Como venezolano es un honor el que nuestra capital, Caracas, sea sede de la duodécima reunión de este importante grupo de países, en especial cuando en estos momentos nuestro país viene atravesando la crisis económica, social, moral y política mas grave de toda sus historia republicana. Ustedes representan a los 19 países mas representativos de la geografía Sur-Sur de tres continentes, con todas sus bondades y sus problemas, iguales a los nuestros. Cierto es que en una visita oficial, de apretada agenda, no les puede quedar tiempo para poder enterarse de la situación real que estamos viviendo y que lo mas probable y lo protocolarmente indicado es que la información que se les suministre sea por vía del jefe del Estado, anfitrión del evento, y por las cautelosas informaciones que les hayan podido suministrar sus representantes diplomáticos acreditados en nuestro país. Es por ello que nos tomamos la libertad de escribirles esta misiva pública, para narrarles en la forma mas escueta y objetiva posible, lo que ha acontecido en Venezuela en los últimos cinco años, intentando interpretar la opinión de la inmensa mayoría de nuestros compatriotas, sobre todo para que de alguna manera ustedes puedan tener otra versión de la situación mas allá de la expresada oficialmente por el ciudadano presidente de nuestro país, quien nos tiene acostumbrado, y probablemente a ustedes también ya que a todos los ha visitado, a explicar la situación desde su muy propia y particular óptica en discursos muy largos, impregnados de un gran histrionismo.

Venezuela venía transitando una democracia desde los albores de 1958, cuando fue derrocada una dictadura militar. Mas de cuarenta años de práctica democrática, con sus altos y bajos propios de este sistema y de nuestros países, fueron creando una cultura democrática que nos hizo ejemplo en nuestro continente y nos permitió lograr niveles de desarrollo aceptables, también dentro de nuestras posibilidades y con los vaivenes propios de economías en vías de desarrollo. Pero como todo proceso regido por seres humanos, estos se desvían y se comenten errores y el Pueblo, el gran soberano, cobra las correspondientes facturas por estas desviaciones de sus gobernantes y su permanente deseo de mejorar su calidad de vida los lleva a tratar de experimentar cambios, a través de nuevos hombres, pensando en lograr esos objetivos. Así llegó a la presidencia de nuestro país el actual gobernante, quien había fracasado rotundamente en un cruento intento de golpe de estado contra un gobierno democrático, perpetrado el 4 de febrero de 1992, repetido el 27 de noviembre del mismo año, donde mucha sangre de jóvenes inocentes se derramó y que marcó negativamente el desarrollo sostenido que se venía gestando. Sin embargo el pueblo soberano, gracias a una acción noble de un presidente demócrata, quien le sobreseyó el delito cometido, lo eligió presidente de la República en un proceso electoral libérrimo. Un 32% del electorado, dada la alta abstención, había votado por el comandante felón, creyendo en su conversión democrática y sus ofertas de cambios positivos en la conducción de la cosa publica. Un hermoso discurso pronunciado por el teniente coronel Chávez, en la noche de su elección, hizo crecer rápidamente su apoyo popular y renacer las esperanzas de un pueblo ávido de soluciones a sus mas elementales problemas.

Pero que poco dura la dicha en la casa de los pobres. El mismo día de su ascensión al poder, el 2 de febrero de 1999, en la sede del poder legislativo nacional, el Congreso de la República, desconoció la constitución por medio de la cual había sido electo presidente, amenazó a todas aquellas organizaciones políticas que no lo acompañaran en sus planteamientos y de inmediato anunció el cambio total de todas las estructuras del Estado. El país quedó en suspenso pero siguió dándole su confianza. Dos días después de aquel acto, en una incomprensible celebración de un aniversario mas de su frustrado golpe de estado hizo apología del delito y de nuevo amenazó a la oposición política a quien no llamó adversarios sino enemigos, instaurando así en el país una división grave entre “los que están conmigo y los que están contra mi”. A partir de ese momento muchos venezolanos comenzamos a poner en dudas las verdaderas intenciones del presidente Chávez. Durante ese año y el siguiente el país se vio envuelto en un carnaval electoral. 6 procesos electorales. Se hizo un referéndum consultivo donde menos de la mitad de la población electoral opinó sobre la creación de una constituyente. Él, personalmente, escogió a quienes debían de ser electos diputados a esa constituyente usando un método electoral que dejaba con muy escasas oportunidades a la oposición política de estar representada en ese importante foro. Se mandó a hacer una constitución a su propia medida, haciendo excesivo el poder presidencial y alargando su propio período de gobierno. Constitución que fue “aprobada por el pueblo”, entre comillas, porque muchísimo menos de la mitad de los electores emitió opinión sobre la misma, lo cual de por si la deslegitimó, y el deseo de llenar esas urnas de votos hizo que el gobierno del señor Chávez descuidara sus obligaciones y llenara de cadáveres otras urnas como consecuencia de la catástrofe de Vargas ocurrida ese mismo día.

