Alejandro, de Alejandría, 
        a quien acompañaba su diácono Atanasio, entonces secretario 
        suyo. Los arrianos lograron convencer al ingenue Constantino, de la validez 
        de su doctrina, de suerte que revocó el destierro de Arrio. Atanasio 
        no pudo dar su consentimiento; y, naturalmente, toda la ira de los arrianos 
        se concentró en él, logrando su destitución y su 
        destierro. El pueblo católico que no quería prescindir de 
        su pastor, hizo protestas públicas, las cuales fueron aplastadas 
        con crueldad. Atanasio se retiró a Roma y, 7 años más 
        tarde, con la participación entusiasta de todo el pueblo, pudo 
        volver a su Sede Episcopal. Su muerte, acaecida el 2 de mayo del año 
        373.
 03 La Santa CruzLa devoción y el culto a la Santa Cruz donde Cristo dio su vida 
        por nosotros se remonta a los primeros cristianos. Se comenzó a 
        festejar el aniversario del día en que se encontró la Cruz 
        de Nuestro Señor, gracias al interés de Santa Elena, madre 
        de Constantino. Luego, a principios del siglo VII los persas saquearon 
        Jerusalén y se apoderaron de las sagradas reliquias de la Santa 
        Cruz, que serían recuperadas pocos años más tarde 
        por el emperador Heraclio. Cuenta una piadosa tradición que el 
        emperador, vestido con las insignias de la realeza, quiso llevar (en exaltación) 
        la Cruz hasta su primitivo lugar en el Calvario, pero su peso se fue haciendo 
        más y más insoportable. Zacarías, obispo de Jerusalén, 
        le hizo ver que para llevar a cuestas la Santa Cruz debería despojarse 
        de sus vestidos reales e imitar la pobreza y humildad de Jesús. 
        Heraclio con pobres vestidos y descalzo pudo así llevar la Cruz 
        hasta la cima del Gólgota.
 En la fe católica LA CRUZ es un signo, una figura, señal 
        o símbolo que representa el sacrificio salvador de Jesucristo, 
        todos sus padecimientos hasta llegar a la muerte en una cruz. En realidad 
        los palos materiales que forman la cruz en que Cristo fue sacrificado 
        no interesa mucho. Lo que realmente vale es el sacrificio salvador de 
        Jesucristo. Si Cristo no hubiera muerto en una cruz, seguramente que los 
        cristianos no nos fijaríamos para nada en la cruz.
 La cruz es una señal o símbolo que tiene un significado 
        muy concreto y preciso: representa el sacrificio salvador de Jesucristo, 
        y cuando los católicos honramos la CRUZ, en realidad estamos honrando 
        a Cristo que sufrió para salvarnos. San Pablo dice: "Hizo 
        Cristo la paz al reunir a los dos pueblos en él, creando de los 
        dos un solo hombre nuevo. Destruyó el odio y los reconcilió 
        con Dios por medio de la cruz..." (Ef. 2, 15-16).
 04 Santos Felipe y 
        Santiago, ApóstolesFelipe era de Betsaida. Fue este apóstol el que anunció 
        a Natanael que había encontrado al Mesías. Del relato de 
        la multiplicación de los panes se puede desprender que es ágil 
        de mente al calcular con prontitud el dinero necesario -unos 200 denarios- 
        para paliar el hambre de la gente allí reunida. Interviene en el 
        episodio de los peregrinos griegos, gentiles piadosos, que desean ver 
        a Jesús. Es también Felipe el que pide al Señor, 
        en el cenáculo, que le muestre al Padre. Santiago, pariente de 
        Jesús, es llamado “el Menor”, para distinguirlo del 
        hermano de Juan. Fue primer obispo de Jerusalén y desarrolló 
        una intensa actividad misionera. Murió mártir en Jerusalén 
        hacia el año 62. Es autor de una de las Epístolas Católicas. 
        Es preciso difundir el mismo mensaje que predicaron los Apóstoles.
 05 San Antonino, arzobispo 
        (+1459) Fue fundador del famoso convento de San Marcos en Florencia y encargó 
        a Fray Angélico, su compañero de noviciado y afamado pintor, 
        la pintura de todos los ahora célebres cuadros en este convento. 
        A pesar de su mala salud, fue nombrado Arzobispo de Florencia y se supo 
        ganar el cariño de sus gentes por su bondad y caridad, pues daba 
        a los pobres todo lo que caía en sus manos. Pero también 
        sabía exigir, y combatió los juegos de azar, la usura y 
        la brujería que se practicaba en esta ciudad.
