1 Samuel 1, 20-22. 24-28 Samuel quedó cedido al Señor por siempre

Salmo responsorial: 83, 2-3. 5-6. 9-10 Dichosos los que viven en tu casa, Señor.

Lucas 2, 41-52 Los Padres lo encontraron en medio de los maestros “Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre, y cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas: todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados. Él les contestó: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres”

Para que no olvidemos

Un año, cuando la niña tenía 11 años, la sirvienta de toda la vida dejó la casa y el trabajo. Los padres de la niña estaban a punto de emprender un viaje a Europa y, a toda prisa, tuvieron que buscar otra sirvienta para que la cuidara.

Unos días antes del viaje, la niña observaba cómo su madre guardaba todas sus joyas y la vajilla de plata en la caja fuerte. Nunca lo había hecho antes. La niña le preguntó a su madre por qué lo guardaba todo este año bajo llave. La madre le dijo que no se fiaba de la nueva sirvienta. Esta observación hirió tanto a la niña que nunca lo olvidó.

¿Acaso no era ella la joya más valiosa de la familia?

¿Acaso no valía ella más que todos los cuchillos y tenedores de plata?

¿Por qué la dejaba a ella con una sirvienta de la que no se fiaba?

Jesús no es un niño que aterriza en la tierra

Es un niño que nace en una familia, la familia de María y de José.

En una familia común. Con problemas y circunstancias adversas.

Recordemos que Dios respeta, no quiere hacer las cosas por arte de magia ni con remedios caseros, ni con botánicas ni con milagros espectaculares.

Dios se sirve de nosotros para hacer la historia de salvación.

Dios se sirvió de María y de José, de una familia de tantas, para criar y educar a su hijo Jesús.

La Familia de Nazaret

Jesús va con sus padres a Jerusalén

Era la primera peregrinación de Jesús.

Era su primera Pascua.

Era su primera celebración de la fiesta nacional judía.

Era su primera visita al gran templo, al corazón de la religión, al centro de los negocios de Dios.

Imagínense a Jesús emocionado con toda esa gente que está en la ciudad.

Y allí, en el Templo, Jesús hizo su primera aparición pública.

La respuesta de Jesús: ¿No saben que tengo que ocuparme de los asuntos de mi Padre?

María y José se quedarían con la boca abierta.

Jesús como más tarde cuando preguntó y ¿quién es mi padre y mi madre? ponía distancia, e indicaba nuevas prioridades y obligaciones.

María guardaba todo esto en su corazón.

La familia es…

El santuario en el que sus miembros viven el encuentro con Dios y los hombres.

La iglesia doméstica

Todo comenzó con el sí de los esposos el día del matrimonio, día mágico

Continuó con el sí abierto y gozoso a la vida de los hijos y se prolonga en el sí diario a Dios en la educación cristiana de los hijos.

En el bautismo entregamos a los hijos a Dios

La familia es la base y la estructura de la sociedad.

Rito para la Celebración del Matrimonio (Ver texto)

Plegaria para la Renovación de las promesas matrimoniales

Todas las parejas puestas de pie y tomados de la mano

Sacerdote: Queridos matrimonios: hace ya mucho, iniciaron esta obra que el Señor ha bendecido generosamente. Con corazón agradecido, renovarán aquel compromiso que con tanta ilusión hicieron entonces ante el Señor, que a lo largo de estos años de su matrimonio, nunca ha dejado de acompañarles, seguirá bendiciéndolos con su amor. Ahora pues, renovando aquella gracia, respondan a estas preguntas.

Sacerdote: ¿Quieren seguir viviendo en el amor que Dios les ha demostrado, y compartirlo con la persona que el ha puesto a su lado?

Esposos: Sí, queremos

Sacerdote: ¿Quieren seguir viviendo, su compromiso matrimonial en la Iglesia de Jesucristo, siguiendo en toda ocasión el Evangelio?

Esposos: Sí, queremos

Sacerdote: El Señor, que hizo nacer en ustedes el amor, y les hizo el regalo precioso de los hijos, os fortalezca en el amor y bendiga sus familias. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. .Amén.

Esposos:

Padre, tú eres el amor, todo el amor.

Venimos a tu presencia con la alegría de vivir el amor también nosotros.

Por eso te damos gracias y te pedimos que estés siempre a nuestro lado. Amén.

Misa sigue normal…

  Canelones con pollo

Primero cocinamos el pollo a la plancha y lo picamos o lo desmechamos. Lavamos y picamos los champiñones, se pican también el ajo, perejil, estragón. Aparte batimos el huevo y lo mezclamos muy bien con el pollo, y la mezcla de champiñones y las demás ingredientes. Luego agregamos el zumo de limón y salpimentamos al gusto.

En una olla con abundante agua con sal hervimos ligeramente los canelones para luego colocarlos en una toalla. Los vamos rellenando con la mezcla en una bandeja para horno, previamente aceitada. Cubriendo los canelones rellenos con salsa bechamel y espolvoreamos con el queso. Introducimos en el horno alrededor de media hora, hasta que estén dorados. Adornamos con perejil.