A partir de ese acto y luego de haber publicado cuatro interpretaciones diferentes de la constitución de la ahora República Bolivariana de Venezuela, de acuerdo a su conveniencia, se dio inicio a un proceso de destrucción de todas las instituciones democráticas, de concentrar todo el poder en un solo hombre, el presidente, e introducir la inédita figura de la “supraconstitucionalidad” que le permitió hacer todo lo que le venía en ganas. La decisión mas patética fue la tomada por el Tribunal Supremo de Justicia de obsequiarle casi dos años de mandato al mandatario. Su relegitimación, para adecuarse a la nueva constitución, también fue un acto plagado de irregularidades con un arbitro electoral cuestionado y donde de nuevo escasamente un 35 % del electorado emitió opinión.

El presidente civil que se había elegido se convirtió en un uniformado militar. Militarizando además casi toda la administración pública. Sus discursos se hicieron mas agresivos, atropelladores y amenazantes y la burla hacia todos aquellos y todo aquello que no comulgase con sus principios se hizo norma de actuación del primer magistrado nacional. Nacieron los llamados círculos bolivarianos, promovidos y subvencionados por el propio gobierno, enmascarados en grupos sociales y culturales, pero que en la realidad eran grupos armados de defensa de lo que en determinado momento se comenzó a llamar la revolución. Se incentivó, desde el propio palacio presidencial y a través de los discursos del presidente y de su programa dominical, todo tipo de actividades ilícitas. Invasiones de fincas e inmuebles, agresiones a los miembros de la oposición, a los partidos políticos, los medios de comunicación social, a la iglesia, a las empresas, a los sindicatos, a las universidades. Amenazas contra todos aquellos llamados contrarrevolucionarios. Se comenzó a introducir en la vida nacional algo que jamás se había experimentado en el país: la división social y de clases y el odio entre ellas. El enfrentar a los pobres contra los ricos, a los negros contra los blancos. Nacieron las expresiones de escuálidos, oligarcas y golpistas. Se dividieron las ciudades entre este y oeste. La economía nacional se deterioraba, la inseguridad llenaba de muertos y heridos los fines de semana y hacía que las casas y urbanizaciones se convirtieran en cárceles, rodeadas de rejas. Los atracos y secuestros estaban a la orden del día. El desempleo llegó a cifras históricas y el empleo informal, el buhonerismo, se convirtió en la única fuente de ingreso de muchas familias venezolanas. Las inversiones comenzaron a emigrar y las empresas a cerrar. Los niños de la calle se convirtieron en legiones. Los semáforos se llenaron de todo tipo de jóvenes, de ambos sexo, mendingando y las riveras de los ríos de las ciudades grandes se congestionaron de residencias de indigentes.