 06 Santo Domingo Savio, 
        estudiante (1842-1857) Entre los miles de estudiantes que tuvo el gran educador San Juan Bosco, 
        resalta Santo Domingo Savio. Muy seguido ganaba Domingo el premio de “Buen 
        compañero” porque siempre estaba alegre, de buen humor y 
        dispuesto a ayudar a los demás. Desde niño, fue muy amante 
        de Jesús Sacramentado, y se le atribuye este famoso propósito: 
        “Prefiero morir antes que pecar”.
 07 Santa Flavia Domitila(Siglo 
        I) Esposa de Flavio Clemente, gobernador de Roma, y pertenecientes ambos 
        a la familia de los Flavio, a la cual pertenecieron también los 
        tres últimos emperadores del siglo I. Aunque Domiciano había 
        desatado una gran persecución contra los cristianos, Flavia Domitila 
        practicaba abiertamente su fe. A pesar de su parentesco con el emperador, 
        fue desterrada a la isla de Pandataria, donde terminó su vida como 
        mártir.
 08 Job
 Patriarca del Antiguo Testamento, el santo Job ha sido considerado durante 
        siglos como el mejor modelo de paciencia, antes de Jesucristo. Las palabras 
        que pronunció, después de haber sido afligido por el demonio 
        con toda suerte de males (el robo de todo su ganado, la muerte de sus 
        hijos, y las enfermedades que llegó a padecer), se han hecho el 
        modelo de la aceptación rendida de la voluntad de Dios: “Desnudo 
        salí del vientre de mi madre. Sin nada volveré al sepulcro. 
        Dios me lo dio, Dios me lo quitó. Bendito sea su Santo Nombre".
 09 Santa María 
        Mazzarelllo (1837-1881) Nacida en Mornese, Italia de padres campesinos, pobres e ignorantes, Santa 
        María llegó a ser la fundadora de la que es hoy la segunda 
        comunidad religiosa femenina más numerosa en el mundo: la Comunidad 
        de Hermanas Salesianas. Siempre fue una muchacha trabajadora y apostólica, 
        y junto con un grupo de sus amigas, se dedicó a enseñar 
        doctrina a los niños. Cuando supo Don Bosco de estas muchachas, 
        decidió también fundar colegios para mujeres y le pidió 
        a María Mazzarello que fuera la superiora. Ella se resistía, 
        pues no había terminado ni la primaria, pero obedeció y 
        fue magnífica superiora hasta el día en que murió.
 10 San Juan de Ávila, presbítero (1500-1569)
 Este sacerdote desempeñó una intensísima labor pastoral 
        con personas de toda condición, siendo conocido como el apóstol 
        de Andalucía. Sus escritos espirituales forman parte de lo más 
        valioso del siglo de oro español. Es patrono del clero secular 
        español.
 11 Santa Juana de 
        Arco, mártir (1412-1431) Esta santa francesa, que a los 17 años llegó a ser heroína 
        nacional y mártir de la religión, era una campesina que 
        nunca aprendió a leer ni a escribir. Desde los 14 años empezó 
        a oír voces que la llamaban, y se le aparecieron San Miguel Arcángel, 
        Santa Catalina y Santa Margarita que le decían “Tu debes 
        salvar a la nación y al rey”. Después de mil penalidades 
        para que la creyeran, logró ir a conquistar Orleans al mando de 
        un ejército de diez mil soldados. Siguieron otras victorias, y 
        logró que se coronara rey al temeroso Carlos VII.
 Luego vinieron las envidias y la ingratitud, y fue Juana entregada por 
        los borgoñeses a los ingleses que la hicieron sufrir muchísimo 
        en la cárcel. Siguió un juicio cuyo tribunal estaba compuesto 
        por sus enemigos y fue condenada a la hoguera, como bruja, donde murió 
        mirando un crucifijo y pronunciando el nombre de Jesús. Años 
        después, su familia logró que se abriera otro juicio, ahora 
        si con la supervisión del Papa Calixto II y fue declarada injusta 
        la sentencia. El rey de Francia la declaró inocente y El Papa Benedicto 
        XV la proclamó santa.
 12 Santos Nereo y 
        Aquileo, mártires(+ 304) Eran soldados en tiempo del emperador Diocleciano. No eran aún 
        cristianos cuando estalló la persecución; pero el valor 
        de los mártires los impulsó a creer en Jesucristo. Fueron 
        degollados en Roma. El buen ejemplo que damos puede ayudar a la conversión 
        de alguien.
 San Pancracio, mártir (+ 304) Sufrió el martirio el mismo 
        día que Nereo y Aquileo. Según la tradición, fue 
        martirizado cuando tenía 14 años, rechazando premios y ayudas 
        para el futuro si renegaba de su fe. Luego de dar las gracias a sus verdugos, 
        no dudó en sacrificar su juventud para mantenerse fiel a Cristo. 
        La juventud tiene un buen ejemplo en el joven Pancracio.
