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Adiós Maestro

Iván Olaizola D’Alessandro

Si, mas que el amigo, el profesor o el jefe, Luis Manuel Peñalver fue el maestro para todos, no solo sus alumnos formales sino todos los que tuvimos la dicha de estar cerca de él, de trabajar con él, de disfrutar de su amistad y me atrevería decir que hasta para sus enemigos, si es que tuvo alguno. El doctor Peñalver es aquel tipo de ser humano que no solo es bueno porque se murió, no, es bueno porque vivió, en el mas extenso sentido de la palabra.

Cuando fue ministro de Educación me tocó trabajar con él, primero como Secretario Permanente del Consejo Nacional de Universidades y luego como director de la OPSU. Fueron años de aprendizaje, donde pude conocerlo en toda su dimensión de ser humano y de maestro, generando una relación de amistad que me permitió estar siempre nutriéndome de sus conocimientos, en especial sobre educación superior. Casi a diario, durante casi tres décadas y hasta hace pocos meses, cuando el teléfono de mi casa timbraba a eso de las 6 de la mañana seguro era el doctor Peñalver que me llamaba para comentarme algo, solicitarme algo, invitarme a alguna reunión o para felicitarme o criticarme, en tono siempre pedagógico, mis paraninfos.

Peñalver nació un día de la juventud de 1918, año de la peste, en San Antonio de Maturín. Quizás por ello siempre fue un joven de pensamiento y de sobradas energías y como los viejos dicen quien nació en ese año y sobrevivió a la peste es porque le estaba encomendado grandes tareas en este paso por la vida. Y ello fue bien cierto. Se graduó de Profesor de Castellano y Literatura y me consta su rigurosidad con el idioma, cuanto padecí cuando tenía que presentarle algún escrito. En cada cuartilla me hacía por lo menos diez correcciones, cosa que hacía sin que uno se sintiera humillado, se le aceptaba como la corrección del maestro hacia el alumno. Luego se graduó de Médico y ejerció la medicina mas en el campo científico y social. Fue Vicerrector de la UCV. Como todo político activo de la etapa de la dictadura perezjimenista estuvo en la cárcel y luego en el exilio. Cuba, Guatemala y El Salvador conocieron de su experticia médica.

Regresado el país a la democracia, Peñalver regresa y reinicia sus labores. Crea la Universidad de Oriente, primer modelo universitario experimental y de núcleos del país, y es su primer rector. Dejada marchando la UDO, se dedica a fundar otra universidad, la Universidad Metropolitana, de la cual también fue su primer rector. Asi mismo tuvo papel preponderante en la creación de la Universidad Simón Bolívar y de la Universidad Nacional Abierta. Fue nombrado ministro de Educación y desde alli hizo una verdadera revolución educativa. Reseñar sus logros en el campo educativo sería demasiado extenso. Citemos a otro hombre de extensa trayectoria educativa, el doctor Carlos Tunnerman Berheim, Consejero del Director General de UNESCO, refiriéndose a la obra de Luis Manuel en ocasión de su octogésimo aniversario: “Es una de las figuras mas señeras y representativas de la educación superior de América Latina y el Caribe (....) Es a quien debe atribuírsele el mérito de la fundación del CRESALC, ahora transformado en Instituto Interamericano de Educación de la UNESCO”

No solo la medicina, la pedagogía y la gerencia educativa lo vieron actuar. La Política, así con p mayúscula, fue una de sus inquietudes desde muy joven. Fue uno de los fundadores del PDN, génesis de AD, miembro del CEN de este partido y por muchos años su Secretario Nacional de Educación, Ciencia y Cultura. Fue diputado a la Asamblea Nacional Constituyente de 1946, diputado al Congreso Nacional por cuatro períodos y senador por un período. Embajador del país ante el gobierno italiano. Miembro del Consejo Ejecutivo de UNESCO y miembro del Consejo Universitario de la Universidad de Naciones Unidas. Presidente de GULERPE y fundador de la revista especializada Universitas 2000. Muchas son sus publicaciones sobre educación, educación superior y otros temas sociales. Recibió muchos doctorados Honoris Causa de universidades nacionales y extranjeras.

Pero por sobre todos esos logros en el campo profesional y político su mayor obra fue su propio ser, su sensibilidad social, su concepto de la amistad, su dedicación a su país, a sus alumnos, a su hogar, a su señora, la inseparable doña Gloria Capiello motor permanente de este hombre especial y a sus hijos. Su vocación permanente por enseñar, por ayudar, por resolver problemas. No es un lugar común que hoy digamos que Venezuela ha perdido uno de sus mejores hijos del siglo XX. Nació en una dictadura, lo cual probablemente lo marco para su trayectoria y lamentablemente muere en un régimen quizás peor que el de su nacimiento, cuya mezquindad le negó hacerle el reconocimiento obligado. Pero el pueblo, el verdadero pueblo que tuvo conocimiento de su obra y de sus logros lo lloró, no de tristeza sino mas bien de alegría al saber que muy pronto, en el mas allá, alguna nueva y novedosa universidad será creada por este hombre, “alfarero” de universidades. Adiós Maestro.

Iolaizola@cantv.net

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