Mientras tanto el presidente Chávez solo se ocupaba de la política, de su “revolución bonita”. De su “revolución pacífica” pero armada. De copar todas y cada una de las instituciones del Estado. De proponer proyectos imaginarios, de desarrollos irracionales, de planes corruptos y de misiones demagógicas. Mercados, mercaditos, pulperías, gallineros verticales, huertos hidropónicos, rutas de empanadas y créditos irrecuperables. Por otro lado el poder legislativo y el poder judicial complacían todos los deseos del comandante. El poder ciudadano dejó de existir y la Contraloría avaló todas las estafas al erario publico. La FAN fueron politizadas, sus miembros fueron sometidos a un control y seguimiento total y otros comprados con prebendes indecorosas, con la clara intención de irlas sustituyendo por otra tipo milicias, mercenarios nacionales y extranjeros.. Al mismo tiempo el primer magistrado hacía gala de “jequeismo”, con un avión VIP le daba varias veces la vuelta al mundo pregonando su revolución e invitando a sus colegas mandatarios a seguir su ejemplo. Muchos de ustedes, estimados presidentes y jefes de Estado, son testigos de esos planteamientos cuando los visitó en sus respectivos países. También la polémica con aquellos mandatarios y países que no le hacían mucho caso se hicieron presente en la conducta del teniente coronel. Sus amistades internacionales se fueron orientando hacia aquellos gobiernos y mandatarios que estaban muy lejos de practicar la democracia y que la violación de los derechos humanos era la conducta normal de sus actuaciones. Siendo él mismo por su parte un violador permanente del estado de Derecho y de los mas elementales derechos del ser humano. Cuba, la dictadura mas antigua del mundo, se convirtió en paradigma para el gobierno del comandante Chávez. Los grupos guerrilleros y terroristas del mundo, según versiones de muy buenas fuentes, han sido privilegiadas con la amistad de este gobierno y con ayudas muy importantes para la realización de sus actividades. El célebre terrorista venezolano, el Chacal, recibió un respaldo epistolar en su prisión francesa. Y aquel 11 de septiembre, día en el cual el mundo presenció el acto terrorista mas criminal que ser recuerde, no logró sacar la mas mínima expresión de condena por parte de nuestro presidente.

Todo esto fue haciendo que el apoyo popular que tenía el teniente coronel Chávez comenzara a deteriorarse y la desesperación de todo el país hizo que el pueblo comenzara a tomar las calles para protestar. Muchísimos de sus mas allegados colaboradores lo fueron abandonando al darse cuenta de las mentiras y engaños del teniente coronel. Grandes marchas fueron llenando las calles de Caracas y de casi todas las ciudades del país. Las protestas, huelgas, paros, pronunciamientos de intelectuales, políticos, empresarios, trabajadores, las iglesias, los medios, estudiantes, amas de casa, jubilados, se hicieron presentes. También muchos países de reconocida práctica democrática comenzaron a preocuparse por lo que estaba ocurriendo en nuestro pais. Así llegó la multitudinaria marcha cívica y pacífica del 11 de abril de 2002, donde mas de un millón de venezolanos solicitaban la rectificación o la renuncia de Chávez, marcha que fue repelida por el gobierno y sus grupos armados causando que un número importante de compatriotas perdieran la vida y que los altos mandos militares del país, ante este genocidio, desobedecieran las órdenes criminales de su comandante en jefe y le pidieran la renuncia al cargo “la cual acepto” tal como lo dio a conocer al país, personalmente, en la madrugada del 12 de abril de aquel año, el oficial de mas alto rango de la FAN, el general en jefe Lucas Rincón rodeado de todo el alto mando militar de entonces. Por cierto este mismo oficial luego de superada la situación de abril y como cosa muy curiosa, fue designado ministro de Defensa y en la actualidad es el ministro de Información y Justicia del régimen. Aquel vacío de poder generado por la renuncia del presidente Chávez produjo un situación de cambio de gobierno que por errores de algunos produjo una reacción que regresó al poder al presidente renunciado. El 14 de abril fue un día de un gran acto de contrición por parte del comandante Chávez. Reconoció públicamente sus errores, pidió excusas ante el pueblo, ante el mundo y ante Dios. Prometió corregirlos, enmendarlos y rectificar. El país le volvió a dar un margen de confianza. La esperanza renació en algunos. De nuevo que poco duró la dicha. A los pocos días comenzó nuevamente sus tropelías. Regresó con mas ahínco a sus actuaciones pasadas. Ahora con mas fuerzas. Impidió la formación de una comisión de la verdad solicitada por todos para determinar las culpabilidades de los muertos de abril. Y no solo eso sino que libró de toda culpa a los llamados pistoleros de puente Llaguno. Como luego le daría tratamiento de caballero al criminal de la plaza Altamira. Depuró la FAN, negó su renuncia, aumentó los ataques en contra de la oposición y de los países que no lo acompañaran en sus planteamientos. Profundizó el deterioro del país, en todos sus órdenes. Comenzó de nuevo las provocaciones y la división de la sociedad nacional. Esto fue incendiando nuevamente al pueblo. La paciencia ciudadana comenzaba a colmarse. Se reactivaron las marchas y protestas ante el engaño presidencial. Al punto que se llegó a la declaración de un paro general en todo el país. Paro que para estupor de todos y del mundo entero duró casi dos meses y el régimen estuvo inmutable ante tal situación. Su respuesta fue aumentar los atropellos, las amenazas y la destrucción de todo el aparato productivo nacional. La principal industria del país, PDVSA, vivió la experiencia jamás vivida por empresa alguna en ninguna parte del mundo y bajo cualquier régimen por mas antidemocrático que hubiese sido, mas de 20 mil trabajadores petroleros, de diferentes niveles jerárquicos, fueron echados a la calle, despedidos sin fórmula de juicio, violando las leyes laborales, sin pago de prestaciones y sin derecho alguna a la debida defensa.