 13 Nuestra Señora de Fátima
 Es la "gran Aparición de la Virgen María del siglo 
        XX". Hasta 1917 apenas si la pequeña villa de Fátima 
        (Portugal) era conocida fuera de su nación ni aun dentro de ella. 
        Cerca de Fátima se encuentra la aldea de Aljustrel, en donde nacieron 
        los tres niños: Lucía, Francisco y Jacinta; éstos 
        dos últimos eran hermanos y primos de la primera. Lucía 
        era la menor de cinco hermanos y la mayor de los tres videntes de la Virgen 
        de Fátima y la que más directamente trató con la 
        Virgen María, quizá por ser la mayor. Muertos ya sus dos 
        primitos, ingresó con las Religiosas Doroteas en Pontevedra (España) 
        y más tarde, con deseos de vivir más retirada del mundo, 
        abrazó la vida de religiosa carmelita contemplativa. Hoy vive en 
        Coimbra. Los tres videntes eran sencillos, humildes y de familias muy 
        cristianas. Recibieron una formación bastante severa y desde muy 
        niños se vieron obligados a trabajar para poder comer. Francisco 
        era jovial, simpático y muy agraciado. Le gustaba la música, 
        las flores y, sobre todo, las estrellas. Normalmente él veía 
        a la Virgen, pero no le hablaba ni la oía. Corto sería su 
        destierro en esta vida. El 4 de abril de l919, a los dos años de 
        las celestes apariciones, volaba al cielo. Jacinta también era 
        muy fina y agraciada. La banjamina de diez hermanos. Desde muy pequeñita 
        fue muy piadosa y sufría cuando le contaban los padecimientos de 
        Jesús en su Pasión. A los diez años de edad volaba 
        al cielo este ángel de carne humana que, como su hermanito, el 
        13 de Mayo del 2000, el Santo Padre JPII los declaró beatos en 
        su visita a Fátima, siendo los primeros niños no mártires 
        en ser beatificados. A los tres videntes, el 13 de mayo de l917, en medio 
        de una tormenta y mientras cuidaban el rebaño, después de 
        haber rezado el Santo Rosario, se les apareció la Virgen María 
        vestida de blanco y les pidió que volvieran seis veces más 
        y que el mes de octubre les revelaría quién era y lo que 
        quería. Les anunció que tendrían que sufrir mucho, 
        pero que no se desalentaran que Ella les ayudaría. Les pidió 
        rezaran muchos rosarios, pero mejor de lo que lo hacían hasta entonces. 
        Las apariciones se repitieron el 13 de cada mes. En todas ellas sucedía 
        algo parecido: mientras rezaban el Sto. Rosario, acompañados cada 
        día de más seguidores que palpaban lo sobrenatural, se les 
        aparecía aquella joven, resplandeciente de luz, vestida de blanco, 
        con el rosario entre las manos y les invitaba a rezar con Ella. Después 
        les comunicaba algunas cosas que han llegado hasta nosotros, donde se 
        manifiesta el deseo ardiente de la Virgen de que seamos almas de oración 
        y que procuremos hacer sacrificios para unirlos a la Pasión de 
        su Hijo.
 14 San Matías, 
        Apóstol (+ 64) Siguió a Jesús "desde que éste 
        fue bautizado hasta su ascensión". Por este motivo, cuando 
        Judas desertó y hubo necesidad de completar el número de 
        los doce apóstoles, Pedro lo propuso para que se uniera al grupo 
        apostólico y "se convirtiera en testigo de la resurrección" 
        del Señor. Hoy recordamos lo maravilloso que es seguir a Jesús 
        y la fidelidad que se debe a la vocación. 15 San Isidro Labrador 
        (1070-1130) El Patrono de Madrid nación en lo que es ahora la capital de España. 
        Sus padres, al no poder enviarlo a la escuela, se encargaron ellos mismos 
        de inculcarle sus escasos conocimientos, junto con el horror del pecado 
        y el amor a la oración. Isidro se casó con una muchacha 
        pobre, tan buena como él; pero después del nacimiento de 
        su primer hijo, que murió en la infancia, ambos decidieron servir 
        a Dios en continencia perfecta. Con su santidad y heroísmo salió 
        del oscuro anonimato que rodea a los humildes hombres del campo. Su vida 
        fue un modelo de perfección cristiana en el mundo.
 Sencillo labrador, trabajó la tierra de sol a sol durante toda 
        su vida y murió en la pobreza. Una leyenda nos narra que Isidro, 
        muy temprano, solía ir a Misa antes de comenzar a arar la tierra 
        y que, mientras tanto, llegaban los ángeles para suplirlo en su 
        labor hasta que terminaba la Eucaristía. Mientras araba, sembraba 
        y cosechaba, elevaba sus pensamientos hacia Dios. Los teólogos 
        modernos llaman a esto "ejercicio de la presencia de Dios"; 
        afirman que el alma, con un poco de práctica, logra dirigir la 
        atención simultáneamente a dos cosas diferentes: el trabajo 
        diario y el pensamiento en Dios presente en todas las cosas. Isidro aprendió 
        este arte y lo ejerció de manera muy particular. Toda su vida fue 
        una unión con el Amor de Dios. San Isidro era muy generoso con 
        los pobres; con frecuencia los invitaba a su mesa y reservaba para sí 
        los restos de la comida.
 Murió el año de 1130, a la edad de 60 años. Su esposa, 
        que le sobrevivió varios años, alcanzó también 
        el honor de los altares. Su culto se popularizó mucho por los milagros 
        que el santo obró en Madrid. La familia real de España, 
        promovió ardientemente la causa de San Isidro, quien fue canonizado 
        en marzo de 1622, junto con San Ignacio, San Francisco Javier, Santa Teresa 
        y San Felipe Neri. En España se les llama, desde entonces, "los 
        cinco santos".
 16 San Juan Nepomuceno, 
        mártir (1350-1393) Nació en el pueblo de Pomuk, en Bohemia, en 1350. Su nombre se 
        deriva de su ciudad natal de Nepomuk o Pomuk. Hizo sus estudios en la 
        Universidad de Praga. Hijo de un juez, ya a los 20 años lo encontramos 
        como clérigo en Praga, con el título de "notario del 
        tribunal eclesiástico" Por sus conocimientos teológicos 
        y jurídicos, recibió diferentes cargos y honores, hasta 
        llegar a la dignidad de vicario general de Arzobispo de Praga, en 1389. 
        Durante los tiempos libres de su delicado cargo, se entregó completamente 
        a los cuidados pastorales de la gente humilde. Conocido por su estilo 
        sencillo de vida, tenía una amor especial a los marginados por 
        el poder civil. El rey Wenceslao, la corte y muchos nobles, cometían 
        contra ellos innumerables abusos de poder, robos y violencias. Debido 
        a esto, el rey fue excomulgado y él, en venganza, mandó 
        detener y torturar a San Juan, y posteriormente fue lanzado del puente 
        de Praga. Murió como mártir por obedecer más a Dios 
        que a los hombres, en 1393. San Juan Nepomuceno es el patrono principal 
        de Bohemia. Se le invoca sobre todo contra las inundaciones y las calumnias, 
        y en favor de la buena confesión.
 17 San Pascual Bailón (1540-1592)
 Nació en Aragón y murió en Valencia. Hijo de pobres 
        colonos, hasta los 20 años fue un extraño pastor que llevaba 
        en el zurrón libros piadosos y una imagen de la Virgen tallada 
        en madera. En 1561 ingresó como hermano lego en la orden de San 
        Francisco. Fue portero, cocinero, hortelano y limosnero y aparte de sus 
        extasis y milagros, su vida se desarrolló en una forma digna, pero 
        monótona. Hacía lo que le decían e iba a donde lo 
        enviaban, tanto que muchos conventos se lo disputaban y asi anduvo por 
        varios de ellos. En Roma se conservan ocho volúmenes de 1000 páginas 
        con las pruebas de todos sus milagros. Su rasgo característico 
        es la devoción a la Eucaristía y se cuenta que pasaba todo 
        el tiempo posible ante el sagrario y en el resto del día durante 
        su trabajo se la pasaba diciendo jaculatorias.
 18 San Juan I, Papa 
        y mártir (+ 526) Fue electo Papa en el año 523. Teodorico, rey arriano, lanzó 
        una persecución contra todos los que sostuvieran la verdadera fe 
        católica acerca de Cristo. El Papa Juan fue uno de los primeros 
        en ser castigados: primero fue enviado por el rey a Constantinopla con 
        una embajada destinada a fracasar; después, también por 
        órdenes del rey, fue confinado en una cárcel de Ravena, 
        en donde murió de hambre. Hay que demostrar nuestra fidelidad a 
        la Iglesia aún en ambientes adversos.
 19 San Celestino V (1214-1296)
 Después de la muerte del Papa Nicolas IV en 1292 pasaron muchos 
        meses y no se podían poner de acuerdo quien sería en próximo 
        Papa. Por fin decidieron elegir un monje de 80 años Pietro Celestino 
        que ya muchos veneraban como santo, el cual obedientemente aceptó 
        y fue consagrado obispo de Roma con el nombre de Celestino V. Sus primeras 
        desiciones fueron desastrozas, en todos veia buenas intenciones y se enredaba 
        con los asuntos que le presentaban. Dandose cuenta de su incapacidad, 
        despues de 6 meses abdicó y le sucedió el cardenal Gaetani 
        con el nombre de Bonifacio VIII. El nuevo Papa por temor a un cisma lo 
        hizo recluir en el castillo de Fumone (“Lo único que quería 
        en este mundo era una celda, y una celda me han dado”) donde murió 
        diez meses después. Este hombre santificó en su vida su 
        fracaso.