Venezuela, respetados representantes de los países miembros del grupo de los 15 que hoy nos visitan, entró en un proceso de total ingobernabilidad. Un gobierno forajido trata de imponer sus ideas y planteamientos a como de lugar. Hasta la propia soberanía nacional ha sido puesta en peligro por parte de actuaciones irracionales del primer magistrado. De país con una buena posición en el concierto de naciones en solo cinco años de este desgobierno hemos pasado a tener índices de desarrollo parecidos a los países mas pobres del mundo. La actitud sabia y marcadamente democrática de toda la población, de la sociedad civil y de los grupos políticos logró que la OEA, el PNUD, otros organismo internacionales gubernamentales y no gubernamentales y un grupo de países amigos, preocupados por lo peligroso de la situación del país, intercedieran ante el régimen y prácticamente lo obligaran a respetar las reglas de la democracia y buscar una salida, constitucional, pacífica y electoral a la grave situación política. A pesar de todas las trabas y obstáculos puestos por el propio gobierno se logró un acuerdo entre oposición y oficialismo teniendo como fiadores del acuerdo a los países amigos, la OEA y el centro Carter. Nació así la figura del Referendo Revocatorio, figura por cierto sugerida, en un determinado momento de la crisis y para ganar tiempo, por el propio presidente. El mundo y el país respiró tranquilo. La esperanza se hizo presente nuevamente en los que creemos en la democracia. Craso error. La designación del CNE, el árbitro electoral, fue todo un torneo de trampas por parte del régimen. La mayoría oficialista en la AN hizo imposible su designación. Tuvo el TSJ que asumir esas funciones, ante el incumplimiento de los diputados, y designarlo. Se dijo que el arbitro había sido designado para que actuara con absoluta imparcialidad, para facilitar los procesos electorales que ayudaran a solventar la crisis y para no equivocarse. Dos y dos y un quinto que sería el hombre del equilibrio. Regocijo general nuevamente. Pero desde el mismo inicio de sus actuaciones se comenzó a ver la nueva trampa del régimen. Las decisiones 3 a 2, a favor de las propuestas del régimen en contra de las propuestas de la oposición, se hicieron rutinarias. Se desconocieron las firmas que solicitaban un referendo consultivo. Se elaboró un reglamento para la recolección de firmas para la solicitud del referendo revocatorio presidencial, que además de ser inconstitucional, hacía sumamente difícil poder realizarlo. Exigencias extremas, no solo firma también huellas dactilares, papel de seguridad y toda una serie de datos, requisitos y controles. Pero de nuevo la cultura democrática de las mayorías nacionales se ajustaron al reglamento y a pesar de lo kafkaiano del proceso este se llevó a cabo, en forma exitosa. Se recogieron las firmas. Aun con las amenazas públicas del régimen en contra de los funcionarios públicos, para que no firmaran y de la actuación violenta de los círculos armados de la revolución, casi 3.5 millones de venezolanos acudieron a estampar sus rúbricas para solicitar el referendo revocatorio del mandato del presidente Chávez, muchísimas mas de las legalmente establecidas para solicitarlo. De nuevo la euforia popular. Pero de nuevo la angustia. Antes de que el proceso de recolección de firmas culminara, y seguramente como reacción a las multitudinarias imágenes transmitidas por todos los medios de comunicación social, los informes de los delgados y observadores internacionales y del CNE, los testigos del oficialismo y de la propia FAN, a través del plan República, el propio teniente coronel presidente de la República, el funcionario con mayor responsabilidad en mantener la paz nacional y de respetar los acuerdos logrados denunció, sin prueba alguna, un Mega fraude. De nuevo la preocupación por parte de todos los representantes internacionales, incluido ahora la comunidad europea, que han hecho todos los esfuerzos para que se respeten las reglas y los compromisos adquiridos por parte del régimen.