 20 San Bernardino de Siena, presbítero (1380-1444)
 Nació en Massa Marítima, en Toscana, Italia, el año 
        1380, en el palacio de una familia noble; a los 6 años perdió 
        a sus padres y quedó huérfano al cuidado de sus tías, 
        en Siena. Ingresó en la Orden de los frailes Menores y fue ordenado 
        sacerdote; a su ingreso, la congregación contaba sólo con 
        130 frailes; a la muerte del santo, el número se había elevado 
        a 4000. ¡Quién quiera evangelizar tiene que conocer el evangelio! 
        Diez años pasó meditando la Palabra de Dios y rezando en 
        la soledad. Es considerado como uno de los evangelizadores más 
        grandes que hayan existido. La muerte lo llamó en plena actividad 
        evangelizadora en l444. Se dirigía a realizar una gran misión 
        entre los napolitanos. Como él mismo decía: "voy a 
        predicar a gente petrificada en su fe, como la lava del Vesubio y, a la 
        vez, ardiendo por el fuego infernal de sus vicios".
 21 Santa GiselaHija de Pipino el Breve y en consecuencia hermana de Carlomagno. Murió 
        a principios del siglo IX. Nació en Aire donde creció en 
        edad y belleza y tuvo como director espiritual al monje Venancio antiguo 
        oficial de su padre que la encaminó a entregar su vida a Dios. 
        Su vocación la reafirmó principalmente en tres ocasiones: 
        La primera el negarse a casarse con el emperador de oriente Constantino 
        Coprónimo. La segunda rechazó al rey de los lombardos y 
        el tercer rechazado fue el rey de Escocia, el cual se condujo como un 
        criminal por lo cual Gisela afeó su rostro y el pretendiente retiró 
        su propuesta. Pero la santa recobró su belleza y este rey enojado 
        por otra negativa mandó matar a Venancio. Este fue el último 
        empujón para que Gisela se fuera al convento donde vivió 
        treinta años hasta su muerte.
 22 Santa Rita de Casia 
        ( 1381-1457) Desde su niñez quiso ser monja, pero sus padres querían 
        que se casara. Aceptó por obediencia y la casaron con un hombre 
        brutal y descreído, del cual tuvo dos hijos a los que educó 
        cristianamente. Su matrimonio duró 18 años en los que fue 
        modelo de paciencia y bondad lo que ablandó el corazón de 
        su esposo antes que muriera asesinado. Tiempo después murieron 
        sus hijos y ella decidió entrar al convento de las agustinas de 
        Casia, pero no la aceptaron porque era viuda. Por su insistencia y rezos 
        logró que la admitieran y vivió ahí dedicada a la 
        oración y penitencia. Ofreció sus sufrimientos a Cristo 
        y como marca de ello llevó en su frente una llaga abierta que despedía 
        mal olor, por lo que se alejó de la comunidad confinándose 
        a un lugar apartado del convento hasta su muerte en olor a santidad. Santa 
        Rita es la abogada de las causas imposibles y desde su canonización 
        en 1900 por el Papa León XIII ha crecido mucho el número 
        de sus devotos.
 23 San Juan Bautista 
        de Rossi (1698-1764) Fue cura de la Iglesia de Santa María en Roma en tiempos de Voltaire 
        y se ocupaba de su ministerio sacerdotal sin brillantez y sin ruido. Principlamente 
        se entregaba a predicar de cinco a seis veces al día en distintas 
        iglesias, pero también en hospitales y cárceles, dedicando 
        en Santa María varias horas a confesar. En su tiempo nadie se dio 
        cuenta que vivía con un santo, pues nunca llamó la atención. 
        Al morir sus bienes eran: unas pocas monedas de cobre y su cama que ni 
        siquiera le pertenecía.
 24 María Auxiliadora 
        En el año 1572 tuvo lugar la famosa batalla de Lepanto, en la cual 
        los cristianos se enfrentaron con los mahometanos que querían invadir 
        Europa y amenazaban con llegar a la misma Roma. El papa Pío V convocó 
        a los Príncipes Católicos a que salieran a defender a sus 
        colegas de religión. Se encontraron los dos ejércitos en 
        el Golfo de Lepanto; el número de barcos y soldados era mucho menor 
        en el lado cristiano. Antes de la batalla, los soldados se confesaron, 
        oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto 
        a la Madre de Dios. También en Roma, el Papa, con una gran multitud 
        de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario. 
        Al saberse de la victoria de los cristianos, gracias en parte al viento 
        que cambió de rumbo y que les favoreció, el papa mandó 
        que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre la fiesta 
        del santo Rosario y que en las letanías se rezara siempre esta 
        oración: María, Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros. 
        En el año de 1868, se consagró en Turín, Italia, 
        la Basílica de María Auxiliadora. La Santísima Virgen 
        se le había aparecido en sueños a San Juan Bosco pidiéndole 
        que le construyera un templo y que la invocara con el título de 
        Auxiliadora. Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte 
        centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora 
        empezó a hacer a favor de sus devotos, que en sólo cuatro 
        años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía 
        repetir: “Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro 
        de la Santísima Virgen”. Aconsejaba San Juan que repitiéramos 
        muchas veces esta jaculatoria “María Auxiliadora, rogad por 
        nosotros”.
 25 San Beda el Venerable, 
        presbítero y doctor de la Iglesia (673-735) Nace en Inglaterra. Fiel observante de la regla benedictina. Dedicó 
        su actividad a la enseñanza y a la redacción de obras teológicas 
        y de historia de Inglaterra y de los mártires. Se propuso y logró 
        jamás sacrificar la oración por el estudio.
 26 San Felipe Neri, 
        presbítero (1515-1595) Nació en Florencia en 1515. Fue sencillo, ingenioso, alegre, extático, 
        imprevisible, músico, poeta, extravagante y humorista. El hermano 
        Zboni riñó un día a Felipe porque reía a carcajadas 
        leyendo "las bromas del cura Arlotto", diciéndole: "Los 
        sacerdotes no deben reir ruidosamente". "El Señor es 
        bueno, contestó Felipe. ¿Cómo no va a alegrarse de 
        que sus hijos nos riamos? La tristeza nos hace doblar el cuello y no nos 
        permite mirar al cielo. Debemos combatir la tristeza, no la alegría". 
        Le llamaban desde niño "Felipín el bueno", por 
        su piedad, dulzura y amabilidad. En medio del paganismo que imperaba en 
        el ambiente renacentista romano, Felipe entrega todos sus haberes a los 
        pobres, mientras él ayuna a pan y agua. Pasa los días en 
        obras de caridad, y las noches en las catacumbas de San Sebastián, 
        entregado a la oración y a la penitencia. Alcanza altísima 
        oración. Sus éxtasis duran horas y a veces se le oye clamar:¡Basta, 
        Señor, basta! ¡Detén el torrente de tu amor! Ante 
        esa vida angelical poco podían hacer los asaltos del mal. Con todo, 
        le gustaba rezar así: "Señor, no te fíes de 
        mi. Señor, ten de tu mano a Felipe, que, si no, un día, 
        como Judas, te traicionará". Funda una cofradía para 
        atender a pobres y peregrinos. Visita cárceles y hospitales. Busca 
        sobre todo a los niños y a los jóvenes. En 1551 se ordena 
        sacerdote por obediencia. Por toda Roma derrama sus caridades, sus fervores, 
        su alegría contagiosa, la certeza de que hay más alegría 
        en la virtud que en el pecado. Es proverbial su don de lágrimas, 
        y de hacer milagros. En el tribunal de la penitencia conseguía 
        conversiones maravillosas. Todos los Papas y Príncipes acudían 
        a él. Su obra definitiva fue la fundación del Oratorio, 
        para instruir y entretener a niños y jóvenes. "Sed 
        buenos... Si podéis, les decía comprensivo. Con tal de no 
        ofender a Dios, podéis cortar leña sobre mis espaldas". 
        Desde el Oratorio extendía el bien a todas partes. Murió 
        en 1595. Era la noche de Corpus y se fue a acabar la fiesta al cielo. 
        Sus restos descansan en la "Chiesa Nuova" de Roma. Fue canonizado 
        por Gregorio XV en 1622.
 Santa Mariana de Jesús 
        Paredes y Flores (1618-1645) Nació en Quito, Ecuador y quedó huérfana a los seis 
        años, siendo recogía por su hermana Josefina, madre de dos 
        chiquillas de su misma edad. Creyéndolas llamadas a una santidad 
        igual a la suya, Mariana las convenció de recitar el rosario una 
        y otra vez a lo largo del día. Un día convinieron las tres 
        en salir por la noche a convertir a los indios manas; pero ninguna se 
        despertó. Y así concluyó su empresa apostólica. 