Esa decisión del jefe del régimen fue coreada por todos los funcionarios de todos los poderes públicos y los miembros de los partidos que lo acompañan. Pero lo mas grave fue que eso se entendió como una orden a los tres miembros del oficialismo en el CNE. Había que eliminar dos millones de firmas de la oposición, a como diera lugar. Y ellos, descaradamente, hicieron lo imposible para lograrlo y parece que lo lograron. Cualquier argumento, por irracional e ilógico o baladí fue bueno para ello. En el amanecer de este miércoles de ceniza, comienzo de la cuaresma cristiana, el CNE, con una decisión totalmente írrita y arbitraria, 3 a 2, está dando al traste con la última rendija para una salida pacífica a la crisis actual, consumando así un golpe institucional.

Pues bien, respetados presidentes, jefes de Estado y de gobiernos, primeros ministros, cancilleres y embajadores de los países miembros del G-15 asistentes a este evento, esto es en forma objetiva y sucinta lo ocurrido en nuestro país durante estos conflictivos cinco años de llamada revolución. Al día de hoy hay una gran preocupación en todos los hogares venezolanos. Los organismos internacionales y grupos de países amigos, algunos de los cuales forman parte de este grupo y la propia Comunidad Europea, han mostrado su preocupación por esta delicada situación. Y esto ha hecho que el régimen vea ahora como incómodos a los miembros de la comunidad internacional. No sabemos que podrá ocurrir. Se nos han violentados todos nuestros derechos. Se nos niega toda salida democrática, constitucional, electoral y pacífica. Si este gobierno nos ha hecho acercar económica y socialmente, en escasos cinco añas, a Haití, no queremos que la salida a nuestra crisis política se asemeje de ninguna manera a la que en la actualidad transitan en esa hermana república.

A ustedes, que de alguna manera deben tener cierta amistad con el teniente coronel Chávez y probablemente ascendencia sobre él dada la forma de hermandad como él se dirige a ustedes y como nos cuenta cada vez que regresa de sus fastuosos viajes, les pido, con todo respeto lean cuidadosamente estas líneas, escritas con el alma, con el corazón y la mente fría de un venezolano que está entrando en la tercera edad, con hijos y nietos, preocupado por el futuro de su patria y le aconsejen a su amigo su amigo, el presidente Chávez, simplemente que respete la voluntad de un inmenso número de venezolanas y venezolanos que solo piden ejercer un derecho constitucional, de la constitución que él mismo hizo. Y, si tal como él lo pregona y es probable que lo haya señalado en el discurso de inauguración de este importante foro, cuenta con el apoyo de las mayorías nacionales, pues sencillamente recomiéndenle que se cuente democráticamente y así le pueda demostrar al mundo que él tenía razón y que su revolución es querida por todos los venezolanos y ejemplo para el mundo. Somos un pueblo con una tradición de mas de cien años de paz y de medio siglo de democracia y queremos seguirlo siendo. Ayúdenos a lograrlo.

Al agradecer su amable atención y deseándoles una agradable estadía en nuestro suelo y éxitos en sus deliberaciones, quedo de ustedes atentamente.

En Caracas, a los veintiséis días del mes de febrero de 2004.

Ing. Iván Olaizola D’Alessandro

Exrector universitario.