        En otra ocasión se escaparon con el fin de llevar en el Pichincha 
        una vida eremítica, pero un toro de muy mala pinta les cerró 
        el paso y regresaron a casa a toda velocidad. Jerónima y su marido, 
        que estaban cansados de tener tantas santas en su domicilio, decidieron 
        que Mariana entrara en un convento. Ante las negativas de la muchacha, 
        la amenazaron con aislarla en una apartada del gran edificio en donde 
        vivían. Mariana aceptó y se acompañó de un 
        crucifijo, un puñado de libros de piedad, un ataúd hecho 
        a su medida y su guitarra. No salía sino para los oficios y las 
        visitas a los pobres. Se sentía tan feliz allí que solía 
        cantar a voz en grito acompañándose de la guitarra. A fuerza 
        de ayunos y mortificaciones, cayó enferma en una ocasión 
        y el médico que la atendió la dejó prácticamente 
        sin sangre. En 1645 sobrevino un fuerte terremoto en Quito, seguido de 
        una epidemia que acabó de aterrorizar a la población. Mariana 
        ofreció su vida a Nuestro Señor para que cesaran las calamidades. 
        Cristo le tomó la palabra: murió y acabó la epidemia. 
        Desde entonces los ecuatorianos la consideran su heroína nacional.
 27 San Agustín 
        de Canterbury, obispo (+ 605) San Agustín de Canterbury es el apóstol de Inglaterra, pues 
        es quien dio comienzo a su conversión el año 596. Puede 
        con todo derecho ser colocado junto a los grandes apóstoles de 
        Cristo, al lado de San Patricio de Irlanda, de San Bonifacio de Alemania 
        y de otros evangelizadores. Cuenta el Venerable Beda que paseando un día 
        por el foro romano, San Gregorio Magno, vió un grupo de jóvenes 
        esclavos de blanca tez y rubios cabellos. Eran de la isla de Bretaña 
        y todavía no habían oído hablar de Cristo. San Gregorio 
        era abad del monasterio de San Andrés, en el monte Celio. Recogió 
        a los esclavos y concibió la idea de ir a misionar a la isla de 
        Bretaña. No pudo ir, pues poco después era elegido Papa. 
        Pero había en su monasterio un prior santo y sabio, Agustín, 
        y a él le encomendó la misión que personalmente ya 
        no podía realizar. Aquel monasterio fue, pues, la cuna de la evangelización 
        y civilización inglesa. De allí salió Agustín 
        con 39 compañeros el año 596. Tuvieron que sufrir muchas 
        burlas y atropellos de parte de los nativos. Desembarcaron en el reino 
        de Kent. El rey Etelberto, aunque pagano, era generoso y liberal. Después 
        de algunas vacilaciones los recibió. Les agradeció las promesas 
        que le ofrecían, y les dió libertad para predicar su fe. 
        Entraron en Canterbury, capital de Kent, los 40 monjes, procesionalmente. 
        Agustín, delante, junto a él un monje con la cruz, y otro 
        con estandarte con la imagen de Cristo. Los benedictinos se extendieron 
        por el reino con gran fruto. Gregorio Magno expresa en sus cartas la gran 
        alegría que le embargaba por los frutos apostólicos de Agustín 
        y sus monjes. Le enviaba más monjes, y le encomendaba erigir obispados. 
        El apostolado de Agustín sólo duró siete años. 
        Pero al morir dejaba organizada la magna empresa de la evangelización 
        de la isla. Murió el gran apóstol el año 605, dos 
        meses después que San Gregorio Magno.
 28 Santa Ripsimena 
        (+ 290) Esta muchacha armenia formaba parte de un grupo de vírgenes consagradas. 
        El emperador Diocleciano la encontró tan bonita que decidió 
        desposarla de inmediato. Pero, las doncellas fueron prevenidas del peligro 
        y huyeron hacia la lejana Armenia, donde se establecieron en una granja 
        próxima a la capital. Allí se presentó el rey Tiridates 
        (261-317) con el encargo de Diocleciano de devolver a Ripsimena. Sin embargo, 
        desde el momento en que la vio, Tiridates se prendó de ella y, 
        olvidándose de la petición de Diocleciano, quiso quedársela 
        él. Ante la negativa de la joven, hizo que la quemaran viva junto 
        a sus compañeras. Para los armenios esta mártir es su santa 
        nacional. En Armenia su iglesia celebra su fiesta el segundo lunes después 
        de Pentecostés.
 29 Santos Sisinio, 
        Martorio y AlejandroMártires muertos en Medol (Tirol) el 29 de mayo del 397. Aunque 
        el cristianismo estaba a punto de convertirse en religión de Estado, 
        los cristianos todavía eran perseguidos en unos lugares del Imperio. 
        Algunos funcionarios cerraban los ojos, e incluso llegaban a ser cómplices. 
        Así murieron Sisinio, Martorio y Alejandro, misioneros que Vigilio, 
        obispo de Trento, había enviado a divulgar el Evangelio en esa 
        diócesis. Sisinio era un diácono originario de Capadocia, 
        Martorio y su hermano Alejandro no habían recibido más que 
        órdenes menores: de lector y de portero. Al llegar, los notables 
        del lugar los sometieron a mil vejaciones, bajo la mirada indiferente 
        de las autoridades. El enojo de estos paganos se aumentó cuando 
        les vieron construir una iglesia y realizar conversiones. Y se desencadenó 
        el día en que Sisinio fue a retirar con sus manos a un neófito 
        al que querían sacrificar a los dioses. Se lanzaron sobre la iglesia 
        para saquearla y le rompieron el cráneo a Sisinio con el cuerno 
        que servía para llamar a la oración. Ataron a Martorio a 
        un árbol del jardín y le atravesaron el pecho y el vientre 
        con palos puntiagudos. A su compañero Alejandro, lo pasearon por 
        el pueblo con un cencerro colgado al cuello y después lo tiraron 
        vivo a una hoguera en la que ya ardían los cuerpos de sus compañeros.
 30 San Fernando, rey 
        (1199-1252)En este mes reunimos a dos paradigmas del poder de la cruz: un monarca 
        triunfal y conquistador, y la doncella guerrera Juana de Arco condenada 
        a muerte por unos obispos. El rey de Castilla y la buena lorenesa, santos 
        medievales que ciñeron espada y que en los combates de este mundo 
        hicieron estrago entre el enemigo. Ambos, tan diferentes, son las dos 
        caras de la Historia vista por Dios: la serenidad del éxito y el 
        fracaso humano hasta morir en la hoguera por hereje relapsa y bruja; la 
        lucha contra infieles y guerras enconadas entre cristianos. El soberano 
        y la pastora de Domremy, en tierras próximas, casi vecinas. Fernando, 
        que conquistó definitivamente buena parte de Andalucía, 
        «no por nuestros merecimientos, sino por los de Cristo», y 
        Juana que se pierde en campañas estériles y confusas en 
        las que acabó abandonándole la cobardía y la ingratitud 
        de su señor, a quien había hecho coronar. El rey santo que 
        duerme en una suntuosa capilla de la catedral sevillana, y la Doncella 
        de Orleáns que pereció en el fuego y cuyas cenizas se entregaron 
        al aire de Francia, de la que hoy es patrona. Los dos, triunfo y derrota, 
        gloria humana y frustración, logro visible y humo, grandeza y tragedia, 
        guiados por un sentido humilde y poderoso del deber. El gran rey de los 
        castellanos y leoneses, y la pastora analfabeta que obedeció las 
        voces de la altura hasta morir ignominiosamente en Ruán, forman 
        parte de los misteriosos planes de Dios, interpretando dos papeles aparentemente 
        antagónicos de la santidad que se completan en el reverso de la 
        Historia, más allá de lo que vemos, según la sabiduría 
        de la Providencia.
 31 La visitación 
        de la Santísima Virgen María Esta fiesta fue primeramente observada por los frailes menores en el siglo 
        XIII y se extendió al mundo occidental, desde el año de 
        1389. Al mismo tiempo que el Ángel Gabriel anunció a María 
        la Encarnación del Hijo de Dios, le dió la noticia de que 
        su parienta Isabel, estéril y de edad avanzada, tenía en 
        su vientre, hacía seis meses, un hijo destinado a ser el Precursor 
        del Mesías. María, llena de gracia y animada por el Espíritu 
        Santo, partió sin dilación a visitarla. Marcha de prisa, 
        porque siente en sus entrañas -Primera Procesión del Corpus- 
        la presencia del Huésped, y ese dulce peso pone alas a sus pies.
 "Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero 
        que anuncia la paz". Efectivamente, imaginarse a María por 
        aquellos áridos caminos, en la primavera florida de sus quince 
        años, llevando en sus entrañas el divino Secreto, saltando 
        y volando en alas del gozo y del amor, es una estampa lírica sin 
        par..
 Llegó a una ciudad de las montañas de Judea. La tradición 
        señala a Aín-Karim como esa ciudad de Judá. Entrando 
        María en casa de Zacarías, esposo de Isabel, saludó 
        a ésta. Y sucedió que el niño que Isabel llevaba 
        en sus entrañas, saltó de gozo e Isabel, llena del Espíritu 
        Santo, exclamó: "Bendita tú entre las mujeres y bendito 
        el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que la madre 
        de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis 
        oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa 
        tú que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue 
        anunciado de parte del Señor". Y nace de los labios de María 
        el Magníficat, canto de humildad y de agradecimiento, que introduce 
        un sistema nuevo de valores. Este cántico es un resumen de la Biblia, 
        síntesis de la historia de la salvación. Anuncia la verdadera 
        revolución, no la de los hombres, sino la de Dios.
 La Virgen de la Visitación, caminando de prisa, es una imagen fascinante. 
        Primero ha dicho "si" a Dios. Luego ese "si", convertido 
        en mensaje, lo participa a los demás. La Anunciación es 
        lo que le ha sucedido a María. La Visitación es lo que María 
        hace que suceda en los demás, por su prontitud, generosidad y confianza.
 |